Saludos Samurai!
Aquí te estoy enviando el día 15 de tu
Curso de Técnico en BioProgramación.
Hasta hoy, ya sabemos perfectamente
cuales son los 3 pasos del fracaso. El primer paso es tener unos objetivos muy
difusos, lo que causa fracaso por una falta de interes que causa que No se
intente.
El segundo paso del fracaso, es el
fracaso por Paralisis. Causado porque cuando la persona Ve la
"oportunidad", hace un acceso a una Subpersonalidad, recuerda un
fracaso, toma una bioenergía de fracaso, y comienza a preocuparse por todas las
cosas que podrían salir mal. Lo que hace que quede paralizado y fracase.
El tercer paso del fracaso, es el
fracaso por Abandono. Causado por una reacción Eficiente-Perfeccionista a lo
problemas que puedan surgir. Esta reacción Eficiente-Perfeccionista, hace que
cada vez que esa persona "normal" se enfrente a un problema, se
active una Respuesta Fóbica que reduce su BioEnergía. Si esa respuesta fóbica
se activa el suficiente número de veces, la bioenergía baja DEMASIADO, y la persona
Abandona.
Naturalmente, con cada Abandono hay un
35% de posiblidades de que esa persona coja una Subpersonalidad. (Recuerda
que en el Curso Básico, durante la explicación de la BioFusión, arendiste que
cada vez que una persona se expone a una situación DOLOROSA, hay un 35% de
posiblidades de generar una Subpersonalidad.)
Así pues, cuando una persona Fracasa por
culpa del Paso 3 del Fracaso, hay bastantes posibilidades de que genere una
Subpersonalidad ¿Y qué ocurre si genera esa Subpersonalidad? Ocurre que es
bastante problable que esa subpersonalidad tenga el "aspecto" de la
persona que le ofreció el negocio.
De tal forma, que esa persona, termina
"odiando" a la persona que le ofreció el negocio y hechandole Todas
las Culpas de su propio fracaso.
En realidad, la única culpa del fracaso
es de él mismo, por usar los 3 pasos del fracaso. Pero CULPARA a la persona que
le ofreció el negocio, debido a que ha generado una Subpersonalidad con el
aspecto de esa persona.
¿Comprendes?
Esa es la Razón por la que los
"fracasados", además de estar Desmotivados y "undidos" en
el fracaso, también guardan una Enorme Cantidad de Rencores contra muchas
personas. Porque cada vez que el "fracasado" Fracasa en
"algo", sea lo que sea, tiene un 35% de posibilidades de generar una
Subpersonalidad con la forma de Otra Persona.
Aplicado a los negocios, la
Subpersonalidad tendría la forma de quien le ofreció el negocio. ¡O incluso de
los clientes que No quisieron comprar!
Aplicado al Amor, la Subpersonalidad
tendría la forma de su exPareja.
Aplicado a la Sexualidad, la
Subpersonalidad tendría la forma de la persona con la que Fracasó esa relación.
Etc, etc.
Así vemos No solo porque fracasan las
personas. Sino También, porqué los fracasados suelen tener tanto Rencor y tanto
Odio dentro de si mismos. Por la sencilla razón de que cada vez que aplican los
3 pasos del fracaso, tienen un 35% de generar una Subpersonalidad.
¿Comprendes?
Esto es Importante. Pues si tenemos que
ofrecer Terapia a una persona que tenga problemas debido a algún
"fracaso", el primer paso será ayudarla a Fusionar las
Subpersonalidades generadas por usar los 3 Pasos del Fracaso.
Simplemente con preguntarle quien fue la
persona que le "estafó", o la persona "por culpa de la cual
fracasó", ya tendremos identificada la Subpersonalidad que le está
causando Sufrimiento ahora mismo.
¿Ves que práctico?
Por cada persona por la que el
"fracasado" mantenga Rencor, Odio, o simplemente sentimientos
negativos, encontraremos en su Subconsciente a una Subpersonalidad con esa
forma.
Bien, eso son los 3 pasos del fracaso, y
sus consecuencias.
¿Cuales son los 7 Pasos del Exito?
El Primer paso lo conoces Muy Bien. Y
consiste en tener Perfectamente Definidos tus Objetivos. En forma Asociada,
Gigante, Brillante. Y de tal forma que la mera evocación de esa imagen te haga
Herbir de Entusiasmo.
Literalmente el sentimiento Correcto, se
consigue cuando esa imagen te produce, literalmente, Excitación Sexual
(BioEnergía Roja). De ahí que los Emprendedores Americanos, para decir que
están Entusiasmados, digan "Estoy Muy Excitado".
Esto es así porque el Entusiasmo
Ardiente es la Misma BioEnergía Roja que produce la Excitación Sexual.
Esto tiene varias razones de ser. Una de
ellas es Quimica.
Cuando una persona se Excita
Sexualmente, su producción de la Hormona Testosterona AUMENTA.
Existe una Relación DIRECTA entre la
cantidad de Testosterona que mantienes en Sangre, y la cantidad de RIESGOS que
estás dispuesto a Asumir.
La Testosterona es una hormona que
Varía, en sangre, a cada segundo. A cada minuto podemos encontrar valores
Totalmente Distintos de esta hormona en la sangre.
Cuando una persona está en el paso 1 del
fracaso, su producción de Testosterona es Muy Muy Baja. Esa producción es tan
baja porque está emitiendo poquisima bioenergía Roja. Eso hace que esa persona
No esté Nada dispuesta a seguir riesgos. Esa persona quiere ir "a lo
seguro". No quiere "negocios". Quiere "un puesto de trabajo
fijo", porque es más "seguro".
Al no querer correr riesgos, no se
arriesga, NO LO INTENTA. Y al no arriesgarse, pues no gana. Es justamente el
Paso 1 del fracaso, Fracaso por NO intentarlo.
¿Comprendes?
Sin embargo, cuando un emprendedor tiene
una idea, un objetivo, tan claro en su cabeza que hasta produce Energía Roja,
en forma de Entusiasmo, e incluso de Excitación Sexual, la cantidad de
Testosterona de su Sangre Sube. Eso hace que sea más capaz de asumir riesgos. A
esa persona ya NO le importa el riesgo, sólo busca ALCANZAR EL OBJETIVO. Y por
tanto, realiza el Primer Paso del Exito LO INTENTA
^_^ ¿Ves que sencillo?
Es exactamente el mismo sistema que la
Madre Naturaleza usa para la procreación, para que la especie se mantenga, para
que nazcan nuevos seres humanos. Nuevos Niños.
Un hombre ve a una mujer Preciosa. Pero
resulta que esa mujer es una "princesa", es la hija de un hombre muy
importante e influyente.
Normalmente ese hombre No asumiría el
"riesgo" de "meterse en problemas" por intentar acostarse
con una mujer tan "inaccesible". Sin embargo, al ver a esa mujer tan
hermosa, la testosterona en la sangre se dispara. Cuanto más sube la
testosterona, más "locuras" está dispuesto a correr ese hombre.
Si la testosterona sube lo suficiente,
ese hombre es capaz de pasar atraves de una guardia de hombres aramados, saltar
una balla electrificada, cruzar un rio lleno de caimanes, cruzar un campo lleno
de perros asesinos para, finalmente, llegar a la habitación de la muchacha,
conquistarla y... ejem [censurado ^_^]
Así es como la Naturaleza proporciona la
herramienta para que esa persona pueda Superar los "obstaculos", sea
capaz de Enfrentarse a los Riesgos. Y alcanzar el Exito.
En este caso en concreto, el Exito
supone la procreación, el tener Hijos, el conseguir que tu "codigo
genético" perdure.
Esto es aplicable a todos los animales (mamiferos). Un
Mono Macho puede correr un montón de riesgos, enfrentandose con otros monos y
luchando con ellos por la Hembra. En algunos casos puede estar dispuesto a
luchar hasta la muerte.
El mono que tiene la Testosterona más
alta. El que es capaz de Arriesgar Más, es el que logra aparearse. Y, por
tanto, es el que tiene descendencia. Es quien triunfa.
El mono que tiene la testosterona baja,
comete el paso 1 del fracaso. Así que NO lucha, porque NO quiere asumir riesgos.
Como resultado NO se aparea. Y cuando muere, su codigo genético muere con él.
Transformandose en un "fracaso evolutivo".
Es la "Selección Natural" que
enseñaba Darwing. Realmente NO es "el más fuerte" el que sobrevive.
Sino el que tiene más Testosterona, el que SE ATREVE a continuar.
Unos simplemente Se Rinden. Usan el paso
1 del fracaso. Ellos NO están dispuestos a "correr el riesgo". Así
que NO lo intentan, y por tanto fracasan por adelantado.
Otros Lo INTENTAN. Usan el Paso 1 del Exito.
SI están dispuestos a correr el riesgo, Y CORREN EL RIESGO DE INTENTARLO. Así
se acercan al Exito.
Naturalmente,
aplicar SOLO el Paso 1 del Exito no garantiza que se alcance el Exito ¡Pero si
te pone en el Camino del Exito! Solamente con aplicar los 6 Pasos del Exito
restantes, entonces SI que se alcanza el Exito.
Así pues, el Paso 1 del Exito, consiste
en visualizar los Objetivos de tal forma (Asociada,
Brillante, etc) que producimos
BioEnergía Roja. Eso produce que aumente la Testosterona de nuestra Sangre.
Literalmente sentimos que "Nuestra sengre hierbe", sentimos unos
Deseos IMPRERIOSOS, ARDIENTES de ponernos a Trabajar, de ponernos en Acción
para alcanzar ese Exito.
Ya No nos tenemos que "forzar"
para trabajar, sino que ¡No podemos estar quietos! Necesitamos ponernos a hacer
algo para alcanzar Ese Exito!
Y lo primero que hacemos, es pasar al
Paso 2 del Exito. Que consiste en RECORDAR un momento pasado de Exito. Un
momento en el que Triunfamos. Hacemos eso porque nos permite adotar la
Fisiología del Exito. También nos permite emitir la BioEnergía del Exito. Y,
además, nos permite recordar COMO lo hicimos en aquella ocasión para Triunfar,
y aplicar ese mismo método AHORA, otra vez, para triunfar otra vez.
Justo después de recordar ese momento de
Exito, lo que hacemo es mirar hacia Arriba y EMITIR UNA ENORME CANTIDAD DE FE.
Porque, de esa manera, aplicamos sobre la Imagen de nuestros Objetivos, TODA
ESA BIOENERGIA VIOLETA. Y al hacer eso, estamos Ordenando a Nuestra Mente
Subconsciente que use TODOS SUS PODERES para alcanzar esos Objetivos.
Ayer obtubiste tu VOR Plus. Y con él,
obtubiste un Anclaje Poderoso hacia la Fe.
Estamos hablando, como bien sabes, de
"La Mano de Dios".
Muchas personas se
"sorprenden" de la Inmensa Cantidad de FE que obtienen con "la
Mano de Dios".
Esa es la Misma Cantidad de Fe, que
sienten SOLO 2 tipos de personas:
1) Los Profetas.
2)
Los Millonarios.
Los Profetas han utilizado siempre esa
Inmensa cantidad de FE para conseguir algo "Imposible", cambiar la
forma de Pensar y de Sentir de todo un Pueblo. Para guiarlos a un estado de
consciencia un peldaño superior.
Los Millonarios, han usado esa Inmensa
cantidad de FE para conseguir algo "Imposible", elevarse desde la
Pobreza y alcanzar la Riqueza por medio de ayudar a Millones de Personas a
obtener un Beneficio Equivalente (Usando
la Mina de Oro Ilimitada).
Tal y como Aprendiste en el Capítulo 9,
cuando una persona realiza una Visualización de sus Objetivos, teniendo un
Predominio Parasimpático Inferior (entusiasmo,
bioenergía Roja) y Superior (Fe,
bioenergía Violeta) al
mismo tiempo. Y aplicando BioEnergía sobre la Imagen Gigante, Brillante,
Colorida y Asociada de sus Objetivos. SU MENTE comienza a utilizar TODOS sus
Poderes para Hacer Realidad esos Objetivos.
Tanto los Poderes Conocidos, como los
Desconocidos.
¿Y qué son los "Poderes"?
Todos los "Poderes" son Estrategias
Mentales.
Así que cuando una persona realiza una
Visualización de Obejtivos y aplica sobre ella la Suficiente BioEnergía,
ocurre que su mente comienza a utilizar TODAS las EM que posee para hacer
Realidad esos Objetivos.
Esto es MUY Importante de Comprender.
Cuando tú, cada día, realizas tu VOR
PLUS ¿Qué EM utiliza tu Mente para hacer que alcances esos Objetivos?
TODAS las EM que tú
Poseas.
Tanto las EM que tú Sabes que posees.
Como las EM que tu No sabes que posees.
En tu Mente hay cierto número de EM
¿Verdad?
En la Mente de una persona Normal, hay
sólo 3 EM. Esa es la causa de su fracaso.
Sin embargo, tú ya eres un Auxiliar
Titulado en BioProgramación. Y estás estudiando el Curso de Técnico, así que tú
ya posees muchas más EM que una persona normal.
Por ejemplo, posees la EM de la Amorosa
Empatía Sonriente, el Poder del Faquir, la Ley de Cactus de Aloe, la Libreta
KaiZen, la Visión Aurica, la Telepatía Básica, la Mano de Dios y
otras EM ¿Cierto?
Tú, ahora mismo, podrías sentrarte y
hacer una lista de las EM que has aprendido hasta ahora. E incluso, podrías
enumerar como cada una de esas EM te puede ayudar a alcanzar tus Objetivos.
Por ejemplo, la Amorosa Empatía
Sonriente te ayudaría a conseguir que la gente comprara ese Beneficio
Equivalente que ofreces.
La Ley de los Cactus de Alo, te ayuda a
comprender que lo único que te separa de la riqueza es un Muro de Negruras en
tu Subconsciente. Lo que te anima a usar la Libreta Kaizen para ir derribando
ese muro ladrillo a ladrillo.
La Vision Aurica, te permite tener
cierto dominio sobre la BioEnergía. Lo que te permite tener mayor control sobre
las ordenes que das a tu Subconsciente.
La Telepatía Básica que aprendiste
mientras contectabas en el Equipo, te permite "conectar"
telepáticamente con otras personas a un nivel Subconsciente. De tal forma que
te ayuda a ATRAER a tu vida las "CAUSAlidades". Por ejemplo, imagina
que tú necesitas contactar con un tipo de Cliente determinado. Una persona que
es Totalmente Desconocida para ti, y con quien es, normalmente, muy dificil de
contactar. Puer resulta que ocurre la causalidad de que en un viaje de avión
ese cliente es Justamente la persona que se sienta a tu lado, con lo que teneis
varias horas para hablar de ese negocio.
La Telepatía Básica hace que ese tipo de
Causalidades Aumente, pues con ella te comunicas, subconscientemente, con el
subconsciente de otra persona. Y tanto tu subconsciente, como el tuyo,
"deciden" hacer que ocurra la Causalidad de que os encontreis en
cierto momento determinado.
La Mano de Dios te permite generar una
Inmensa Cantidad de BioEnergía Violeta que utilizar para darle Fuerza a tus
Ordenes Mentales.
La
Mina de Oro Ilimitada te permite saber que para generar riquezas, tienes que
entregar Beneficios Equivalentes a otras personas. Lo que te permite dirigir
tus esfuerzos en la dirección adecuada.
¿Captas la idea?
Tú podrías sentarte, tomar un papel,
hacer una lista de Todas las EM que has aprendido hasta hoy. Y escribir como te
ayudan en tu camino hacia el Exito. En tu camino hacia tus Objetivos.
Sin embargo, aún cuando enumeraras TODAS
las EM que has aprendido. Aún te faltarían EM por escribir.
Porque en tu mente, hay EM que Tú NO
sabes que están ahí. Son EM Poderosas. Literalmente son "Poderes
Escondidos".
Poderes que tu Mente TAMBIEN utilizará
para Ayudar a que tus Objetivos se cumplan.
Bueno, que Utilizará SIEMPRE Y CUANDO
realices el VOR PLUS. Pues justamente eso es una de las cosas que sucede cuando
se Realiza una Visualización de Objetivos aplicando una Inmensa Cantidad de
BioEnergía. Que tu Mente comienza a Utilizar TODAS las EM que posee para
alcanzar esos Objetivos. Tanto las EM que tú sabes que posees, como las EM que
tú No sabes que posees. (Tus Poderes
conocidos, y los desconocidos ^_^)
Por ejemplo, si tu mente poseyera el
Poder de la "Planificación Eficaz", justo después de Visualizar tus
Objetivos con BioEnergía, acudiría a tu mente un PLAN EFICAZ con el que poder
alcanzar esos Objetivos ¿Compendes?
(Nota.-
la Planificación Efiaz es una EM que aprenderás más adelante)
Los Millonarios, en su Camino hacia el
Exito, normalmente NO saben como adquirieron las EM que les permitieron
triunfar.
Sin embargo, ellos ADQUIRIERON esas EM.
¿Cómo?
Normalmente por medio de
"parabolas", o "historias", o incluso
"copiandolas" del Subconsciente de algún Millonario que conocieron, o
leyendo libros como "Piense y Hágase Rico" de Napoleon Hill, o a base
de ir "recolectando" EM de la mente de muchas personas.
Muchas veces las "parabolas"
son las formas más comunes de aprender EM (era
la forma Favorita de Cristo, de enseñar EM, pues es una forma Muy Eficaz).
Unas EM que, algunas veces, quedan
"latentes" en nuestro Subconsciente. Es decir, que NO las utilizamos
en nuestra vida diaria.
Pero luego, si resulta que realizamos un
VOR PLUS. Es decir, si resulta que ese Millonario visualiza sus Objetivos, y
SIENTE detro de si mismo esa Inmensa FE que posee en tu interior. Entonces
¿Adivinas que ocurre?
Ocurre que esa EM que aprendió, quizás
hace ya 15 años, por medio de una Parabola. Y que jamás a utilizado. Se
"conecta", se "activa". Gracias a esa BioEnergía Violeta, esa EM se "ejecuta" para
Ayudar a cumplir esa Orden Mental de alcanzar el Exito y la Riqueza.
Por esto, hoy vamos a Aumentar el Número
de EM de Exito que posees. Y lo vamos a hacer de una forma Amena y
"Divertida". Por medio de leer el Manual Samurai.
El Manual Samurai ha sido leido por 40
Millones de Personas en todo el mundo.
Todos los que lo leyeron, observaron que
su vida Mejoró.
¿Por qué mejoró?
Porque el Manual Samurai, como todas las
Parabolas, te concede Nuevas Estrategias Mentales. Unas Estrategias Mentales
que tu Mente Subconsciente UTILIZARA para ayudarte a Alcanzar el Exito.
Lo que, por supuesto, facilitará tu
Camino de Exito.
Además, durante esta lectura del Manual
Samurai vamos a hacer algo Muy Especial.
Cada vez que termines de leer uno de los
Capítulos, te vas a CONCENTRAR en una Imagen que te mostaré. Esta Espiral
Violeta:
Nota.- Si no puedes ver la espiral
violeta en el e-mail, intenta verla en:
http://www.bioprogramacion.com/7.jpg
http://www.bioprogramacion.com/7.jpg
http://www.bioprogramacion.com/7.jpg
La Razón de hacer esto, es para que tu
Mente ANCLE el estado de "Plenitud Interior" que da cada Capítulo del
Manual Samurai, a esa Espiral Violeta.
De esta manera, en el Futuro, con sólo
mirar la Espiral Violeta tú sentirás esa "Plenitud Interior". Y eso
hará que tu Mente se "Limpie" de preocupaciones y negruras que
pudiera estar limitandola en ese momento, para llevarte a un Estado mental
Eficaz. O incluso al Estado de Poder (o
muy cerca).
En el futuro, vamos a usar ese Anclaje
de la Espiral Violeta que ahora vamos a comenzar a construir, para Programar
Muchas Estrategias Mentales.
Ahora, vamos a aumentar "de un
tirón", el número de EM que posees, por medio del Manual Samurai.
¿Estás Preparado?
Curso
de Técnico en Bioprogramación - By Fenix |
|
"Los Grandes Espiritús,
siempre se han encontrado con Violentas Criticas y
Oposición
creadas por las Mentes Mediocres".
Einstein
Capítulo
10.- Obteniendo Nuevas EM con el Manual
Samurai
EL INICIO DEL SAMURAI
Hoy era un día feliz para Kan,
hoy cumplía 12 años y su padre había prometido concederle el mayor de los
tesoros. Una espada de Samurai.
Naturalmente no sería una espada de doble diamante como la de su padre, sería
una sencilla espada katana. Lo demás habría de ganárselo por si mismo. Era un
inmenso honor el que le hacía su padre. A partir de ahora dejaba de ser un niño
para convertirse en todo un aprendiz de Samurai. Un brillante futuro se
presentaba por delante si estaba dispuesto a aprender y a trabajar. Y Kan lo
estaba desde lo más profundo de su corazón.
Su padre Kazo estaba frente a él,
solemne e imponente como era natural en su persona. El anciano Samurai
aparentaba mucha menos edad de la que realmente tenía, sólo su larga cabellera blanca
y unos ojos llenos de sabiduría revelaban su verdadera edad. Su armadura de
General Samurai reflejaba los dorados rayos del sol como si fuera de oro
mientras que los dobles diamantes engastados en la empuñadura de su propia
espada katana, formaban un doble arco iris enlazado en su base. Kazo había
luchado mil batallas y formado a cientos de Samurais, y por fin hoy iba a
instruir a su propio hijo. Un acontecimiento que llevaba esperando desde hacía
doce años. En sus manos sostenía la futura katana de su hijo, un arma poderosa
que debía usarse con sabiduría. Kan debía entender que lo más importante de un
Samurai no era su arma, sino su sabiduría y su honor.
La cara de Kan resplandeciente de
honor y gozo al recibir su espada, llenó el corazón de su padre de un orgullo
como nunca antes había sentido. Ahora ya era oficial, el joven aprendiz había
superado todas las sutiles trampas que se le habían tendido y por sus propios
méritos se había convertido en uno más del clan.
Esa misma noche, después de las
celebraciones y las risas, padre e hijo se sentaron juntos alrededor de la
hoguera. La noche era cálida y en el cielo lucían las estrellas como
luciérnagas en un estanque, la Luna llena brillaba con fuerza, como si quisiera
arropar al joven Samurai con sus rayos de luz.
- Hijo mío - La voz de Kazo era grave, relajante y penetrante como las caricias
de una madre - Hoy has dado un paso muy importante en tu vida. Has dejado de
ser una persona normal, has dejado el bosque para introducirte en el camino de
la vida por el sendero del Samurai. Has superado la trampa invisible que
tienden los fantasmas del miedo y del fracaso. Nunca luches contra los
fantasmas del miedo, ellos harán que todos los problemas parezcan agolparse
para vencerte y doblegarte, cuando estos fantasmas te ataquen, no te defiendas, sigue adelante enfrentándote a los problemas uno a uno. Ese es el único secreto del éxito
hijo mío.
- Sí padre, estas semanas las
dudas recorrían mi mente - Kan miraba a la Luna en busca de fuerzas para
expresar lo que había sentido - no sabía si sería capaz de llegar al final,
tenía miedo de entrar en la senda del Samurai por miedo al fracaso, por miedo a
decepcionarte, por miedo a que se rieran de mí los demás mientras no domine
todas las técnicas como lo hace un Samurai de verdad. Era un dolor intenso -
dijo mientras su mano se posaba en su estómago - como si me clavaran afiladas
agujas en el estómago. Pero me di cuenta que si no empezaba, habría fracasado aún antes de intentarlo. - Sus ojos se clavaron en los de su padre - No sé si llegaré algún día a
ser un Samurai tan bueno y poderoso como tú padre, pero ten por seguro que lo
intentaré hasta con el último vestigio de mi alma, nunca me rendiré al camino. Siempre seguiré adelante.
Kazo no podría estar más
orgulloso. Su hijo poseía una fuerza que le conduciría allí donde él quisiera.
Porque nadie mejor que el viejo Samurai sabía que el mayor secreto para
conseguir en la vida lo que se desea es el no rendirse jamás. A su tierna edad
ya conocía ese secreto, sin duda llegaría muy lejos, mucho más lejos que su
padre el General de Generales.
- Hijo, ahora eres parte de los
Samurais y por lo tanto has de regirte como tal - El viejo Samurai cogió un
grueso leño y se lo pasó a su hijo. - Parte este leño hijo mío, sé que puedes hacerlo.
- Pero padre, este leño es muy
grueso, - dijo el joven abatido - y yo sólo tengo doce años, aún no soy un
hombre maduro. No tengo la fuerza suficiente.
- Claro que tienes la fuerza
hijo, pero tu fuerza no está en tus músculos - sentenció a la vez que rodeaba con su grande y cálida mano el estrecho
brazo de su hijo - sino en tu cabeza, es en tu inteligencia y en tu fuerza de voluntad donde posees la energía
suficiente para realizar todo aquello que desees. Si piensas que no eres capaz
de hacerlo... seguramente nunca serás capaz. Sin embargo, si estás
convencido de que es posible, y desde el fondo de tu corazón brilla la verde
llama de la esperanza y la fe en ti mismo. Podrás hacer lo que desees, sólo
habrás de buscar el medio.
- Pero padre... - Kan quería
creer a su padre, era un Samurai y los Samurais nunca mienten. Entonces debía
existir una forma... pero cuál - ¡Ya sé! Ahora yo también soy un Samurai,
¡puedo hacer lo imposible!
Y desenfundando por primera vez
su espada katana lanzó con todas sus fuerzas un terrible golpe contra el
tronco... consiguiendo que la katana se incrustara fuertemente dentro del
tronco. Kan intentó sacarla de un tirón, pero sus esfuerzos eran inútiles. Estaba
demasiado fuertemente enganchada. Se estaba poniendo muy nervioso, y si no
fuera porque la cálida mano de su padre le calmó, como tantas veces había hecho
de pequeño, se habría echado a llorar.
- Tu intento ha sido digno de
elogio Kan, pero has de aprender antes de hacer. - El viejo Samurai tomó entre
sus manos la espada de su hijo y con un giro rápido de muñeca extrajo la espada
del tronco. - Has de fijarte pequeños objetivos,
fáciles de cumplir con tus capacidades, para conseguir lo que deseas. - Dicho esto devolvió la espada a su
hijo. - Primero intenta crear una zanja en el tronco, no de un golpe directo,
sino de dos curvos que te ayuden a debilitar la rama.
Kan lanzó un tajo curvo y
cortante que hizo saltar unas astillas del tronco, a continuación lanzó otro en
dirección opuesta que hizo que casi la mitad del tronco se dispersara por el
suelo. Animado repitió la operación y unos instantes después el grueso tronco
reposaba en el suelo, partido en dos pedazos y un montón de astillas.
- Tienes razón padre! El tronco
entero era demasiado para mí, pero poco a poco he logrado debilitarlo y al
final yo he vencido. Si hubiera pensado que no podía, nunca lo hubiera
intentado. Pero decidí que era capaz, que debía de
existir una manera de cortarlo, y la encontré!
- Siempre existe una manera - La voz del viejo Samurai penetró en los oídos de su hijo grabando
estas palabras a fuego - siempre existe una manera de lograr lo que deseamos.
- Y para ello debemos hacer lo
que sea padre - Preguntó inocentemente Kan.
Kazo se alarmó, no quería que su hijo le interpretara mal, siempre había que
regirse por el honor y la generosidad, pero una vez que vio la inocente mirada
de su hijo, la calma se apoderó otra vez de su corazón.
- Hijo, puedes conseguir todo lo que desees en la vida sólo con que ayudes a otras
personas a conseguir lo que ellas desean.
- No entiendo padre.
- Tú sabes que el granjero
siempre recoge más de lo que siembra ¿No es así? - Kazo sabía que su hijo había
ayudado a sembrar a sus vecinos y se había quedado maravillado al ver como
crecían las plantas día a día y como de un puñado de semillas surgían, con el
tiempo, cientos de sabrosos frutos - Pues igual que el granjero siempre recoge
más que lo que siembra, tu debes saber que no estás sólo y has de ayudar todo
lo que puedas a tu equipo, si lo haces así después recogerás la cosecha más
fructífera que nunca hayas soñado.
Kan quedó pensativo, todavía era
muy joven para entender todas las palabras de su padre, pero él sabía que su
padre siempre había sido generoso y gracias a ello había llegado a ser un
general de generales, por eso decidió firmemente que él haría lo mismo.
- Padre, tengo una duda que me
atormenta - Se sinceró Kan - antes no te la quise decir porque hoy es un día de
dicha. Pero no concuerda con lo que me acabas de decir.
- ¿Si hijo?
- Ayer conté a mis amigos del pueblo que me iba a convertir en Samurai, que
aprendería los secretos de nuestro arte y que me convertiría en el tipo de
guerrero más poderoso que existe - los ojos de Kan se clavaron en el crujiente
fuego - y los otros niños se rieron de mí, me dijeron que era un blandengue,
que todo eran mentiras y que tuviera cuidado porque lo más seguro es que me
dieran una paliza los verdaderos Samurais por mentiroso, y que luego me
echarían a la hoguera. ¿He de ser generoso también con esos niños padre?
- Hijo... - Una sonrisa de comprensión surcaba los labios del viejo Samurai, a
él le había pasado lo mismo en su juventud y sabía que las mismas personas que
hoy criticaban y ridiculizaban a su hijo, mañana serían sus más fervientes
admiradores por su valentía y coraje - Hay una forma muy fácil de evitar las
críticas...
-¿Cuál es padre? - Preguntó entusiasmado Kan
- ... simplemente no seas nada y no hagas nada, consigue un trabajo de
barrendero y mata tu ambición. Es un remedio que nunca falla.
- ¡Pero Padre! Eso no es lo que yo quiero, yo quiero ser fuerte y poderoso como
tú, tengo aspiraciones y sueños que quiero cumplir en la vida. Y sólo tengo esta vida para hacer esos sueños realidad ¿Cómo me pides que haga eso?
- Entonces Kan, ten mucho cuidado con los ladrones de sueños - dijo Kazo
misterioso
- ¿Los ladrones de sueños? - El niño Samurai miró temeroso a su alrededor -
¿Qué son? ¿Demonios de la noche? ¿Duendes malignos? ¿Seres tenebrosos?
- No hijo, son tus amigos y las personas cercanas a ti - Los ojos de su hijo lo
miraban con una expresión triste, como si le acabara de caer el mundo encima -
No te preocupes, sólo son amigos tuyos, mal informados que quieren protegerte,
quieren todo el bien para ti y que no sufras, por eso intentarán detenerte en
todos los proyectos que hagas, para evitar que fracases y te hagas daño.
- Pero entonces son como los fantasmas del miedo y del fracaso, quieren mi bien y sin embargo me infringen el mayor daño que puede
existir: robarme mis sueños, mis ambiciones y por tanto las más poderosas armas
que tengo para alcanzar lo que yo quiero. Si nunca lo intento... nunca lo conseguiré. Es cierto que si lo intento
puedo fracasar, sin embargo también puedo tener éxito y conseguir lo que yo quiero!
- Eso es hijo y además, sin
quererlo, acabas de descubrir tus tres armas más poderosas.
- ¡Cuáles! dímelo - su ilusión ante la perspectiva de tener más armas era
enorme.
- La primera el Entusiasmo, si crees en lo que haces y de verdad
te gusta podrás conseguirlo todo y debes creerlo con todos los vestigios de tu
ser.
Kan asintió con la cabeza
temeroso de interrumpir a su padre.
- La segunda ¡El Empuje! Has de aprender y trabajar, aprender
y trabajar y después... enseñar, aprender y trabajar. Sólo con el trabajo
conseguirás tus objetivos. Si pretendes aprovecharte de la gente sólo
encontrarás el fracaso, sin embargo, si trabajas con honor, en equipo y siempre
intentas superarte... no habrá nada que pueda pararte.
Kan posó la mano en su corazón y
se prometió a si mismo, en absoluto silencio que siempre trabajaría con honor y
que nadie le pararía.
- Y tercera la Constancia - los ojos de Kan preguntaban a
su padre que era la constancia, acaso no era lo mismo que el empuje - La
Constancia hijo mío, es la capacidad de aguantar en los tiempos duros y seguir
trabajando para que vengan los tiempos buenos, la constancia es el Arte de Continuar Siempre! Tú ahora
acabas de empezar y mañana empezarás a practicar con los Samurais. Al
principio, después de cada entrenamiento, te dolerán los músculos y estarás
cansado, tendrás ganas de abandonarlo todo porque pensarás que esto es
demasiado duro para ti. Pero si eres Constante y continúas aprendiendo y
practicando, poco a poco tu cuerpo se irá adaptando y desarrollando, así como
tu mente. Y verás como cada vez las cosas te resultarán más fáciles y obtendrás
más resultados y más fácilmente. Los comienzos son siempre duros hijo, y sólo si eres Constante tendrás el éxito asegurado.
Kazo vio como su joven hijo
asentía medio dormido. Ya era tarde y hoy había aprendido más que en toda su
vida. EL viejo Samurai cogió a su joven hijo y ahora aprendiz de su arte en sus
brazos levantándolo, a pesar de su avanzada edad, como si de una pluma se
tratara. Su hijo le susurró algo al oído como "gracias papa!" antes
de quedarse dormido. El general de generales se preguntó si realmente su hijo
seguiría al pie de la letra todos los consejos que hoy había aprendido. Sabía que si así lo hacía
llegaría aun más alto de lo que él, general de generales, había logrado.
La Primera Leccion Samurai
Era una hermosa mañana, en el
cielo, a lo lejos, volaban altas las gaviotas retando al Sol.
Kan estaba sentado sobre la
fresca hierba junto con otros aprendices a Samurai. Era su primera clase y por
"casualidad", su padre Kazo, el viejo Samurai, el general de
generales había decidido dejar sus otras obligaciones en manos de sus hombres
de confianza para dar el mismo la clase a los jóvenes Samurais. Kan sabía que era
por amor a su hijo. Pero el viejo Samurai nunca lo hubiera reconocido.
Y allí estaba el viejo general,
sentado en la hierba, con su larga cabellera blanca meciéndose al viento y su
espada Katana de doble diamante dibujando estelas de luz en el aire cada vez
que su dueño hacía el más leve movimiento.
- Hoy jóvenes aprendices - su voz
omnipresente y penetrante acalló instantáneamente todas las jóvenes voces - os
quiero prevenir de las trampas con las que podeis encontraros en vuestras
vidas. Debeis siempre recordar que si os topais con alguna de estas trampas
será signo de que os habeis alejado del camino correcto y os habeis adentrado
en el bosque. Pues es únicamente en el bosque de la vergüenza y el deshonor
donde se encuentran instaladas las trampas. El camino del honor es el único
medio para llegar al éxito. Puede ser que algunas veces parezca largo y pesado
e incluso parezca que podemos atajar por el bosque para llegar antes, pero eso
siempre son ilusiones. El único medio para alcanzar el éxito y lograr todos vuestros
objetivos, es seguir el camino del honor, la amistad y el trabajo en equipo. Si
lo haceis así llegareis a la meta mucho antes de lo que creeis.
Después de decir esto, el viejo
Samurai, guardó silencio un momento para que las jóvenes mentes de sus alumnos
pudieran asimilar la sabiduría de sus palabras. Sólo cuando comprobó en la
mirada de todos y cada uno de sus alumnos que lo habían comprendido continuó.
- No debeis caer en la tentación
de querer crear un nuevo golpe "mágico" que os solucione la vida. El
camino es único para todos y no podemos crear otro. Lo único que necesitais es
seguirlo aprendiendo de vuestro mentor, aplicando y practicando sus
enseñanzas... y más adelante enseñando lo que sabeis a vuestros propios
alumnos.
Todos los aprendices a Samurai
asintieron, su sueño era aprender correctamente las enseñanzas de sus maestros
para poder ponerlas en práctica. Después, algún día, querían poder enseñar
también a sus propios alumnos como hoy les enseñaba a ellos el viejo general.
- No debeis caer en la tentación
de dedicar poco tiempo a vuestros deberes pensando que sois mejores que los
demás. Sólo el trabajo duro conlleva a los resultados y al éxito. Así mismo
debeis aprender a pensar a lo grande desde hoy mismo. Cuando yo tenía vuestra
edad, mi maestro me dijo "Si quieres darle dar a un águila, apunta al
sol" yo no entendí sus palabras y le pregunté "¿Por qué
maestro?" a lo que me contestó "Mas vale apuntar al Sol y dar sólo a un
águila, que apuntar al águila y cazar una piedra"
"" Desde entonces mi
objetivo ha sido el ser el más grande de los Samurais que nunca halla existido.
El mismo que vosotros debeis fijaros. Muchos creeis que soy el Samurai más
poderoso y experimentado que existe, yo creo que sólo soy el más viejo - las
risas de los alumnos resonaron en el tranquilo valle - Sin embargo - continuó
Kazo muy serio - todos los días trabajo para mejorarme un poco, para llegar un
poco más que el día anterior - su voz se fue reduciendo poco a poco a un ligero
susurro - y gracias a eso he llegado hasta donde estoy... pero no se lo conteis
a nadie, es un secreto...
Los alumnos tenían los ojos muy abiertos, como si así pudieran escuchar mejor a
su maestro.
- ¡Ese es el verdadero secreto! -
Su voz se elevó y su expresión resaltaba la pasión de sus palabras - Un Samurai
debe estar siempre en forma, para ello ha de entrenar y practicar todos los
días - La expresión del viejo Samurai se tornó dura y sus ojos se redujeron a
dos estrechas líneas - La falta de entrenamiento destruye al Samurai. Sin
embargo... Teniendo en mente los más grandes objetivos y dando todos los
días un paso más... Se recorre el camino de la única forma posible...
- Paso a Paso - Contestó Kan sin poder
evitarlo.
Una sonrisa cruzó la cara de
Kazo, parecía que todos los Jóvenes aprendices habían comprendido que sólo
trabajando todos los días se podía alcanzar el triunfo.
- Sí Señor Kazo, - Alzó la voz un
joven aprendiz medio escondido entre los demás - yo todos los días les digo a
mis hermanos que hagan como yo, que practiquen cuando yo. Algún día los
convenceré de que se hagan un Samurai como yo.
-¡ESE! - El padre de Kan subió
repentinamente su tono - ¡ESE! Es un grave error - El Samurai advirtió que la
cara del joven aprendiz se había teñido de vergüenza, por lo que moderó el
volumen de su voz y reafirmó su postura - Nunca debes convertirte en el tema de
conversación. Si afirmas continuamente que tu camino es el único correcto
caerás en un grave error, existen muchos otros caminos correctos. Y aunque tú,
como yo, creas que este es el mejor de los caminos... nunca has de intentar
romper las creencias de los demás. - mientras decía estas palabras se irguió en
toda su estatura - El hombre ha de ser libre para vivir su propia vida y
escoger el camino que desee, pues aunque se equivoque, es su libre albedrío lo
que está en juego. Si no cumples esta regla sólo te crearás enemigos. Y tus
enemigos siempre intentarán romper tus creencias y matar tus sueños acabando
así con tu futuro. - entonces desenvainando su espada para resaltar sus
palabras concluyó - Si te encuentras con un enemigo que quiera romper tus
creencias... - entonces envainó su espada - lo más sabio es retirarte de la
lucha hasta que estés totalmente preparado.
Un largo puñal voló en un
destello de su mano hasta el joven aprendiz, enterrándose hasta la empuñadura,
justo a su lado en la tierra.
- Lo que debes hacer es
esforzarte en aprender para convertirte en un verdadero Samurai - dijo
acercándose - Búscate un mentor, normalmente será aquel que te ha introducido
en el arte Samurai. - al mismo tiempo arrancaba el largo y fino puñal del
suelo, una preciosa pieza de plata con la empuñadura de oro - y si este es
inexperto contacta con su maestro, y con el maestro de su maestro si es
necesario - y tendiéndole el puñal añadió - Recuerda que siempre habrá alguien
en el equipo dispuesto a enseñarte. Nunca estarás solo... siempre tendrás a
alguien luchando a tu lado.
Una gran sonrisa cruzaba la cara
del joven aprendiz, la sabiduría de las palabras del general y la belleza del
puñal, que le había regalado, harían que nunca olvidara esta mágica tarde.
- Ahora bien - puntualizó el
general una vez regresó a su sitio - nunca debeis abusar de vuestro mentor. Él
es el hilo vital que os une con el arte Samurai, quizás os sintais tentados de
pedirle que luche por vosotros, pues esta es la salida más fácil. No pretendais que otros luchen vuestras batallas o... nunca aprendereis ni llegareis a nada. ¡Luchad vosotros vuestras
batallas! ¡Ganaos un renombre! ¡Que vuestra fama os preceda! ... Y llegareis a
lo más alto!
Sonó una explosión y una cortina
de humo se ciñó sobre el Samurai. Cuando los ojos de los jóvenes aprendices por
fin pudieron ver a través de la espesa cortina de humo... el General de
generales ya no estaba con ellos. Sin embargo, al menos una parte de su
sabiduría permanecería para siempre en sus corazones...
Goletas Samurai
Kan escrutó entre los
árboles. Su padre Kazo estaba a menos de dos pasos. Un solo salto y estaría
encima de él. Aunque Kan no era más que un chiquillo, la sorpresa sería una
gran ventaja.
Era la hora de la siesta y su padre, el viejo Samurai, dormía plácidamente
confiado. Su abdomen subía y bajaba lentamente. Esta vez ganaría el joven
aprendiz de Samurai.
En ese momento una mano se posó en el hombro de Kan. Era la señal de que había
perdido la partida. Pero... ¡No podía ser! ¡Su padre dormía! ¿Qué era lo que
pasaba?
El inexperto Samurai miró a su espalda y vio a Aki, uno de los Siete Samurais
de su padre.
- Eso no vale - replicó Kan con su orgullo herido - es contra mi padre contra
quien juego, tú no tienes nada que ver. - había estado tan cerca de ganar... y
sin embargo su padre había vuelto a ganarle. ¡Y esta vez estando dormido!
Un estallido de cólera se apoderó de su joven cuerpo de doce años y corrió adentrándose
en el bosque mientras su espada katana replicaba contra su armadura.
- Ah! estás aquí hijo mío -
susurró Kazo al oído de su hijo - Mi fiel Aki me ha contado lo ocurrido.
Kan sentía la suave y cálida mano de su padre en el hombro mientras la grave y
penetrante voz de su padre calaba en sus pensamientos.
- Sí padre, siento haber huido, pero perdí! y eso me indignó!
- Querido Kan, otras veces has perdido y nunca antes te habías alterado de esta
manera. ¿Por qué este enfado tan impropio de ti? - Las palabras de Kazo eran
tranquilizadoras mientras se sentaba en una frágil rama al lado de su hijo.
- La cuestión Padre es que estabas dormido, y aun así me ganaste. Al principio
no quise reconocerlo. Pero la verdad es que da lo mismo que fuera tu mano o la
de Aki la que me tocara. A efectos perdí igual. Y eso me corroe. - Los ojos de
la joven promesa Samurai irradiaban un pesar que caló en el corazón de su
padre.
- Hijo mío. ¿Y qué has aprendido de este percance?
Los ojos de Kan se clavaron interrogantes en su padre. ¿Aprender? Había algo
que aprender... sí había algo, pero todavía le resultaba muy lejano, podía
sentirlo pero no sabía exactamente lo que era.
- Ah! Mi querido Kan, te queda tanto por aprender... y prometes tanto - Los
ojos del viejo Samurai reflejaban un orgullo imposible de esconder, había visto
que el pequeño Samurai empezaba a ver la luz y decidió ayudarlo - Te contaré
una historia que te sacará de dudas:
"""Existieron una
vez, en unas tierras muy lejanas al, Oeste, más allá de las fronteras de
Nuestro Imperio, dos pescadores de Ostras llamados Stauros y Giorgos. Stauros
tenía mucho éxito, pero Giorgos no podía casí mantener a su familia.
Un día Stauros se ofreció a bucear con Giorgos para ayudarle.
Fueron los dos juntos a la playa
y Giorgos buceó hasta el fondo de un mar de aguas cristalinas y suaves. En el
fondo encontró una gran ostra grande y fuerte, con unos brillos llamativos y
pensó "esta ostra me hará rico!", así que cogió con su cuchillo esa
única ostra y se la llevó a la superficie con mucha calma y cuidado. Apenas
pudo llegar a la playa y sentarse sobre su blanca y fina arena cuando sacó su
cuchillo y empezó a abrir la ostra para recoger su perla.
Stauros, extrañado de que su
amigo saliera tan pronto del agua salió también del agua y mirándolo extrañado
le preguntó "¿Por qué has salido tan pronto?" y al ver la ostra en
las manos de Giorgos le dijo "¡Has desperdiciado toda esa energía para
coger sólo una ostra!"
"Sé lo que hago" le contestó Giorgos "tengo un presentimiento
con esta ostra. Tiene algo especial"
Stauros observó en silencio
mientras Giorgos abría la ostra ¡Dios mío!, no había perla en la ostra! Giorgos
cerró la ostra con cuidado y comenzó a acunarla entre sus cálidas manos...
"¿Qué haces ahora?"
preguntó Stauros
"Creo en la ostra" respondió obstinadamente Giorgos "Si la cuido
y la mantengo caliente, quizás acabe haciendo una perla para mí, por
gratitud"
Negando con la cabeza ante la
obstinada actitud de Giorgos, Stauros se marchó a sumergirse en las cálidas
aguas del mar. Se estaba haciendo tarde y necesitaba trabajar. Así mientras
Giorgos cuidaba su ostra especial meciéndola entre sus brazos, Stauros buceó
solo y metió 100 ostras en su cubo, después subió a la playa y fue abriéndolas
una a una. Cada ostra que no tenía perla la devolvía al agua.
A la caída del Sol Giorgos
continuaba meciendo su ostra vacía.
"¿Ha habido suerte?" preguntó Giorgos
"Sí" contestó flamante Stauros "He tenido que devolver al mar a
noventa y tres ostras. Sin embargo siete tenían una perla dentro. Esta noche
llevaré a mi mujer a la taberna para celebrarlo!"
"Stauros. ¡Siempre tienes suerte!" Suspiró resignado Giorgos acunando
entre sus brazos su ostra vacía."""
Cuando cesó la suave voz del
viejo Samurai, en la imaginación de Kan todavía vivían los dos pescadores de
ostras. Kazo guardó silencio esperando que la sabiduría impresa en la vieja
historia de los pescadores de ostras se asentara en el cerebro de su joven
hijo.
- Padre, creo que entiendo la historia - dijo por fin Kan - pero no acabo de
ver que relación tiene con que me ganaras.
- Expresa tus pensamientos en voz alta hijo, así podré ayudarte.
- El fallo de Giorgos era confiar su fortuna a una sola ostra, en vez de buscar
entre muchas como hacía su compañero. Stauros recogía muchas ostras, y sólo se
quedaba con las que tenían perlas. Del resto se deshacía. Por eso era mas
afortunado que Giorgos ¿No es así padre?
- No hijo - corrigió el viejo Samurai - Stauros no era más afortunado que
Giorgos, sólo conocía su oficio mejor. Igual que yo conozco mejor el nuestro
que tú. La sabiduría de Stauros estaba en recoger muchas ostras y en acoger
sólo a aquellas que tenían una perla dentro. También era sabio al devolverlas
al mar, pues esas mismas ostras más adelante, quizás al año siguiente tuvieran
dentro una ostra que recoger. ¿La entiendes ahora?
- Sí, pero sigo sin ver la relación con nuestro juego padre.
- Querido Kan, se te ha pasado un detalle. ¿Cuántas ostras con perla encontraba
Stauros?
- Siete... - de repente un rayo de comprensión surcó los ojos del joven
aprendiz - ¡Claro! Ahora lo entiendo! Siete ostras y siete Samurais. Cada ostra
es un Samurai, un guerrero con características únicas de los cuales sólo hay
unos pocos entre cientos.
- Lo que me quieres decir es que la fortuna de Stauros estaba en tener a siete
perlas... a Siete Samurais ¡No me estabas hablando de perlas! - Kan lanzó una
mirada acusadora a su anciano padre que le había tendido una sutil trampa -
Giorgos no poseía fortuna por que perdía el tiempo con ostras vacías mientras
que Stauros supo encontrar a sus Siete Samurais, a sus siete ostras con perla
entre un mar lleno de ostras sin valor. Se quedó sólo con las siete ostras que
realmente eran especiales y tenían perla, las cuales representaban su gran
fortuna por poseer un equipo perfecto. Y al resto de ostras sin valor las
devolvió al cálido mar porque no estaban lo suficientemente desarrolladas para
tener perlas todavía y debían madurar.
- Correcto hijo - aprobó el padre orgulloso
- Sin embargo – Cortó el aprendiz entusiasmado - lo más importante de la
historia es que la fortuna no viene por la fe, se alcanza solo por medio del
trabajo duro y la persistencia.
- Exacto! Kan, hoy te has ganado postre extra!
- Pero padre, no acabo de ver la relación... estoy de acuerdo de que no existe
mayor fortuna que contar con tu equipo de Siete Samurais... pero que tiene que
ver eso con nuestro juego.
- Lo que quiero decirte hijo, es que la mayor fuerza, hasta para un Samurai no
está en su propia habilidad ni en su fuerza, ni en el afilado filo de su
espada. Su verdadera fuerza está en su equipo. Hoy ha sido la prueba. - Los
ojos de Kazo reflejaban un infinito amor hacia su hijo - Hoy has sido tú quien
inofensivamente me ha atacado mientras dormía, pero otro día puede ser otra
persona con mucho peores intenciones que tocarme en el hombro. Aunque ese día
llegue, yo podré seguir durmiendo tranquilo, porque sé que tengo a Siete
Samurais que me ayudan día y noche, aun cuando yo descanso.
Kan por fin comprendió, le había costado un disgusto, un enfado y una historia
pero al fin comprendió. La verdadera fuerza de un Samurai está en el trabajo en
equipo. Un Samurai solo es difícil de abatir. Pero Siete Samurais ¡PUEDEN MOVER
EL MUNDO! De repente una idea surcó por su cabeza.
- Padre! - dijo entusiasmado - ¿Puedo yo empezar a formar mi propia guardia de
Siete Samurais?
- Claro hijo, para eso te he contado esta historia.
- Sin embargo, todavía no soy un Samurai de verdad, sólo soy un aprendiz... -
dijo mientras miraba una hoja caída en el suelo - ¿Cómo voy a formarlos si aún
no se yo mismo?
- Es cierto que todavía no eres un Samurai en toda regla. Lo que sí eres es un
aprendiz y como tal conoces secretos que puedes enseñar - Explicó paciente el
padre - Cuando yo empecé a enseñar a Aki, sólo era un aprendiz como tú. Yo le
enseñaba día a día lo que sabía e iba aprendiendo. Nos adentramos juntos en el
camino de la vida por el sendero del Samurai. Después más Samurais se fueron
uniendo a nosotros y juntos les enseñamos. Poco a poco pasamos de ser dos a ser
un ejército invencible de Samurais. Tú debes hacer lo mismo. Es tu tarea como
Samurai ¿Lo harás?
- Padre, yo quiero ser un Samurai como tú. ¡Claro que lo haré!
Y un abrazo selló su pacto.
EL INCREÍBLE GOLPE DEL SAMURAI
Había pasado una semana desde que
padre e hijo se abrazaran para sellar el primer paso en la madurez Samurai de
Kan. La puesta en marcha de la creación de su guardia personal de Siete
Samurais.
Estos siete días Kan se había
pasado preguntando a todos sus amigos si querían convertirse en Samurais, pero
sólo uno, su más íntimo amigo Goku se había unido a él.
El pesar de Kan era profundo, él
sabía que no había nada más maravilloso en este mundo que ser un Samurai, la
exquisita habilidad, la pureza de espíritu y el desahogo económico que vivían
era lo que todo el mundo buscaba alcanzar. Pero parecía que el joven aprendiz
de Samurai no era capaz de convencer a nadie de que el suyo era el mejor camino
para alcanzar esas metas.
Así que apesadumbrado decidió
preguntar a su padre. En ese momento su padre tenía un enorme ejército de
Samurais, todos perfectamente entrenados. Un ejército capaz de trabajar en
equipo como si de una sola persona se tratara.
Kan fue a ver a su padre Kazo y
se encontró con que estaba hablando a todo su ejército. Estos estaban en formación,
por columnas de Siete. El número perfecto.
Eran cientos de Samurais todos en
perfecta formación. Sus limpias armaduras relucían frente al claro sol. En el
mango de sus espadas katanas, envainadas en su cintura, lucían sus cargos y
méritos. Adornos de oro, plata y diamantes lucían por doquier. Sus miradas
seguras reflejaban una formación perfecta y años de experiencia acumulada.
La voz de su padre recorría las
filas llenándolas de orgullo mientras cientos de miradas de respeto y
admiración se dirigían al unísono hacia su general.
La voz cálida, grave y penetrante de su padre cesó y al unísono surgió un grito
de victoria de la garganta de los Samurais.
Kazo se retiró mientras Aki, el
primero de su guardia personal de Siete Samurais tomaba el mando de la reunión
y dejaba que el viejo Samurai descansara.
En menos de un momento, Kan
sintió la mano de su padre en su hombro, señal de que tenía que estar más
alerta y ser más rápido. El día que él fuera capaz de poner su mano primero en
el hombro de su padre, ese día sería todo un Samurai. Mientras tanto sólo era
un aprendiz.
- Padre, he fallado! - pronunció por fin el joven Samurai - no he podido crear
mi guardia personal de Siete Samurais, no puedo alcanzar la fuerza del equipo.
Sólo mi amigo Goku se ha unido a mí y sé que sólo ha sido por amistad.
- Hijo, no has fallado - la
mirada de Kazo comunicaba comprensión, él había pasado por lo mismo hacía mucho
tiempo - sólo has empezado, y todavía te falta mucho por aprender.
- Sí padre, pero yo he hablado con
todos mis amigos, les he contado las maravillas que haceis tú y tus Samurais,
el espíritu de trabajo en equipo, el honor... todo! y sabes lo que he
conseguido? - el rostro de Kan se enrojeció de vergüenza e ira - Me miran con
cara extraña, me dicen que eso no es posible, ¡Qué son cuentos e ilusiones de
un crío! Pero yo sé que es verdad, lo he visto con mis propios ojos y hay cosas
que ya se hacer. ¿Cómo puedo convencerles padre? ¿Cómo puedo hacer que se unan
a mí?
Kan guardó silencio, su padre le
miró y vio en sus ojos una mirada de fe absoluta. Naturalmente Kazo, como padre
suyo, podría hacer el trabajo por él, reclutar y adiestrar a esos Siete
Samurais, pero entonces su hijo no aprendería. No, debía ser él mismo quien lo
hiciera, y el viejo Samurai debía enseñarle el camino a su hijo igual que con
cada uno de los cientos de soldados Samurais que había formado durante todos
estos años.
- Hijo, con cuántas personas has
hablado?
- Con muchas padre. Quince,
quizás veinte.
- Y de veinte personas has
conseguido que una, Goku, diera el primer paso para convertirse en Samurai?
- Sí padre... pero me faltan
seis.
- Pues has tenido éxito mi
querido Kan, aun sin saber trabajar correctamente. Acuérdate de la historia de
los pescadores de ostras, Stauros para conseguir sus siete ostras con perla
necesitó pescar cien ostras. Así, para conseguir a tus Siete Samurais tendrás
que hablar con más de cien personas.
- Son muchas padre... sin embargo lo haré, hoy mismo lo haré!
- No debes precipitarte hijo. Si
hablases todos los días con tanta gente descuidarías tus obligaciones. Lo
primero que debes hacer es organizarte. Fija un horario. Reparte tu tiempo a lo
largo del día. Dedica unas horas a hablar a la gente sobre las ventajas de ser
Samurai, otras a practicar tus habilidades, otras a adquirir habilidades
nuevas, otras a enseñar lo que sabes a tu equipo y por último acuérdate de
descansar para recuperar fuerzas. A última hora del día haz un balance del día.
Analiza lo que has hecho y medita sobre cómo podías haberlo hecho mejor. Y lo
más importante, el último día de la semana analiza todo lo que has hecho y
busca los defectos o fallos que puedas encontrar en tus actos, tu forma de
actuar y de pensar. Anótalos y haz un plan de acción para remediarlos la semana
siguiente. El Samurai ha de intentar ser cada vez mejor!
- Si me fijo un horario - dijo
pensativo el hijo - podré actuar más eficientemente y me costará menos ponerme
a hacer las cosas, porque la propia fuerza de la costumbre me empujará a hacer
esa tarea. ¿No es así padre?
- Exacto hijo - El viejo Samurai
estaba muy orgulloso de su hijo, con sólo doce años ya era toda una promesa.
Aprendía muy rápidamente y ponía todo de su parte para que así fuera. Sin duda
algún día superaría en méritos a su padre. Ese sería el mejor regalo que Kan
pudiera hacerle a su anciano padre.
- A partir de ahora me
organizaré. Y me pondré pequeños objetivos que cumplir. Así cuando los alcance
sabré que he actuado correctamente.
- Sabes como se caminan mil leguas hijo mío?
- No, eso es mucha distancia
¿Cómo?
- Pues paso a paso, mil leguas no
son más que muchos pequeños pasos que unidos hacen una distancia descomunal. La
única forma de recorrerla es un paso detrás de otro. Si lo hacemos así,
dividiendo la distancia a recorrer en noventa días y cada día en ocho horas de
camino, y cada hora en sesenta minutos... descubriremos que sólo habremos de
dar cinco pasos en un minuto durante tres meses para llegar a recorrer mil
leguas. ¿Te parece mucho dar cinco pasos en un minuto?
- No padre! - dijo riéndose el
aprendiz de Samurai - ¡Es muy fácil dar cinco pasos en un minuto! ¡¡¡Mira como
los doy!!! - Y levantándose dio cinco pasos, se dio la vuelta y dio otros cinco
pasos hacia su padre - Ves diez pasos en un minuto y todavía tengo tiempo para
descansar!!!
- Pues de esta misma forma habrás
de trabajar querido hijo, poco a poco, organizadamente y sin pausa. Hazlo así y
en menos tiempo de lo que crees tendrás tu propio equipo de Siete Samurais!
EL SEMBRADOR
Las Negras Nubes se esparcían
caóticamente por el horizonte. El viento húmedo no traía buenos presagios y
hasta un extraño aroma parecía calar en los tristes pensamientos de Kan.
El pobre se debatía desolado por
vientos mucho peores que el gélido y húmedo viento de su exterior. Su espíritu
estaba viviendo un verdadero huracán de emociones encontradas.
Hacía exactamente un mes que
había ingresado como Aprendiz Samurai. Él, que era el hijo del más poderoso de
los Samurais, el mismo General de Generales, había creído que el ascenso sería
fácil. Sin embargo, el día a día le había ido venciendo poco a poco.
Una curiosa metamorfosis de había desarrollado en su interior. El primer día,
justo después de entrar a formar parte del Equipo de los Samurais, se había
sentido pletórico, cargado de energía y dispuesto a comerse el mundo, pero esta
energía había descendido día a día, había menguado primero haciendo que sus
aspiraciones se fueran reduciendo y, finalmente, haciéndole pensar que quizás
él, Kan, quizás no era lo suficientemente bueno para ser un Samurai. Quizás
quedase como Aprendiz o Caballero durante toda su vida, o quizás abandonase el
ejército y probara otra profesión, aún a riesgo de defraudar a su padre, pero
lo cierto es que él ya no se veía con fuerzas para continuar. Una gran
sensación de desánimo se había adueñado de él y ya apenas recordaba como la
vana ilusión de un niño aquella pletórica energía que había sentido cuando su
padre le entregó su maravillosa katana.
El Joven y desilusionado aprendiz
bajó los ojos hacia su hermosa espada katana, aquella que había sido el máximo
exponente de su Orgullo ahora, irónicamente, se había convertido en el
exponente de su vergüenza.
Sólo unos pocos días después de haberse hecho aprendiz había corrido a ver a
sus antiguos amigos, totalmente pletórico les había enseñado su trofeo
"Katana" que construía su magnifico orgullo. Esperaba haber sido
felicitado por haber conseguido llegar a ser aprendiz, pero en vez de ello
había recibido una dura burla y sátira que le habían herido en lo más hondo.
"¿Y qué si eres aprendiz? Hasta que no seas Samurai no eres nada"
Habían dicho algunos. "Ten cuidado, no juegues con esa espada o te
cortarás por imbécil" habían dicho otros. "¿De verdad que te has
ganado esa espada? Yo creo que la has robado, mejor será que la devuelvas a su
verdadero dueño antes que lo descubra y te de una paliza. Los Samurais son
señores muy especiales ¿Quién te crees que eres? Eres sólo un niño vulgar, no
digas mentiras, sólo serás un mimado toda tu vida. Nunca serás un Samurai, para
eso hace falta ser muy especial, y tú no lo eres". "¿Samurai tú?
JA!"
El corazón de Kan le dolía
profundamente, estaba allí, encima de ese enorme risco mirando al mar agitado
sin verlo. ¡Le había dolido tanto!
Al principio no lo había querido reconocer, pero ese dolor se había almacenado
en lo más profundo de su alma, poco a poco había alimentado una creciente
inseguridad. Cada vez que alguien le decía que no quería ser un Aprendiz de Kan
porque sólo era un niño, el joven samurai había recordado las terribles
palabras de sus amigos y la duda había crecido poco a poco enraizándose en su
alma. ¿Y si tenían razón? ¿Y si eran más sabios que él o si sabían algo que él
no sabía?. Quizás era demasiado joven y por eso la gente no le tomaba en serio,
o quizás era cierto que era sólo un niño mimado y lo había visto todo demasiado
fácil. Quizás era cierto que la vida es demasiado dura... y no merecía la pena
vivirla.
Las lágrimas de Kan recorrían
toda su cara, la prueba había sido demasiado dura para un niño de su edad y el
ya no podía más con aquella carga. ¿Qué hacer? No podía reconocer ante su padre
que había fracasado, no podía abandonar sin una salida honrosa o se reirían de
él durante toda su vida. ¿Qué salida honrosa le quedaría? ¿Cuál sería la última
medida que habría de tomar?
En ese momento su mano sintió el,
en otro tiempo, seguro tacto de su Katana. Quizás aquella arma podría ser su
salvación, quizás podría tomar la salida que otros guerreros habían tomado
antes que él cuando todo se había perdido, quizás ya no merecía más la pena
luchar y debería abandonar este mundo dejándolo el honor de haberse sabido
rendir a tiempo.
Kan había visto este ritual en antiguos dibujos, sería enormemente doloroso
cortarse su propio estómago y dejarse morir pero... ¿Qué otra opción quedaba si
no había sido capaz de triunfar y sólo le quedaba la humillación de la derrota?
Lo último que Kan sintió fue el
frío acero de su Katana en su estómago, un ciego dolor en su corazón y las
lágrimas inundando los ojos antes que el último hálito de vida abandonase su
cuerpo, cegando su vista y sus sentidos.
El viejo labrador miro con tristeza a sus pies, allí estaba ese joven
desconocido que había visto desde el pie del acantilado arrodillado y con
aquella espada entre sus manos. Sólo era apenas un niño y había decidido
quitarse la vida. ¿Qué malignas fuerzas podrían provocar tal cosa? ¿Qué extraño
impulso humano podría causar que tantos se rindiesen cuando apenas habían
empezado a luchar?
Tales preguntas cruzaron por la mente del anciano mientras se limpiaba la
sangre con que se había manchado la camisa al agarrar el cuerpo del muchacho
para llevarlo al cementerio de sus tierras.
El lugar era siniestro y bello al mismo tiempo, las lápidas de otros muertos
hace mucho plagaban el lugar concediéndole una santidad inigualable. Una luz
blanca y clara cruzaba por todo el lugar, y bellas figuras, blancas, de gran
porte, parecían disfrutar entre aquel lugar.
Un gélido frío golpeaba el espíritu de Kan, este se miro a si mismo, su
"cuerpo" estaba blanco como la más pura leche y un extraño aroma a
podredumbre le cubría. Había despertado sentado sobre un blanco sofá de mármol,
y a su lado había un cuerpo igual de blanco que el suyo, sólo que este era sólo
huesos apenas cubierto de un poco de carne entre la que se veían unas cuerdas
que parecían imitar toscamente a unos músculos.
Sorprendido vio que ese ser poseía una sonriente y espantosa boca llena de
dispares dientes y unos ojos hundidos en lo más profundo de sus cuencas.
- ¿Estoy muerto? - Preguntó al
fin después de intentar tragar saliva y sorprenderse al ver que su boca estaba
tan seca como una piedra, de una forma totalmente antinatural.
- ¿Es necesario que te responda o es que eres estúpido? - Espeto el saco de
huesos.
- No, veo que estoy muerto, pero lo imaginaba de otra forma - dudo unos
instantes - quizás un lugar más feliz, o quizás un sueño eterno.
- Jajaja!!! - Rió irónicamente la figura - eso imbécil es para los seres
felices que mueren por causas naturales, no para los idiotas que se rinden y
toman la salida fácil.
Kan no contestó nada a este insulto, sentía que era verdad. Hubiera querido
llorar, pero sus ojos estaban secos como el mármol y nada salía de ellos.
Finalmente un inmenso grito de dolor surgió de su garganta, un triste llanto
que resonó como surgido de las entrañas de la tierra.
-¿Qué te indujo a tomar esa decisión a tu tierna edad? - Preguntó después de
casi una hora de silencio el fantasma de huesos. - Ya que nos ha tocado pasar
la eternidad juntos, al menos podremos hablar un poco.
Kan le miró extrañado, ¿qué le importaba a él?, aunque en el fondo necesitaba
hablar con alguien.
- Fracase en mi misión en la vida. - dijo sencillamente.
El viejo saco de huesos rió estrepitosamente, su risa era como una cuchilla que
cortaba uno a uno los hilos del espíritu de Kan. El joven, enloquecido, se
llevó las manos a sus oídos, pero la risa seguía estando ahí, la sentía con
toda su alma.
- Imbécil, - espeto el fantasma - ¿Habías fracasado siendo sólo un niño? ¡Anda!
¡Di la Verdad! ¡Te rendiste como un Cobarde y tomaste la salida fácil!
Kan sostuvo la gélida mirada del saco de huesos con odio... al principio, luego
bajo la mirada y reconoció.
- Sí... - y excusándose añadió - no tenía otra salida.
- ¿No tenías otra Salida? - La horrible risa brotó de nuevo - ¡¡¡IMBÉCIL!!!
¡¡¡COBARDE!!! Siempre hay una salida! Pero no tuviste el VALOR y la CONSTANCIA
para tomarla, así que optaste por la solución más fácil, rendirte y dejar de
luchar.
Kan asintió, sabía que era verdad.
- Pero dime, de que te rendiste
exactamente tú???
El espíritu de kan ya se había doblegado completamente y habló como si nada le
importase... cosa que así era.
- Yo era un Joven y Prometedor Aprendiz de Samurai - dijo recordando su época
de vivo - mi padre era el señor más poderoso del imperio, y yo su mayor promesa
y esperanza.
"" Un buen día me concedió el mayor de los dones, me dio una
maravillosa espada Katana, una espada de aprendiz - Kan abría dado todo lo que
tenía por poder tener unos ojos vivos con los que llorar, pero no tenía nada
que dar y ni aún pudo tener ese alivio - Ese fue el día más feliz de mi vida.
Tenía toda la vida por delante y un gran Futuro pero...
- Pero qué muchacho - urgió el siempre cortante saco de huesos con forma de
viejo.
- ... pero mis ilusiones fueron destruidas - Kan cerró los ojos para continuar,
quizás no pudiera llorar pero si podía dejar de ver ese espantoso lugar - Ya mi
primer día mi padre me advirtió que mis mayores enemigos serían los Ladrones de
Sueños, los fantasmas del miedo y del fracaso...
Una cortante, áspera y dolorosa risa corto su narración - ¡¡¡IMBECIL!!! FUISTE
ADVERTIDO Y FINALMENTE HAS ACABADO EN LOS TERRITORIOS DE LOS FANTASMAS DEL
FRACASO ¡¡¡NO VALES PARA NADA!!! Hoy sólo eres un Fantasma del Fracaso más.
¡Como habría deseado poder tragar
saliva! O simplemente sentir miedo, pero ya sólo el dolor era el poseedor del
alma del antiguo joven samurai. Un dolor profundo y frío como la noche, no
mucho más aún.
Kan decidió continuar su
historia, al menos se la contaría a si mismo. Para su sorpresa, cuando volvio a
hablar, las risas se callaron automáticamente.
- Sí, mi padre me había advertido, y ese mismo día me llené de energía y
decisión, de ilusión y entusiasmo, y caminé fuerte para luchar.
- Veo que no lo bastante - contestó ridiculizando el horrible viejo
- Cierto saco de huesos, no lo bastante - rió esta vez Kan - Después de aquel
día yo empecé a trabajar, empecé a transformarme como un Samurai. Mi padre me
había avisado que eso sería un trabajo de muchos años, sin embargo yo,
internamente me fijé una fecha, mi orgullo me dictaminó que para conseguir lo
que otros necesitan años, o un mínimo de un año, yo lo conseguiría en un mes.
Porque yo era especial, yo era el hijo de Kazo, tenía la sangre y la carne del
mejor de los Samurais y para mi sería todo mucho más sencillo.
- Eso sí que es una imbecilidad - dijo el viejo, aunque esta vez de una forma
casi comprensiva - pero no fuiste tú quien plantó esa idea en tu cabeza, fue un
fantasma del miedo y del fracaso, el fantasma del orgullo que nos destierra de
la manera más sutil al fracaso total, al hacernos creer que como somos
especiales conseguiremos en unos días lo que los demás necesitan años de
dedicación y trabajo. - Esta vez el apenado parecía el pobre saco de huesos.
- Cuando pasó el mes - continuó Kan lleno de dolor - resultó que yo no era un
Samurai cualificado.
- Normal - replicó el anciano - para eso se necesita haber aprendido mucho y
una gran experiencia, fue tu orgullo lo que te mató.
- Sí, - respondió Kan - parece una obviedad y es que es así como fue, fue mi
orgullo y mi... avaricia por querer ser el mejor rápidamente lo que acabó
conmigo.
- Bueno exmozuelo - dijo riéndose el saco de huesos - la avaricia, el orgullo,
el querer ganar más y más rápido sin seguir su orden natural, el pensar que la
vida tiene que darle a uno lo que no se merece cuando no se merece y cuando no
lo consigue rápidamente abandonar, es lo que define a los cobardes, a los
chaqueteros que van de un lado a otro sin pasar más que unos pocos días o meses
en un mismo lugar. Son los traidores que cambian de bando continuamente con tal
de intentar conseguir rápidamente lo que desean. Son seres horribles y
despreciables que nunca consiguen lo que quieren y que siempre se enfadan, se
frustran y fracasan.
- ¡Pero yo no era así! - Replico Kan
La voz se rió esta vez más fuerte que nunca, su horrible sonido rompió los
hilos del espíritu de Kan haciéndole sufrir el mayor de los dolores.
- No hables tan alto jovencito!!! - Rió el viejo sarcásticamente - no me digas
tan rápido como no eras que no me dejas ver tus obras!!! - Y después de mirarle
fijamente dijo - Todos somos así jovencito, esa asquerosa cualidad de querer
recibir sin dar, de querer tener ya sin merecerlo, esa porquería esta presente
en el alma de todos y cada uno de los mortales, y han de limpiarla muy bien
antes de poder decir que no son así... y al fin y al cabo, tú abandonaste ¿No
es así? ¿Acaso no fracasaste, moriste y estás aquí con migo? Si en verdad no
hubieras sido así, entonces no estarías aquí.
- Tienes razón saco de huesos -
dijo al fin el joven - yo no era así cuando empecé, pero si cuando finalicé
fracasando y abandonando. Me convertí en un ser despreciable y al fin acabé
aquí. - Después de pensar un poco añadió - Lo que pasó es que me hicieron así.
La risa volvio a romper sus tímpanos, esta vez era, si puede ser, más
desagradable, rastrera y dañina que las anteriores veces.
- SERÁS CÍNICO IMBÉCIL!!! Nunca nadie te hará de otra manera que no sea la que
tú quieras. SI DE ALGO ES LIBRE TODA PERSONA, ES DE DECIDIR COMO PENSAR Y COMO
SENTIR.
Kan reconoció la verdad, había abandonado presa de una frustración temporal, de
una muy profunda que le había hecho sentirse muy muy mal. Sus temores habían
crecido, se había entregado a los Fantasmas del Miedo y del Fracaso, les había
escuchado y eso le había conducido al peor de los sufrimientos... aún sabiendo
que podía ocurrir, se había entregado a ellos.
En ese momento el viejo se levantó, estaba totalmente desnudo, y en ese momento
Kan se dio cuenta que él también estaba totalmente desnudo y blanco como el
propio mármol.
- Ven hijo, tenemos que cultivar nuestros campos eternos.
Kan no sabía de que hablaba el viejo, pero decidió seguirlo, eso sería mejor
que seguir allí sufriendo.
La tierra era negra como la oscuridad y el cielo tenía también un color negro.
Sólo una extraña luz blanca iluminaba los contornos, una luz que no podía
identificar de donde surgía.
El viejo señaló dos campos y dijo al joven:
- Aquellos dos campos juntos son el tuyo y el mio. Como ves yo apenas tengo ya
carne y soy puro hueso, pero mi sabiduría es grande, si tú con tu fuerza me
ayudas labrando mi campo, luego yo te ayudaré enseñándote como labrar el tuyo.
Kan asintió con la cabeza pues le pareció un trato justo, además, después de
todo ¿Qué más podía hacer? ¿Aburrirse eternamente?
- Unos de estos cestos contienen semillas de trigo sano y otros de cardos y
espinas. Los cestos dorados y bellos contienen las semillas de trigo sano -
dijo tomando un puñado - y los mugrientos cestos los de las espinas.
"" Ese campo - continuó - es tu alma, tal y como era cuando estabas
vivo. Sólo que ahora ha sido limpiada, arada de nuevo. Acompáñame para que veas
como trabajan los vivos los fértiles campos de sus almas.
Kan quedó sumamente impresionado por esta última afirmación y le siguió
ligeramente esperanzado.
Después de caminar en silencio
por un tortuoso camino donde los guijarros se clavaban en sus pies creándole un
sufrimiento inmenso, llegaron a un pequeño monte desde el que podían ver a coloridos
espíritus paseando y labrando sus propios campos.
Kan, desde lo lejos, podía ver a estos seres vivos y veía que a cada lado
portaban un fajo dorado y otro del color de la podredumbre. La mayoría arrojaba
un puñado de dorado trigo primero y luego otro de negras semillas de zarzas.
Kan quedó enormemente impresionado por esta actitud y continuó andando con el
viejo, que no pronunciaba una sola palabra. Después, llegaron a otro campo que
estaba medio lleno de trigo y medio lleno de espinas. El propietario vivo,
parte del tiempo estaba feliz retozando entre los dorados brotes de trigo, y la
otra parte, estaba sufriendo pinchándose y sangrando al caminar entre las
espinas de los cardos y las zarzas.
Sorprendido vio como el viejo tomaba un puñado de semillas de zarza y lo
arrojaba hacia los campos de los vivos.
Después, sin decir una sola palabra, retornaron a sus propios campos.
- Ahora mozuelo, quiero que tomes
ese podrido cesto de zarzas y lo plantes por todo mi campo - ordenó el viejo, y
al ver que Kan iba a protestar, remarcó su orden con una funesta mirada.
Kan tomó el pesado fardo y fue repartiendo las pegajosas semillas por el campo
del anciano. ¿Por qué haría tal cosa?
Finalmente, después de dos horas
de duro trabajo, Kan acabó. Parecía que estar muerto tenía sus ventajas, el
cansancio no era nada comparado con ese enorme dolor de su espíritu que parecía
ser toda su existencia.
- Dime anciano - preguntó al fin
Kan - ¿Por qué me has mandado plantar zarzas? ¿Deseas sufrir?
- Todo lo contrario joven - contestó sorprendentemente el saco de huesos - lo
que más deseo es ser feliz y triunfar.
- ¿Pero acaso las zarzas no son sufrimiento y el trigo no es la felicidad? -
Dijo sorprendido Kan - ¿Y acaso por cada semilla que siembras no recoges un
ciento de lo sembrado?
- Así es - contestó el anciano.
- Entonces... - dijo el joven samurai - ¿Por qué no plantas hermoso trigo y
recoges felicidad? ¡No es lógico plantar zarzas y esperar recoger trigo!
El anciano parecía turbado.
- Sí, tiene lógica lo que dices
joven - dijo al fin - pero dime, yo miro a todos esos seres vivos y presupongo
que serán más sabios que yo... pues ellos están vivos. ¿Tú crees que ellos
quieren ser felices o que quieren sufrir?
- Estoy seguro que quieren ser felices - contestó rápidamente Kan.
- Entonces... - dijo el anciano - ¿Por qué crees que plantan zarzas junto al
trigo? ¿Por qué crees que utilizan un puñado de trigo y otro de zarzas? ¿Por
qué crees que son algunas veces felices y otras sufren? ¿Por qué crees que no
plantan siempre Trigo para ser siempre felices?
Kan meditó durante un rato con
lentitud, después de todo estaba muerto y el tiempo le era indiferente.
- Porque no son tan sabios como creen - dijo al fin totalmente seguro de si
mismo - porque su orgullo por hacerles creer que son mejores les hace ser -
sonrió al decirlo - IMBECILES!!!
"" Si fueran inteligentes, plantarían solo trigo y serían siempre
felices - después aseguró - si yo estuviera vivo, no desaprovecharía la
oportunidad y sembraría siempre trigo en mi alma, para recibir siempre
felicidad y ser siempre feliz.
Kan estaba a punto de prometer que siempre plantaría felicidad en su alma...
cuando se dio cuenta de que ya era tarde para hacerlo porque ya había
abandonado.
- Dime jovencito - Preguntó
curioso el saco de huesos - si es verdad lo que me dices... ¿Por qué no
plantaste ese trigo cuando estabas a tiempo? - y curioso continuó - ¿Sabes? Yo
te observé durante mucho tiempo, al principio plantaste un buen puñado de
trigo, un muy buen trigo que brotó y te hizo feliz. Luego vi como otros
plantaban un puñado de zarzas en tu alma y como tu alma se cortaba internamente
con estas zarzas.
"" También vi como tu padre, el Samurai, arrojaba de su propio trigo
en tu campo para hacerte feliz y como este prosperaba. Pero a la par vi otra
cosa aún más curiosa.
"" Cuando tu padre estaba cerca, tú arrojabas un puñado de trigo
junto al suyo, sin embargo, cuando tu padre se alejaba a sembrar su propio
campo o a luchar sus propias batallas, tu arrojabas a escondidas pequeñas
semillas de zarzas sobre tu alma.
"" Era extraño ver como disimuladamente tropezabas para que se
cayeran "como por casualidad" algunas semillas de podres zarzas al
principio, y luego cuando te cortabas, arrojabas con rabia otro puñado de
semillas podres de zarza contra las zarzas, con lo que cada vez se hacían más
fuertes en tu alma.
"" Finalmente decidiste abandonar, arrojabas semillas de zarzas a
puñados sobre toda tu alma y te sumías en el dolor, la frustración y la
autocompasión. Incluso empezabas a arrojar puñados de semillas podres de zarza
a otros para que ellos también sufrieran.
Kan tenía la cabeza gacha, reconocía su error, al principio había sido como un
descuido de sus obligaciones, el sembrar siempre trigo de Samurai en su alma,
después le había tomado el gusto y tomando cada vez menos importancia, había
arrojado puñados y puñados de dolor, sufrimientos y miedo en su alma de una
forma totalmente consciente.
Primero sin saberlo, después siendo consciente, había plantado las semillas de
lo que causaría el fracaso, el abandono, su propia muerte y un sufrimiento
eterno.
Kan respiró profundo, era una de las pocas cosas que podía seguir haciendo, no
sabía si realmente respiraba o si era sólo un hábito adquirido, pero lo cierto
es que era relajante.
- Es cierto anciano - así lo hice - Tienes toda la razón, actué como un Imbécil
y reconozco mi error.
El anciano frunció el ceño.
- ¿Reconoces tu error? ¿Qué error? - pregunto extrañado.
- Mi deber - explico - mi deber supremo como Samurai, era sembrar las semillas
del trigo en mi alma, si así lo hubiera hecho, nunca habría abandonado, y
justamente todo lo contrario, habría triunfado.
"" Ese fue mi error.
- Ese, jovenzuelo, es el error de todos los seres humanos vivos, el plantar en
su alma las semillas de las zarzas del sufrimiento.
- Explícamelo - dijo simplemente el exjoven samurai.
- Todos los humanos somos
totalmente dueños de una sola cosa, de decidir que sembramos en nuestra alma.
Sólo de eso somos dueños.
- Y sin embargo, también otros pueden plantar cosas - replicó Kan
- Eso es cierto mozuelo. - rió el viejo acordándose de como el mismo había
arrojado un puñado de zarzas en el alma de un vivo - los Fantasmas del Miedo y
del Fracaso, arrojamos puñados enteros de Zarzas en las almas de los vivos.
También las encarnaciones de nosotros, los llamados "Ogros" realizan
lo mismo, por medio de sus palabras y sus gestos, por medio de su odio, de su
ira y de su rechazo siembran pequeños puñados de podres semillas de zarza en
los campos de los demás hombres y mujeres.
"" Sin embargo - continuó - en verdad eso es irrelevante, los campos
del alma son inmensos como has visto, y un sólo puñadito no hace nada, ni
siquiera diez o cien pueden conseguir nada... porque las zarzas nacen, crecen,
dañan, y mueren. En cuanto una zarza ha producido daño, se muere
inmediatamente, igual que cuando un trigo crecido produce una sensación de
felicidad, se muere instantáneamente. Para que un campo esté bien proliferado,
ha de ser continua y diariamente sembrado con aquello que cada hombre decide.
"" El mayor problema de los hombres es que cada vez que una zarza le
manca, entonces arroja con ira y odio otro puñado de semillas de zarza, sin
saber que esas semillas proliferarán en cien zarzas que le harán muchísimo más
daño todavía.
- Anciano - cortó curioso Kan - ¿La actitud correcta sería arrojar un puñado de
trigo cada vez que hemos sentido el dolor de una zarza?
- Así es muchacho, de esa forma el dolor plantado por otros sería pasajero y
nuestra felicidad iría en aumento.
Kan meditó la importancia de estas palabras... ¡Si lo hubiera sabido en vida!
Hubiera sido un hombre feliz!!!
- También muchos confían en la
felicidad que otros les siembran - y explicando el fantasma añadió - hay
hombres muy buenos en el mundo, pocos pero los hay, hombres y mujeres que se
dedican a arrojar sus propias semillas de trigo en los campos de los demás para
que estos sean felices.
"" Son especialmente sabios y se dedican a sembrar una gran cantidad
de trigo en sus propios campos, pero siempre guardan una gran parte de su
propio trigo y lo arrojan en los campos de los demás, aún cuando esas mismas
personas les estén arrojando zarzas. Porque eso no les preocupa, saben que
ellos son dueños de su propia felicidad y lo que les arrojen los demás les es
indiferentes. Aunque también les hace enormemente felices cuando los demás les
arrojan parte de su trigo.
"" Los hombres que así actúan, pronto aprenden que cuando el campo
entero está dedicado al cultivo del trigo, entonces es posible cosechar trigo,
cosecharlo en un ciento por cada puñado sembrado, y guardan para si mismos sólo
una parte de cada cien, lo suficiente para poder seguir cultivando, y arrojan a
los campos de los demás la casi totalidad de su cosecha de felicidad sólo para
ayudar a que los demás sean tan felices como ellos.
"" Estos hombres son enseguida reconocidos como hombres totalmente
especiales y son llamados "Samurais", amados y queridos por millares
de personas.
Kan meditó durante unos momentos
como reconocía la actuación de su propio padre en esa descripción, como le levantaba
la moral con sus palabras, como plantaba una y otra vez el dorado trigo de la
felicidad en su alma.
- Luego hay muchos estúpidos -
dijo el anciano - que como yo siembran zarzas podres en sus propias almas.
"" Estos ilusos desean recoger trigo, es lo que más desean en la
vida, ser felices y alcanzar el éxito. Y son tan sumamente idiotas que creen
que plantando preocupaciones, ira, odio, criticas, inseguridades, miedo,
pensando en que pueden fracasar, en cómo o por qué podrán fracasar o podrán ocurrirles
desgracias... son tan sumamente imbéciles que creen que sembrando esas podres
semillas de zarzas... podrán recoger trigo alguna vez.
"" El problema está en que la zarza crece rápida y fácilmente, el
trigo hay que cuidarlo y cultivarlo con delicadeza. Así que dado que algo
tienen que plantar, siembran lo que están seguros de que crecerá fácilmente, su
propio fracaso y sufrimiento... y en casos extremos la enfermedad más terrible
acompañada de dolor y una muerte miserable.
"" Quizás el problema es que nadie les ha dicho que si siguen
sembrando zarzas, acabarán por matarse de sufrimiento.
Kan reconoció que el viejo tenía
toda la razón.
- Otros, también imbéciles -
continuó el anciano saco de huesos - plantan en sus tierras un puñado del
dorado trigo de la felicidad... y otro de podres zarzas del sufrimiento y de la
muerte.
"" Estos imbéciles lo hacen por puro miedo, desean la felicidad y el
éxito, por lo que de vez en cuando son felices y hacen lo que tienen que hacer,
pero sus miedos a que esta no se cumpla, el miedo a que su cosecha no de nada,
les hacen arrepentirse de sus actos, abandonar o hablar y pensar mal,
negativamente, de lo que están haciendo, frenando su éxito y causando su
fracaso y su sufrimiento.
"" Naturalmente los que hacen esto, luego siempre suelen tender a
culpar a otros de su fracaso.
- Sólo quienes son lo suficientemente inteligentes - Esta vez fue Kan quien
continuó - y plantan siempre el dorado trigo en su alma con constancia,
siembran amor, bondad, generosidad, esperanza, Fe, comprensión, felicidad...
sólo ellos son los que llegan a ser realmente felices y alcanzan el éxito
total.
"" Sólo los que son tan Valerosos como para hacer lo que no hace la
mayoría, son felices. Esto les es difícil de hacer pues temen que sean los
Imbéciles los que están en razón, perdón, la mayoría que planta sufrimiento en
su alma cuando desean en verdad felicidad... cuando están equivocados. ¡Pero
que difícil resulta para una persona el hacer lo que tiene que hacer! ¡Qué
difícil resulta el plantar sólo trigo! Es tan sumamente difícil que sólo hay
que meter la mano en un bolsillo en vez de en otro, es tan sumamente difícil
que sólo hay que atajar de raíz todos los pensamientos negativos o de odio,
temor o ira y cortarlos en el mismo momento en que surgen para reemplazarlos
por un puñado más de pensamientos y sentimientos de amor, bondad y generosidad
que nos conduzcan al éxito y la felicidad que deseamos.
- Así es muchacho - verificó el fantasma de piel y huesos - en realidad si los
vivos supieran esto, nosotros los Fantasmas del Miedo y del Fracaso nos
quedaríamos sin trabajo, los Ogros desaparecerían pues no son más que hombres
sumamente desangrados por sus propias zarzas, las que ellos mismos plantaron
como pensamientos de desconfianza, ira y odio contra otros. Si los humanos
vivos supiera esto y lo aplicasen en sus vidas eliminando todos los
pensamientos negativos de sus mentes, dejando morir a las zarzas, arrancándolas
de raíz y substituyéndolas por semillas del dorado trigo del amor, la esperanza
y la generosidad... entonces serían felices.
"" Y nosotros también, porque no existiríamos.
Kan meditó durante mucho tiempo
estas palabras ¡Cómo habría deseado estar vivo para poder contarlo a los cuatro
vientos!
- ¿No es posible que algún humano aprenda esto por si mismo y se lo comunique a
los demás? - Preguntó Kan
- No - dijo el anciano - nadie que no se muera puede acceder a esta dimensión y
aprender esto que te estoy enseñando. Algunos lo siguen por instinto, pero no
pueden explicarlo con palabras a los demás.
"" Inclusive muchos lo han descubierto a lo largo de la humanidad,
grandes sabios que lo han proclamado a los cuatro vientos. Pero al faltarles la
exactitud de cómo explicarlo, no han logrado todo lo que deseaban.
"" Sólo uno que estuviese muerto y renaciera, tendría el poder de
comunicar con total claridad esto que te he enseñado. ¿Y puede existir alguien
con la capacidad de renacer de la propia muerte?
Kan no tenía la respuesta a esta
pregunta, pero si tenía otra pregunta.
- ¿Alguna vez alguien ha renacido? - después de dudar un momento aclaro - No es
eso lo que me importa, lo que quiero saber es si alguna vez ha existido un
período en el que las personas siguieran estos consejos, plantaran sólo trigo,
felicidad, en sus almas y fueran todos realmente felices.
El viejo fantasma de huesos dudo un rato antes de contestar.
- No es bueno que un Fantasma piense en esas cosas, pero sí, en verdad ha
existido ese período que me preguntas. De hecho han sido varios los períodos.
Se han sucedido una y otra vez como ciclos de una rueda, ha pasado... y durante
miles de años, sin embargo muchos lo consideran sólo leyendas debido a que
sienten pura envidia. Como comprenderás uno que está agonizando en las zarzas
que el mismo ha plantado no quiere reconocer que si hubiera plantado trigo,
sería feliz. Y si no quiere reconocer eso, mucho menos querrá reconocer que
otros muchos fueron felices.
"" Sin embargo si han existido muchas eras en las que la humanidad ha
sido totalmente feliz, eras que ya están casi en el olvido... y otras que
vendrán. De hecho, predigo que no está muy lejos una era semejante.
Kan se sentó a meditar sobre lo que había escuchado, era algo sumamente
importante, el propio destino, la felicidad, el sentido de la propia vida se
reflejaba en lo que había aprendido. Casi agradeció el haber muerto para poder
escuchar lo aprendido. ¡Si sólo estubiera Vivo para poder aplicarlo! ¡Sembraría
siempre dorado trigo en su alma! ¡Sólo pensaría en Felicidad, Amor y Bondad! Y
comunicaría lo aprendido a millones de personas para difundir la nueva era de
felicidad.
- Tu campo - dijo el saco de huesos - debes sembrarlo - añadió tendiéndole un
asqueroso cesto repleto de zarzas.
- ¿Por qué me das ese cesto? - Pregunto Kan
- Porque eres un Fantasma del Miedo y el Fracaso, un Fantasma de lo que podías
haber llegado ha ser... exactamente igual que yo. Y nuestro deber es sembrar y
cultivar las zarzas para sufrir durante toda la eternidad. - y haciendo una
mueca de dolor añadió - esa es la triste realidad.
- Sólo eres un fantasma del miedo y del fracaso que intenta arrastarme hacia el
sufrimiento - dijo Kan, a lo cual el fantasma sonrió y afirmó con la cabeza
afirmando la obviedad.
Kan rechazó el cesto que le
tendía. No cometería el mismo fallo dos veces.
Ante la estupefacción del fantasma, el joven tomó un dorado cesto de trigo, el
cual parecía arder entre sus manos... no, eran sus manos las que ardían al
contacto del cesto.
- Esa es una razón más por la que no tocamos el trigo mozuelo - dijo el saco de
huesos - somos propiedad de las zarzas, el trigo nos corroe como el ácido
corroería nuestros cuerpos vivos. Si estuvieras vivo podrías, pero una vez ya
muerto... no hay oportunidad.
- ¿Y que va ha pasarme? - Rió el joven extrañamente jovial - ¿Acaso voy a
morirme?
Y riendo corrió hacia su campo con ese enorme cesto de trigo que le corroía
como fuego ácido su ser.
Y con grandes puñados esparció trigo y más trigo sobre su campo, sus manos le
dolían y le quemaban pero continuaba sembrando y sembrando, aún cuando no
sintiera ninguna diferencia. Dos horas después, dos horas de dolor en sus manos
y una extraña felicidad, acabó, miró su campo y esté seguía yermo.
Una sutil desesperanza empezó a surgir en su corazón, y al mirar vio como el
anciano saco de huesos estaba arrojando un puñado de zarzas podridas.
Su primer reacción habría sido el arrojar otro puñado de zarzas contra el campo
del anciano para que sufriera su propia medicina... pero cambió de idea y
tomando el cesto de trigo arrojó, no un puñado, sino kilos y kilos de trigo en
el campo del anciano, el cual no sabía que hacer pues se había quedado
paralizado.
Cuando acabó el cesto, tomó otro e hizo lo mismo en su campo, plantando tanto
trigo que al final el campo quedó repleto de una enorme capa de trigo que
quemaba a Kan al contacto con su piel.
El dolor era inmenso... y al
final, perdió el conocimiento, feliz de haber reparado su error... aunque ya
fuera cuando era demasiado tarde.
Un Estruendo, parecido a un poderoso Trueno, despertó violentamente al Joven
Kan. Lo primero que vieron sus ojos fue un techo formado por esqueletos
danzando.
Sus ojos se adaptaron un poco más y pudo distinguir una oscura cúpula con
relieves tallados de esqueletos y calaveras. Estaba acostado sobre una especie
de altar, a su derecha una cara familiar le despertó una sonrisa. Era el viejo
saco de huesos, sólo que totalmente vestido y un poco más... vivo!
Kan se levantó de un salto, se miró de arriba a abajo y sí! Una oleada de
Entusiasmo le invadió.
-¡¡¡¡Estoy Vivo!!!! - Gritó a los cuatro vientos mientras las lágrimas de la
más absoluta felicidad recorrían su cara. - Es todo tan hermoso! El cielo del
exterior, el aire, el dorado de mis manos, ese resecor de mi boca... ¡Incluso
este inmenso dolor de cabeza!!! Porque estoy vivo!!!
- Eso si que son ganas de vivir - dijo el viejo sonriendo - ¿Qué te ha cambiado
tanto?
Kan le miró atentamente e
impulsado por su instinto le dio un fuerte y largo abrazo al viejo a la par que
le decía "Me parece que serás tú quien tendrá que explicármelo"
Cinco minutos después la extraña
pareja estaba situada en el exterior del templo. El anciano le había contado
que él era un clérigo de la muerte, que esta mañana había visto llorando,
desesperado, al joven Kan en el precipicio y temeroso de que hiciera alguna
idiotez le había asestado una pedrada en la nuca con su onda. Por desgracia el
tiro había sido demasiado certero y casi había matado al joven, cuando le tomó
para llevarlo a su altar e intentar curarle, la sangre que brotaba de la cabeza
del joven había ensuciado su mejor camisa.
Después las horas habían pasado y el anciano habría jurado que el joven estaba
totalmente muerto, no era capaz de encontrar el pulso ni la respiración en su
cuerpo, pero había sentido un enraizado y básico deseo de vivir que había
evitado que su espíritu se hubiera separado totalmente de su cuerpo. Así que se
había limitado a esperar a ver que era lo que ocurría.
- Y así fue todo más o menos -
acabó de explicar el viejo - Como ves soy un anciano dedicado a un culto ya
casi extinto, hace muchas décadas que soy el único adorador de mi culto.
- ¿En que consistía? - preguntó curioso Kan
- Era una adoración antinatural a la muerte y al sufrimiento. - explicó el
anciano - unos cuantos seres desgraciados decidieron adorar al propio
sufrimiento esperando que eso les aportase alguna ventaja egoísta.
- ¿Y que consiguieron?
- Bueno, a parte de vivir en la más absoluta de las desgracias y los
sufrimientos, consiguieron llegar a separar el espíritu, la esperanza, de
nuestros cuerpos, de tal forma que llegamos a ser una especie de podredumbre
viva. - El viejo hablaba como si todo aquello hubiese sido una locura sin
sentido - Siempre enfermos, no acabamos de alcanzar el descanso de la muerte
(pues eso hubiera sido un alivio) hasta que conseguimos separar nuestros
espíritus de nuestros cuerpos para conseguir que estos sufrieran por separado.
- el viejo recapacitó un momento al ver que el joven no acababa de entender -
verás mozuelo, cuando un hombre pasa su vida preocupándose, viendo todo lo
negativo, sufriendo e instando a los demás a que hagan lo mismo, a que se
preocupen y sufran, se convierte en un Ogro, una persona que siembra el
descontento y la infelicidad en si mismo y en los demás, condenándose al
fracaso, la enfermedad y la muerte.
"" Todos podemos ser Ogros, es una capacidad latente en todo ser
humano. Todos podemos escoger entre la luz y la oscuridad, entre la felicidad y
el sufrimiento, el camino sólo depende de nosotros.
""De nuestras decisiones y nuestras acciones. Si nos preocupamos,
sufrimos, dejamos que nuestros miedos florezcan y los compartimos con los demás
haciéndoles sufrir, aún cuando sea inocentemente... entonces somos Ogros y aún
cuando aseveremos que somos positivos y que somos seres de la luz, estamos del
lado de la Oscuridad...
"" Sin embargo, si nunca un pensamiento negativo surge de nuestra
boca, si nunca desanimamos a nadie, si siempre somos positivos y vemos la
semilla que está plantada en cada desgracia, la que guarda una oportunidad aún
mayor que la desgracia que estamos viviendo... y si siempre elegimos controlar
nuestros pensamientos para que sean felices, positivos y productivos, entonces
somos seres de la luz.
"" Muchos empiezan siendo seres de luz, pero se rinden a las
circunstancias irrelevantes y se hacen seres de la oscuridad aún sin saberlo,
se inundan de inseguridad, miedos, ira y odio. Dejan de pensar positivamente y
pasan a tener miedos, a acumular rencor y reaccionar con ira y sufrimiento.
Pretenden, sin saberlo, dar pena para que otros hagan las cosas por ellos o les
den regalos, en realidad lo que están haciendo es causarse daño a si mismos, a
sus mentes y a sus cuerpos, y a los demás que sufren por verlos, metiéndose
cada vez más en el pozo de los sufrimientos, la enfermedad y la muerte, donde
finalmente acaban siendo atrapados.
""Todo por su propia voluntad y sus propios actos. Aunque
naturalmente, nunca encontrarás a un Ogro que lo reconozca, siempre le verás
bajando el pozo a la par que exclama que él es un ser positivo de la luz... aún
cuando la verdad es que se está hundiendo cada vez más en las inseguridades, la
duda, la ira, el odio y el sufrimiento. Lo que le acaba aportando sufrimiento y
fracaso.
Kan meditó durante unos momentos
la enorme sabiduría y verdad contenida en estas palabras, incluso las repasó
mentalmente para evitar tropezar en un futuro en la misma piedra.
- Pues bien amiguito - continuó
el viejo - unos cuantos Ogros nos reunimos y creamos este culto a la
muerte y al sufrimiento, nos reconocimos como verdaderos Ogros y empezamos a
infundir el sufrimiento en nosotros y en los demás de forma deliberada,
creyendo que eso nos daría la felicidad. Estábamos equivocados pues aunque la
ira y la venganza dan, en un principio, una gran satisfacción, la del Orgullo
que te sabe a ser superior, con el tiempo cada vez estábamos más hundidos,
hasta que al final logramos que nuestras almas se convirtieran en verdaderos
Fantasmas del Miedo y del Fracaso. A la par que nuestros cuerpos se convertían
en sacos de huesos, como de muertos que caminaban con una falsa vida.
Kan se estremeció ante estas
palabras pues aquellos hombres habían sido todo lo contrario al ideal de un
Samurai.
- ¿Y por qué me salvaste? - preguntó inocentemente Kan
- No creas que fue por piedad - dijo el anciano saco de huesos - mi intención
era traerte a mi altar vivo, entonces humillarte por el acto que ibas a
realizar, hacerte sufrir hasta lo indescriptible y luego convertirte en mi
aprendiz y sucesos pues yo ya estoy viejo y soy el último de los míos... - su
voz acalló de forma súbita.
- ¿Y por qué no lo has hecho? - contestó el joven cauteloso - ¿Por qué en vez
de hacer eso, me has sacado del templo traído a este descampado y me estás
abriendo tu corazón?
- Bueno... - dijo el anciano - un poco antes de que despertaras sentí un cambio
en mi interior, una felicidad... un calor... que jamás había sentido desde mi
infancia, yo... - dudó el viejo - he cambiado - dijo al fin mirando
sinceramente los ojos del joven - y creo que te lo debo a ti.
Kan asintió con la cabeza, recordaba perfectamente su vivencia, no sabía ni
comprendía como había sido posible... o por qué, pero le desveló palabra por
palabra toda su experiencia. Mientras lo hacía hubo más de un momento en el que
lloró, unas veces de felicidad por estar vivo, otras de tristeza... no sabía
por qué, pero algo dentro de él le dijo que era por aquel último puñado de
zarzas que había arrojado el anciano en su alma. Sabiendo que una vez que el
sufrimiento pasara, lo haría para siempre, en vez de resistirse o enfadarse,
dejó que las lágrimas cubrieran su cara y se sintió maravillosamente renovado y
feliz cuando terminó.
- Ahora comprendo - dijo el
anciano - hay una gran sabiduría en lo que me acabas de contar, una Ley de
Felicidad y Éxito que siempre he intuido y se que todo aquel que realmente la
siga, sembrando a cada hora pensamientos de felicidad y éxito en su mente,
alcanzará todo aquello bondadoso y bueno que desee, sin excepciones, en su
totalidad.
- Así es - confirmó Kan - El gran
problema de la humanidad, del fracaso, del no conseguir algo. Reside en la falta
de responsabilidad que demuestran todas las personas para con su alma.
"" Deberían alimentar sus sentimientos con semillas positivas como
Amor, bondad, generosidad, seguridad y Fe.
"" De hacerlo así, simplemente conseguirían todo lo que deseasen.
"" De hecho, toda persona que actúa así, siempre consigue lo que
desea.
- En cambio - completó el anciano
solemnemente - la irresponsabilidad que demuestran reside en alimentar los
pensamientos negativos, en rendirse, en dejar que la inseguridad penetre en sus
almas, en dejar que esa inseguridad fructere como miedo, ira, odio y les genere
el mayor de los sufrimientos.
"" Simplemente habría que pedir a una persona normal que analizase
sus sentimientos de una forma sincera y abierta ¿Qué encontrarías en ellos?
Seguramente una gran abundancia de sombras obscuras, la convivencia con un gran
número de miedos habituales, una serie de iras reprimidas, reproches y sobre
todo, faltas de Fe. Unas faltas, y unos sentimientos que le hacen sentir mal,
sentirse impotente, fracasado, inseguro, con miedo... que le causan reacciones
de enfado e ira. Que le hacen Fracasar, enfermarse y morir.
""¿Alguna vez has visitado un centro méico joven Kan? - el joven negó
con la cabeza - Yo lo he hecho muchas veces, he hablado con sus miembros y
siempre he encontrado un nexo común entre todos los enfermos. Preocupaciones,
temores, miedos, odio e ira.
"" En cambio las personas sanas siempre poseen una gran Fe, una Fe
increbrantable y tranquila, porque saben que en su camino habrá dificultades, algunas
incluso inmensas, pero no pierden el sentido de la realidad y saben que el
sufrimiento o la mala suerte nunca durará para siempre y que acabarán
triunfando.
"" ¿Y sabes lo más curioso?
- Que siempre acaban triunfando -
afirmó el joven con la cabeza al reconocer en estas últimas palabras la vida de
su padre y la de los otros verdaderos Samurais.
- Anciano - dijo Kan después de meditar unos momentos sobre lo hablado - Quiero
darte las Gracias. Porque me has enseñado lo que es Realmente el Camino del Samurai.
"" Yo, aún con mi instrucción y el apoyo de mi padre el General de
Generales, había abandonado este camino, momentáneamente, introduciéndome en el
bosque del miedo y la desesperación. No sé que es lo que he vivido, tampoco me
importa, lo que me queda es lo importante, este sentimiento de que sé que yo
soy el único que domina mi vida.
"" Por esto quiero darte las Gracias, porque me has devuelto la
alegría de vivir, me has dado el medio de decidir mi destino, de saber
controlar mis emociones, mis sentimientos y poder alcanzar todo aquello que
deseo... simplemente sembrando siempre trigo de Felicidad en mi alma!
El anciano medito, gracias a Kan había dejado de ser un Fantasma del Miedo y
del Fracaso y era feliz, él también quería demostrarle su agradecimiento a Kan
y decidió hacerlo desvelándole los secretos del trabajo, de las herramientas
que utilizan los propios Fantasmas para plantar el miedo y la desgracia en las
almas de los hombres, para que el Joven Samurai pudiera utilizar ese secreto en
su beneficio dándole la vuelta y aprendiendo a sembrar feliz trigo dorado en su
alma desde esta dimensión.
- Kan - pronunció solemnemente - voy a desvelarte el mayor de los secretos,
aquel que te permitirá sembrar siempre la felicidad en tu alma y no plantar jamás
las terribles zarzas del sufrimiento que podrían atraparte igual que pueden
atrapar a cualquier persona. Es más, voy a enseñarte a poder eliminarlas
completamente de tu alma para que puedas alcanzar la máxima felicidad y cumplir
el destino que tú mismo te marques.
El Joven Samurai sentía que este secreto sería el más importante de toda su
vida, por lo que presto atención en un grado sumo como nunca antes lo había
hecho, intentando memorizar palabra a palabra lo que el anciano iba a decirle a
continuación.
- Amigo, eres dueño de tu
destino, así como yo soy dueño de tu destino y absolutamente todas las personas
son las únicas dueñas de tu destino.
"" Esa es la gran verdad de la Libertad Suprema que todos poseemos,
algunos tienen miedo de esta libertad porque no comprenden que este es su mayor
poder, pues todo, absolutamente todo lo que puedas desear tener o ser, lo
tendrás si lo haces parte de ti y lo siembras en tu alma como voy a explicarte
a continuación.
"" Lo primero de todo, has de comprender, que somos todo aquello que
nosotros decidimos ser. Este es un poder que todo el mundo utiliza, porque es
la base misma del alma y la naturaleza humana, es la base misma por la que
estás constituido y si no lo estás utilizando, es porque otros lo están
utilizando por ti induciéndote a ser lo que ellos quieren. Tus personas
cercanas, los que te cruzas por la calle y los Ogros, sobre todo los Ogros y
los Fantasmas, están esperando a que dejes de utilizar este poder y les
permitas utilizarlo a ellos, si lo haces, estarás condenándote, y lo estarás
haciendo sólo bajo tu responsabilidad, pues también eres tú quien lo habrá
escogido, así que te recomiendo que empieces a utilizar este poder, tal y como
ahora te voy a describir, para empezar a ser todo aquello que deseas.
"" Lo segundo, es necesario que comprendas que tu alma, tu mente y tu
corazón son literalmente campos fértiles que funcionan con aquellas semillas
que les aportas. Si les aportas inseguridad, miedo, ira u odio, será eso lo que
recojas al convertirte en una persona totalmente despreciable, en un completo
Ogro.
"" Sin embargo, si los abonas con Amor, Bondad, Generosidad,
Confianza, Seguridad, Fe, Esperanza y pensamientos siempre positivos, entonces
siempre recogerás éxito y riquezas.
"" Así de sencilla es la vida.
"" Veamos ahora como puedes utilizar este poder, te sorprenderás de
su simplicidad.
"" Cuando fracasas... ¿Qué has estado haciendo antes? Has estado
teniendo sentimientos de inseguridad, sentimientos de miedo que has alimentado.
Te has planteado la posibilidad del fracaso, primero desde lejos con
escepticismo, después has pensado que es una posibilidad, a continuación lo has
visto como algo probable y has acabado fracasando porque ya era una realidad.
Durante todo ese tiempo tus pensamientos no han sido "Estoy completamente
seguro de que triunfaré, lo siento desde lo más profundo de mi ser. Estoy feliz
porque se que triunfaré, porque tengo la total Fe que el éxito es mi destino,
porque así lo siento, porque así es."
"" En cambio has estado pensando "¿Y si fracaso? ¿Qué pasaría?
No puedo fracasar porque tengo que triunfar... ¡es necesario! Porque sino habré
fracasado, pero... ¿ si está fuera de mi control? ¿Y si ocurre? ¿Quizás llegue
a ocurrir? Tengo que empezar a planear una salida por si ocurre.... ¡Tengo que
hacerlo ahora porque es probable que suceda!" Y al final acabas
fracasando, enfermo, tirado en el arrollo y muerto.
"" Sin embargo, tú mismo te lo has causado, porque de igual forma que
te condenas al fracaso, podrías "condenarte al éxito"
"" Esto es el mayor poder con el que has sido bendecido, lo tienes
desde tu nacimiento, pero quizás tengas miedo de utilizarlo por si fracasas -
el anciano sonrió - así es, hasta aquí nuestro miedo nos frenará. Porque si el
hombre comprendiera que este su máximo poder, es tan simple como es, entonces
obtendría toda la felicidad y todo lo que desea... dejando a los Fantasmas del
Miedo y del Fracaso sin trabajo, con lo que por fin podrían ser liberados y
descansarían en paz y felicidad.
"" El secreto es este:
"" Arroja un puñado de pensamientos positivos en tu mente cada media
hora.
Kan se quedo mirando fijamente al
anciano, lo que decía tenía un gran sentido y el samurai sabía que aquello era
verdad, pero necesitaba una explicación mayor.
- Kan, cuando un hombre o una mujer desea ser feliz, lo primero que debe hacer
es pensar que es lo que desea - insistió sobre ello - especificar exactamente
que es lo que desea. Ha de hacerse con dibujos de ello, mirarlos cada poco,
sentir que son suyos por derecho y que los obtendrá, ha de imaginarse
poseyéndolos... ya sea objetos materiales, o felicidad, amor... cualquier cosa
que se desee!!!
"" Entonces ha de inculcar esas imágenes en su mente, ha de hacerlo
con una total sensación de Fe, de Felicidad, de Amor, Bondad y Generosidad.
"" Es muy importante que Emocionalice esos sentimientos. Muy muy
importante.
"" Cuando una persona fracasa, es porque ha pensado
"Fracasaré" muchas veces, pero sobre todo, porque lo ha pensado
uniéndolo a una sensación, a un sentimiento de miedo, a una emoción negativa,
lo que hace que ese pensamiento se siembre en su alma como una zarza de
sufrimiento que le hará sufrir y fracasar.
"" De igual forma, cuando una persona alcanza el éxito y la
felicidad, es porque ha pensado cada media hora (como poco) "¡¡¡TRIUNFARÉ!!!
¡Tendré éxito! Lo haré porque estoy predestinado al éxito!" Este
pensamiento, emocionalizado con una total Fe, Amor, Bondad y Esperanza, es lo
que hace que se plante una semilla del dorado trigo de la felicidad y el éxito.
Con lo que recoge éxito y felicidad.
"" El mayor problema que tienen las personas es que ven realizar una
acción a otra y ven como esa persona alcanza el éxito por medio de esa acción.
Entonces ellos realizan esa misma acción y no lo consiguen, fracasan. Y lo
hacen porque no acaban de comprender que la acción es irrelevante, lo
importante es que aquella primera persona, realizo esa acción con la total
seguridad de que conseguiría el éxito.... mientras que la segunda lo hizo con
miedo en su corazón, con lo que fracaso.
"" Me acuerdo - dijo avergonzándose - que cuando era un Fantasma
solía acudir a los locales donde los jóvenes se conocen, entonces yo buscaba a
mi presa. Veía como mi presa observaba a un chico normal y corriente que se
acercaba a una chica hermosa y le decía "Eres preciosa, ¿quieres bailar
con migo?" y triunfaba.
"" Mi pobre víctima no podía ver todo lo que yo veía, sin embargo yo
veía un alma segura, sembrada de trigo dorado que estaba segura de alcanzar el
éxito. Y por eso triunfaba.
"" Después escuchaba como mi víctima se decía que haría lo mismo para
conseguir a una chica con la que bailar. Entonces yo sembraba un manojo de
zarzas de miedo que hacían que este empezase a temblar, su inseguridad crecía y
ni siquiera era capaz de acercarse a la joven, con lo que perdía todas las
oportunidades y fracasaba, otros pocos lo intentaban tímidamente, no sabían que
sus acciones eran inútiles al ir cargadas de miedo y entonces fracasaban, con
lo que su inseguridad crecía aún mas, ellos mismos arrojaban manojos de ira y odio
a su alma culpando a la muchacha de orgullosa y pécora. Un poco de trabajo más
y ese chico ya era un ogro a mi servicio.
"" De igual forma actuaba con los vendedores o los emprendedores,
cuando estos deseaban hacer algo, primero les inculcaba miedo, un miedo que les
impedía moverse, actuar, ponerse en acción... con lo que fracasaban
irremediablemente!!!
"" Otros, unos pocos, tomaban un manojo de trigo y lo arrojaban
contra mis zarzas... con lo que estas morían y ellos empezaban su negocio con
éxito.
"" Pero todos los comienzos son difíciles, y yo aprovechaba cada
dificultad para arrojar un puñado de zarzas a su alma. Cada "No" de
un cliente, yo lo acompañaba con una semilla de zarza, y siempre venían Ogros
en mi ayuda, seres de Ira y Odio que descargaban su Ira, sus zarzas, contra mis
víctimas, que finalmente se iban apagando hasta que se convertían también en
unos Ogros.
"" Esto, lo hacía también con los Samurais. ¡Ahh!!! Su pureza es como
una tentación, su trigo es aún débil y nuestras zarzas pueden florecer bien.
Medita Kan, medita que es lo que hacías en las reuniones con tu padre.
- Yo... - dudó el joven - bueno,
escuchaba sus enseñanzas.
- Esas enseñanzas - dijo el viejo - eran trigo que tu padre te arrojaba a tu
alma.
El muchacho asintió, y el anciano le invitó a continuar hablando con un gesto
de su mano.
- Después, cuando la enseñanza acababa, yo me prometía solemnemente que lo
haría tal y como mi padre me había dicho. Con un gran sentimiento de Fe,
Seguridad y Esperanza, me prometía a mi mismo que triunfaría, que trabajaría
para ser el mejor.
- Esas promesas, amplificadas con los sentimientos de Fe, Seguridad y
Esperanza, constituían tu mayor arma, tu mayor sabiduría, constituían los
manojos de dorado trigo que arrojabas en tu alma.
"" ¿Y verdad Kan que después de cada promesa te sentías feliz y
alcanzabas los mayores éxitos? Aún cuando fueran poco a poco.
- Es cierto, - reconoció el joven
- entonces... ¿Es eso un manojo de trigo?
- Así es - confirmo el anciano
- Entonces!!! - completó entusiasmado Kan - Si repito ese tipo de promesas
habitualmente, si cada media hora repito unas palabras positivas cargadas de
amor, unas simples frases cargadas de emoción y entusiasmo...
"" ¡¡¡ ENTONCES CONSEGUIRÉ TODO LO QUE QUIERA!!!
El muchacho ya no podía estar sentado, se levantó porque su emoción ya era un
entusiasmo tan fuerte que le gritaba que se pusiera en acción fuera como fuese.
- Entonces sólo he de hacer eso cada media hora, sólo he de repetirme cada
media hora frases de estímulo, pronunciadas con emoción, con Fé, con Seguridad
y tendré todo lo que quiera!!! - Kan estaba entusiasmado por el descubrimiento
¡Era tan simple, lógico y real!
- Así es Kan, - confirmó el viejo
- sólo has de repetirte constantemente frases como "Lo
Conseguiré!!!", "Soy Entusiasmo!!!" "Soy Amor!!! Soy
Bondad!!! Soy Generosidad!!!", "Me Siento Feliz!!! Me Siento
Estupendo!!! Me Siento Entusiasmado!!!" y estarás arrojando puñados de
trigo en tu alma que te darán todo lo que quieras.
Kan estaba entusiasmado, sabía que un Ogro rechazaría totalmente esta verdad,
la ridiculizaría, pero él ya sabía la verdad y la utilizaría para poseer el
alma de Samurai que deseaba.
- Kan, haz una prueba - dijo el
anciano - repite mentalmente, con entusiasmo"Me Siento Sano!!! Me Siento
Feliz!!! ¡¡¡¡¡ ME SIENTO ENTUSIASMADO!!!" y hazlo cinco veces.
Kan lo hizo así:
"Me Siento Sano!!! Me Siento Feliz!!! ¡¡¡¡¡ ME SIENTO
ENTUSIASMADO!!!"
La frase creó un buen sentimiento
en Kan, conscientemente, Sonrió.
"Me Siento Sano!!! Me Siento
Feliz!!! ¡¡¡¡¡ ME SIENTO ENTUSIASMADO!!!"
Esta vez sintió una mejora en su
interior su cuerpo le pedía movimiento y así lo hizo. A la par que repetía:
"Me Siento Sano!!! Me Siento Feliz!!! ¡¡¡¡¡ ME SIENTO
ENTUSIASMADO!!!" Alzó los brazos en símbolo de victoria moviéndolos y
mirando al cielo.
Una gran felicidad corría por
Kan, inundó su corazón de amor, de Fe, creyó totalmente en la frase y proclamó
a los cuatro vientos: "Me Siento Sano!!! Me Siento Feliz!!! ¡¡¡¡¡ ME
SIENTO ENTUSIASMADO!!!"
Pensó en su padre, en su madre,
en todos aquellos a los que amaba para potenciar su sentimiento de amor y
repitió en voz alta a la par que daba un salto: "Me Siento Sano!!! Me
Siento Feliz!!! Me SIENTO ESTUPENDAMENTE!!! ¡¡¡¡¡ ME SIENTO
ENTUSIASMADO!!!"
- Sí!!! - Declaró inmensamente feliz y entusiasmado - ¡¡Es Verdad!!! "Me
Siento Sano!!! Me Siento Feliz!!! Me SIENTO ESTUPENDAMENTE!!! ¡¡¡¡¡ ME SIENTO
ENTUSIASMADO!!!"
Kan casi no podía sentarse, su mente hervía frenéticamente, había comprendido
que con sólo repetir este pequeño ritual cada media hora, aquellos sentimientos
formarían parte de su ser y le otorgarían la Fama, el éxito y todo lo que
pudiera desear. También requería constancia, pero el premio lo merecía ¿Cuál
era el premio? ¡Todo lo que desease en la vida!
- Recuerda joven Kan, - acabó el
clérigo - que has de acompañar a este ritual las imágenes de todo aquello bueno
que desees, que has de erradicar la ira, el miedo y el sufrimiento de tu alma.
Simplemente cuando aparezcan, deja que se mueran, si tienes que llorar, llora
para sacarlo de ti. Pero bajo ninguna circunstancia pronuncies jamás una
palabra pesarosa, no potencies un sólo sentimiento de miedo o de infelicidad,
pues te quedarías atrapado entre las zarzas. Aunque estés atrapado en ellas,
inunda tu alma de sentimientos de Amor, Amistad, Bondad, Generosidad.
"" Piensa bien siempre de los demás, aún cuando todo parezca apuntar
a lo contrario, piensa siempre en lo bueno... y acertarás. Mantén esta
filosofía en tu vida y verás como toda esa felicidad que vas plantando semilla
a semilla, dará unos frutos maravillosos e increíbles que te otorgarán mayor
felicidad y éxito del que jamás puedas haber imaginado hasta ahora.
Kan, pletórico, prometió hacerlo
siempre de esta forma, prometió seguir adelante, olvidar las palabras de los
Ogros, de hecho no los escucharía nunca más, y si los escuchaba alguna vez,
sembraría enseguida un buen puñado de Esperanza, Fe, Amor y Bondad allí donde
había caído la amargura para ser el dueño de su destino, de su alma y de su
felicidad.
Kan sabía que gracias a este secreto
que hoy había aprendido, llegaría a ser el más grande de los Samurais. Una
total Fe inundó su corazón sobre este hecho. Y juró sobre lo más sagrado, que a
partir de ese mismo momento, sólo cultivaría el dorado trigo de la felicidad en
su alma.
La Entrenadora
El viento soplaba fuerte y frío,
creando pequeños remolinos de hojas a la par que erizaba la piel del joven
muchacho esparciendo el olor de su esfuerzo muscular al tensar el enorme arco.
El cielo gris tampoco ayudaba mucho ¿Por qué no podían apartarse esas nubes del
cielo? Con tan poca luz casi no podía ver a su blanco. En su opinión habían
escogido muy mal donde situar la pista de prácticas, ese cerro era
escalofriante y parecía que el viento gustaba de burlarse del aprendiz de
Samurai. Además estaba convencido de que la diana estaba torcida. ¿Cómo
pretendían que aprendiese así? ¡No era posible acertar en ese blanco!
La flecha zumbó velozmente por entre los árboles, bella como un águila surcó el
cielo para... fallar por casi una braza entera!
-Ahhh! - Rugió de rabia Khan - ¡En estas condiciones no hay quien acierte! ¡Es
imposible!
La bella Entrenadora miró sonriente al muchacho, sus negros cabellos estaban
recogidos en una hermosa tira dorada mientras que unos amplios ropajes parecían
bailar ante la silenciosa música que el travieso viento tocaba contra sus
exuberantes líneas femeninas.
- ¿De verdad crees que es imposible Khan? - y antes de que el aprendiz pudiera
responder, añadió - ¿Por qué lo crees así?
- Isis, es obvio, creo yo - contestó feliz de poder ser útil al señalar todos
los defectos de la pista de entrenamiento, y poder ayudar así a solucionarlos y
facilitar el adiestramiento de todos los Samurais que fueran detrás de él -
Quien construyó esto no se dio cuenta de que este cerro no es precisamente el
mejor lugar para una pista de entrenamiento de arqueros. Aquí el viento es
irregular y caprichoso, te despista de tu objetivo. Además hay poca luz, con lo
que el blanco se ve mal. ¿Y a quién se le ocurrió poner la diana entre los
árboles? El movimiento de las ramas distrae mucho. Creo que si alguien los
podara, sería todo mucho más sencillo. ¡Ah! - Añadió - y la diana no está recta
del todo, sino que está un poco torcida a la derecha, eso hace que una flecha
que le diese pudiera fallar el blanco. Si alguien lo corrigiese, entonces sí
podría dar en la diana. ¡Si no es imposible! ¿A quién se le ocurrió poner esta
pista aquí? Sin duda no sabía mucho de arquería.
Isis rió dulcemente, su risa era como una hermosa melodía al son de la cual
bailaba todo su hermoso cuerpo. Khan habría jurado ver danzar el espíritu de la
bella Samurai debajo de los amplios pliegues de su blanco kimono.
- ¿De verdad crees que quien puso esto aquí no sabía nada de Arquería? -
preguntó casi como para si misma - Pues quizás tengas algo de razón, pero sin
duda sabía mucho del corazón humano. - Y acto seguido arrebató el gran arco de
las manos del sorprendido joven y tomando una de las flechas clavadas en el
suelo delante de él, la tensó y apuntó con una rapidez y destreza sin igual.
La mujer sólo apuntó un momento, pero Khan jamás olvidaría la expresión de esos
ojos, normalmente vivarachos, seductores, y casi traviesos, ahora estaban
impresionantes, parecían absorber la esencia de todo lo que les rodeaba... a la
par que se centraban en un sólo y único punto.
Todo tardó menos de lo que Khan podría tardar en tomar aire, y entonces la
flecha ya estaba ahí, perfecta, precisa, en el justo centro de su diana, tal y
como si siempre hubiera pertenecido a ese lugar.
- ¿Te das cuenta ahora Khan? - Dijo la Entrenadora - Los fallos exteriores no
importan, las circunstancias son irrelevantes, sólo lo que hay en interior
importa.
Khan se quedó maravillado con, literalmente, la boca abierta, jamás habría
esperado ver tamaña Destreza ni una Sabiduría semejante en una mujer tan joven
y hermosa.
- ¿Qué quieres decir? - balbuceó finalmente.
- Pues simplemente todas esas cosas que me has dicho no importan. - dijo
sonriendo con amor.
- ¿Cómo que no importan? - se rebeló desde lo más hondo Khan - ¿Qué es eso de
que no importan? ¡Todo lo que yo he dicho son problemas gravísimos y reales que
existen! ¿Acaso no sabes mirar a tu alrededor y verlos? - ponunció ofendido.
- ¡Claro que los veo! - Contestó la Maestra en Arquería divertida - ¡ Esos y
más! - ante la extrañada mirada del joven, continuó - Tú no me has mencionado
que las flechas están mal equilibradas, ni que el arco es demasiado duro pues
ya es viejo y está gastado. Tampoco has visto que el blanco está más abajo que
nosotros, lo que siempre es incómodo, ni que las hojas que revolotean con el
viento pasan frecuentemente por delante de nosotros y la diana entorpeciendo la
visión... ni unas cuantas cositas más que nos hacen, ¿Cómo era?- y tras fingir
ponerse seria para recordar con precisión, añadió - Que hacen
"imposible" dar en el Blanco.
Khan miraba fijamente la fecha, perfectamente clavada en su diana, debatiéndose
internamente entre su joven orgullo masculino herido, y su admiración e
increíbles ansias de aprender. Finalmente sus ansias de mejora pudieron sobre
el rencor y repleto de una total admiración y aprecio, aceptó la lección de
humildad y se preparó para aprender lo verdaderamente importante de la
experiencia.
- ¿Me estás diciendo que conoces todos los fallos? - preguntó con sencillez.
La Hermosa Mujer, viendo la total sinceridad en los ojos del joven, respondió
en el mismo tono franco que él.
- Todos... o casi todos - sonrió - aunque siempre hay algún aprendiz que me
señala uno nuevo - su risa era como el dulce cantar de un ruiseñor - no sé cómo
son capaces de Dispersarse tanto ¡De Esperar tanto!
- ¿De Esperar? ¿De Dispersarse? ¿Qué significa todo eso? - preguntó intrigado.
- Está todo relacionado. - explicó - cuando la gente Espera que las cosas sean
de cierta forma, y no lo son, Dispersa su Concentración y sus Energías en
centrar inutilmente sus pensamientos en todos los fallos que no le gustan, y el
desagrado que le crean, esa Dispersión de sus recursos internos, les hace
fracasar.
Khan tragó saliva, aún no lo entendía del todo, pero aquello había tocado una
fibra blanda dentro de lo más íntimo de su ser, algo que jamás nadie había
conocido menos el mismo en lo más recóndito de sus no pronunciados
pensamientos. El joven se preguntó si aquella mujer le podría leer la mente, o
al menos su alma.
- No entiendo bien lo que me dices - farfulló finalmente Khan - ¿Qué quiere
decir "Esperar"?
La mujer dudó unos momentos antes de contestar ¿Cómo podría explicarlo para que
lo entendiera lo mejor posible? Lo que le estaba explicando llegaba justo hasta
el fondo de las más importantes hebras de la naturaleza humana ¿Cómo poder
llegar hasta ahí sin chocar con los muros de los prejuicios y orgullos que sin
duda habitaban en el joven igual que habitan en cada ser humano que respira y
camina?
- ¿Quién decide si una persona Triunfa o no? - Preguntó finalmente la
Entrenadora dando un Sabio rodeo para poder traer la más intensa luz de la
comprensión en la mente y el corazón del joven.
Khan dudó durante unos momentos, su mente le decía varias cosas
contradictorias, pero su naturaleza era de Samurai, así que acalló sus
pensamientos y se centró totalmente en escuchar a su corazón.
- Ella misma - dijo al final - Sólo una persona decide si triunfa o no ¿Cómo
podría ser de otro modo?
Iris Aplaudió Literalmente la Sabiduría y el Acierto del joven, pocos eran tan
sabios e inteligentes como para dar una respuesta tan precisa y verdadera!
- Así es! - Dijo tan contenta que le espetó un beso de recompensa en la mejilla
del joven y, posando su brazo como si fuera un camarada de batalla, añadió -
Eres muy inteligente e intuitivo Khan, pues has sabido ver y aceptar la mayor
de las verdades de esta vida, que sólo uno mismo decide si triunfa o no.
La mujer hizo un silencio y luego continuó.
- Hagamos un juego, mi joven amigo, vamos a hablar rápido, yo te hago una
pregunta y tú me respondes rápido ¿De acuerdo?
- De acuerdo! - Contestó el joven.
- ¿Quién decide si una persona triunfa o no?
- Ella misma - Respondió Khan con una sonrisa de triunfo.
- ¿Quién decide si yo triunfo o no?
- Tú misma - Respondió Khan orgulloso de sus buenas respuestas.
- ¿Quién decide si tú triunfas o no?
- Yo mismo - contestó, aunque, a ser sincero, le tembló un poco la voz. No es
que dudara de la respuesta, Khan Sabía que esa era la respuesta correcta y
verdadera, lo que pasaba es que realmente le daba un poco de miedo la
importancia que tal significado acarreaba sobre su vida.
- ¿Quién decide pues si tú triunfas y das en la diana o no?
- Yo mismo - Contestó el Joven Samurai alargando cada una de las palabras,
sabía que estaba diciendo lo correcto, pero no podía evitar sentirse como si
hubiera caido en una trampa.
La mujer sabía mucho más sobre el corazón humano de lo que nadie habría
considerado "cómodo" estando en su presencia, así que el aprendiz no
pudo evitar temblar cuando Isis sencillamente le espetó.
- ¿No te sientes ahora mismo como si hubieras caido en una trampa? - Preguntó
sonriente.
- Ciertamente si - contestó balbuceando él.
- Esta, mi joven amigo, es la Trampa de la Vida.
Khan encontró ahora algo más poderoso en su interior que esa sensación que
parecía fascinarle y revolverle el estómago a la vez, y fue la fuerte Necesidad
de Aprendizaje que siempre le dominaba.
- La Trampa de la Vida - repitió él - Fascinante... ¿Qué quieres decir
exactamente con eso?
- Es más sencillo de lo que parece - explicó ella - de pequeños se nos explica
que la vida es dura, y es cierto ¡No sabes cuánto lo es! - explicó ella seria y
feliz al mismo tiempo - La vida es inmensamente Dura porque nos ha dado a todos
y cada uno de nosotros la mayor de las cargas, la carga de la Responsabilidad
de Nuestras Propias Vidas.
- Honor - murmuró el joven identificado con el sentimiento.
- Puede ser - dijo ella - y si no es eso, sí algo muy parecido y quizás hasta
más poderoso - el joven escuchaba extasiado - Cuando a la gente le dicen que la
vida es dura, se echan a temblar y a pensar que las mayores desgracias se
abatirán sobre ellos - su hermosa cara tenía una peculiar sonrisa - no se dan
cuenta de que la dureza de la vida es algo aún mayor que todo eso, es la
Responsabilidad. El Saber Dentro de Nosotros, que en Realidad, y después de
apartar todas las telarañas de excusas que queramos poner para no poder ver lo
que es cierto, sólo existe una verdad, y es que Cada Persona, es la única que
decide si Triunfa... o no.
Khan estaba entendiendo más de lo que quizás desearía, así que cerró los ojos
para poder asumir mejor la enorme carga del Honor sobre sus Hombros y preguntó.
- ¿Quieres decir que la vida es una cuestión de Decisión y Responsabilidad?
- Así es, mi pequeño amigo. Fíjate en el Tamaño de esta verdad y comprenderás
por qué, en su inmensidad, aún las más grandes culturas sólo pudieron aceptar y
comprender pequeñas partes de su totalidad. Quizás pueda parecer que esas
pequeñas partes se contradicen, pero igual que una Pata de un Elefante es una
parte, de la misma forma que lo es su Trompa o su cola, todas son parte de la
figura total, y no podemos juzgar la Gran Verdad sólo por una de las partes, sólo
por la Totalidad de la misma.
- Dime, antes me respondiste bien y me dijiste que Sólo Tú Decides si
Triunfas... o no. - Dijo ella recalcando los hechos - Así pues, sólo tú decides
si acertarás en la diana... o no. O si amas... o no. O si ganas dinero... o no.
Cualquier cosa! Pero no nos distraigamos de lo que nos interesa, la cuestión es
que el único decide si acertarás o no en la diana ¿Quién es?
- Yo mismo - contestó Khan.
- Así es. - y añadió - así pues, dado que sólo tú decides si aciertas o no
aciertas en la diana, eso quiere decir que ¡Las Circustancias son Irrelevantes!
¿Te das cuenta de eso?
Khan dudó antes de contestar.
- Si eso que me dices es cierto... - al ver la mueca de la mujer, el joven
decidió rectificar sus palabras, pues aunque le hubiera sido más fácil decirlo
con el "Sí", debía de aceptar con Honor la Verdad - dado que lo que
me explicas Es cierto, entonces tú acertaste en la diana porque decidiste
hacerlo así ¿Verdad?
- Así es - Contestó ella
- Pero eso también quiere decir que yo Fracasé, no le di a la diana, porque así
lo decidí - dijo torciendo la cara en una mueca de disgusto.
- Así es - confirmó la chica - Pero... ¿Por qué lo hiciste?
Khan no lo sabía, no dudaba que había fracasado porque así lo había decidido,
cierto es que con todo su ser deseaba echarle la culpa a otra cosa, pero sobre
todo era un Samurai de Honor, y eso quería decir que Reconocía sus propios
fallos. Así que intentó descubrir por qué.
- Te ayudaré - dijo la joven - El Problema no está en tus pensamientos conscientes,
si no en esa parte de tu mente que trabaja sin que tú seas consciente de que lo
hace, como cuando respirar, haces que tu corazón lata, o mueves una mano
rápidamente por reflejo. - Hizo una pausa para que el aprendiz entendiera sobre
qué estaba hablando y continuó - La cuestión es que tú tienes una constumbre
que todos tenemos, y es la de hacer Juicios y Prejuicios. Los Prejuicios son
opiones sobre lo que deberían ser las cosas antes de tener datos suficientes
para tomar una opinión bien fundamentada.
"" Pues bien, cuando tú entraste en la zona de prácticas, te habías
creado en tu mente una idea de como sería todo. Tú "Esperabas" que
todo fuese de cierta manera... pero resultó que las cosas no eran tal y como
esperabas.
"" Así que acto seguido te pusiste a identificar como
"malo" todo lo que no coincidía con tu opinión de cómo deberían ser
las cosas y lo señalabas mentalmente como un "error" que debería ser
corregido ¿Por qué? Sencillamente porque tú querías que las cosas fueran tal y
como tú te las imaginabas, como Esperabas que fueran.
"" Así que ese Descontento que tenías dentro de ti identificó un
montón de errores y emitió un Juicio, un Juicio que quizás no fuiste consciente
de ello más que con un simple sentimiento interno, un pensamiento tan rápido
que no puedes identificar con palabras, sino con un movimiento rápido de la
mente, una sensación de disgusto, quizás como un malestar escondido en un
músculo, fuera como fuera, ese Juicio era "Esta Arquería está mal, nadie
puede aprender aquí"
"" Tú, al "Esperar" que las cosas fueran de una manera, y
al ver que eran de otra, NEGARTE A ACEPTAR cómo son en realidad, provocó ese
Juicio en tu Interior. Y ese Juicio creó una DECISIÓN interna, la Decisión de
Fracasar, de Errar el Tiro, para Demostrarte internamente que tu Juicio era el
correcto, autoanfianzarte en tu interior de esta manera y quizás hasta llamar
la atención sobre los demás para que corrigieran todos los errores.
"" ¿Te das cuenta ahora de que todo sucedió en tu interior tal y como
te digo?
Khan Asintió avergonzado.
- Pero no te preocupes mi amigo, esto ocurre en el interior de todas las
personas y normalmente este proceso es el causante de todos los fracasos,
simplemente la persona se convence de que las situaciones que le rodean sólo le
pueden conducir al fracaso, y entonces internamente Decide que va ha Fracasar.
Después, hace insconcientemente todo lo que está en su mano para hacerse
fracasar a si misma, pues - sonrió - necesita saber que tenía razón.
- En cierta ocasión - comentó el joven tímidamente - escuché a dos Maestros
Samurais hablando de términos parecidos... y lo llamaron ¿Cómo era? ¡Ah, sí!
¡ENTUSIASMO!
- ¡Exacto! - Exclamó complacida la hermosa Entrenadora - El Entusiasmo no es
otra cosa que cómo te hablas a ti mismo, el cómo te relacionas contigo mismo en
tu interior, el cómo funcionan tus pensamientos para formar las Decisiones
Oportunas.
"" Los que se hablan mal a si mismos, señalando los
"errores" y los "fallos", sin duda lo que están haciendo es
convenciéndose a si mismos de que tienen que Fracasar, y entonces se hacen
Fracasar.
"" Se Frenan a si mismos con sus Palabras al causarse Decisiones
Negativas para si mismos.
- Pero - añadió el muchacho aún a
riesgo de ser improcedente - pero esos errores realmente existían. ¿Acaso si
los dejo de ver no estaré errando en mi apreciación? ¿No estaré faltando a la
realidad?
Las carcajadas de la mujer jamás podían haber sido mayores.
- Esa es la excusa más vieja de los Ogros mi joven amigo - al verlo ofendido
añadió - perdona, no quería ofenderte, sin duda tú tienes talento de Samurai,
pero alguien en el pasado te metió esa idea, digna de un Ogro, en tu hermosa
cabecita. En seguida comprenderás lo que quiero decirte.
"" Imagínate que estás en un camino en medio del bosque, llamemos a
ese camino "Vida", es de noche, está oscuro y imaginémonos que
enciendes una vela entre tus manos. ¿Qué ocurrirá?
- Que se creará una luz, y podré ver mejor - respondió el joven.
- ¿Seguro? - sonrió la Entrenadora - ¿Sólo generarás una luz?
- Yo creo que sí- dijo el joven.
- De acuerdo pues, ahora estás ESPERANDO, así que acompáñame - Y rápidamente le
condujo hasta el almacen de los arcos, una pequeña caseta de madera bien
cuidada, una vez dentro cerró todas las ventanas con sus postigos y atrancó la
puerta creando una oscuridad casi absoluta. - Ahora Khan, enciende esta vela.
El muchacho así lo hizo, aunque no fue fácil en la oscuridad. En cuanto pudo
encenderla, comprendió lo que la mujer había querido expresarle.
- Ahora lo veo - dijo al fin - la vela genera luz, pero al generar esa luz,
también estoy causando sombras.
- La vida es "dura" - sonrió ella - con cada vela no sólo creamos una
luz, sino que también generamos sombras, eso es así por definición, es la pura
y dura realidad.
"" Ahora imagínate que estás en tu camino de la "vida" y
que decides encender esta vela. Bien, ahora tienes una luz que te puede
iluminar el camino. Si usas esa luz, podrás llegar al final de tu camino con
éxito.
"" Pero... qué ocurriría si te fijaras en las Sombras ¿Qué verías?
- Supongo que Oscuridad - dijo el joven
- Así es, y ¿Qué ocurre si cuando estás caminando vas mirando la oscuridad?
- Pues que veré Sombras y Oscuridad... es decir, que no veré... y si no veo.. -
pensó dubitativo - ¿Tropezaré y caeré?
- Así es: Si te fijas en las Sombras de la vela, Fracasarás.
Khan estuvo en silencio durante más de diez minutos dejando que tamaña
enseñanza penetrara hasta en lo más profundo de su mente.
-Así pues - dijo al fin - Para triunfar he de ignorar las sombras, y fijarme en
la Luz, y usar la luz que tengo para alcanzar el Exito en mi vida. ¿Verdad?
- Así es - dijo orgullosa la Maestra de su aventajado Discípulo - Así es mi
Samurai. Un Samurai se fija en la Luz, mientras que los Ogros, se centran en
las sombras. Por eso mientras los Samurais alcanzan el Exito y obtienen todo lo
que desean en la vida... los Ogros se dan con las espinillas contra las duras
rocas y se comen el barro mezclado con la furia y la rabia de su fracaso.
El joven meditó durante mucho
tiempo sobre estas palabras.
- Pero los Ogros son gente mala ¿Verdad? - dijo al final Khan
- Bueno, algunas veces si, pero en muchas ocasiones sólo son personas que
necesitan ayuda pero tienen demasiado orgullo para aceptarla. Así que optan por
actuar inapropiadamente y fracasar, para luego herir a los demás y a si mismos
con el resultado de su fracaso.
- Pero yo sé de personas que han fracasado en sus vidas y que no son malas
personas, sino buenos. ¿Son estos Ogros?
- No hijo mio - dijo Isis maternal - son sólo personas Irresponsables que no
han tomado la Decisión de controlar sus vidas.
"" Pero esa también es una decisión, la decisión de que otros
controlen tu vida, y eso es algo que suele conducir al fracaso, pues ¿A dónde
puede conducir la irresponsabilidad?
"" El éxito no llega por casualidad, hay que Decidir alcanzarlo y
aplicar esa decisión con nuestro trabajo para triunfar.
Khan estaba ansioso por saber más
sobre este tema, pues sentía que era una revelación suprema para él, sus
intereses y su vida. Pero la información y la revelación estaba siendo tan
enorme, que decidió guardar silencio durante casi cuarenta minutos para dejar
que sus hombros se adaptaran a la nueva carga que portaban, una que siembre
habían llevado pero que sólo ahora reconocían como suya.
Isis era Paciente, además de Hermosa, y mientras el joven aceptaba el control
de su vida, ella decidió disfrutar del momento y fue feliz simplemente mirando
como se ponía el Sol sitiendo la suave textura de la fresca hierba bajo su
piel.
El Viejo Sabio
El Viejo Sabio siempre salía de
su ermita muy temprano, antes de salir el Sol. Su viejo cuerpo no le pedía
demasiado descanso y seguía lleno de vitalidad. Apenas dormía cuatro o cinco
horas, despertaba rebosante de energía y salía a barrer el patio delantero de
la ermita para que los feligreses encontrasen un lugar limpio y ordenado en el
que pudieran ordenar pacíficamente su alma. Sin embargo el primer caminante que
pasaba delante de su lugar de paz no era un feligrés suyo.
Hacía varios mese que Gr'anSan venía observando a ese jovencito. Antes solía
jugar con los chicos de su edad, pero desde hace unos meses su comportamiento
había cambiado mucho... y eso le llamaba la atención al Viejo Sabio. Aunque lo
que más le extrañaba no era que ya no se relacionase con niños de su edad y
sólo caminara junto a hombres mucho más mayores que él. Lo que más le extrañaba
al Anciano clérigo era el brusco cambio que había sufrido su espíritu. Gr'anSan
calculaba que en estos últimos meses, el joven Kan, había madurado el
equivalente a 15 años. Y eso sí que le llamaba la atención.
El Viejo Sabio posó la escoba contra una de las paredes de piedra que formaban
su vieja ermita, y alzó la mano para llamar la atención del Joven Samurai.
- Joven! - gritó a Kan - ¿Dónde vas tan temprano? A estas horas sólo los
demonios y los santos andan por la calle. Los primeros retornan a las entrañas
de la tierra a protegerse del abrasador Sol y los segundos bajan del cielo para
proteger a los hombres de las calamidades y del Mal. - Y como hacía todas las
mañanas preguntó al Joven - ¿Tú que eres? ¿Santo o Demonio?
- Ninguna de las dos cosas – Replicó con una sonrisa Kan, todas las mañanas
tenía la misma conversación con el anciano y todas las mañanas las palabras
eran las mismas, se había convertido en un ritual diurno entre los dos - Sólo
soy un Joven Samurai que camina hasta los arrecifes para poder contemplar la
belleza del amanecer y la suavidad del fluir de las Olas en el Mar.
- ¿Y por qué haces tal cosa en vez de alargar tu descanso como el resto de los
mortales? – Preguntó el Viejo añadiendo una novedad a la conversación.
Kan quedó sorprendido, ya había reemprendido el camino al considerar que la
conversación había finalizado como tantos días atrás; tardó un segundo en
organizar sus ideas antes de mirar fijamente a los ojos del anciano y
responder...
- Porque mi espíritu guarda tal ansia por vivir la vida y por actuar que le es
difícil mantenerse dormido más de unas pocas horas al día. Sólo duermo lo
suficiente para deshacerme del cansancio del día anterior y despertar cargado
de nuevas energías. - Kan hizo una pausa para comprobar si el Anciano Clérigo
comprendía lo que le decía, el Sabio conocedor del corazón y las almas de los
hombres asintió y con un gesto de su mano invitó al Joven a continuar - Ver la
belleza del amanecer renueva y dobla mis energías, pues hace renacer en mi
espíritu la fe por las causas justas y las buenas acciones. Por otra parte el
suave mecer de las olas calma mi espíritu y me ayuda a ordenar mis ideas y a organizar
mentalmente mis tareas diarias de una forma más tranquila y eficiente.
Violentamente el Viejo Sabio tomó su gastada escoba y agitándola en el aire
replicó.
- ¿Entonces que haces perdiendo el tiempo con un Viejo Estúpido? Ve, Corre! Que
este Viejo Tonto te ha entretenido y no quiero que por mi culpa te pierdas ni
un momento tan sagrado de tu tiempo.
Kan, impulsivo por naturaleza, azorado de tal manera por el anciano echó a
correr como alma que lleva el diablo hacia su lugar secreto.
- Y después, cuando retornes y pases por aquí, pasa a ver a este Viejo Loco que
quiere hablar contigo! - Gritó Gr'anSan al joven mientras corría.
Turbado por las palabras del joven, el Sabio Clérigo delegó esa mañana las
tareas clericales en su ayudante, un hombre de mediana edad que había sido
aprendiz de Gr'anSan desde que era sólo un niño. El viejo Sabio se retiró a su
patio trasero desde donde vería llegar antes al Joven Samurai, y se entretuvo
barriéndolo lentamente mientras dejaba que su mente viajara por los derroteros
de la meditación.
Pocos momentos después de que los broncilíneos dedos de la Aurora dejaran de
acariciar la ondulante superficie del mar, el Anciano Clérigo vio retornar
tranquilamente a Kan por el camino del desfiladero. Su paso era tranquilo y
seguro, su postura era erguida, denotaba firmeza... y sin embargo estaba exenta
de presunción. Una de sus manos acariciaba su barbilla, aquel mentón joven que
todavía no era capaz de empezar siquiera a cubrir su cara con el vello de la
madurez. Su otra mano se movía en el aire acompañando los pensamientos del
joven. Hubiera parecido un gran Sabio meditando sobe la importancia de la
existencia del hombre sino fuera por que su joven piel y sus músculos aún sin
formar delataban su extrema juventud. Gr'anSan estaba convencido de que dentro
de ese cuerpo de niño residían el espíritu y la mente de un hombre Maduro,
Sabio y Justo. Por eso quería asegurarse de que sus intenciones eran justas y
de que sus actos serían los correctos. Pues en caso de que la injusticia
rigiera sus actos aquel pequeño sería aun más temible que el peor de los
demonios, pues si una cosa era segura era que ese niño un día cambiaría las
vidas de millares de hombres... y él debía saber si sería para bien o para
mal...
- ¿Cómo ha sido hoy el amanecer Joven Samurai?
- Precioso - respondió Kan resurgiendo de sus pensamientos - precioso... como
siempre.
- Te he visto cruzar delante de mi ermita todos los días durante meses - dijo
el Anciano Clérigo mientras invitaba con un gesto de su mano al joven Kan a tomar
asiento a su lado - Y en todos esos meses nunca has entrado a descargar tu alma
de las malas acciones que hallas cometido.
Kan miró con los ojos abiertos de par en par al viejo clérigo como sólo los
niños saben hacer. ¿Realmente habían pasado meses? Le habían parecido solo unos
pocos días... realmente el tiempo cada vez corría más rápido.
- Eh... - Kan no sabía que responder, al final miró al Viejo Sabio con una
mirada que reflejaba su inocencia y su arrepentimiento - Lo siento - Dijo
sencillamente
- Eso está bien... pero no es suficiente. - El Anciano fijó sus ojos en Kan
para escrutar atentamente su rostro y no perderse ni la más mínima reacción de
su rostro - Dime entonces ahora cuales han sido tus malas acciones en todo este
tiempo. Incluidos los malos pensamientos...
La voz del Anciano Clérigo era dulce y firme a la vez, sin embargo ni una
sombra de miedo, ni la más mínima duda recorrió el rostro de Kan cuando
respondió, casi automáticamente.
- No he cometido ninguna - Y la mirada sincera que se reflejó en sus ojos,
junto con la inocente sonrisa, exenta totalmente de orgullo que se reflejó en
su rostro convenció de la veracidad de sus palabras al Viejo Sabio... el cual
quedó increíblemente impresionado por la simple afirmación del joven Kan.
El Anciano meditó un momento, era obvio que Kan era sincero, pero sin embargo
era tan difícil... ¡Casi imposible!
- ¿No has causado mal a nadie? – Preguntó el anciano y el joven respondió
negando efusivamente con la cabeza.
- ¿No has tomado nada que no te pertenecía? - Kan negó con una incrédula
expresión en su rostro que reflejaba que, para él, eso era algo impensable.
- ¿Quizás has tenido pensamientos negativos sobre alguna persona? - Dijo el
anciano mientras guiñaba un cómplice ojo a su interlocutor.
- No! ¿Debería haberlo hecho? - Replicó Kan
- ¡Por supuesto que no! ¡No digas tonterías! - Dijo perdiendo los nervios
momentáneamente- Perdona... Es que como haya muchos como tú... ¡Me quedo sin
trabajo! - Y prorrompió en una enorme carcajada - Dime, tampoco has tenido
pensamientos extraños sobre las mujeres...
- ¿Como qué? - respondió extrañado Kan
- No, nada olvídalo - ¡Tampoco eso! Claro, era demasiado joven... físicamente
solo era un niño, aunque su mente fuera la de un adulto.
- Kan, acércate y mira... - dijo el anciano mientras sacaba un paquete de
semillas de entre su túnica blanca - Esta es mi distracción, tú miras el mar...
yo doy de comer a las palomas - Diciendo esto arrojó un gran puñado de semillas
delante de sí. Inmediatamente un estruendoso batir de alas llenó el aire, y
unas pocas palomas al principio y después docenas de ellas bajaron desde el
techo de la ermita hasta, literalmente, rodear al joven y al anciano.
- Mira atentamente a esas palomas Kan, puesto que son iguales a los hombres.
El joven Kan no sabía a qué se refería el anciano, las palomas eran pequeñas y
grises, tenían pico y alas... además no sabían hablar y volaban... ¡Eran
totalmente diferentes a los hombres! Sin embargo el Samurai sabía reconocer
cuando un hombre sabio tenía ganas de hablar y dejó que la sabiduría del
anciano fluyera por su boca como un dorado río que no encuentra ninguna
resistencia a su paso, mientras riega los puros pastos que ha de alimentar.
- Sí Kan, veo en tu cara que te extrañas... pero estas palomas, aun siendo totalmente
distintas en su envoltura a nosotros... en su esencia son iguales. Igual que el
agua que recorre el pozo y el cubo son la misma agua... el comportamiento de
las palomas es igual al de los hombres.
- Míralas atentamente Kan, míralas y dime que es lo que ves.
- Veo a muchas palomas comiendo - Dijo sinceramente Kan.
- ¿Seguro? - Dijo el anciano - Mira mejor!
Kan reflexionó unos instantes y añadió.
- Bueno, realmente hay algunas palomas comiendo y muchas que no.
- Y... ¿Por qué esas últimas no están comiendo Kan? ¿Acaso no hay suficiente
comida?
- Bueno... realmente sí hay comida bastante, si se juntaran un poco más y se
acercaran aquéllas del fondo... podrían comer más del doble de las que
realmente están comiendo.
- Y... ¿Por qué no se acercan? ¿Crees que no tienen hambre?
- Está muy claro que tienen hambre. Esa de ahí está flaquísima! - El Joven
Samurai las miró atentamente - Parece que esas del fondo tienen miedo, y por
eso no se acercan.
- ¿Dices que tienen miedo? - El anciano sonrió y miró fijamente a Kan - Pues
dices bien. Tienes toda la razón. Tienen miedo y por eso no se acercan. Y ¿Por
qué tienen miedo? ¿Les vas a hacer algo? ¿Planeas matarlas?
- ¿Yo? - Preguntó el Joven Samurai - ¡Por supuesto que no!
- Bien, yo tampoco... y a mí me conocen desde siempre, pues yo ya estaba aquí
mucho antes de que ellas nacieran - El Viejo Sabio señaló al Joven Samurai y le
dijo acusadoramente - Kan, la culpa de que no coman es tuya ¿No sientes
remordimientos?
- La verdad es que eso es lo que estaba pensando - El joven Samurai se rascó la
cabeza y al final desesperado preguntó - ¿Que puedo hacer?
- Bueno, puedes intentar decirles que no pretendes hacerles caso e invitarles a
que se acerquen a comer. - El viejo le invitó con un gesto de su mano a probar
- ¡Inténtalo!
- Palomitas bonitas, palomitas bonitas - pronunció estúpidamente Kan con una
vocecilla aguda y suavizada con intención – venid a comer, no quiero haceros
daño, si no coméis moriréis de hambre, ¡Vamos venid!!
Las palomas miraron a Kan como si estuviera loco y se alejaron unos pasos más.
- Nada, no me hacen caso! – Exclamó agobiado Kan ¡Realmente quería que las
palomas comieran!
- Puedes probar acercarte con un puñado de comida en la mano... - dijo el viejo
- quizás al ver tanta comida cojan confianza y se posen en tus manos a comer...
A Kan le pareció grata la idea, así que cogió dos puñados de comida y se acercó
lentamente a las palomas mostrándoles la comida. Estas al ver caer algún grano
de las manos de Kan hicieron amago de acercarse, pero al ver las manos llenas
de semillas del joven Samurai mientras este se acercaba... echaron a volar
espantadas por la cercanía del muchacho hasta posarse en el techo de la vieja
ermita.
- ¡No lo entiendo! - exclamó enfadado Kan - ¡Estas Palomas son tontas! ¿No se
dan cuenta de que yo sólo quiero su bien? Si pudiera hacer que entrasen en
razón... ¿Pero qué digo? – Exclamó dándose cuenta de un detalle - ¡Si son solo
palomas! ¡Son desconfiadas y cobardes por naturaleza...
- ¡IGUAL QUE LOS HUMANOS! - Exclamó de un grito el Sabio Clérigo cortando los
razonamientos de Kan.
El joven Samurai quedo paralizado al ver la sutil trampa que le había preparado
el Anciano Clérigo, y en su mente empezó a brillar la llama del
entendimiento... pero todavía sólo eran unas pocas chispas dispersas que no
eran capaces de alumbrar el complicado entramado de la argumentación del
anciano.
- ¿Entiendes Kan?
- Todavía no estoy seguro ...me quieres decir que todos los hombres son
cobardes por naturaleza?
- ¡Ni mucho menos! - El anciano palmeó el asiento de piedra - ven, vuelve a tu
asiento y mira.
Kan así lo hizo... y después de un rato sin entender nada de lo que estaba
viendo preguntó...
- ¿Que estoy viendo anciano?
- ¡El comportamiento de los hombres querido niño!
- ¿Me lo puedes explicar clérigo? - La cara de Kan era una mueca torcida...
como su cabeza, que estaba ladeada en un vano intento de entender mejor el
misterio.
- ¡Mejor explícamelo tú! - EL joven Samurai le envío una mirada de misericordia
- ¡Venga! ¡Descríbeme lo que ves!
- Bueno, veo muchas palomas a nuestro alrededor - empezó Kan resignado - unas
pocas están muy lejos, mirando y alargando la cabeza, pero tienen miedo de
nosotros y no se acercan. - Kan las señaló con un gesto - La mayoría está a una
distancia de un par de brazas de nosotros...
- La distancia justa de seguridad - añadió el anciano y ante la mirada de
extrañeza del joven agregó - Si estuvieran a una braza, podrías cogerlas con
solo alargar el brazo. Estando a dos brazas, si haces un movimiento brusco para
intentar cogerlas... ellas tendrán el tiempo justo para echar a volar y escapar
- El anciano indicó con la mano a Kan que continuara su descripción.
- Pues estas palomas están picoteando unos cuantas semillas, aunque son pocas
porque la mayoría está a nuestro alrededor - El joven Samurai guardó silencio
un segundo antes de añadir - es extraño que no se acerquen más, pues son muchas
palomas para muy pocos granos.
- Exacto! Continúa por favor.
- Bueno, muy cercanas a nosotros - Kan estiró un brazo para demostrar sus
palabras - dentro de la distancia de una braza están cerca de una docena de
palomas... que se están poniendo moradas, pues se están comiendo la mayoría de
los granos que echaste al suelo.
- Muy bien! Veo que sabes describir muy bien - El viejo señaló las manos del
chico - Ahora extiende tus manos en forma de copa y dime lo que pasa.
El joven Kan, dándose cuenta de que todavía llevaba en las manos las semillas
que antes había cogido, colocó coloco en forma de copa sus manos, igual que
cuando bebía de un río... y esperó . Unas pocas semillas cayeron de sus manos,
pero al momento una paloma enorme y preciosa se posó en el borde de sus manos y
se puso a comer de la gran cantidad de semillas que Kan tenía entre sus manos.
Era obvio que esta era la paloma más feliz de todas, pues después de echarle un
par de miradas de advertencia al joven se puso a comer como una loca, con una
gran ansia y una gran alegría. Kan la observaba con la boca abierta y sin mover
un solo músculo, casi apenas respiraba de la emoción que sentía al tener al
bello pájaro entre sus manos. Era lo que antes había deseado con las otras
palomas asustadizas... al ver que estaba segura en las manos del joven humano,
la paloma relajó sus plumas, retrajo una pata y se dispuso a comer esta vez de
una forma más calmada y relajada... aunque con grandes bocados cada vez. Si la
Palomas hubieran tenido boca en vez de Pico, Kan habría jurado que la paloma le
sonreía.
- Bien jovencito - dijo el Anciano Clérigo sacando al Joven Samurai de su
ensoñación - estoy esperando a que me lo acabes de describir.
- Eh... - exclamó Kan buscando las palabras adecuadas - Una paloma está sobre
mis manos comiendo absolutamente todas las semillas que quiere... al principio
tenía miedo, pero ahora ha visto que no tiene nada que temer de mí y come
confiada y tranquila.
- ¿Has entendido ya lo que te quiero decir?
- Aun no Clérigo - Dijo el joven ruborizándose - creo que voy viendo alguno de
los matices del tapiz, pero aun no soy capaz de admirar toda su belleza.
- Bien, te ayudaré - dijo sonriendo el Sabio Clérigo, en realidad le gustaba
resaltar ante los demás que era el más grande conocedor del corazón de los
hombres - Las palomas que ves al fondo son infelices y pasan hambre, tienen la
comida a su alcance, solo tienen que volar hasta aquí, cerca de nosotros y
cogerla... pero su miedo les impide hacerlo. Temen que les hagamos algún daño.
- El anciano hizo una pausa y miró al joven, en su rostro se empezaba a
iluminar la llama del entendimiento - Realmente esas palomas son tan capaces de
coger las semillas y comer como las demás, pero sus miedos les impiden alcanzar
la comida...
- Los fantasmas del miedo y del fracaso los detienen - Murmuró Kan entre
dientes
- Perdona ¿Qué decías? – Preguntó el anciano - Mis oídos no son lo que eran...
- Nada, nada. Por favor continuar.
- Bueno, pues decía que son tan capaces de alcanzar la comida y de comer como
las demás, pero que su miedo les impide alcanzar la comida cuando...
¡Simplemente tienen que hacerlo! - El anciano miró fijamente y con seriedad al
joven - Esto le pasa a muchos hombres, sólo han de actuar, de hacer las cosas,
de luchar por ellas para alcanzarlas y cogerlas... y no lo hacen por miedo a
fracasar.
- Estas palomas que hay más cerca - Continuó en Sabio cambiando de tono y
señalándolas - como puedes ver, y tu mismo has dicho, son la mayoría. Se
conforman con unos pocos granos seguros, aunque saben que no hay bastantes para
todas. La mayoría de ellas se quedará con hambre, y cada día las veras un poco
más flacuchas. Unos días tendrán suerte y comerán un poco más, otros días
tendrán menos suerte y comerán un poco menos... sin embargo la mayoría de las
veces sólo tendrán la comida justa para sobrevivir... Realmente sólo tienen que
dar un pasito más, acercarse a la comida... ¡Y tendrán toda la comida que
quieran! - El anciano se encogió de hombros - sin embargo prefieren estar allá,
a dos brazas de nosotros porque se sienten seguras... y esa falsa seguridad las
condena... porque ¿Cómo pueden sentirse seguras si en el fondo de sí saben que
no hay comida para todas? - El anciano guardó una pausa antes de continuar -
Muchas personas son así, se agarran a una falsa seguridad y viven infelices y
preocupadas, engañándose a sí mismas y haciéndose pensar que son felices cuando
en realidad... temen que no les llegue la comida para sobrevivir.
Kan estaba con la boca abierta, las palabras del anciano eran la sabiduría más
pura que nunca había oído... sólo estaba describiendo el comportamiento de unas
simples palomas... y estaba descubriendo el corazón humano a sangre viva... El
joven Samurai cerró su boca con la mano izquierda e intentó mantener la
compostura para asimilar mejor las palabras del Sabio Clérigo.
- Estas otras palomas que están a nuestro alrededor son afortunadas! ¿No crees?
- La pregunta era retórica, así que no esperó a que el joven le diera
contestación - ¡POR SUPUESTO QUE NO! Estas palomas simplemente han hecho lo que
las demás no se han atrevido a hacer... ¡Acercarse hasta nosotros y comer! - El
anciano esperó un momento a que la sabiduría impresa en sus simples palabras
hiciera mella en Kan - Lo único que han hecho es arriesgarse a venir hasta
nosotros... y comer. Nosotros no queríamos hacerles daño ¡Por eso les dimos la
comida! - El Viejo Sabio miró a los ojos a su joven pupilo - Y como confiaron,
se arriesgaron... y lo hicieron... ellas dormirán esta noche con la barriga
bien llena! Mientras que las demás sienten envidia de ellas y piensan que son
afortunadas... - Gr'anSan se rió de si mismo - Dirás que son paparruchadas de
un viejo, dirás que son sólo palomas... - El Sabio Anciano fijó su mirada en el
atento joven - ¿Pero cuántas personas duermen sintiendo envidia por los más
"afortunados"? ¿Cuántos seres humanos achacan a la
"fortuna" que otros tengan más que ellos? ¡MILLONES! - El anciano
hizo batir su blanca túnica espantando a algunas de las palomas más cercanas -
y ¿Por qué ? Simplemente porque no han tenido agallas para hacer lo que debían
hacer, porque no TIENEN valor para afrontar sus miedos y ¡ACTUAR! - El anciano
andaba entre las palomas entusiasmado - ¡No se dan cuenta! No se dan cuenta de
que lo único que tienen que hacer es ¡ACTUAR! - Señaló a Kan con un dedo en una
especie de ataque de locura... o de cordura - Creen - dijo bajando su tono de
voz - ¡quieren creer! que la vida es cuestión de suerte, que si hay una paloma
que tiene más que ellas, que está más cerca de la comida... es simplemente
porque tuvo más suerte al aterrizar... y no se dan cuenta, o no tienen el valor
suficiente para dar un pequeño salto y ganarse ese puesto privilegiado...
simplemente con unos pequeños pasos! - El anciano al fin se relajó y caminando
lentamente volvió a sentarse en su mármol banco. - Las que hacen eso, las que
dan esos pequeños pasos consiguen todo aquello que ansían. - Y añadió muy
serio, mirando fijamente a Kan como miraría a un hombre al que va ha revelar la
ultima y más grande verdad que va ha conocer en su vida - No creas que las
palomas que tienen mucha comida a su disposición son pocas porque sea difícil
dar ese salto, o porque haya poca comida... son pocas porque la mayoría de las
palomas no tienen el valor suficiente para acercarse a la comida...
Kan no dijo nada, estaba bien claro lo que el anciano le había dicho. La
sabiduría de sus palabras era inmensa, por fin comprendía muchas cosas... no
sólo de esa tarde, sino de toda su vida... mientras pensaba esto Kan se fijó en
la paloma de su mano, se había quedado dormida justo encima de la comida, en
ese momento despertó ligeramente, cogió un buen bocado de semillas, las tragó y
volvió a dormirse.
- Y esa Paloma Kan - dijo tranquilamente el viejo - Esa paloma eres TÚ! - El
joven le miró asombrado - Sí tú Kan, porque como tú esta paloma no se ha
conformado con las migajas del suelo, tú has ido directamente a la fuente y te
has quedado a vivir en ella. - El anciano se acomodó en su asiento - Si te
acuerdas, al principio esta paloma estaba asustada como la que más, sin embargo
vio que la recompensa por confiar en ti, por subirte a tu mano era enorme.
¡Esta es la paloma más feliz y rica de todo este palomar! - Dijo el anciano
resaltando sus palabras con un gesto de sus brazos que abarcó todo el patio -
Después de arriesgarse vio que realmente estaba segura entre tus manos y se
dispuso a comer tranquilamente. Incluso ahora, mientras las palomas del fondo pasan
hambre... ella duerme tranquila, con la barriga llena y con mucha más comida a
su disposición. - El anciano señaló a las palomas del fondo - las demás podrían
hacer lo mismo, podrían volar hasta tus manos a comer y dormir tranquilas... tú
incluso se lo ofreciste a algunas, fuiste detrás de ellas y ellas echaron a
volar asustadas... ¿Acaso no tienen alas para volar a tus manos? ¿Acaso no
tienen pico para comer? - El anciano sonrió - Lo que les falta es un corazón
puro que les infunda el valor suficiente para batir sus alas y volar hasta tus
manos.
Kan guardó silencio para meditar las palabras del anciano... eran ciertas,
todas las palomas tenían las mismas oportunidades, la única diferencia estaba
en cual era la paloma que tenía el valor para hacerlo. Igualmente todos los
seres humanos contaban con las mismas oportunidades... la diferencia estaba en
quienes eran cobardes y se escondías detrás de culpabilidades y
"suertes"... y quienes eran valientes y hacían lo que tenían que
hacer para alcanzar ese premio sublime.
- Aún más anciano - Exclamó el Joven Samurai entusiasmado - mira las palomas,
algunas son blancas y otras grises, unas tienen más plumas y otras menos, unas
tienen las patas enteras y a otras les ha comido algún dedo algún gato... sin
embargo por ninguna de esas características externas podemos juzgar cuáles de
ellas se quedarán con hambre y cuáles no, por ejemplo aquella bellísima paloma
toda blanca - dijo señalando con su mano Izquierda, ya que en la derecha dormía
la paloma-samurai - es un paloma preciosa, con unas alas que sin duda le
facilitarían el volar rápida y presta hasta la comida, sin embargo se queda
allá, alejada y muerta de hambre porque le falta valor. Y a esta de aquí le
falta una pata, y eso no le impide comer. Bellas y mutiladas, débiles y Fuertes
están mezcladas... pero ninguna de estas características les hace alcanzar la
comida, sino que es el valor y el coraje de su corazón lo que les impedirá
morirse de hambre y comer!
- Exacto! Has entendido muy bien! Sólo falta una cosa - El anciano miró
fijamente al joven - ¿Te acuerdas cuando te mandé que ofrecieras las semillas a
las palomas del fondo? A las cobardes... ¿Qué ocurrió?
- Pues que huyeron, les parecería que debía de haber alguna trampa... y
prefirieron quedarse con hambre a arriesgarse.
- Pues así actúan muchísimas personas querido Kan... ¡E incluso peor! Algunas a
las que les ofreces en bandeja de oro las semillas del éxito... huirán, otras
te insultarán, otras sospecharán de ti, otras te pondrán a prueba... ¿Por qué?
Porque su corazón es débil y cobarde, no tienen un verdadero espíritu luchador.
Y dime Kan... ¿Quieres personas así en tu ejército?
Kan despertó en ese momento a una realidad que no había visto hasta entonces,
esta no sólo era una simple lección sobre el corazón humano, la forma de
comportarse de la gente y el cómo saber diferenciarlos, era también... ¡Un
consejo de incalculable valor! Porque si aprovechaba bien los conocimientos que
hoy había adquirido podría formar un ejercito de personas verdaderamente valientes
y audaces, podría desechar a todas las palomas cobardes y a las que viven en un
mundo de sueños y falsas realidades para quedarse solamente con aquellas que
realmente eran valientes y puras de corazón, las que venían ellas solar a comer
las semillas del éxito y con aquellas únicas palomas que iban directamente a
comer de la fuente. ¡El suyo sería un ejército invencible!
- Claro que no quiero a cobardes en mi ejército! A partir de hoy dejaré de
correr detrás de las palomas cobardes y daré las semillas únicamente a aquellas
que tengan el valor de saber captar y aprovechar la oportunidad a la primera.
¡Porque únicamente esas son las que me interesan! ¡Sólo las valientes y
decididas!
- Perfecto! – Contestó el anciano - Porque yo llevo toda mi vida intentando que
las personas que son como aquellas palomas del fondo vuelen hasta la comida...
¿Y sabes lo que he conseguido? - preguntó al joven - ¡NADA! Que huyan una y
otra vez... créeme, por mucho tiempo que corras detrás de ellas no conseguirás
nada. Y eso no es lo peor ¿Sabes que es lo peor?
- Sí! - Contestó el joven Samurai sorprendiendo al Sabio Anciano - Que cada
segundo que pierdes con ello es un grano que le quitas de comer a una paloma
que sí quiere comer de tus semillas.
- Exacto! - Contesto Gr'anSan - ¿Y sabes lo que voy ha hacer ahora? - El
anciano miró con cara divertida al joven - Voy dejar de perseguir palomas
cobardes y me voy a poner con las manos abiertas a dar semillas a las palomas
valientes, pues hoy he visto que es una tarea mucho más fácil y productiva.
¡Espera aquí un momento! - Y diciendo esto desapareció dentro de su vieja
ermita.
Kan miró a su paloma y probó intentar colocarla en su hombro, milagrosamente la
paloma encontró más agradable el hombro del joven que su mano y decidió
quedarse a dormir tranquilamente en el hombro del que ya consideraba su almacén
personal de comida.
Al poco rato reapareció el anciano con un ligero saco y su vieja escoba, y
echándose el primero encima de su hombro y tomando la segunda como si de una
espada se tratara preguntó al joven Samurai...
- Admitís ancianos de noventa años en tu campamento?
- ¡Sí claro! ¿Deseas ser un Samurai?
- ¿Tendré que aprender a manejar la espada? ¿Es necesario que me levante al
amanecer y me acueste cuando la luna está en su cenit? ¿Acaso he de aprender y
enseñar todo lo que se a cientos de personas?
- Sí, sí y Sí! - Respondió automáticamente Kan.
- Pues entonces vamos... ¡Que estoy impaciente! - Y añadió mirando la paloma -
Por cierto te llevas a tu paloma-samurai.
- Parece que sí, me ha tomado por un almacén de comida andante... - y
acariciando el suave pecho de la paloma añadió - Me parece que esta paloma ya
ha solucionado su vida para siempre!
El Mercader
Era una hermosa mañana, los
pájaros cantaban en las copas de los verdes árboles, el joven sol irradiaba una
luz clara que ya empezaba a despertar una cálida brisa de verano. Kan aspiro
fuerte, las suaves fragancias del bosque penetraron en su espíritu despertando
ansias de aventuras.
Desde la altura, el Joven Samurai
podía dislumbrar el poblado, hoy estaba muy animado pues era día de fiesta. Con
los reflejos de un experto Samurai, Kan, calculó de forma precisa la distancia
hasta la rama siguiente y saltó. Era un alto de casi cuatro brazos metros a una
altura de casi seis hombres uno encima del otro. El joven voló como una gaviota
hasta la rama y sacando una larga cuerda la ató alrededor del tronco del árbol
para asegurar su posición.
Desde aquí podía ver todavía
mejor el pueblo. Miles de personas venidas de muchos kilómetros a la redonda se
reunían hoy para comprar, vender y comerciar con todos aquellos que pudieran.
Desde la lejanía se distinguían los caballos, los carros de frutas y los
grandes puestos de telas. Estos últimos eran su objetivo. Pretendía comprar un
trozo de tela de la más alta calidad para regalárselo a la hija de unos de los
cocineros del ejército de su padre.
Era una joven sólo un poco mayor
que él, tenía el pelo más bonito que nunca había visto. Era negro como la
noche, y cuando el sol se reflejaba en sus largos cabellos parecía que cientos
de pequeñas estrellas brillaran resaltando su hermosura.
Ayer, mientras comía con su
equipo Rosana (como había sabido después que se llamaba) le había servido la
comida, ella le había preguntado "¿Quieres más pescado?" y él se
había quedado embobado mirando su precioso pelo. Todavía se sentía avergonzado
al recordar como los veinte miembros de su equipo que estaban comiendo con el
habían callado de repente y se habían quedado mirándole sorprendidos, como si
estuvieran esperando que él dijera algo. La cara de Kan se estaba volviendo a
teñir de rojo igual que cuando se sonrojó cuando Omius, el primero de sus
Samurais le dijo "Valla valla! Si parece que nuestro joven superior está
creciendo!". Aquello fue vergonzoso ¡Él sólo estaba contemplando su pelo!
¿Que tenía de malo?. Por desgracia la joven se sintió mucho más avergonzada que
él y se marchó corriendo mientras lágrimas de vergüenza resbalaban por sus
mejillas, en la carrera se le resbaló la bandeja de pescado cayéndosele encima
del vestido. En ese momento Kan había intentado levantarse, pero Escila, una
nueva Aprendiz que se había incorporado hacía poco, le detuvo agarrándole
firmemente el brazo y diciéndole por lo bajo... "No vallas o la avergonzarás
aun más ¿Es que no sabes nada de mujeres?". Kan se había sentado
inmediatamente, tenía 12 años y realmente no sabía nada de mujeres. Así que se
quedó quieto, contemplando como la chica del pelo precioso miraba su vestido y
replicaba "No! ¡Mi vestido nuevo! Esta mancha no se quitará nunca!" y
poco después desaparecía en dirección al río. El joven Samurai había mirado
entonces interrogativamente a su rubia compañera, la cual había comprendido su
pregunta y le había respondido "La chica tiene razón, esa mancha no se
quitará nunca. Ya puede ir comprando una tela para coserse un vestido
nuevo!".
Esas palabras se habían quedado
grabadas en la memoria del joven, así que hoy por la mañana, había cogido su
bolsa de dinero y se había puesto de camino al mercado. Pretendía comprarle la
pieza de tela más bonita que nunca hubiera existido para pedirle disculpas por
haberla avergonzado tanto con su comportamiento. Kan no quería reconocerlo,
pero su corazón latía deseoso de volver a contemplar esa bella cabellera negra.
Después de bajar del árbol, y
caminar unos pocos minutos más, Kan llegó al enorme mercado. Este tenía
cubierto todas las callejuelas del pueblo, incluida la gran plaza central, con
tenderetes de mercaderes ofreciendo sus productos a gritos. El barullo, tanto
de voces como de personas, era abrumador. Kan estaba acostumbrado al orden de
su ejército y este loco ir y venir embotaba sus sentidos... no lo suficiente
como para no notar una ligera mano que intentaba sacar su bolsa de su cinturón.
- ¿Qué haces? - Preguntó Kan
dándose la vuelta y agarrando mejor su bolsa. Al mirar sólo encontró a un
pequeño chiquillo, de unos seis años de edad, cubierto por unos harapos roídos.
Su piel, debajo de una gran capa de barro y suciedad, se había vuelto blanca como
la leche. Su cara contestaba perfectamente la pregunta del joven Samurai. Así
que antes de que su interlocutor pudiera contestar añadió... - ¿Por qué haces
esto?
- Necesito dinero para comer -
dijo el niño mirando directamente a Kan con unos ojos suplicantes - Mi estómago
me duele y nadie me da de comer - añadió llevándose la mano al estómago
distraídamente - Por favor señor, no me haga daño, no pretendía quitárselo
todo, sólo una moneda para poder comer - Las lágrimas recorrían los jóvenes
ojos del pillo. A Kan, su tierno corazón le dolía por la miseria que estaba
teniendo que pasar ese desconocido, nadie merecía llevar ese tipo de vida... y
menos aun un niño tan pequeño.
- No te preocupes, no te voy a
hacer ningún daño - Dijo Kan, aunque en la temerosa mirada del joven
ladronzuelo vio que sus palabras no eran creídas. Kan recordó la experiencia de
las palomas con el viejo sabio e intento otra estrategia distinta - Te voy a
dar de comer, ya que tienes tanta hambre, elige tú el sitio y pide lo que
quieras. - Los ojos del niño brillaron de ilusión ante estas palabras, al ver
que su nueva estrategia funcionaba añadió - Tengo dinero de sobra, así que come
todo lo que quieras.
- Aquí al lado hay una tasca
buenísima... y muy económico! - Dijo el pillastre animado
- Perfecto! - Respondió Kan -
Después de todo yo tampoco he desayunado hoy... se me ha olvidado! - añadió
rascándose la cabeza graciosamente.
El joven ladronzuelo se lanzó,
casi a la carrera a la tasca seguido por el joven Samurai que no deseaba
perderlo de vista ni por un segundo. Al cruzar la esquina los más sabrosos
olores de los manjares más apetecibles llenaron las narices de Kan. El
pillastre enseguida encontró una mesa libre en un rincón apartado y tapado por
las sobras e invitando a sentarse en un banco de madera en frente de él al
joven Samurai levantó la mano para llamar al camarero, igual que si fuera un
gran señor en un restaurante de lujo. El dueño, al ver esto escupió un trozo de
una rara planta que estaba masticando y se encamino hasta la mesa donde estaban
sentados los dos niños.
- ¿Que van a tomar los señores? -
Dijo sarcásticamente - ¿Un baso de agua del pozo? - Y antes de que pudieran
decir nada añadió - ¡Anda mocosos largaos! ¡Tengo que atender a los clientes de
verdad!
- Este niño quiere comer, traiga
algo para él - Dijo Kan ignorando las palabras del mesonero.
- Este niño... - respondió el
dueño levantándolo de una oreja e intentando sacarlo de la mesa - Es un ladrón
que ya me ha robado más de una hogaza de pan de las mesas y que como vuelva a
verlo por aquí le voy a cortar el cuello...
El mesonero calló
instantáneamente al sentir el agudo filo de la espada Katana del joven Samurai
en su garganta.
- Puede ser... - contestó
fríamente Kan, con un tono de voz que heló la sangre en las venas del apestoso
hombre... aun cuando la amenaza provenía de un niño de 12 años de edad - Puede
ser que seas tú, apestosa inmundicia, quien quiera cortarle el cuello a mi
amigo - y después de hacer una pausa añadió - pero voy a ser yo quien te corte
el cuello a ti como no le sirvas como es debido.- El rostro del mesonero estaba
blanco como la leche, no esperaba esto de un niño tan joven, había supuesto que
era un ladronzuelo compañero del otro niño y sin embargo había manejado una
espada Katana como si fuera una prolongación de su brazo - Debería caérsele la
cara de vergüenza por no dar de comer a un niño necesitado... sin embargo aquí
tiene - Y poniendo una valiosa moneda de oro encima de la mesa añadió - Esto
pagará todo lo que pueda comer este niño durante tres años ¿No es así? - El
apestoso mesonero asintió con la cabeza - Pues tómelo y hágalo como yo le digo
o vendré y se arrepentirá - dijo saliendo de las sombras donde estaba sentado y
poniéndose a la luz para que pudiera verlo bien.
El dueño del local quedó
totalmente pasmado al reconocer que el joven vestía las ropas de un Samurai...
incluida la Katana que todavía mantenía apoyada en su cuello... al final de la
cual pudo ver la característica empuñadura dorada-plateada símbolo de un
verdadero Samurai entrenado.
- S.. Se... Señor! - dijo al fin
- Por favor, perdone! - suplicó - Sé que no me he portado como he debido,
tendría que haber atendido a este niño... - rápidamente añadió - a partir de
hoy daré de comer a todos los niños pobres del pueblo... ¡Puedo hacerlo! -
Añadió - Soy dueño de la posada más grande del pueblo y todos los días me sobra
comida para darla de comer a un regimiento - y para intentar solucionar las
cosas dijo - a partir de ahora le daré esta comida a los pobres en vez de
tirarla a la basura ¡Os lo juro! Pero perdonarme la vida por favor!!!
Kan retiró la katana del cuello
del mesonero y posando otra moneda de oro en la mesa añadió. Ahora tráenos un
plato de cada una de las más ricas exquisiteces que tengas... - y mirándolo a
los ojos añadió - y no intentes nada raro, yo soy Kan. El hijo de Kazo, el
general de generales. Y en caso de que me pasara algo...
- ¡No os preocupéis Señor! ¡Yo
nunca mancillaría mi comida ni haría nada raro! ¡Y menos aun con un cliente que
paga tan generosamente!!! - y cogiendo las monedas de la mesa marcho
rápidamente a encargar en la cocina los platos ordenados y a descansar un buen
rato para quitarse el susto de encima.
Cuando desapareció los dos niños
se pusieron a reír a carcajada limpia.
- ¿Le has visto la cara Kan? -
dijo el ladronzuelo riéndose estrepitosamente - Yo creía que se iba a hacer pis
encima!!!
- ¿Crees que me habré pasado? -
Preguntó sintiéndose culpable el joven Samurai - ...quizás no tenía que haber
sido tan brusco...
- ¡De eso nada! - Contestó su reciente
amigo - ¡Tú no sabes las palizas que me ha dado por coger trozos de pan rancio
de las mesas! ¡Es un indeseable! - y mirándolo con una cara de agradecimiento
infinita añadió - ... y tú lo has cambiado en un minuto! Los pobres llevábamos
meses intentando convencerle de que nos diera los restos de comida que tira por
la noche, pero el mal nacido tiraba esos restos a cuatro perros asesinos que
tiene en la parte trasera del local... los perros desperdiciaban toda la comida
y mientras nosotros nos moríamos de hambre - y abrazándole añadió - ¡Eres mi
salvador! ¿Qué puedo hacer por ti?
- Bueno... - dijo Kan pensativo -
parece que conoces bien el pueblo ¿Podrías llevarme a la zona de las telas
después de comer?
- ¡Naturalmente! - Dijo mientras
empezaba a llenarse la boca con las carnes y las frutas que empezaban a traer
las camareras... pues misteriosamente el mesonero había desaparecido para todo
el día!
- ¿Cómo te llamas? - Dijo Kan
sirviéndose un poco en su plato
- Pibio - Contestó con la boca
rebosante de comida - aunque los amigos me llaman Pio.
Cuando hubieron acabado de comer,
Kan y Pio salieron de la posada para encaminarse a la zona del pueblo donde los
mercaderes ofrecían telas de todos los tipos. Allí Kan encontró telas fuertes y
bastas, las grandes telas con las que se hacían las tiendas de campaña de los
Samurais, ligeras telas de velos y finalmente las finas telas que utilizaban
las mujeres para hacerse sus vestidos.
- ¿Qué te parece? - Preguntó el
joven Samurai al ladronzuelo.
- A mi me parecen todas preciosas
- dijo con la boca abierta.
En ese momento Kan reparó en que
su amigo sólo portaba unos harapos que estaban totalmente destrozados, por lo
que era natural que cualquier trozo de tela le resultara fantástica.
- ¿Tenéis ropa para niño? - Preguntó
Kan al mercader
- Sí, en la parte de atrás joven
señor - y lanzando una codiciosa mirada a la repleta bolsa del joven Samurai
añadió - ¿Queréis finos trajes de fiesta quizás?
- No - contesto Kan, y después de
mirar a su amigo añadió - Pio necesita una ropa más práctica ¿No tenéis un
Kimono del estilo de los Samurais?
- Voy a mirar y le traeré algo de
su talla - Dijo desilusionado el mercader, un kimono era una prenda corriente y
barata, mientras que un traje le hubiera aportado muchos más beneficios.
- ¿Un Kimono? - Preguntó Pio
mirando de arriba a bajo a Kan - Te lo agradezco mucho... pero destacaría
demasiado!
En ese momento volvió el mercader
con una codiciosa mirada en sus ojos.
- Perdonarme joven Señor, pero
Kimonos no tengo - y mostrando el bulto que traía escondido añadió - Pero tengo
este precioso y ... resistente - dijo resaltando la palabra - traje para
vuestro amigo - La prenda en cuestión era un traje de cuerpo entero que parecía
muy práctico y discreto. Era de una sola pieza y se abrochaba por un lado con
unos lazos de cuero blando. Sobre una tela gruesa y resistente estaban cosidas
laminas de cuero, y en su interior un suave forro prometía un agradable
confort. Kan miró disimuladamente a su amigo, el cual estaba visiblemente
enamorado de esa práctica prenda.
- Muy bien ¡Nos la quedamos! -
Sentenció Kan - ¿Qué cuesta? - dijo abriendo su bolsa en la que relucieron
muchas monedas.
- Una moneda de oro Señor - dijo
alargando rápidamente el mercader para tomarla el mismo de la bolsa... por si
el niño no sabía distinguirla naturalmente.
- ¡LADRÓN! - Gritó Pio... dejando
totalmente paralizado al mercader que sólo se atrevió a retirar su mano vacía
lentamente.
- ¿Qué dices? - Preguntó el Joven
Samurai a su amigo.
- Qué es un Ladrón! Esta prenda
no vale más de cinco monedas de bronce - Regateó el Joven Pillastre.
- ¿De verdad? - dijo Kan mirando
sorprendido al Mercader - Si me dijisteis una moneda de Oro!
- ¿De oro dije? - dijo
tímidamente, para reaccionar ante el regateo y contestar - Quise decir de Plata...
quizás me confundí al decir Oro, pero iba a tomar una de Plata. Que es su valor
justo y exacto.
- Tomar entonces - Dijo Kan
poniéndole una moneda de plata en las manos - Me parece justo! ¿Puede cambiarse
en vuestra tienda mi amigo?
- ¡Naturalmente! - Y señalando
una cortina colgada contra una esquina de la calle dijo - ahí puede cambiarse
el señorito.
Pio corrió detrás de la cortina y
se cambio rápidamente... y después de rebuscar entre los pliegues de los
harapos los dejó tirados en una zona oscura de la calle.
- Así si alguien los necesita
podrá utilizarlos - Exclamó alegremente.
Kan miró los roídos harapos
dudando de que sirvieran ni de cama a un gato callejero. Callándose sus
pensamientos miró a su reciente amigo y quedó sorprendido ante el porte que
desvelaban estas nuevas ropas en sus carnes.
- ¡Guau! ¡Qué bien te quedan! -
Exclamó asombrado
- ¿De verdad? - y mirándose en un
espejo de bronce situado cerca del cambiarropa exclamó - ¡Parezco un niño
normal!
Ante el comentario a Kan se le
calló el alma al suelo.
- ¿Por qué estás en las calles? -
Preguntó el joven Samurai.
- Mis padres murieron hace seis
meses, una peste mató a toda mi familia y a todos mis parientes... - Por las
mejillas del niño caía una solitaria lágrima - yo enfermé también, pero un día
desperté curado en una habitación llena de cadáveres... los aldeanos creían que
estaba muerto y me tiraron junto a los demás. Yo conseguí salir... y escapé
hasta aquí temiendo que me volvieran a encerrar en esa habitación. - Y después
de tomar aire añadió - Desde entonces vivo de lo que puedo... mi padre era un
mago, un malabarista, me enseñó muchos trucos... como sacar una moneda de una
bolsa atada a un cinturón! Sin embargo no me gusta hacerlo si no es en un
espectáculo de magia, mi padre me advirtió que hacerlo en la calle está mal y
que es robar... - y mirando al suelo terminó por decir - pero mi estómago...
Kan no sabía que decir, tenía el
corazón destrozado. De momento no sabía que podía hacer, pero se prometió que
después de encontrar la tela que buscaba encontraría una solución!
- Estás telas no son demasiado
buenas - cortó el incómodo silencio Pio - Aquí detrás del biombo he oído a una
señoras decir que cerca de aquí hay un mercader que tiene unas telas mucho
mejores que estas. ¡Quizás sea lo que estás buscando!
- ¡Sí! - Respondió entusiasmado
Kan - ¡Quiero la mejor tela del pueblo! ¿Dónde dijeron que era?
- Allí enfrente, en esa casa
verde! - Dijo señalando una pequeña casa pintada de verde que contaba con una
extraña verja delante de su puerta. Tanto la verja como la puesta estaban
cerradas, sin embargo vieron que en esos momentos salía de las casa una señora
con un gran trozo de tela rosa muy fina y una gran sonrisa en su cara. -
Preguntemos a la señora! - Y después de acercarse a la mujer con la tela en la
mano preguntó - ¿Venden telas ahí?
- Sí hijito sí, y las mejores del
pueblo!!! - Y acariciando el gran trozo de tela rosa que llevaba en las manos
añadió - Este trozo de tela es de una calidad muy superior a estas telas que
venden por la calle. Y además me ha salido por un precio muy bueno ¡Mis amigas
se van a morir de envidia con el vestido que me voy a hacer! - Y dando por
terminada la conversación se marchó corriendo a su casa a empezar a hacerse su
deseado vestido.
- Esto quiero hacerlo sólo - dijo
Kan - Necesito estar concentrado - y después de ver la cara de pena de su amigo
añadió - ¿Por qué no tomas estas monedas y vas a jugar a esas atracciones que
están en la plaza? Puedes ver el espectáculo de magia y venir a buscarme cuando
termine ¿Lo harás?
- Sí ¡Vendré a buscarte! -
Contestó ilusionado al ver la sincera mirada de su amigo Samurai - ¡Suerte con
tu compra! - añadió, y marchó corriendo a contemplar en espectáculo de magia
que ya estaba comenzando.
Kan se dirigió a la verja, había
una campanilla y tirando de la cuerda la hizo sonar. Una criada de unos veinte
años salió de la casa y abriendo la verja invitó a pasar al joven Samurai.
Después de acompañarle hasta el salón de dentro de la casa y sentarle en unos
cómodos cojines le indicó que esperara unos minutos.
Kan miró a su alrededor, el Salón
era grande y espacioso, su suelo estaba cubierto por una bella alfombra de muy
alta calidad, en las paredes lucían unos exquisitos tapices y la ventana estaba
tapada por una blanca y fina seda translucida que permitía pasar la cálida luz
del Sol mientras guardaba la intimidad de la estancia. Aparte de estos adornos,
ninguna otra tela había en la estancia. Kan extrañado ante la diferencia de
este local y los de los mercaderes de la calle se preguntaba si realmente
venderían las más finas telas en este sitio.
Al momento entró un hombre alto,
de mediana edad, con la cara rasurada y un pelo muy negro finamente cortado.
Vestía un traje de una seda exquisita que producía un muy agradable sonido al
frotarse pliegue contra pliegue. El hombre olía a menta y a incienso, en una
agradable fragancia que penetraba lentamente por los pulmones. Kan no pudo
resistir la tentación de acariciar la suave tela que conformaba el traje del
hombre.
- ¡Sí! ¡Esto es lo que busco! -
Dijo plenamente convencido.
- ¿Mi traje? - Preguntó el hombre
con una mueca de sorpresa que no ocultaba una cálida sonrisa.
- No perdón! - respondió Kan - La
tela! Busco una tela de la más alta calidad.
- ¿Para qué la quieres? -
Preguntó
- Para una... amiga - contestó el
joven sonrojándose.
- Entiendo - Contestó el hombre -
¿Y cómo es ella?
- Preciosa - respondió Kan
automáticamente sin haberlo pensado, después pensando que no sería bastante
añadió - Es un poco mayor que yo, un par de dedos más baja... Y tiene un pelo
negro precioso! - Aseguró.
- Ya - dijo sonriendo ligeramente
el hombre - ¿Y cómo es su piel?
- ¿Por qué lo pregunta? -
Preguntó extrañado Kan
- Para poder escoger la tela
ideal para tú... amiga. - dijo sonriendo - es imprescindible saber como es su
piel, su cara, sus volúmenes, su personalidad, su edad y sus costumbres. Sólo
así podremos escoger la tela ideal.
- Ah! No lo sabía - respondió
simplemente el joven Samurai - Pues como ya te dije debe tener uno o dos años
más que yo, tiene el pelo muy negro, brillante y largo... hasta aquí - dijo
señalándose la cadera - su piel es muy pálida, blanca como la luna. Es delgada,
pero no demasiado. Tímida y vergonzosa... aunque tengo oído que también tiene
buen genio cuando lo saca! Ayuda a su padre en la cocina y le gusta pasear sola
por el campo y el bosque por las tardes... - e intentando hacer memoria añadió
- y creo que no sé nada más.
- Es más que suficiente! - dijo
el hombre - Sólo necesito un dato más. - y mirándole añadió - La tela, es para
un vestido ¿No? - Kan asintió con la cabeza - Y ese vestido es para trabajar o
para pasear?
Kan medito un momento, no estaba
seguro, sin embargo si la tela iba a ser la mejor... mejor sería que fuese para
pasear.
- Para pasear! - Añadió al fin
Kan.
- ¿Y tú siempre vistes con esos
colores?
- Sí - Respondió automáticamente,
y al darse cuenta de la pregunta añadió - ¿Por qué lo preguntas?
- Bueno, si tu novia va a llevar
el vestido cuando salga contigo a pasear por el bosque será conveniente que no
desentone con tus colores...
El hombre calló cuando vio la
cara de sorpresa del joven. Kan se había quedado totalmente quieto, sin
respirar siquiera ante la impresión, sólo sus pestañas se movían pestañeando
continuamente... era una estampa de un muñeco de feria a tamaño real!
- Perdona. - dijo avergonzado el
hombre por su suposición - no quería ofen... bueno! Lo que quiera que se llame
el estado en que estas.
Kan dando cuenta de que estaba
haciendo el más completo de los ridículos intentó recuperar la compostura desviando
la atención hacía otra cosa.
- ¿Qué tipo de tela me llevo
entonces? - Preguntó directamente.
- Lo mejor es una Seda, la más
fina y exquisita de las telas. Es suave y un poco transparente, pero no
demasiado. Dos capas bien colocadas son suficientes para formar el más pudoroso
y bello de los vestidos. Con una textura ideal para la fina piel de tu... amiga
- dijo sonriendo - El color habrá de ser tenue y suave para que haga juego con
su blanca piel mientras que crea un bello contraste con el negro pelo de tú
amiga. Quizás un... - y saliendo de la habitación añadió - Espera un momento
que te traigo unas muestras.
Kan estaba ya más tranquilo...
¿Qué le habría hecho pensar que era su novia? Si él todavía no tenía de eso...
a pesar de las continuas insistencias de su madre, que aseguraba que ya tenía
edad para comprometerse con algo más que con sus artes marciales. ¿Tendría
razón? Los demás chicos con los que solía jugar de pequeño ya estaban todos
prometidos o casados. y tenían su misma edad... cuando Kan estaba pensando esto
entró el elegante hombre con tres trozos de la más bella tela.
- Yo te aconsejo este azul suave,
es como el cielo... pero un poquito más suave y brillante, para que resalte la
belleza y la inocencia de su portadora - Y mientras decía esto puso el trozo de
tela encima de una larga mesa que había en la estancia. - Este otro es del
mismo verde que los retoños de primavera. Un color muy bueno para pasear por el
bosque - Posó el bulto al lado del otro - Y este blanco es también ideal, contrastará
con su negro pelo. Aunque si ella es demasiado pálida parecerá un fantasma...
eso sí, muy bello.
Como a Kan le parecía un disfraz
de fantasma no sería el mejor regalo apartó la tela blanca a un lado. Después
miro los dos trozos de tela restantes y decidió quedarse con el azul suave,
pues era de un color parecido al que la hija del cocinero había manchado, sólo
que mucho más bello y brillante, además la tela era exquisitamente bella y
agradable al tacto. Sería un regalo perfecto!
- ¿Cuánto cuesta? - Preguntó Kan
echando mano a su bolsa.
- El telar completo cuesta diez
monedas de plata - Kan quedó sorprendido de que le dijeran un precio tan justo,
sin duda por un producto de esta calidad le habrían pedido cien veces más en la
calle... si hubiera conseguido encontrarlo! - sin embargo sólo necesitas
llevarte un par de brazas, con lo que serán solo cuatro monedas de plata.
- Me lo llevo todo - y posando
las diez monedas de plata encima de la mesa añadió - Muchísimas gracias por tus
consejos. Sin tu ayuda no habría encontrado nunca una tela de esta calidad.
- Muchas gracias! - Respondió
agradecido el hombre - Espera, guarda la tela entre este mantón de cuero
blando, así no se te estropeará por el camino. - Y mientras protegía
envolviendo la tela en cuero añadió - Por cierto ¿Quién te ha recomendado mi
casa?
- Bueno, en realidad nadie - y al
ver la cara de extrañeza de su interlocutor añadió - En realidad pregunté a una
señora que salió de su casa con una tela rosa magnífica.
- Ah! ¡Ya me extrañaba a mi! - Y
sonriendo añadió - Así que parece que fue la mano del destino la que te trajo a
mi casa.
- ¿Usted vive de esto verdad? -
Preguntó Kan
- Sí claro, es mi negocio! - y
acordándose añadió - Y por cierto, mi nombre es Hano. Con las prisas de tu
compra nos olvidamos de presentarnos. Y tú Samurai te llamas...
- Kan, hijo de Kazo - Respondió
orgulloso.
- ¿El general de generales
Samurai? - Preguntó sorprendido.
- Así es! - Y dando cuenta de una
cosa añadió - Y siendo usted comerciante... ¿Cómo es que no está en la calle
pregonando sus productos a gritos en un tenderete????
- Bueno, es una larga historia,
permíteme que traiga un poco de té.
Al momento volvió con una gran
bandeja de plata cargada de un té que despedía un delicioso aroma a menta.
- Este es té mezclado con menta,
una exquisitez que se toma en unos países muy lejanos. - Y después de servir
una taza para cada uno empezó a contar su historia -
Cuando quise abrir mi negocio no
contaba con dinero suficiente para abrir un puesto en la calle. Las autoridades
te cobran altos impuestos por ello, y además existen unos gastos inevitables
entre comprar la madera y las pinturas. - Hano tomó un trago de su lujosa taza
y continuó - La otra opción era coger mis telas e ir a venderlas por las casas,
llamando en todas las puertas igual que hacen los vendedores ambulantes, en
cuanto a esa opción... bueno, simplemente yo no valgo para eso! - mirando
fijamente al joven añadió - Yo soy una persona muy tímida y aunque es cierto
que enseguida conecto con la gente y que me gusta tratar con las personas soy
incapaz de hacer una sola venta o de regatear decentemente...
- Sin embargo me has vendido un
gran trozo de tela - protestó Kan
- Oh no! - respondió ofendido
Hano - Yo simplemente me he limitado a aconsejarte sobre la tela que necesitabas
y a ayudarte a escoger la mejor para tu amiga. Soy experto en telas, eso es
cierto. Me formaron grandes maestros sobre el tema y se escoger el trozo de
tela más conveniente en cada caso. Por eso he tenido éxito.
Kan asintió mudamente para darle
la razón, en ningún momento había intentado "venderle", es decir,
empaquetarle un trozo de tela que no necesitaba o cobrarle de más, de hecho
todo el tiempo había estado escuchando sus necesidades y después le había
recomendado la cantidad exacta de la tela exacta que necesitaba. Después la
decisión de comprársela a él y de coger más cantidad de la cuenta había sido
del joven Samurai... de hecho el dueño del negocio de telas le había aconsejado
que gastase menos de lo que finalmente gastó.
- ¿Y entonces como llevas tu
negocio? - preguntó intrigado Kan.
- Pues de la única forma que yo
podría hacerlo - Contestó Huno tomando otro sorbo de té - Como no sirvo para
vender y no tenía dinero para abrir un puesto de comercio en la calle... pues
abrí mi propio negocio de telas en el Salón de mi casa - El hombre sonrío con
orgullo ante su gran idea. Kan todavía dudaba de que realmente la idea hubiera
sido tan buena, no acaba de comprender como se podía llevar un negocio sin un
puesto en el mercado, y así se lo dijo.
- Pero... ¿Como puedes vender
entonces? - Kan le miró extrañado - No tienes expuestas tus telas, alguien que
pase por la calle no puede adivinar que tu vendes telas... ¿No tienen ventaja
sobre ti los Mercaderes de afuera??
- Eso es lo que me decían mis
familiares cuando les conté mi idea - Huno se reía abiertamente - sin embargo
yo fui más inteligente que ellos, supe ver la realidad sin dejarme influenciar
por los estándares predefinidos.
- ¿Qué quieres decir? - Pregunto
el joven Samurai
- Todo el mundo cree que para
llevar un negocio con éxito hace falta tener un tenderete en la calle para
exponer tus productos... o si no lo tienes ir picando por las puertas de las
casas para intentar vender ¡¡¡No pueden estar más equivocados!!! - Huno estaba
entusiasmando por lo inteligente que había sido - ¿Te has fijado en los
tenderetes de fuera?
- Sí - respondió Kan - De allí
vengo!
- ¡Exactamente! - Contestó
enérgicamente Huno - ¡De allí vienes! - Y después de mirarle durante un segundo
para aumentar el misterio añadió - En la calle la competencia es increíble,
cientos de Mercaderes tienen sus tenderetes y se hacen una competencia mordaz
unos a otros. ¿Por qué? Porque existen tantos puestos que los ciudadanos
normales ya no saben donde ir. La mercancía de todos los puestos es muy
parecida, los precios también... y todos son personas desconocidas en las que
uno nunca sabe si puede confiar... ¿Estás de acuerdo con esto que te digo?
Kan asintió con la cabeza,
recordó como el mercader de la calle había intentado cobrarle de más por una
prenda, recordó como todas las mercancías eran más o menos iguales, recordó la
avariciosa mirada de los mercaderes... a los que solamente les importaba su
oro, no sus necesidades ni sus gustos. Lo único que querían era vender para
obtener beneficios. Realmente era bastante desagradable comprar en esos
puestos... Era imposible encontrar a un solo mercader totalmente honrado!
- Pues yo me di cuenta de que lo
que la gente buscaba era alguien en quien poder confiar y... que les aconsejase
sinceramente! - continuó orgullosamente Hano - así que decidí abrir mi propio
negocio, totalmente distinto a los demás. ¡Eso hace que no tenga competencia! -
Kan estaba sorprendido ante la simpleza y lo obvio de la solución tomada por
Hano... así como de la realidad de la situación, nunca había visto las cosas de
esa forma - Además yo tuve muchos menos problemas que cualquier mercader al
principio. - Al ver la mirada interrogante del joven decidió aclarar más el
asunto - Normalmente, para abrir un tenderete en la calle tienes que pedir
permiso a las autoridades, rellenar mil y un papeles, pagar impuestos abusivos,
desperdiciar el dinero en arreglar el local... y luego pasarte horas y horas en
tu tenderete esperando a que los clientes se acerquen y te compren algo... ¡Es
un riesgo increíble! - aseguró - Para ganar dinero de esta forma tienes que
poder disponer de toneladas de dinero antes... y si no lo tienes pedirlo
prestado a un usurero que andará toda la vida detrás de ti cobrándote
intereses... - Entonces exclamó alegremente - ¡Yo lo hice más fácil!
Simplemente abrí mi negocio en el Salón de mi casa, lo adorné un poco... y el
dinero que tenía, en vez de gastarlo en impuestos y tonterías... lo invertí en
conseguir las mejores telas de la más alta calidad. Dicen que "Paño de oro
sólo se vende! ¡Y es verdad!
Kan estaba impresionado ante la
inteligente filosofía de Huno.
- Lo primero que hice - Continuó
Hano entusiasmando - fue avisar a TODAS mis amistades y familiares de que había
abierto mi propio negocio de telas. - Hano sonrío recordando aquellos tiempos -
Les envíe cartas a todos con pequeños catálogos describiéndoles mis telas y su
alta calidad. A todos las personas que conocía les informaba de que tenía un
negocio de telas de la más alta calidad... - Kan empezaba a comprender mientras
el hombre hablaba - Al principio me preguntaban porque preferían comprar a un
amigo que a un desconocido ¡Esto es obvio! De un desconocido no te puedes
fiar... pero en un amigo confías, así que se sentían más seguros comprándome a
mi. - el hombre señaló las telas - Cada amigo que me compraba quedaba encantado
por dos cosas. La primera que yo siempre le aconsejaba sinceramente sobre lo
que necesitaba, y la segunda porque mis telas son de la más alta calidad ¡No
tengo competencia en este sentido! - dijo acariciando las sedas que tenía
encima de la mesa - Además mis precios, aunque no son baratos... tampoco son
demasiado altos, intento ser justo en ellos, de tal forma que mis clientes
paguen exactamente lo que vale la tela y que yo me lleve un buen beneficio. -
Hano se rió feliz - Además mis márgenes son mucho mayores porque no tengo
ningún gasto, no tengo que pagar un local ni impuestos sobre él. Naturalmente
doy a las autoridades la parte que les corresponde... pero como no tengo otros
gastos ¡Gano mucho más que los mercaderes de la calle! ¡Y sin tantos problemas!
- ¿Y cómo haces saber a tus
clientes que tienes nuevos productos? - Preguntó Kan - y ¿Cómo consigues nuevos
clientes?
- Oh! ¡Muy fácil! - dijo
sonriendo ante la sencillez de su método - Simplemente les escribo cartas.
Suelo dedicar una parte del día a escribir cartas a mis amistades y a mis
clientes informándoles sobre mis productos, sus cualidades y alguna oferta
especial que hago de vez en cuando. Esa es toda la publicidad que necesito - y
añadió - En cuanto a cómo consigo nuevos clientes... ¡Me los buscan mis
clientes!
- ¿Cómo es eso? - Preguntó
extrañado el Joven Samurai
- Muy fácil! Mis clientes están
todos muy satisfechos de mis productos, así que me recomiendan a sus amistades...
no es raro que un cliente me traiga a cuatro o cinco clientes en un par de
meses... lo cual hace que mi clientela vaya creciendo poco a poco.
- Es maravilloso - exclamó el
joven - y todos lo hacen? ¿Todos te traen clientes?
- Casi todos - dijo el elegante
hombre girando la cabeza hacia un lado, y con una picara sonrisa añadió - a los
que no lo hacen les pregunto si conocen a alguien a quien pueda interesar mis
productos, anoto sus direcciones y les escribo una carta diciéndoles que su
amigo me ha dado su dirección y que les recomienda mis productos únicos, les
describo mis productos y les digo que si quieren alguna referencia que le
pregunten a su amigo.
Kan reconoció internamente que
era una jugada muy inteligente y decidió que a partir de ahora les preguntaría
a todas las personas que rechazasen ser Samurais si conocían a alguien a quien
pudiera interesarle, eso haría que pudiera reclutar a mucha más gente, también
decidió recomendar a todos su Samurais que hicieran lo mismo que él.
- Por cierto joven Kan...
¿Conoces a alguien que le pueda interesar mis telas de alta calidad? - Preguntó
Hano como si tal cosa.
- Sí claro! - respondió
automáticamente Kan - Escribe a mi madre, al palacio de Kazo, el general del
generales. Compra muchísimas telas, estoy seguro de que estará encantada con
tus productos... Y también a Escila, es una mujer Samurai muy bella que siempre
anda mirando trapitos... puedes mandarles mi recomendación.
- Muchas gracias! ¿Te importaría
darles mi tarjeta?
- ¿Tarjeta? ¿Qué es eso? - Preguntó
curioso Kan
- Mira, es esto - Y le tendió un
bello trozo de cuero con unas letras y dibujos grabadas a fuego en él. - Tiene
escrito mi dirección y una breve descripción de los productos que llevo, es una
buena arma de publicidad. Como es muy original llama la atención y hace que las
personas que quieran comprar una tela se acuerden de mi. - y después de un
momento de silencio añadió - Naturalmente también les mandaré una carta, así
les picará la curiosidad y querrán comprobar por si mismas la calidad de las
telas. - Hano sonrió - como verás utilizo técnicas poco comunes para llevar mi
negocio.
- ¡Por mi Katana que SÍ! -
respondió Kan - Aunque por el lujo que veo en tu habitación y en tus vestidos
te debe de ir muy bien!
- Sí, es cierto! - le dio la razón
el hombre acariciando su caro traje - al principio no tenía muchos clientes,
pero ahora ya son casi cien!
- No son muchos para un negocio -
respondió Kan escéptico.
- No para un negocio normal - le
dio la razón Hano - sin embargo mis clientes son muy fieles, y siempre que
tienen que comprar algo vienen a mi, en la práctica atiendo a dos o tres
clientes cada día. - Y haciendo un gran gesto con su brazo para cubrir todo su
salón añadió - vienen a mi casa, nos reunimos en este salón, me cuentan lo que
necesitan, yo les aconsejo y se marchan con la mercancía que necesitan... y muy
contentos. - y terminó diciendo - Además, como mis márgenes son amplios me
proporcionan unos ingresos bastante altos... como bien puedes ver por el lujo
que me rodea.
- ¡Eres un genio! - Halagó Kan al
hombre - ¡¡¡Vaya olfato para los negocios!!! Has logrado tener un gran éxito en
un mercado tan saturado como es el de las telas gracias a tus técnicas!
El hombre sonrío tiernamente por
única respuesta, era agradable que le reconocieran sus méritos cuando al
principio le habían tachado de loco. Ahora que tenía éxito los hechos
demostraban que tenía razón. Era agradable que alguien se lo reconociera.
-Bueno, entonces me marcho. -
Dijo al fin Kan - Le daré tú tarjeta a mi madre y a Escila con mis
recomendaciones... llevas las mejores telas de la comarca, estoy seguro que más
adelante vendrán de muy lejos para comprarte!
- Muchas gracias - contestó
sencillamente Hano - serás bien venido siempre que vengas Samurai.
En ese momento entró la mujer que
le había abierto la puerta y conducido a Kan al Salón con un paquete en la
mano.
- Toma este regalo - dijo
tendiéndoselo - es un osito de seda que cosí para mi hijo... - y una mueca de
tristeza cubrió su rostro - tú podrás darle mejor uso.
- ¿Qué le pasó? - Preguntó el
joven Samurai temiendo una desgracia.
- Nada - contestó Hano por la
mujer - Mi esposa y yo nunca hemos llegado a tener hijos... parece que el
destino nos niega esa última cosa que nos haría ser totalmente felices.
- ¿Tú mujer? - preguntó Kan, ella
tímidamente asintió afirmativamente con la cabeza - ¡Oh! Debeis disculparme! En
un principio creí que era una criada... por la forma de moverse. - y agachando
la cabeza en una reverencia ante la mujer añadió - ¡Discúlpeme señora!
¡Discúlpeme!
- ¡No te preocupes joven Samurai!
- respondió ella graciosamente - Suele pasar, incluso es bueno para el negocio.
Yo antes era la criada de mi querido esposo... con el tiempo nos enamoramos y
nos casamos. - dijo enseñando un dorado anillo en su dedo que indicaba que
estaba casada - El siempre insiste en que me vista como una señora... sin
embargo yo me siento más cómoda con ropas sencillas, paso desapercibida en el
mercado y nadie me molesta.
De repente a Kan se le ocurrió
una idea brillante... ¡El destino estaba de su lado!
- ¿Desde hace mucho que deseáis
un hijo? - Preguntó a la mujer.
- ¡Una eternidad! - contestó - o
al menos eso me parece a mí. ¡Daría todas la riquezas de mi marido por un hijo
al que cuidar!
Kan miró de reojo a Hano y vio
que estaba acostumbrado a este tipo de comentarios de la mujer, así que decidió
preguntar.
- ¿Y si yo te diera uno?
- ¿Cómo? - Preguntó extrañada la
mujer.
- Conozco a un huérfano que
apenas tendrá seis años. Es un chico muy alegre y guapo, tiene una gran
habilidad con las manos y necesita mucho amor... y un techo que le proteja del
frío invierno. No tiene a nadie que lo cuide y le quiera... quizás podrías
cuidarlo como si fuera tu propio hijo, abrazándolo y queriéndolo como a tal. -
Y mirando a Hano añadió - Y así tú tendrías a alguien a quien enseñar tus
conocimientos sobre telas... un niño que haría muy feliz a tu mujer ¿Qué te
parece?
- ¡En vaya compromiso me has
metido! - contestó el hombre - Primero le metes las ganas a mi mujer de cuidar
a ese niño y después me cargas la responsabilidad a mi! ¿Seguro que eres un
joven Samurai y no un anciano Clérigo?
- Puedo ser más malo si quereis -
contestó sonriendo Kan con cara de pillastre.
En ese momento sonó la campanilla
de la verja y la mujer fue a abrir la puerta, al momento volvió con un niño.
- Este niño tan mono pregunta por
ti Kan - dijo la mujer - dice ser tu guardaespaldas - añadió acariciando el
pelo de Pio.
- Es de quien te había hablado -
dijo directamente Kan a la mujer con tranquilidad, después de todo estaba
haciendo una buena obra para ambas partes. Pio necesitaba unos padres y la
pareja necesitaba un hijo. Así que lo más lógico es que vivieran juntos.
- ¡Yo no he hecho nada! -
Respondió automáticamente el niño.
- Ja! Parece que está
acostumbrado a armarlas! - Rió Hano nervioso viendo la encerrona en la que le
estaban metiendo... no es que le disgustase la idea de adoptar al niño, el
estaba tan deseoso como su mujer, sin embargo quería saber si el niño le
gustaba realmente a su esposa - No sé, no sé ¿Tú que dices cariño?
- Es precioso dijo agachándose
para ponerse a su altura.
- Gracias - contestó Pio sin
saber de que iba el asunto - No me iras a vender verdad Kan???
- ¿Yo? - Contestó el joven
Samurai sorprendido ante la pregunta de su amigo - solo estoy aconsejando a
este matrimonio tan amable... - dijo recordando las palabras de Hano - y
encontrando la mejor solución para todos - dijo sonriendo orgulloso ante su
ingeniosa respuesta.
- Pero dará mucho trabajo -
replicó Hano - No sé cariño, si fuera algo más mayor...
El hombre calló inmediatamente al
ver la fulminante mirada de su esposa, y abrazando al niño como si fuera suyo
dijo.
- Hano! Como no adoptemos a este
niño vas a dormir en el cuarto de las telas durante toda tu vida - y terminando
de decir esto empezó a llenar de besos la cabecita del niño que los recibía con
el mismo agradecimiento que un sediento gotas de agua.
- Bueno! ¡Parece que no me queda
opción! - contestó su marido haciéndose el hombre perjudicado... aunque su
corazón estaba rebosante de alegría por su reciente adopción - ¡Puedes
considerarte nuestro hijo desde este mismo momento! - dijo mirando a Pio.
El pequeño niño, incapaz de
contestar por la emoción, se abrazó contra su nueva madre llorando de alegría.
- ¡Mamá! - dijo al fin entre
suspiros y lloros.
- Eh... creo que sobro - dijo Kan
incómodo - me marcho a llevar mi paquete ¿Puedes pasar a verme mañana al
campamento? - preguntó a Pio, este asintió entre sollozos de alegría.
De repente una nube de humo
apareció tras una ligera explosión, momentos después el humo se había disipado
y Kan había desaparecido haciendo gala de uno de sus trucos Samurai.
En la calle Kan se seco la
frente, podía oír las exclamaciones de sorpresa dentro de la casa y los
sollozos de todos por la gran felicidad que les había traído ese día el
destino. Se puso a caminar feliz por la buena obra que había hecho... y por
haber conseguido la tela que buscaba. Estaba tan contento que se puso a correr
hasta el campamento, sus pies parecían flotar sobre la hierba mientras él corría
y corría cargado de energía y felicidad.
- Hola mamá! - Dijo Kan viendo a
su madre al entrar en el palacio.
- Kan ¿De dónde vienes tan
sudado? - Preguntó extrañada, los ejercicios físicos se hacían por la tarde y
aun no era medio día.
- Del mercado, de comprar una
tela para un vestido - dijo sencillamente, y después de darle un beso a su
madre añadió - voy a cambiarme a mi habitación, quiero entregar la tela antes
de comer en el campamento.
Su madre asintió con una extraña
sonrisa en su boca que el joven Samurai no pudo identificar, como tenía prisa
fue a lavarse y a cambiarse rápidamente. Poco después salía de la casa
perfumado y limpio. Su madre, a la que no se le había pasado un solo detalle
por alto mando a Gui, un Samurai experto en camuflaje que siguiera a su hijo y
le informara después de todo lo que había hecho, así como dónde llevaba el
paquete.
Kan vio a su amiga a las afueras
de la enorme tienda que servía como cocina al ejército. Había supuesto que
estaría aquí, puesto que sólo faltaba una hora para comer. Estaba sentada sobre
la hierba con su larga cabellera negra extendida sobre su espalda, el Sol se
reflejaba en su pelo dando aquella sensación de que las estrellas vivían entre
sus cabellos. El joven Samurai estaba silenciosamente colocado a su espalda, y
se sorprendió cuando vio que su mano estaba a punto de acariciar ese pelo que
le tenía tan fascinado. Retiró la mano con un brusco movimiento que puso sobre
alerta a Rosana, que se dio la vuelta rápidamente mientras que poniéndose de
pies se fijaba en Kan.
- Perdona - dijo el joven Samurai
- No quería asustarte.
- Hola! - Respondió la joven - No
te preocupes, estoy acostumbrada con tanto Samurai por los alrededores - dijo
sonriendo - te acabas acostumbrando cuando vives en un campamento Samurai.
Kan sonrío, nunca lo había
pensado! Para él era de lo más normal encontrarse de repente con un amigo a un
lado o con su padre en su espalda tocándole el hombro con su mano, símbolo de
que le había pillado por sorpresa.
- ¡Tienes razón! ¡No me había
dado cuenta! - Dijo rascándose la cabeza despistadamente - ¡Qué observadora
eres! - Rosana se río ante la idea de que ese joven Samurai, que según decían
era el más prometedor de todo el ejército no se hubiera dado cuenta de algo tan
obvio. - Eh... Rosana, quiero pedirte disculpas por mi comportamiento de ayer,
no pretendía avergonzarte de esa manera.
- No fue culpa tuya - contestó
ella sentándose sobre la hierba e invitando que el joven Samurai se sentara a
su lado - fue culpa de ese maleducado de Omius que me puso en ridículo delante
de todos... - y haciéndole un guiño de complicidad a su nuevo amigo añadió -
hoy he añadido cinco guindillas a su plato ¡Va a saber lo que es bueno ese
sinvergüenza!
Kan agradeció internamente que le
echara la culpa a su Samurai y no a él... parecía que los rumores sobre su
terrible genio eran fundados!
- Yo quería darte esto para
compensarte por el incidente... - y tendiéndole el paquete de cuero espero a
que lo cogiera.
Rosana miró el paquete extrañada,
tenía una forma extraña y supuso que sería una bolsa de shurikens o alguna otra
arma rara Samurai... de todas formas lo tomó para no ofender al joven y después
de dudar si abrirlo ahora o más tarde decidió que ya que el chico se había
tomado la molestia debería agradecérselo en el momento. Bajo la atenta mirada
de Kan empezó a desatar las correas que mantenían cerrado el paquete para
encontrarse... ¡Con el trozo de tela más bonito que había visto nunca! Su color
era perfecto! un azul claro precioso, su tacto era increíblemente suave...
¿Podría ser...? Sí! ¡Era Seda! Seda de verdad! Cuando lo acariciaba sonaba un
delicado sonido que hacía desear tenerlo puesto, acarició el trozo de tela
contra su cara y miró feliz al joven.
- Kan, es precioso! ¿Cómo has
podido escogerlo tan bien? - Y antes de que el joven pudiera contestar añadió -
¿Por qué me lo has regalado? ¡No hacía falta! pero... ¡Es tan precioso! No
sabía que fueras experto en telas! - Y abrazándolo de alegría añadió - ¡Oh
Gracias Kan!
El joven Samurai no sabía que
hacer, no había esperado una reacción tan exagerada por parte de Rosana, en el
fondo no era más que un trozo de tela... o así lo veía él! Sin embargo estaba
feliz por su amiga... y cerró los ojos para poder aspirar mejor el ensoñador
perfume que surgía de los cabellos de la chica. Ella le soltó y empezó a medir
si la tela sería suficiente para coserse un vestido... mientras tanto Kan no se
había dado ni cuenta de que la había soltado y estaba idiotamente sentado con
los ojos cerrados balanceándose ligeramente... sólo despertó al oír el gritito
de alegría que soltó la chica al comprobar que tenía para más de dos vestidos
con aquel trozo de tela tan hermoso.
- ¡Eres un cielo! - le dijo -
¡Hoy tendrás ración doble! - y echó a correr hasta su casa para guardar el
trozo de tela en un sitio donde fuera imposible que se estropeara - ¡Gracias
Kan! - Gritó mientras se alejaba.
Kan siguió un rato sentado viendo
como se alejaba graciosamente sin darse cuenta de que dos personas le
observaban a escondidas, una Gui, el Samurai mandado por su madre para espiarle
y otra el Cocinero, el padre de la joven.
Para cuando despertó de su
ensoñación ambos habían marchado y ya era hora de comer. Kan se levanto feliz
por los acontecimientos del día. Había encontrado una familia para un niño y
había hecho feliz a una nueva amiga... Aun y así el joven Samurai no acababa de
comprender por qué su corazón, loco de alegría. Intentaba escapar de su pecho
para seguir a aquella joven en su graciosa carrera.
El Cocinero
El Sol del mediodía caldeaba el
ambiente prometiendo un día caluroso, la única esperanza de frescor provenía de
una lijera brisa del norte que mecía suavemente las verdes copas de los árboles
contra el cielo azul. Los olores a comida hacían rugir los estómagos de los
Samurais congregados en el comedor a cielo abierto del ejército Samurai. Ya se
estaban sirviendo los primeros platos y el joven Kan estaba muerto de hambre
tras una mañana muy ajetreada. Las voces de miles de Samurais invadían el
ambiente, sin embargo el joven Samurai no escuchaba ninguna, no podía dejar de
recordar a Rosana corriendo por encima de la verde hierba mientras le daba las
gracias por haberle regalado aquella preciosa tela para que se hiciese un
vestido.
- Aquí tiene su ración doble joven
Samurai - dijo una voz despertando a Kan.
El joven Samurai miró a su lado y
encontró allí al cocinero que le estaba sirviendo su ración.
- Muchas gracias! - contestó Kan
- ¡Estoy muerto de hambre! - y agarrando un trozo de pan se puso a comer
vorazmente el delicioso guiso que le había servido el cocinero - Esta riquísimo
- farfulló con la boca llena de comida mientras se alejaba el concinero del
ejército.
- Vaya suerte Kan! - Dijo Omius,
su primer Samurai, a su lado derecho - Estoy de acuerdo con que te den doble
ración - el Samurai Invencible miraba con envidia el gran plato de su joven
superior - eres joven y tienes que crecer... pero yo llevo pidiendo doble
ración desde hace un mes y no me han hecho ni caso! - mostró su plato igual al
del resto de la mesa para demostrarlo - No es que me quede con hambre... pero
soy un hombre maduro y musculoso... - dijo a la par que marcaba los grandes
músculos de sus brazos... mientras que a la Bella Escila, sentada en frente
suyo se le caía la cuchara de las manos a medio camino de su boca. Por alguna
razón nadie se dio cuenta del percance de la chica para su tranquilidad -
¡Necesito más comida! - Añadio el exGuerrero - Estoy harto de ir a la posada
del pueblo a tomarme una comida extra cada día... ¿Qué narices has hecho? - y
bajando la voz susurró - Yo he intentado sobornar al cocinero, a los
camareros... ¡Y nada! ¡Son incorruptibles! Dime que has hecho - dijo levantando
la voz - me tienes intrigado.
Kan miró a Omius como si este
estuviera loco ¿Sobornar a un camarero para que le diera más comida? ¡Qué
tontería! La comida era medida exactamente según las necesidades de cada
Samurai para que se mantuviera en la mejor forma posible, Omius era amigo de
grandes comilonas que si no controlaba harían que sus grandes músculos acabasen
siendo grandes sacos de grasa, el cocinero se lo había dicho mil y una veces
sin que le hiciera caso... ¿No aprendería nunca? Bueno, después de todo antes
había sido un Guerrero, y aunque ahora era un Samurai seguía arrastrando alguna
que otra mala constumbre...
- No he necesitado ningún soborno
- dijo por fin Kan - La doble ración me la prometió Rosana - Al ver la cara de
extrañeza de Omius aclaró - La hija del cocinero, la chica a la que ayer
avergonzamos sin querer y que se manchó aquel vestido nuevo al caérsele encima
la bandeja de la carne.
- Recuerdo la mancha - dijo
Escila - No se quitará nunca, es una pena que un vestido tan bonito se perdiera
así - y tomando su vaso echó un elegante trago.
- ¡Increíble! - dijo sorprendido
Omius - Así que avergüenzas a su hija, le estropeas un vestido y te dan doble
ración - y negando con la cabeza terminó - Me parece que voy a ir corriendo a
decirle al cocinero que realmente fui yo el causante de la vergüenza de su hija
¡A ver si me da otra ración! - y abriendo enormemente la boca empujó la mitad
del guiso dentro de su boca con un enorme trozo de pan, como no le cabía más la
cerró y empezó a masticar a toda prisa intentando tragarlo todo sin apenas
masticar. Escila estaba visiblemente escandalizada y Kan avergonzado porque su
primer Samurai mantuviera tales modales a la mesa. Le iba a decir cuatro
cositas cuando recordó la amenaza de Rosana.
Ella sabía que el culpable del
malentendido había sido Omius, hacía unos momentos, cuando Kan había hablado
con ella, había asegurado que a Kan le iba a dar doble ración y a Omius le iba
a poner cinco guindillas picantes en su plato. El primero de los puntos se
había cumplido... y si el segundo de los puntos era cierto... con el gran
bocado que había tomado Omius...
Era bien visible que la chica
había cumplido su venganza, ya que la cara de Omius se estaba tornando de un
rojo intenso... Aun así el Samurai estaba intentando guardar la compostura,
pues creía que todos los platos eran igual de picantes y no quería ser él quien
se quejase y quedase en ridículo. Así que haciendo un esfuerzo de voluntad se
tragó todo aquel bocado poco a poco y cerrando los ojos para contener las
lágrimas estiró la mano para coger su vaso de agua. Kan se lo acercó en un acto
de piedad mientras intentaba aguantar la risa, puesto que era el único de la
mesa que sabía que el plato de Omius estaba "trucado".
- No te ha gustado la comida
Samurai Omius - Dijo Escila al ver la extraña cara de su compañero - Está un
pelín alegre para mi gusto, pero sin duda un guerrero experimentado como tú
habrá comido cosas peores - aseguró inocentemente.
- Sí, así es - contestó Omius
después de haberse bebido su vaso de un solo trago y mientras se servía otro
vaso más se quejó para si mismo - ¡Un pelín alegre dice! ¡No sabía que estos
Samurais eran tan amigos del picante!
- ¿Decías? - Preguntó Escila
- No, nada... - aseguró el
Samurai atormentado por las guindillas - que está delicioso, en su punto diria
yo - Y agarrando su cuchara se introdujo otro bocado en la boca, intentando
apaciguar el sabor a picante con un gran trozo de pan de arroz.
- ¡Qué chico más raro! - susurró
Escila a Kan que apenas podía contener la risa.
- Tienes razón - contestó por lo
bajo a Escila - pero vaya aguante que tiene! - La bella Samurai, que no
comprendía nada miró extrañamente al joven con una mirada que Kan todavía no
conocía, una mirada que decía "¡Hombres! ¡Están todos locos!" y
continuó comiendo su ración tanquilamente.
Por su parte el joven Samurai
aceleró su ritmo de comida puesto que ya estaban empezando a servir los
postres. En este momento Kan se dio cuenta de que Rosana no estaba por los
alrededores y se dio cuenta de que había un detalle que no encajaba ¿Cómo sabía
el cocinero que ella le había prometido doble ración? Ella había marchado a
guardar su tela en su casa y según parecía no había vuelto. El joven decidió
resolver el misterio preguntándoselo directamente al cocinero después de comer.
Antes de finalizar su postre,
Omius, que ya estaba rojo como un tomate. Se excusó diciendo que tenía muchos
ejercios que prácticar, el primero la carrera y el segundo la natación... tras
lo cual salió corriendo hacia el río como alma que lleva el diablo.
Kan que no podía aguantar más
rompió a reir estruendosamente ante la extrañada mirada de todos sus Samurais.
Después de la comida todos los
Samurais retornaron a sus labores. Kan, con la excusa de agradecer al Cocinero
la doble ración se acercó a la gran cocina instalada bajo una enorme tienda de
campaña Samurai.
- Hola! - dijo asomándose por entre
los plieges de la cortina que hacía de puerta - Está el Cocinero por aquí!
- Sí llego a ser un lobo te como
- Exclamó una voz a su izquierda.
Kan miró en esa dirección y vio
al cocinero tomando su chaqueta de una percha situada al lado de la puerta. Era
un hombre grande y grueso, Kan nesitaría un brazo más para poder rodear su gran
cintura. Tenía el pelo corto y negro como el ala de un cuervo. A pesar de haber
pasado toda la mañana en la cocina estaba totalmente limpio, y sólo el
agradable olor a especias que desprendía revelaba su verdadero trabajo.
- Quisiera hablar con Usted un
momento... - afirmó el joven Samurai - si puede naturalmente.
- Puedo, puedo - afirmó mientras
movía su enorme papada de arriba a abajo - yo ya he terminado mi trabajo, ahora
les toca a los camareros recogerlo y limpiarlo todo hasta la hora de la cena
cuando volveré a ensuciarlo todo con mi sabrosa comida - comentó mientras se
acariciaba su gran panza con orgullo. - pero salgamos afuera, ya estoy cansado
de estar en esta tienda. ¿Podemos hablar mientras camino a mi casa?
- Naturalmente - respondió Kan y
ambos se pusieron a caminar hacia la casa del cocinero en el pueblo.
- Y bien ¿Qué es lo que querías
perguntarme? - Y mirándolo pícaramente añadió - es sobre mi hija quizás. - el hombre
gordo miró fijamente al jovenzuelo para asimilar su reacción lo mejor
posible... y se sorprendió al ver la sincera mirada de inocencia que le lanzó
el Samurai.
- No directamente - contestó Kan
- lo que quería era preguntarle como sabía que Rosana me había prometido doble
ración.
- Eh... - El Padre de Rosana no
sabía hacia donde mirar - pues... - Kan estaba muy extrañado por la peculiar
reacción del cocinero - Mira chico, no quiero mentirte - contestó al fin - os
vi a los dos por casualidad en el patio, cuando estabais juntos y Rosana te
prometía la doble ración. También vi como se alejaba con la tela entre sus
brazos, y conociéndola supuse que se quedaría encerrada en casa hasta que
cosiera el vestido. - y golpeando sonadamente su panza con ambas manos añadió -
Como era obvio que ella no podría cumplir su promesa decidí cumplirla yo mismo!
- y mirando fijamente al joven añadió - El honor de mi hija es muy importante
para mi ¿Sabes?
- No lo sabía - contestó
sinceramente Kan - aunque eso esta muy bien, va de acuerdo con el código de
honor de los Samurais.
El Padre de Rosana se paró en
seco para mirar fijamente, de arriba a abajo, al jovencito que tenía delante de
si. ¿Podía ser realmente tan inocente como parecía?... después de ver sus ojos,
que mantenían su mirada sin amenaza ni falsedad, y su dulce sonrisa... decidió
que aunque pareciera imposible este chico era real. Y menando la cabeza volvió
a andar lentamente.
- Te estoy muy agradecido Kan -
dijo al fin - mi hija estaba muy ilusionada con su vestido nuevo, el que manchó
- el joven asintió con la cabeza para indicar que sabía de sobra a que vestido
se refería - me había estado pidiendo esa tela durante semanas. Sin embargo el
sueldo de un cocinero no da para mucho... pero al fin se lo compré. - una sonrisa
de orgullo se reflejaba en sus ojos - Estaba tan contenta que se encerró una
tarde entera cosiendo su vestido, y al día siguiente no quería quitárselo. Le
advertí que se pusiera otra cosa - dijo resaltándolo con una mano - pero ella
insitió en que nunca se había manchado sirviendo una mesa... - la cara del
cocinero reflejaba orgullo y pesar al mismo tiempo - y eso era cierto... hasta
ayer que se le cayó toda la bandeja por encima... - al recordarlo el enorme
hombre meneaba la cabeza negativamente- destrozando la carne... ¡Y el vestido!
- y golpendo su barriga añadió - Se pasó llorando toda la noche! y tuve que
dárselo de comer a los perros. ¡Un verdadero desperdicio!
- ¿Le diste de comer un vestido a
tus perros? - Preguntó asombradísimo Kan.
- ¡No hombre! - contestó
golpeando con fuerza la espalda del joven - el vestido no... ¡La carne!
Kan se relajó, ese hombre era un
tanto extraño... aunque parecía buena persona.
- Quise comprarle otro trozo -
continuó el Cocinero, que al ver la cara de extañeza de Kan agregó - de tela,
para que se hiciera otro vestido... - y mirando con visible envidia la espada
Katana del joven terminó - pero los concineros no ganamos tanto como los
Samurais!
- Parece que te gustaría ser
Samurai - dijo directamente Kan.
- Si, es cierto - respondió
sinceramente el padre de Rosana.
- Entonces ¿Por qué no lo eres? -
al joven le parecía extraño que conociendo la orden como debía conocerla aun no
se hubiera alistado si lo deseaba.
- Bueno, yo soy coninero -
respondió el enorme hombre, que ante la cara de incredulidad de Kan añadió -
bueno, en realidad es por esta gran panza mia. ¿Te imaginas a un Samurai
rebotando contra el suelo en los ejercios diarios?
- ¡Eso es una tontería! -
respondió el joven Samurai - ¡Como si tu forma física importara! ¡Ya te pondrás
en forma poco a poco! - Y enfatizándolo con los brazos añadió - ¡Eso es lo que
se enseña! No importa lo que seas ahora, sino lo que puedes llegar a ser con el
entrenamiento.
El cocinero asintió dándole la
razón a Kan, en el fondo estaba ansioso por ser un Samurai, pero para ello
necesitaba que algún Samurai lo tomara como aprendiz y el núnca se atrevería a
pedir tal cosa a nadie.
- A media tarde - dijo Kan
finalmente - pásate por mi tienda, yo te nombraré aprendiz Samurai, te daré tu
espada Katana y te enseñaré las artes Samurai... - y dándose cuenta de una cosa
preguntó - por cierto ¿Cómo te llamas?
- Soy Grad'ui - y acariciando su
gran barriga añadió - Aunque puedes llamarme "Grande" todos mis
amigos me llaman así... y me gusta!
- Muy bien Grande, ¿Vendrás?
- ¡Puedes apostar por ello! -
dijo resaltando el hecho golpeando amistosamente el hombro de Kan... donde le
salió un feo moretón horas más tarde - llevo años escuchando entre las mesas
del comedor las técnicas y la filosofía Samurai. Se puede decir que soy un
Aprendiz con Ventaja. ¡Ya verás que sorpresa te doy!
- Espero que no sea otra doble
ración - contestó alegremente Kan - hoy estoy que rebiento, creo que tendré que
ir a mi tienda a dormir un poco para poder dijerirlo todo.
- Pues vete y descansa joven
Samurai - respondió Grande - Que te quiero bien despejado para cuando me
nombres Aprendiz esta tarde. - Y apretando el puño a la estilo de los samurais
gritó - ¡¡¡GAMBARUZO!!! - el saludo Samurai que significa "Me esforzaré
totalmente"
- ¡¡¡GAMBARUZO!!! - Respondió
Kan... y marchó hacia su tienda a preparar las cosas... no sabía si en todo el
campamento encontraría un Kimono de la talla de Grand'ui!
Mientas pensaba en esto no
escuchó una voz que susurraba detrás de un arbusto... "Querida, es nuestro
hijo, no me parece bien que nos escondamos de él... recuerda que yo soy un
general de generales" ni a otra voz más aguda que contestó "Tú serás
todo lo general que quieras... pero en este tipo de asuntos mando yo. Asi que
cállate! Como nos oiga te acuerdas...". Kan tampoco notó el chillido de
dolor ahogado de un hombre mayor que detrás de unos arbustos había sido
golpeado con un abanico en la cabeza.
Era media tarde y Kan no había
conseguido encontrar un Kimono adecuado para la talla de Grad'ui, gracias al
cielo había encontrado un gran cinturón del que colgar su Katana de aprendiz.
Esperaba que fuera suficiente puesto que no había podido hacer otra cosa.
Grand'ui se acercaba por el
camino vestido con un gran kimono Samurai, el joven Samurai dio gracias
internamente porque el mismo cocinero se hubiera proporcionado a si mismo unas
vestiduras correctas.
- Buenas tardes Samurai - Dijo
contento el enorme hombre con una descomunal sonrisa de oreja a oreja.
- Buenas tardes Grande - contestó
Kan - ¿Estás preparado?
- Nunca lo he estado más!
¡Gambarazo! - contestó efusivamente.
- ¡Gambarazo! - Contestó el joven
Samurai contento de que un aprendiz contara con tanta pasión... y empezó la
ceremonia que convertiría a el cocinero en un Aprendiz de Samurai.
Ya era tarde y era una noche
fría. La luna estaba menguando en el cielo y las estrellas estaban ocultadas
por las nubes. Había sido un día muy movido y Kan decidió dormir esa noche en
el palacio de sus padres, su tienda de Samurai estaba muy revuelta por el
ajetreo de las lecciones de la tarde y estaba demasiado cansado para ordenarla
en ese momento.
Al salir de su tienda, el joven
Samurai escuchó un movimiento extraño entre unos arbustos, no era la primera
vez que le pasaba hoy... como estaba cansado continuó andando sin investigar,
el camino hasta la enorme mansión de sus padres era algo largo, y estaba
ansioso por acostarse. Sin embargo esperaba que pasear bajo la fresca noche le
ayudara a meditar sobre algunos puntos... como por ejemplo los enormes conocimientos
que había demostrado Grand'ui sobre las artes Samurais. Al parecer había estado
escuchando varios años conversar en las comidas a los Samurais y había
aprendido mucho. También se había estado preparando en secreto, puesto que
parecía que deseaba ser un verdadero Samurai de todo corazón. Kan estaba seguro
de esos conocimientos le serían muy prácticos en su carrera como Samurai, sin
embargo no podía decir con presición en cuanto le ayudarían. El Cocinero
aprendiz de Samurai contaba con unos profundos conocimientos teóricos y una
gran pasión nacida del convencimiento, sólo le faltaba la experiencia...
normalmente un Samurai adquiría conocimientos, pasión y experiencia en sus
primeros meses de aprendiz. Sin embargo esto hacía que algunos no llegaran nunca
al grado de Samurai y que quedasen con el grado de "Caballeros", un
grado casi perpetuo que le era otorgado al aprendiz de Samurai que no acababa
por asimilar totalmente la filosofía de vida Samurai. Desde hacía mucho al
Joven Samurai le intrigaban cuales podían ser las causas para que un Aprendiz
de Samurai se quedara a medio camino de convertirse en un verdadero Samurai y
fuera nombrado Caballero. Muchos ancianos Samurais a los que había preguntado
le habían respondido que el factor clave estaba en "la pasión",
"Un hombre, cuya conducta, NO esta regida por el fuego de su corazón,
nunca será un verdadero Samurai" Le habían dicho... Él estaba totalmente
de acuerdo, sin embargo el sabía que la llama de la pasión debía de estar
alimentada por algo... y estaba casi seguro de que ese "algo" eran
los conocimentos. Todo caballero con el que había hablado desconocía algún
punto de la doctrina Samurai, todos tenían fallos en su formación... quizás si
esa formación se mejorase...
Mientras pensaba esto, Kan, llegó
a la puerta del palacio de su padre. Rumiko, la propia madre le abrió la
puerta. Al parecer había presentido que en vez de dormir esa noche en su tienda
de Samurai, iría a dormir a su lujosa habitación en el palacio de sus padres.
- ¡Mi querido hijo! - dijo su
madre mientras abrazaba a su hijo y lo llenaba de besos - ¡Qué orgullosa estoy
de ti! - añadió mirándolo con la misma mirada de orgullo con la que le había
estado mirando cuando paso de ser un Aprendiz y se convirtió en verdadero
Samurai
- Gracias mamá... - respondió
tímidamente Kan - pero hoy no he hecho nada especial.
- ¡Me has hecho muy feliz! -
contestó Rumiko, y antes de que su hijo pudiera contestar añadió - pero ahora
vete a la cama corriendo que es tarde, luces cansado y mañana te levantarás antes
de la aurora como siempre - y le empujó hacia el pasillo que daba a su
habitación en palacio.
El joven Samurai no entendía nada
de nada, al final se encogió de hombros y siguió el largo pasillo adornado con
las más ricas maderas y los más preciosos tapices hasta el baño que estaba
junto a su habitación. Una vez allí se desnudo y se metió en el baño de agua
caliente que le habían preparado. Una vez dentro y relajado se preguntó como su
madre había podido ordenar que le preparasen un baño tan rápidamente... El día
empezaba a presentar muchos misterios.
Primero el cocinero le había
servido una doble ración que le había prometido su hija... sin haberla visto, a
continuación Grand'ui se había presentado con un Kimono Samurai en toda regla a
pesar de no tener dinero para comprárselo. Después estaban los extraños
movimientos de los arbustos... y por último el extraño comportamiento de su
madre. No sabía por qué, pero su intuición le decía que su querida madre estaba
detrás de todos estos extraños sucesos...
El joven Samurai apenas pudo
acabar de secarse e introducirse en su lujosa cama antes de quedarse
profundamente dormido... por primera vez en toda su vida no se despertó antes
del ocaso, sino que su madre tuvo que despertarlo al medio día.
- Cariño despierta - escuchó Kan
decir a una voz suave entre sueños - El sol ya está en su cenit y es hora de
comer... - y acabó diciendo disgustada - vas a llegar tarde al comedor del
campamento
- Oh! - despertó por fin el joven
- ¿Cómo he podido dormirme? - dijo levantándose de un salto, y mientras se
vestía a toda prisa añadió - ¡Nunca me he dormido!
- Me temo que es culpa mia -
contestó su madre, que al ver la extrañada mirada de su hijo añadió - ayer me
tomé la libertad de echarte unas hierbas en el baño que te ayudaran a dormir...
¡Parecías tan cansado! - y dándole un beso a Kan mientras este intentaba
guardar el equilibrio calzándose... terminó - parece que se me ha pasado la
mano en la cantidad de hierbas.
- ¡Últimamente estás muy rara
mamá! - dijo Kan mientras se colocaba la Katana - ¿Qué estás tramando?
- Nada malo hijo - contestó
Rumiko - Sólo que una madre se siente feliz y apenada al mismo tiempo cuando ve
que su hijo se hace mayor - dijo sacando un pañuelo y enjuagándose los ojos...
mientras que en su boca lucía una gran sonrisa.
Kan quedó un momento paralizado
mirando a su madre, no entendía nada de nada, sin embargo no tenía tiempo para
contestar, habrío la ventana y después de dar un beso de despedida a su
madre... de un magnífico salto Samurai se posó en la rama de un árbol del
jardín. Este camino, de rama en rama sobre los árboles era el camino más
corto... aunque sólo un ágil Samurai pudiera seguirlo...
- Por la noche quiero que
hablemos y me cuentes todos los detalles - gritó mientras se alejaba.
- Hay mi inocente hijo... - dijo
por lo bajo Rumiko - ¡Cuánto te queda por aprender a pesar de ser todo un
Samurai!
Todos estaban reunidos y los
camareros estaban sirviendo ya el primer plato. Rosana, la hija del cocinero,
estaba empezando a servir la mesa de los Samurais de Kan. Era una gran mesa de
roble en la que estaban sentados más de veinte samurais y aprendices, los
mejores del equipo del joven Samurai... sin embargo faltaba el propio Kan, y la
joven no era capaz de explicarse el por qué, nadie lo había visto en toda la
mañana... ¿Le habría pasado algo?
Mientras la joven pensaba esto
llegó al plato preparado para Kan, como el samurai no estaba se dio media
vuelta para marchar... justo en ese momento escucho una hermosa voz que le
decía.
- ¿A mi no me sirves Rosana? ¿Me
he de quedar con hambre?
Asustada por haberse olvidado de
alguien en sus ensoñaciones se dio la vuelta para ver quien le había dirigido
la palabra y... vio sentado en su sitio, como si llevara esperando toda la
mañana al joven Samurai Kan con una cuchara en la mano y un trozo de pan
mordido en la otra.
- Vaya vaya! - contestó la chica
sonriendo - si parece que al jovencito ahora le gusta jugar ha hacerse el
invisible. - Y sirviéndole doble ración añadió - Pues cómetelo todo, que tanta
invisibilidad debe de haberte dado mucha hambre.
Por única respuesta Kan empezó a
comer con una gran sonrisa en su boca, conocía el genio de la joven y lo mejor
era obedecerla y no replicar... no fuera que le llenase el plato de guindillas
como a Omius. Ella le devolvió la sonrisa y se marchó caminando tranquilamente
hasta la cocina, no antes sin susurrarle al oído que quería verle detrás de la
cocina después de comer.
- ¡Muy buen truco Kan! - Dijo
Omius una vez que la joven se hubo alejado lo bastante - Una aparición sin
necesidad de humos... ¿Cómo lo has hecho?
- Oh! no ha sido difícil -
respondió Kan - todos estabais mirando a vuestros platos y ella se había dado
la vuelta. Iba a utilizar una bomba de humo, pero no quería armar tanto
escándalo... ni estropear este delicioso olor - añadió aspirando el aroma de su
comida.
- Por cierto, ya me he enterado
de que lo de ayer fue una broma - Respondió ofendido el Samurai invencible.
- Tu Samurai no se había enterado
y se tragó un plato con cinco guindilla entero.- añadió la bella Escila.
- Si hubieran sido Siete
guindillas no hubiera podido luchar contra ellas - replicó el viejo Ortack a su
lado imitando al padre de Kan. Kazo, el General de generales siempre insistía
en que Siete era el número de Samurais perfecto para formar un equipo, y nunca
se cansaba de dar ejemplos que lo demostraban... Todos empezaron a reír
estruendosamente ante la broma...
- Pues tiene razón el viejo -
dijo entre risas Omius - si hubieran sido Siete guindillas habría caído al
suelo medio muerto... - y soltando una gran carcajada añadió - ¡Menos mal que
la chica no es una Samurai!
- Sí, de momento no lo es... -
respondió Escila - en cuanto lo sea sera terrible... - y utilizando su cuchara
como espada contra Omius añadió - Os imaginais "Rosana, La Samurai
Picante"
Kan también reía ante la inocente
broma de Escila, realmente era una chica terrible. ¡Cinco guindillas! Era
increíble que le hubiera echado cinco guindillas al pobre Omius cuando dos eran
suficientes en un guiso preparado para más de cien personas... ¡El pobre
Samurai debía de haber pasado una tarde horrible!
- ¿Qué tal pasaste la tarde? -
Pregutó Kan
- En el río, con la boca abierta
metida en el agua... - El Samurai hizo un gesto con la cabeza imitando la
postura - y sudando como un loco! ...Al menos esto me ha enseñado a comer con
más moderación... y tranquilidad!
Kan sonrió internamente, llevaba
tres meses intentado eneñar esa lección a su primer Samurai y Rosana lo había
logrado en solo una tarde... era una chica tan hermosa!
- Por cierto Kan - dijo Escila -
¡Felicidades!
- Gracias - contestó - ¿Por qué?
- ¿Realmente no lo sabes? - dijo
la bella Samurai
- Pues no... - y mirándola
interrogativamente preguntó - ¿Me he perdido algo?
- Vaya que sí! - Respondió Escila
- Esta tarde serás condecorado Comandante!
- ¡Comandante! - Respondió
Asombrado Kan - ¡Pero eso es imposible! Me faltaba una tropa entera para
alcanzar el grado de comandante!
- ¡Pues hoy la has conseguido! -
Respondió Escila - Es una tropa constituida por cerca de un centenar de Aprendices
Samurai... todos inexpertos naturalmente - y añadió - pero una tropa al fin y
al cabo.
- ¡Guau! - respondió simplemente
el joven Samurai - ¿Y quién de vosotros ha sido? - dijo mirando a sus Samurais.
- ¡Ninguno de nosotros! - Añadió
Escila - Por desgracia mi equipo todavía no llega a tropa... aunque estoy muy
cerca de conseguirlo! - y señalando su plato añadió - ¿No te dice nada este
guiso?
Kan miró su plato un momento, el
día anterior había alistado al cocinero... ¿Sería posible?
- ¿Fue Grand'ui? - Dijo
sorprendido - Si se alisto ayer!
- Sí! - respondió Escila - se
alistó ayer a media tarde, asistió a su primera clase toda la tarde... y hoy
por la mañana ha reclutado a todos los camareros, y estos a muchos de sus
amigos... - y añadió con admiración - ¡Ha formado una tropa en un solo día!
- Y como con este ya tienes a
cuatro Samurais reconocidos bajo tu mando... - dijo Omius - según las
normativas serás condecorado Comandante Samurai esta misma tarde. - y después
de un segundo añadió - El ya ha sido nombrado Samurai por el propio general de
generales esta mañana, alegó que por la tarde no podría... tenía que ir al
mercado a comprar provisiones para el banquete de por la noche.
Ya estaban sirviendo los postres
y Kan estaba muy feliz. Tragó su postre de dos bocados y corrió a la parte
trasera de la cocina. Rosana le vio marchar, pues estaba vijilándolo desde
lejos... y se reunio con él después de retocarse el pelo utilizando una gran
bandeja como espejo.
Kan estaba brillante de alegría,
no sabía por qué pero su corazón desbordante necesitaba contarle la buena
noticia a Rosana, deseaba compartir su felicidad con ella. El joven Samurai, en
su inociencia, no pensó en los motivos que podían causar esta reacción en su
ser, acostumbrado y entrenado a actuar rápidamente fue corriendo al claro
situado detrás de la enorme tienda que constituía la cocina, al llegar se
econtró con que su amiga ya estaba allí esperándolo, sentada sobre la hierba de
una forma aparentemente tranquila y reposada, la hermosa joven ofrecía su mejor
perfil al impetuoso Samurai mientras que su larga cabellera negra reposaba en
su costado reflejando los dorados rayos del Sol.
Kan quedó paralizado por la
vista, a sus ojos era como si una diosa se hubiera presentado ante él, los
reflejos del fogoso astro en el vestido de la joven creaban la ilusión de que
una auoreora divina rodease su joven y hermosa figura.
El joven Kan grabó esa imagen en
su memoria, años después aun en su vejez, sería capaz de recordar con todo lujo
de detalles lo que el llamaría "La aparición de una Diosa ante mi"
Al fin Rosana se giró y
dedicándole una sonrisa le invitó a recostarse a su lado sobre la hierba, así
lo hizo Kan descubriendo mientras se sentaba la hermosa vista que se
contemplaba desde ese lugar.
"Es hermoso," Pensó el
Reciente Comandante "no me había dado cuenta de lo hermosas que son estas
tierras, de la belleza contenida en el verde de los árboles, de lo maravilloso
que es el azul del cielo y de lo increíbles que son las hermosas nubes que hay
en el cielo...Aunque más que todo el paisaje y las montañas..."
- Tú si que eres hermosa- pensó
en voz alta Kan sin darse cuenta.
Rosana reaccionó asombrada ante
las palabras del muchacho recostado a su lado, no esperaba nada semejante y un
lijero rubor tiñó de rojo su pálida faz. Miró sin saber que contestar al
peculiar muchacho que se encontraba a su lado, pero este estaba contemplando
una nube en la lejanía.
- Gracias - Contestó al fin la
azorada muchacha.
En ese momento Kan se dio cuenta
de que había expresado ese pensamiento pribado en voz alta y quiso morirse de
vergüenza, miró asustado a la muchacha sentada a su lado pero ya no vio ninguna
niña, sino una mujer segura de si misma que alargando un dedo le tapó la boca
impidiéndole hablar.
- Entonces... - dijo tranquilamente
Rosana - supongo que ya conoces la noticia.
Kan asintió con la cabeza.
- Y qué te parece? - dijo
apartando el dedo de la boca del Samurai hacia un lado para dejarle hablar
mientras le acariciaba tiernamente su suave piel inverbe.
- ¡Me encanta! - explotó con
ansia Kan, la joven vio un extraño brillo de pasión en los ojos del Samurai que
le hizo sospechar... - ¡Por fin soy comandante! - Rosana apartó bruscamente su
mano de la mejilla del joven repentinamente avergonzada, gesto que le pasó
desapercibido al joven en su alegría - Es algo que he deseado desde hace
muchísimo tiempo ¿Sabes lo que significa? ¡Soy el más joven Comandante Samuai
de la historia! - después de tomar aire continuó - Al principio pensé muchas
veces que nunca llegaría a Samurai, muchas veces estuve a punto de rendirme!
¡Pero mírame ahora! Mi carrera cada vez va a mejor! - y como si no se lo
pudiera acabar de creer exclamó con júbilo - ¡Esta tarde voy a ser Comandante
Samurai!
La muchacha, una vez salió de su
estupor no acababa de creérselo cuando al fin reaccionó preguntando:
- ¿Qué vas a ser nombrado
Comandante Samurai? - Le miró perpleja - ¿Pero no hay que tener muchos años de
servicio para ser nombrado Comandante?
-¡Qué va! - Contestó Kan feliz -
Eso es lo que creen muchos, pero lo cierto es que los años de servicio nada
tienen que ver con el título. Las normas son muy claras - explicó Kan - Para
ser nombrado Comandante el Samurai ha de tener a su cargo a 4 Samurais activos
al mando de sus tropas respectivas. - Y orgulloso terminó - A muchos eso les
cuesta años de servicio, de ahí viene la equivocación, pero yo ya he conseguido
mis 4 primeros Samuriais Titulados, Omius el primero - La chica giñó una ceja
de desagrado al oír al que consideraba responsable del destrozo de su mejor vestido
- Ortak el segundo, Gr'anSan el tercero y el cuarto ha sido hoy nombrado... - Y
mirándola orgulloso pronunció - ¡Tu propio Padre!
Rosana se quedó paralizada ante
estas tres últimas palabras, eso explicaba porque había andado desde ayer
"disfrazado" de Samurai por casa, así que realmente por fin había
conseguido llegar a cumplir su más ansiado sueño... un profundo temor recorrió
la espalda de la joven, quizás...
- Dime Kan - dijo alejándose un
poco - ¿Tú has tenido algo que ver en eso? - preguntó mientras le escrutaba con
una helada glacial que no advertió el joven.
- ¡Por supuesto! - Exclamó el
reciente comandante sin percibir la mueca de cólera e indignación que nacía en
la cara de su interlocutora - Ayer hablé con tu padre, fui a verle para
preguntarle como sabía que me habías prometido una doble ración - explicó - me
extrañó que me sirviese doble ración pues tú te habías ido a tu casa para
coserte el vestido sin tiempo de decirle nada - la chica cabeceó levemente -
descubrí que nos había escuchado mientras hablabamos y te daba la tela - así
que su padre la espiaba! pensó la joven - y mientras tu padre y yo conversamos
yo noté que deseaba ser un Samurai, así que esa misma tarde lo alisté y...
¡Parece que no perdió el tiempo!
- ¿Por qué? - preguntó la joven a
punto de explotar de cólera
- Por lo que sé esta misma mañana
formó un ejército de aprendices Samurai formado por camareros y pinches de
cocina, tantos que alcanzó hoy mismo el grado de Samurai. - después de una
lijera pausa continuó - esta misma mañana mi padre le entregó su espada de
Verdadero Samurai con todos los honores, yo no pude asisitir - comentó
avergonzado - mi madre me drogó ayer con unas hierbas para que durmiera toda la
noche y descansara, según ella lucía totalmente agotado y... bueno!- quitó
importancia con un gesto de la mano - se pasó en la dosis y dormí hasta justo
antes de comer. - dicho esto regaló a la joven su mejor sonrisa, la cual estaba
desconcertada.
- ¿De verdad pasó todo cómo me
cuentas? - preguntó esta.
- ¡Naturalmente! - Exclamó
instantáneamente Kan - ¡Yo nunca miento! - y como si eso zanjase el tema
terminó a la vez que asintía con la cabeza - ¡Soy un Comandante Samurai!
Rosana meditó unos momentos,
cuando Kan había dicho que había tenido algo que ver con el nombramiento de su
padre había pensado que él había utilizado su influencia sobre el General de
Generales para que le concediera el Título de Samurai a su padre, obviamente
con la intención de canjearse su favor... pero si las cosas habían sido así
estaba claro que el pobre muchacho era totalmente inocente de sus sospechas y
que todo habían sido imaginaciones suyas, la joven se sintió avergonzada de
pensar así de su futuro... ¡No! Prefirió cortar el pensamiento antes de estar
segura, era obvio que el joven aún desconocía "la noticia"
- Rosana... - Interrumpió el
joven Samurai los pensamientos de la joven - ... si no sabías ni lo de mi
nombramiento como Comandante ni el de tu padre como Samurai... ¿Cuál era la
noticia que debía saber?
La pobre joven se puso roja como
un tomate, hacía un momento todo había parecido idóneo, pero ahora se sentía
tonta por sus sospechas y porque... no era así como deseaba habérselo dicho.
- ¿No te contó nada tu madre? -
preguntó con una ligera vocecita.
- No - contestó directamente Kan
- hoy por la mañana mi madre se comportaba de una forma muy extraña, lloraba y
sonreía al mismo tiempo, pero no quería llegar tarde a comer por si no te veía
- ¡Hay! había dicho demasiado! - Así que apenas nos dimos los buenos días -
acabó atropelladamente mientras tanto él como Rosana se ponían colorados...
aunque parecía que contrariamente a avergonzarse, la joven había vuelto a
perder la apariencia de una niña y volvía a tomar la apariencia de una mujer...
al menos a los ojos de Kan!
- Antes, cuando me dijiste que
era hermosa - preguntó en una mezcla de timidez y seguridad - ¿Era cierto?
A Kan se le cayó el mundo al
suelo, no sabía por qué pero deseaba que se abriera un agujero en la tierra y
le tragase para ocultar su vergüenza, sólo había sido un pensamiento en voz
alta... y también se le había escapado que esta mañana en lo primero que había
pensado era en ver a la joven. Seguramente ella se sintiera ofendida, era mayor
que él y seguramente ya estaría comprometida con otro chico, si ahora negaba
que era hermosa mentiría... y además seguramnete se ofendiera. Pero si le decía
la verdad seguramente se reiría de él, con 12 años era soltero, por no tener no
tenía ni prometida (toda una vergüenza para un chico de su edad como no cansaba
de repetirle su madre) Seguramente la chica pensaría que estaba intentando
conquistarla y se reiría abiertamente de él ¿Cómo podía un joven como Kan
pretender conquistar a una Mujer tan bella como Rosana? Además el no tenía
experiencia en estas lides, en un momento se dio cuenta de que aparte de su
formación samurai sobre ejércitos, armas, etc... ¡Nada sabía sobre mujeres! Si
pudiera habría consultado con Omius ¡El sí era un hombre! Era apuesto, maduro,
musculoso, las mujeres siempre se le quedaban mirando, pero el joven samurai
aún no era capaz ni de hacer asomar un solo pelo en su inverbe cara, su cuerpo
aunque era ágil y fuerte para su edad no tenía aun la fuerza y la forma de un
adulto...
Todas estas dudas pasaron en
menos de un segundo por su mente, sin embargo al final su formación Samurai,
aun en este angustioso momento, prevaleció al fín "Quien no lo intenta,
fracasa antes de comenzar" recordó que siempre decía a sus aprendices
Samurais.
- Eres la mujer más hermosa que
jamás he visto - Dijo al fin Kan, parecía que el tiempo se había hecho más
lento, pero sólo había pasado un segundo desde que la chica había realizado la
pregunta, de hecho aún estaba terminando de decir la frase cuando el joven
contestó a la hermosa hija del concinero.
Rosana pareció complacida con su
respuesta, contrariamente a lo que él había supuesto no se rió ni se burló de
él, sino que alargó su blanca mano para apartar un mechón del cabello del
reciente Comandante Samurai y en un impulso se acercó y posó suavemente sus
labios sobre los suyos, depositando un inocente y suave beso en la boca del que
pronto sería su prometido.
El joven Samurai no sabía como
reaccionar, dejó de sentir su cuerpo, no sabía si su corazón se agitaba
alocadamente en su pecho latiendo en sus oídos y nublando su vista... o si por
el contrario se había parado igual que su respiración. Lo único que Kan notaba
era la cálida mano de Rosana sobre su cuello y sus suaves labios rozando los
suyos.
El beso fue rápido, inocente y
puro, pero para Kan fue lo más importante que le había pasado en su vida, aún
más que su reciente condecoración Samurai... ¿Cuál había sido? ¿Comandante,
General, Aprendiz??? No le importaba, en ese momento había descubierto una
nueva dimensión, había aprendido algo que ningún sabio o anciano podría haberle
explicado... que la felicidad no sólo consistía en el éxito profesional, que
había algo mucho más importante que todas las condecoraciones y técnicas del
mundo... ¡El Amor!
Mas tarde no supo bien por qué lo
había hecho, algo en su interior había saltado igual que un resorte largamente
escondido, su mano se había deslizado debajo de su túnica y con el mismo
movimiento había arrojado una estella shuriken hacia unos arbustos a la par que
empujaba a Rosana a cubierto detrás de su propio cuerpo.
Un instinto de protección se había
impuesto en él, un instinto que se había sumado a su entrenamiento Samurai...
un instinto que había salvado la vida de la joven justo en el último segundo.
Todo ocurrió muy rápido, Rosana
aún no sabía como había llegado al suelo detrás del joven que había saltado
detrás de ella a la par que la empujaba. Sólo había visto algo brillante
desilzarse a toda velocidad donde un instante antes había estado su cabeza,
levantó la mirada, lo justo para ver una estrella shuriken clavada en un árbol
delante de ella. En un momento comprendió que esa estrella habría impactado en
su nuca si Kan no la hubiera empujado.
La muchacha miró para atrás justo
para ver como Kan lanzaba su segundo shuriken hacia unos arbustos, un grito
ahogado le informó de que Kan no había fallado su primer blanco... ni el
segundo.
Aun antes de acabar de lanzar su
primer Shuriken, Kan ya había empezado su primer paso, sólo dos pasos le
distanciaban del matorral. Uno - ¿O habían sido dos? - le habían informado de
que había acertado el blanco.
De una cosa no había duda, esa
estrella había sido lanzado para matar a la mujer que amaba. Instantáneamente
una cólera fría se apoderó de su cuerpo, junto con el segundo paso una Kantana
surcó el aire partiendo el arbusto en un ángulo extraño. Kan recordó después
que esa Katana había sido la suya.
El arbusto se deslizó hacia abajo
como si de una pieza sólida se tratara. Detrás de él un samurai oscuro miraba
con sorpresa al terrible enemigo que en menos de un par de segundos había hecho
fracasar su intento de asesinato, le había acertado con dos Shurikens en su
brazo y en su pierna y había hecho deslizarse un arbusto como si de magia se
tratase. Un frío miedo trepó por la columna del asesino que agarró una bomba de
humo y la arrojó al suelo para intentar escapar desesperadamente.
De una forma increíble Kan frenó
la caída de la bomba con el plano de su espada y con el mismo movimiento la
desvió unos metros hacia la derecha.
El asesino tembló al ver la
mirada del joven, ya no parecía un indefenso niño de 12 años disfrazado de
Samurai, sino un arcángel blanco lleno de un poder invencible.
Kan trazó un arco mortal con su
Katana, con toda seguridad su enemigo habría perecido decapitado si una
jugarreta del destino no hubiera querido que la pierna del asesino, herida con
el shuriken del joven Samurai, fallase justo en ese instante haciéndole caer...
y esquibar el arco mortal de Kan. Al no encontrar la resistencia esperada, la
espada continuó su camino cargada de una fuerza letal que cortó limpiamente el
tronco de un árbol situado sólo un poco a la derecha de donde antes había
estado el asesino... un tronco que tenía el grosor de una pierna humana!
El Samurai oscuro miró desde el
suelo, como si estuviera loco, como el árbol caía lentamente. Esto bastó para
que Kan se distragera sólo una milésima de segundo y mirase hacia el árbol..
¿Había sido el capaz de realizar esa azaña? En un instante decidió que eso no
tenía importancia en ese momento, y volvió su atención hacia el asesino. Sin
embargo ese instante era todo lo que necesitaba su contrincante, un sonido
siguió a una cortina de humo. En un intento desesperado Kan lanzó una estocada
hacia adelante... pero su espada no cortó otra cosa que aire y humo.
Kan conocía la ténica lo
suficiente como para saber que su contrincante podía ya estar a varios metros
de allí... o justo detrás suyo listo para acabar su trabajo. Así que en un sólo
movimiento enfundó su Katana y dando una doble voltereta mortal hacia atras
aterrizó al lado de Rosana, la cual había quedado hipnotizada por la agiliadad
y destreza de los movimientos del joven. Un instante después supo que estaba en
sus brazos, él la había levantado como si fuera una pluma, en ese momento no se
preguntó como un niño de 12 años podría levantarla sin aparente esfuerzo, en
ese momento Kan no era ningún niño, era un poderoso Comandante Samurai, la
cabeza de la joven se enterró en el pecho del Samurai mientras que una
acogedora cortina de humo les rodeaba a ambos.
En ese momento la gravedad
pareció ser algo sin sentido para la joven. Siempre protegida por los brazos de
su amado y envuelta en una cortina de un cálido humo, fue sintiendo como si
flotara y se deslizase por el aire a una velocidad increíble. El viento acunaba
su cabello como si estuviese bañándose en un lago, y los rayos del sol la
adormencían tranquilizándola.
No podría decir si habían pasado
segundos... o una eternidad. Pero cuando abrió los ojos se encontró con que un
palacio había surgido de la nada.
El Asesino quedó mirando el
claro. Aún no se podía creer lo que había ocurrido. Después de caer al suelo
notó que su contrincante, aquella especie de niño Samurai... no, no era un
niño, más bien un arcangel o un demonio! Fuera lo que fuera había perdido la
concentración unos instantes, los suficientes para que él lanzase su cortina de
humo. De un salto se había posado en una rama alta de un árbol a su izquierda,
oculto por el follaje del árbol había introducido la mano sana en su manga para
sacar otro Shuriken envenenado, sólo necesitaba un tiro y acertaría a la chica
de lleno tal y como le habían ordenado. Despues podría escapar como alma que
lleva el diablo y marcharse lejos, muy lejos donde nunca más tuviera que ver
esos ojos cuyo propietario hacía un segundo casi le había matado. Sin embargo,
aun antes de que pudiese agarrar el Shuriken ese demonio había saltado hacia
atrás como un ángel y había tomado a la chica en brazos, el pensó que le
preguntaría como estaba, antes de que pudiera contestar ella ya estaría muerta
por el veneno de su arma. Sin embargo él no había abierto la boca, de la nada
había surgido un humo blanco, como el de una nube celestial. El Samurai Oscuro
entendió en el momento lo que intentaba el muchacho, pero sería inútil, estaba
justo en el centro de un claro y desde su posición podría ver hacia que lado saldría
corriendo, no podría moverse demasiado rápido con la chica en brazos y aunque
tenía órdenes explícitas de no dañar al samurai, sólo necesitaba un segundo
para poder acertar en su blanco, por tal eficacia era conocido y por tal fama
había sido contratado.
Sin embargo nada pareció salir de
la nube, hubo un efecto raro, como si la realidad se distorsinara un momento,
un efecto que el asesino achacó a las heridas recibidas, pero ni aun así cerró
los ojos, se obligó a fijarse aún más en su blanco y esperó a que la nube de
humo blanco se disipara... ¡Pero fue inútil! No había nadie en el claro! ¡¡Pero
él no había visto huir a nadie!
Sólo quedaba una explicación,
saltó al claro, justo donde había estado hace unos segundos el joven y hundió
su katana en el suelo. Si existía alguna trampilla o puerta oculta en el suelo
él la descubriría... ¡Pero no! No había nada más que hierba y tierra!!!
En esos momentos empezaron a
oírse ruidos provenientes de su espala ¡Maldita sea! Se había olvidado de los
demás samurais!
A su espalda miles de Samurais
terminaban su comida, algunos habían oído el estruendo de bombas de humo y un
árbol al derrumbarse y acudían prestos a ver lo que pasaba. El asesino dio dos
pasos, lanzó la última bomba de humo que le quedaba y desapareció en la
profunidad del bosque. Corrió y corrió durante horas hasta que estuvo a
Kilómetros del claro... oculto y a salvo en la profunidad del bosque. Aquí, en
la seguridad del profundo bosque, el Asesino rogó con toda su alma no tener que
volver a hacer frente a nada parecido. Por primera vez en su vida, el miedo, el
terror y el pánico se adueñaron de su alma.
-¡Hijo! Qué es lo que pasa! -
Kazo estaba alarmado, nunca había visto esa mirada en el rostro de su hijo.
Hacía un segundo que Kan había aparecido "de la nada" justo en medio
de la sala de audiencias. Aún estaba allí de pies, con su prometida Rosana en
sus brazos.
Kazo no reconocía a su hijo...
sí, era el mismo, pero diez o veinte años mayor. No, claro que no había
crecido, su cuerpo era el mismo, el cuerpo de un joven . Sin embargo su
postura, su mirada, la forma de sostener a su amada como si fuera parte de
sí... y la forma en que esta enterraba su cabeza en el pecho de su hijo
consiguiendo protección y tranquilidad... además estaba esa sensación, la sensación
de que el ser que tenía delante de sí guardaba un poder increíble.
En esos momentos Kazo, el General
de Generales Samurais, el más diestro y poderoso de todos los Samurais...
habría dudado poder vencer a su hijo en un combate frontal.
Pero Kan no era su enemigo, todo
lo contrario, era su hijo y algo terrible tenía que haberle pasado para que esa
mirada anidase en sus ojos.
Justo en ese momento Kan miró a
su alrededor, se encontraba a salvo, en el palacio de su padre. Los 7 Samurais
de la guardia personal de su padre estaban allí, los que le habían protegido y
cuidado como sus más poderosos guardianes. También su padre, el más poderoso
Samurai que había existido estaba delante de él. Nada podía ocurrirle aquí...
Esto pensaba Kan mientras se
relajaba y volvía a ser otra vez el alegre e inocente Samurai que siempre había
sido. Notó que tenía a Rosana en sus brazos, recordaba vagamente haberla tomado
del suelo. Repentinamente avergonzado por su atrevimiento la posó, de pies, en
el suelo. Sus ojos sólo se cruzaron un momento, pero Kan vio un amor como nunca
había visto en su vida.
-¿Qué ha pasado? - Preguntó otra
vez Kazo a su hijo.
- Yo... - dijo Kan extrañamente
afectado - no lo recuerdo muy bien.
- Pero yo sí! - saltó la joven
Kazo miró a Rosana, justo ayer
habían concretado en una reunión secreta con sus padres que Kan y Rosana serían
prometidos. La medida no era del todo del agrado del General de Generales, pero
su esposa había insistido y el reconocía que en esos aspectos Rumiko era más
sabia que él. Apartando estos pensamientos a un lado se centró en la joven y la
invitó a hablar con un gesto.
-Su hijo y yo nos estabamos...
hablando- se corrigió en el último momento la joven, sin embargo el rubor de
sus mejillas no le pasó desapercibido al General de Generales - cuando de
repente Kan me apartó a un lado salvándome la vida, antes de que yo supiera que
era lo que ocurría el ya había herido a mi agresor y casi lo mata, si no fuera
porque logró huir, entonces Kan me tomó en sus brazos - dijo acercándose más a
su salvador - y me trajo aquí.
Kazo la miró extrañamente, por la
forma de relatar los hechos de la joven y la extraña mirada de Kan - que ya
volvía a ser él otra vez - todo había ocurrido en menos tiempo del que se tarda
en pronunciar una palabra, sin embargo tenía la sensación de que, para ellos,
había parecido un tiempo increíblemente largo.
- Y bien Kan - Dijo su padre - es
así como ocurrió hijo mío?
El joven Samurai tardó unos
momentos en responder.
- Por lo que puedo recordar, fue
así.
- ¿Por lo que puedes recordar? -
Le preguntó otra vez su padre
- Sí - contestó con una mirada
llena de inocencia muy propia del joven - todo pasó muy rápido, yo no pensaba,
sólo seguía mis instintos y mi entrenamiento Samurai para salvar la vida de
Rosana. Eso era lo más importante para mi en esos momentos y lo demás carecía
de total importancia. - Las palabras, tan cargadas de responsabilidad y
madurez, sonaron extrañas pronunciadas por su joven boca.
- Está claro que alguien ha
intentado asesinar a tu prometida Kan - dijo después de unos momentos - ¿Tienes
idea de quién puede haber sido?
Pero Kan no había escuchado esas
última palabras... ¿¿¿Su prometida??? Indiferente a todo lo que ocurría a su
alrededor se sentó en el suelo para pensar sobre el asunto sin observar la
mirada mortal que lanzaba Rosana sobre su anciano padre... el cual si la había
captado perfectamente y sentía una gran necesidad de esconderse detrás de su
asiento.
El Joven Samurai, sentado sobre
el frío suelo de mármol del palacio fue atando los cabos. Todo tomaba más
sentido ahora, la extraña actitud de su madre, las extrañas miradas del
cocinero, las palabras de Rosana antes del ataque, "la noticia"...
sin duda en algún momento los padres de Kan y Rosana se habrían reunido para
prometer a sus dos hijos. Eso era algo totalmente común en su sociedad, siempre
se hacía de esa forma y él se alegraba de que fuera la mujer que amaba - Kan
era incapaz de pensar en Rosana como en una muchacha - la que hubiera sido
escogida por sus padres, de hecho el acuerdo facilitaba mucho la relación, ya
casi estaban casados, la ceremonia sería una simple formalidad que se llevaría
a cabo cuando fueran a vivir juntos. Esta medida hacía que el honor de la joven
estuviera totalmente protegido en contra de las habladurías de la gente, el
propio padre de Rosana, el concinero "Grande" le había informado de
que para él lo más importante era el honor de su hija... ahora comprendía Kan
por qué se lo había dicho, él no lo había comprendido en su momento pero era
claro que todo el mundo ya se imaginaba la relación cuando él aun ni la
sospechaba, suponía que sería por su inocencia... En esos momentos el asunto
carecía de importancia, igual que cuando su padre le explicaba alguna
importante lección, Kan estaba seguro de que la vida le estaba enseñando una
lección muy importante... ¡Quizás la lección más importante de su vida!
Además estaba seguro de que
Rosana y él estuviesen prometidos era la causa de que la hubieran intentado
asesinar. De eso no tenía ninguna duda. Su prometida era hija de un Cocinero,
nadie odiaba tanto a un cocinero como para mandar un asesino a matar a su hija.
Sin embargo el propio Kan era hijo del que sin duda era el hombre más poderoso.
Hasta ahora nunca le había dado importancia al asunto, pero Kan se había dado cuenta
de que si quería conservar a Rosana con vida - ¡Y vaya si quería! - tenía que
empezar a darse cuenta de que había algo más en todo este asunto.
Fue la propia Rosana la que le
sacó de su ensimismamiento, había pasado cinco minutos sentado en el suelo, justo
en el centro de la sala sin responder a ningún llamamiento. Su padre y sus
samurais, lejos de preocuparse conocían la capacidad de concentración del joven
y se limitaban a esperar a que saliese por si mismo, pero la hija del cocinero
no estaba acostumbrada y aunque le habían dicho que lo mejor era que esperase
ella temía que su joven prometido estuviese herido y un veneno fuera la causa
de su mal.
- Kan, Kan - le llamaba la joven
- ¿Estás herido? - Ella habría deseado llamarlo ¡Amor mío! pero temió que los
ocho ancianos reunidos a su alrededor se rieran de ella y se contuvo.
- ¿Qué? - Preguntó al fin el
aludido - Oh! perdona! - Dijo al fin dándose cuenta de dónde y cómo estaba a la
par que se sonrojaba - ¡Debes pensar que soy tonto! - dijo rascándose vergonzosamente
la cabeza - Estoy bien - dijo al fin - sólo estaba pensando, no recibí ninguna
herida en la lucha.
En ese momento Omius entró
corriendo en la sala seguido por Escila, los dos quedaron paralizados, con la
respiración entrecortada y mirando asombrados a su Comandante.
-¿Y bien? - Preguntó el anciano a
la par que tomaba una taza de té entre sus manos.
- No se padre, estoy seguro de
que el asesino había sido mandado a asesinar a Rosana - dijo a la par que cogía
una mano de su prometida debajo de la mesa.Kan tomó un sorbo de su propia taza
de té y miró a Omius que le miraba extrañado al otro lado de la mesa. Algo se
preguntaba el gerrero. El Joven Samurai aún recordaba como le habían mirado
después de entrar en la sala... justo antes de que el General de Generales
impusiera el orden y se sentaran todos en la mesa para tomar un pequeño
refrigerio y recuperar fuerzas - No te ofendas cariño - dijo mirando a Rosana,
la cual se sorprendió con la rapidez que se acostumbraba su reciente prometido
a los cambios, sólo hacía unos minutos que sabía que estaban prometidos y ya
actuaba como si lo llevaran toda la vida, algo había cambiado, madurado, en la
mirada de Kan, algo que le decía que había aprendido que debía disfrutar de
cada segundo a su lado.
- ... pero no creo que tu padre
sea lo suficientemente importante para que contraten a un asesino para acabar
con su hija. - completó el joven Comandante Samurai
- No me ofendo... - Rosana quería
haber dicho "querido" igual que él había dicho, pero se avergonzó y
cortó la palabra en su boca - es lo cierto, un Cocinero no es una persona tan
importante.
- Eso sólo deja una posibilidad -
respondió Kan - si la intentaron asesinar fue por mi culpa, algo hay que no sé
pero estoy seguro de que pronto me lo contarán - El joven Samurai dirigió una
mirada directa a su padre, el cual se revolvio en su asiento nervioso
- Bueno - dijo al fin - puede
haber algo... aunque no le había dado imporancia hasta ahora.
- Sí querido, tenías que
habérselo contado hace mucho tiempo - Había sido la voz de Rumiko, la madre de
Kan la que había hablado - Hijo, tú sabes que es costumbre que los niños se
prometan en matrimonio justo después de su nacimiento ¿Verdad? - Kan asintió
con la cabeza y miró a su madre mientras entraba en la habitación calmadamente
- Hace muchos años tu padre luchó en otro ejército, donde hizo un amigo. Los
dos fueron como hermanos durante mucho tiempo y prometieron que sus hijos se
casarían cuando fueran mayores - La Gran Dama miró a su esposo como si hubiera
sido una locura de juventud - con el tiempo sus caminos se separaron y el amigo
de tu padre, en otro tiempo honrado hasta la médula, se fue acercando cada vez
más al mundo de las sombras. - Un respingo recorrió su cuerpo al pronunciar
estas palabras - Ambos se convirtieron en enemigos y al final tu padre salió
victorioso y lo expulsó del país.
Aprovechando la pausa de su
esposa, el General de Generales continuó el relato.
- Pasaron muchos años, y justo
cuando creíamos que no seríamos bendecidos con el precioso don de un hijo...
naciste tú - En los ojos de Kazo lucía una mirada de amor y orgullo por su hijo
- Al año de tu nacimiento amargó nuestra dicha una visita de mi viejo enemigo,
me recordaba nuestro pacto.- una mueca de asco cruzó la cara del General de
Generales - Él en su orrenda maldad, al enterarse de tu nacimiento había tomado
por la fuerza un pueblo muy lejano... y había tomado por la fuerza a veinte
muchachas jóvenes del pueblo a fin de asegurarse de tener una hija. - Rosana
estaba horrorizada con solo pensar en la escena - Así que al fin tuvo la hija
que deseaba para tramar sus planes y la trajo a palacio con el objetivo de
prometeros.
Kazo hizo una pausa antes de
continuar.
- El muy rastrero pretendía que
olvidase su maldad para hacerme cumplir la promesa hecha a él hacía tantos
años. - El general miró a su hijo - Yo por supuesto me negué. Él viendo
frustrados sus planes arrojó a su propia hija al suelo e intentó matarla
pisándole su pequeña cabeza- Kazo respiró aliviado - Por suerte mi
entrenamiento Samurai me hizo reaccionar rápido y pude impedirle que realizara
tal maldad. Así que él se lo pensó mejor y me gritó que él cuidaría a su hija y
la haría crecer... para casarla contigo cuando tuviera edad. - El anciano
parecía abatido después de contar la historia.
-En el último momento - continuó
su esposa - justo cuando desaparecía detrás de una nube de humo negro y
apestoso chilló que si intentábamos casar a alguna otra niña con nuestro
hijo... el la haría matar. - Rumiko miró a Rosana con pesar - con el tiempo nos
olvidamos de las amenazas de ese hombre. Pero por precaución no prometimos a
ninguna niña a Kan, esperamos a que se hiciera mayor y le quisimos dar la
oportunidad de escoger su propia esposa como hacen en los lejanos reinos del
oeste.
Rosana asintió temerosa,
sintiendo como la mano de Kan apretaba la suya de forma protectora. Ella misma
había decidido no casarse con su prometido, derecho que todas las mujeres
tenían de hacer gala aunque rara vez lo hicieran, había decidido seguir soltera
hasta que encontrase a un hombre tan bueno como su padre... al final había
encontrado uno aún más bueno, pero quizás eso le costase la vida.
- Omius - Pronunció al fin Kan -
¿Por qué entrasteis corriendo en el salón de audiencias?
- Después de comer - explicó el
interpelado con energía contento de poder hablar - escuche unos ruidos
extraños, como bombas de humo en la parte trasera de la cocina, al principio
pensé que serían estrépitos de potas y cazuelas, pero Escila - dijo señalando a
la hermosa mujer a su izquierda - me recordó que habías ido a la parte trasera
de la cocina... a reunirte con la hija del concinero según ella - La chica
sonrió por lo bajo - no sé esta mujer es adivina o como podía haber sabido que
te habías reunido con tu... prometida. Pero lo cierto es que después de ver y
oír un árbol cayéndose me preocupé y acudimos al claro - Escila asintió para
reforzar las palabras de su fornido compañero - cuando llegamos apenas vimos un
humo negro estinguiéndose en el bosque, me extrañé pues sé que tú sólo haces uso
del humo blanco... y entonces fue cuando vi claramente un arbusto partido
limpiamente por el corte de una espada - se veía que Omius estaba claramente
impresionado - al acercarme vi un árbol tan grueso como mi pierna cortado de un
solo y limpio tajo!!!
- Y yo econtré esta estrella
shuriken clavada en un árbol - dijo Escila orgullosa de su descubrimiento.
- ¡Ten cuidado! - Exclamó Kazo
alarmado
- ¿Qué ocurre? - Preguntó
alarmada la Bella Escila
- Esa estrella contiene un veneno
que te provocaría una muerte instantánea si te cortases con ella!
Escila alarmada ante el peligro
que había corrido dejó la estrella sobre la mesa... y después de pensárselo
mejor la tomó y arrojó a la chimenea para que el claro del fuego acabase con el
veneno y la estrella para siempre.
- Contra quien te enfrentaste era
un adversario terrible - exclamó Kazo - Un famoso asesino samurai, un miembro
de la tenebrosa orden de las sombras, muy poderoso...
- ¡Y tanto! - Pronunció Omius -
¡Si cortó un árbol de un tajo debía de tener una fuerza descomunal! - El
general de generales asintió dándole la razón.
- ¡Pero si no fue él! - Exclamó
Rosana.
- ¿Quién fue entonces? - Preguntó
alarmada Escila - Acaso te enfrentaste a dos samurais mi Comandante? - Dijo
visiblemente orgullosa de que su joven superior saliese airoso de una liza
similar.
- ¡No! - contestó orgullosa la
hija del cocinero - Fue Kan quien cortó el árbol! ¡De un sólo tajo!
Todos miraron asombrados al
unísono al joven Samruai. El cual quedó avergonzado, no le gustaba reconocer que
había fallado al intentar atacar a su adversario, además le daba pena el pobre
árbol.
-¿Es eso verad? - Preguntó Kazo a
su hijo a la par que ignoraba la ofendida mirada de su futura Nuera.
- Sí - contestó sencillamente
este - No fue a propósito! - se defendió - Ataque al asesino y fallé... corté
el árbol sin querer - aseguró inocentemente.
Su padre le miraba con un orgullo
increíble, Escila tenía la boca abierta ante la fuerza de su Comandante y Omius
sorprendido exclamó:
- ¡Pues menos mal que fue sin querer!
Si llega a ser queriendo te cargas la cocina entera - Y depués de mirar a su
superior otra vez añadió - ¿Pero cómo narices lo hiciste? ¡No es tan sencilo!
¿Sabes? ¡Dudo que yo mismo pudiera! - y marcando uno de sus poderosos músculos
añadió - y me parece que soy varias veces más fuerte que tú! ¡Si apenas eres un
brazo mio!
- Cuando un hombre puro lo
necesita, su fuerza es cien veces la normal y nada es imposible para él - fue
ahora el Silencioso Aki el que habló. - Normalmente sólo usamos una décima parte
de nuestras posibilidades, tanto físicas como mentales. Cuando es totalmente
necesario, y siempre que seas puro de corazón y mente, podrás encontrar en tu
alma y en tu cuerpo unas reservas que te parecerán increíbles, sea lo que sea
contra lo que te enfrentes.
Kazo asintió ante estas palabras,
y después de un momento todos asintieron reconociendo la sabiduría del Primer
Samurai de Kazo y General de sus ejércitos.
Kazo miró el cielo a través de la
ventana. La oscuridad de una noche sin luna no presagiaba nada bueno. Decidió
que todo el mundo debía irse a su casa.. o a su tienda a dormir.
- Mañana nos vemos - dijo Rosana
a Kan - ¿Detrás de la cocina? - El joven asintió con la cabeza.
-De eso nada! - Exclamó Kazo
rotundamente
Rosana saltó como accionada por
un resorte.
- Si se cree que va a impedirme
ver a su hijo por muy poderoso y general que sea va listo! - la ferocidad en la
mirada de la joven impresionó al anciano.
- ¡Me has malinterpretado! -
Exclamó el general de generales levantando las manos en gesto de paz - lo que
quiero decir es que tú hoy no sales del palacio, tu casa es un sitio demasiado
inseguro para ti esta noche - explicó - ayer la vi y sería como colgarte de una
diana y tenderle una flecha al asesino a la par que le pedimos que te dispare.
- La joven palideció ante estas palabras. - Lo que está claro es que hoy
dormireis los dos en la habitación de invitados del centro del palacio, es la
más segura de todas y tendreis una guardia de élite que os protegerá.
Rosana asintió obediente igual que
Kan. Rumiko, por su parte, miró significamente primero a su marido y luego a
los dos jóvenes.
- ¡Mujer! - exclamó sorprendiendo
a los dos prometidos - ¡No seas mal pensada! Los dos ya están prometidos, con
lo que están a salvo de habladurías, las medidas de seguridad son necesarias y
Rosana necesita la protección personal de Kan, pocos de mis Samurais son
capaces de hacer frente a ese asesino en un combate directo - reconoció -
además ya conoces a nuestro hijo ¡Es más inocente que una lechuga! - En verdad
fue este último comentario lo que tranquilizó a la madre de Rumiko, la cual
partió inmediatamente, custodiada por el Samurai Gui a poner al tanto a los
padres de la joven.
Kan, extrañado, partió a la
habitación de invitados con Rosana agarrada cariñosamente a su brazo. Como iban
escoltados por ocho samurais, cuatro delante y cuatro atrás, el joven
comandante susurró al oído de su prometida:
- A qué se refería mi madre con
su mirada... - y continuó
- y a que vino el comentario de
mi padre de que "soy más inocente que una lechuga"???
Por única respuesta recibió una
callada sonrisa de su prometida la cual pensó pícaramente que una lechuga sería
más peligrosa que su prometido.
- Hola padre - dijo de impovisto
Kan alarmando a Rosana, la cual al mirar detrás de ella vio al anciano con su
mano a punto de posarse en el hombro de su prometido.
- Ummm! - exclamó Kazo - ¡Muy
bien! Nunca habías podido detectarme tan pronto!
- Hoy he aprendido mucho... -
susurró mientras se acercaban a la puerta de la segura habitación.
- Y qué has aprendido? - contestó
Kazo - ¿Qué en caso de necesidad eres más poderoso de lo que tú mismo piensas?
- No - respondió
sorprendentemente Kan - eso ya lo sospechaba hace tiempo. En realidad he
aprendido algo mucho más sutil e importante que todo eso. Hoy la vida me ha
enseñado la lección más importante que existe, mucho más que todo lo que he
aprendido en todos estos meses de entrenamiento.
Su padre estaba sorprendido por
la gravedad impresa en las palabras de su hijo, y gratamente intrigado por cual
sería el contenido de la lección.
- ¿Y cuál es? - preguntó
sinceramente interesado el general.
- Algo tan sencillo y cierto que
no somos capaces de verlo diariamente - empezó a hablar el Comandante Samurai -
algo tan simple como que lo más importante en esta vida no son los rangos, ni
los méritos, ni las capacidades económicas... - Kazo asintió en silencio
deseoso de escuchar lo que venía a continuación para grabarlo a fuego en su
mente - Hoy he aprendido que lo más importante en la vida es ser Feliz. Que el
Amor y la Felicidad son los bienes más preciados que tenemos y que hemos de
disfrutar de cada segundo de nuestras vidas porque una vez que un segundo ha
pasado nunca volverá.
"" Que cada segundo que
pasamos sufriendo y temiendo estamos desperdiciando nuestra vida porque para
ser totalmente feliz sólo se necesitan tener Amor y voluntad de ser Feliz.
"" Padre, he hecho
muchas promesas en los últimos meses, pero ninguna tan solemne como la que me
hago ahora mismo ante ti y ante la mujer que amo:
"" Nunca desperdiciaré
más ni un sólo segundo de mi vida, a partir de ahora viviré cada segundo como
un tesoro concedido de incalculable valor y Me Esforzaré por ser Feliz a cada
momento y disfrutar de los seres que amo porque no sé si mañana estarán ahí.
Pero en vez de preocuparme lo que haré será hacerlos Felices con mi presencia y
mis atenciones hacia ellos, y yo mismo me haré felíz a mi mismo con su mera
presencia, pues hoy he descubierto que lo más importante en esta vida es la
felicidad y el Amor.""
Kazo quedó pensativo en el
pasillo mientras la joven pareja se dirigía a la seguridad de las sólidas
paredes. Por primera ocasión su hijo le había superado en Sabiduría y Grandeza
de corazón. Lágrimas de pura felicidad brotaban de los ojos del anciano, bañando
la que fue la más hermosa de todas las sonrisas de su larga vida. Hoy su hijo
le había enseñado la que también había sido la más importante para él.
El anciano General de generales
repitió la promesa de su hijo en silencio, con la mano en su corazón y lágrimas
de felicidad en su cara. También él disfrutaría de cada uno de los segundos que
le quedaban en su vida del Amor de sus seres queridos, pues sabía que esa
felicidad era el más preciado de todos los tesoros que jamás había atesorado.
Chang, el Samurai Obscuro
La bella joven se estiró entre
las suaves sábanas de seda. Su larga y reluciente cabellera negra recorría su
cuerpo como si el manto de la noche hubiera deseado posarse sobre la suave y
pura tela. La enstancia tenía un suave olor a incienso y menta, el suave aroma
penetró por sus pulmones haciendo aun más agradable su lento despertar.
Una sonrisa de satisfacción y
felicidad cubrió su rostro cuando al abrir los ojos vio al hombre que amaba.
Kan estaba aun sentado en medio
de la lujosa estancia. Bellos tapices adornaban las paredes de una exquisita
madera rematada con adornos de oro y plata. El suelo, cubierto de un fino y
suave tatami invitaba a caminar descalzo sobre él. En el techo una bella
pintura ofrecía la imagen de un fenix protector.
La muchacha miró otra vez al
joven, aparentemente no se había movido en toda la noche. Rosana, ya totalmente
despejada recordó la dureza del día anterior, poco después de saber que estaba
prometida al joven situado en el medio de la estancia había sufrido un atentado
contra su vida. De no ser por la rápida actuación de su prometido ahora mismo
sus familiares la estarían llorando y enterrando. Aún su vida corría peligro,
por ese motivo había dormido en esa hermosa habitación, la habitación central
del Palacio del General de Generales Samurai, sin duda el lugar más seguro de
todo el imperio. Aun y así su prometido había decidido montar guardia toda la
noche, se había sentado en medio de la habitación en una postura de meditación y
había permanecido igual toda la noche. La joven se preguntó si habría dormido o
si, como sospechaba, esa meditación le permitía estar alerta y descansar al
mismo tiempo.
Rosana era una muchacha tímida
por naturaleza, sobre todo en público. Sin embargo en privado y con los seres
amados era una "pequeña fierecilla indomable" como solía llamarla su
padre. Contenta gracias a un descanso reparador, decidió gastarle una pequeña
broma a su reciente prometido. La mujer alargó la mano hasta la mesita que se
encontraba al lado de su cama y agarró silenciosamente un pequeño broche de
bronce que solía utilizar para atar su larga melena en un práctico moño cuando
ayudaba a su padre en su trabajo en la cocina.
Silenciosamente se sentó sobre la
cama tapándose lo más posible con las mantas, apuntó y... lanzó el bello adorno
contra el homoplato derecho del joven con una pícara sonrisa de triunfo en la
voca.
En menos de un parpadeo el joven
presintió el broche, alargando una mano hacia atrás, lo agarró en pleno vuelo
en el aire con la misma facilidad con que Rosana lo había cogido de la mesita.
Y dándose la vuelta burlonamente dijo:
- ¿Has perdido esto? - Pronunció
alegre Kan - ¿Me parece que se ha caído del pelo? - dijo jugetón mostrando el
broche de la chica en su mano.
Rosana lanzó un bufido fingiendo
indignación, en el fondo estaba impresionada pero no quería reconocerlo... al
menos no tan fácilmente.
- ¿Qué tal has dormido? -
Preguntó el joven - Te revolviste mucho por la noche.
- Al principio descansé mal -
reconoció la joven - pero después de despertar un par de veces dormí de
maravilla - y estirándose agregó - ¡Son tan cómodas estas sábanas de seda!
Al decir eso se le escapó la
sábana de las manos, deslizando rápidamente por su cuerpo. La joven alarmada
alargó la mano, tomó las sábanas y se tapó pudorosamente, debido a la rapidez
de la decisión la noche anterior había tenido que dormir desnuda al carecer de
ropa de dormir. En su desliz había enseñado, sólo durante medio segundo, un
poco más de lo que deseaba. Después de comprobar que estaba ya tapada
correctamente escrutó al joven que había delante de ella intentando hacerse
creer que quizás no había visto nada distraído con alguna otra cosa.
La mirada del joven estaba fijada
en ella, así que era obvio que no se había perdido nada del
"espectáculo", la joven no pudo menos que ruborizarse, tímida por
naturaleza no pudo pronunciar ninguna palabra aunque hubiera deseado decir
algo...
El joven, notando su vergüenza
intentó subirle el ánimo a su amiga.
- No sé por qué te tapas tanto -
dijo - Eres muy hermosa, tanto encima como debajo de las sabanas.
Rosana enrojeció de cólera ¡Sería
descarado! Le miró fijamente dipuesta a cantarle las cuarenta cuando... se fijó
en la inocente mirada del muchacho. La miraba como se puede mirar una bella
pintura, no había nada lascivo ni pervertido en él, más bien todo lo contrario,
su mirada sólo reflejaba una inocencia increíble. En ese momento la joven
recordó las palabras del General de generales el día anterior "¡Mi hijo es
más inocente que una lechuga!" había dicho... Rosana no pudo menos que
imaginarse a Kan como una lechuga gigante con kimono y espada Samurai. Ante la
mera idea de que estaba prometida a una "lechuga Samurai" no pudo
contener una enorme carcajada.
- ¿De qué te ríes? - Dijo el
Joven Samurai incómodo - ¿He dicho algo inapropiado?
- No Kan - contestó alegre
conteniendo la risa - todo lo contrario - y lanzándole un beso añadió - ¡Eres
un cielo!
Ahora fue el joven quien se
ruborizó de arriba a abajo, la joven no pudo contener el pensamiento de pensar
que igual en vez de una lechuga samurai era un "tomate Samurai!". Una
risita contenida cruzó la cara de la bella muchacha que, temiendo ofender a su
salvador, se controló para que no fuera a más.
- Estoy muy contento de saber que
eres feliz - dijo el joven comandante acercándose al lecho de la hermosa
muchacha y sentándose en su borde.
Rosana se intranquilizó un poco,
un mar de sentimientos cruzó su pecho. Por un lado Kan la había salvado de la
muerte el día anterior, también sabía que era su prometido y que era aún un
niño inocente, pero ella no
podía dejar de ver a un Samurai,
a un hombre y después de todo ella estaba totalmente desnuda debajo de las
sábanas y él estaba allí sentado tranquilamente en su lecho, es cierto que lo
hacía con inociencia, sin segundas intenciones, pero la joven no pudo menos que
ruborizarse y sentirse un poco insegura... a la par que también se sentía
segura por la protección que sabía que el joven le brindaba ante cualquier
ataque... en un momento cortó el hilo de pensamientos temiendo que su prometido
pudiera leerlos en su cara, sin embargo después de mirarlo fijamente comprendió
que él no era capaz de intuir tales cosas. Quizás fuera un Comandante Samurai
exquisitamente entrenado en el arte de la guerra y los ejércitos, pero respecto
a mujeres aún sabía menos que la mayoría de los hombres ¡Y eso ya era decir
poco!
Kan por su parte interpretó el
tibio rubor de su prometida como un efecto secundario de la risa. Tampoco le
extrañó su silencio pues él lo agradeció para poder contemplarla hermosa y
pálida contra la suavidad de las sedas y el negro ondular de sus cabellos.
Justo en ese momento Rosana se
dio cuenta de como contemplaba su prometido su larga cabellera negra. La joven
estaba muy orgullosa de ella y en ese momento se le ocurrió una idea, con un
movimiento de su brazo cambió de postura el largo fluir de sus cabellos
recostándolos por encima de su hombro derecho y colocándolo por encima de las
sábanas. De esta forma, mientras ella permaneciera sentada, sus propios
cabellos le cubrían el cuerpo por encima de las sábanas, aun en el caso de que
se le resbalase la sábana otra vez su pudor quedaría totalmente tapado por sus
negros cabellos.
- ¿De verdad te parezco guapa? -
Preguntó ella al fin
- Eres más que eso, eres muy
hermosa - contestó honestamente Kan.
Una sonrisa elevó el ánimo de la
muchacha que justo iba a decir algo cuando sonó la puerta.
- Es Gui - susurró Kan antes de
decir más alto - ¿Quién es?
- Soy Gui comandante - dijo el
interpelado detrás de la puerta - me manda su madre, desea que acudais a
desayunar al salón principal.
- ¿Y por qué no me lo dice ella
misma? - Preguntó extrañado Kan - Si está ahí mismo contigo - Una mueca de
sorpresa cruzó la cara de Rosana ¿Acaso su prometido veía a través de las
puertas?
- Eh... - contestó nervioso el
experto en camuflaje detrás de la puerta - Su madre pensó que yo resultaría
menos... "agresivo" para su prometida, no deseaba causarle pesar -
contestó sinceramente como se espera de todo Samurai. Después de decir esto se
escuchó un enfadado bufido procendente de una mujer que decía algo así como
"Estos hombres no saben nada!!!"
Kan miró sorprendido a Rosana,
visiblemente incomodada por la discursión y decició atajar el asunto
contestando.
- De acuerdo, en 15 minutos
estaremos en el salón - y después de escuchar atentamente unos segundos añadió
- y Mamá, márchate con Gui.
Rosana miró atentamente a su
prometido, el cual le explicó sencillamente:
- Mi madre es muy amiga de espiar
detrás de las puertas - durante un momento su mirada se perdió en el infinito y
al fin dijo - ya puedes estar tranquila, la persona más cercana está a 15
metros de la puerta.
- ¿Cómo puedes saberlo? -
preguntó impresionada la joven.
- Oh! Es muy sencillo, es parte
de mi entrenamiento samurai - explicó - además yo he crecido en este lugar, así
que me es más facil situarme que, por ejemplo, en un bosque.
Rosana meditó un momento sobre el
hecho, eran increíbles todas las habilidades del joven... tanto como que se
refiriera a ese increíble palacio como "este lugar" ¡Igual que si
fuera una simple choza!
-Será mejor que te vistas - dijo
el joven, ella le contestó con una significativa mirada ¡No prentendería que se
vistiera delante de él!
Ni que decir tiene que Kan no
entendió la mirada de la joven, después de un rato pensó que igual le estaba
pisando la sábana, miró donde estaba sentado pero comprobó que no, así que
lanzó una inocente mirada a la joven... la cual le fulminó con la mirada. ¿Qué
era lo que pasaba? Kan al final comprendió... o creyó comprender. ¡Pero no era
para tanto!. Alargó su mano, cogió la ropa de la joven y se la tendió, al ver
que no la cogía se la posó al lado.
- ¿No prentenderás que me vista
delante tuyo, VERDAD? - dijo a la par enfadada y divertida ante la visión del
desconcertado joven, el cual quedo durante un momento paralizado pensando en
cual era la respuesta correcta.
- Eh... ¿Sí? - Contestó
tímidamente.
Un sonoro bofetón cruzó la cara
del joven.
- ¡Ay! - exclamó - ¿La respuesta
era No??? - preguntó tímidamente ¡Vaya genio!, al ver el cabeceo de la joven
Kan se levantó y fue hasta la puerta. Dudó un momento antes de salir, no
deseaba dejarla sola, además no comprendía el por qué del asunto y menos de la
bofetada, así que preguntó inocentemente...
- ¿Tengo que salir de la habitación?
- y añadió - no quisiera dejarte sola... por si acaso.
La chica meditó un momento y al
fin contestó:
- Con que te quedes ahí es
suficiente - y aclaró por si acaso - pero tienes que prometerme que no te darás
la vuelta hasta que yo te lo diga.
- Te lo prometo - después por si
acaso añadió - te prometo que si no oigo ningún ruido extraño o ningún peligro
inminente no me daré la vuelta... - después de dudar preguntó - ¿Te vale eso?
- Sí - Rió la joven que ya había
saltado de la cama y se estiraba tranquilamente disfrutando de la suave
sensación del tatami debajo de sus pies. Azoto su cabello para su espalda y
pícaramente se acercó hacia su prometido con la total seguridad de que Kan
nunca incumpliría una promesa como Samurai de honor que era.
- ¿No has descansado nada en toda
la noche? - preguntó acariciando suavemente la espalda del joven buscando
músculos tensos y después de encontrar un par de ellos empezó a masageárselos
suavemente.
- ¡Qué gusto! - susurró Kan - No
he dormido, si es eso lo que preguntas. Simplemente he meditado, mantiene
descansado el cuerpo y alerta la mente - casi no podía pronunciar las palabras
del placer que sentía con el ágil masaje de la joven en su espalda - ¿Te puedo
preguntar algo?
La mujer guardó silencio un
momento, estaba disfrutando con su juego, estaba completamente desnuda en una
lujosa habitación con su prometido, eso la hacía sentirse muy mujer. A la par
el joven era un hombre de honor con el que estaba totalmente segura y que,
realmente, no la estaba viendo, así que en la práctica era igual que si ella
estuviera totalmente vestida delante de él charlando amigablemente.
Curiosamente, a parte de su timidez habitual, la situación le proporcionaba una
seguridad en si misma y una feminidad de la que estaba disfrutando.
- Pregunta - contestó al fín.
- ¿Por qué me has mandado que me
diera la vuelta? - y añadió ofendido - ¿Y por qué me has pegado? - después como
si temiese algo añadió - ¿Te he ofendido en algo?
- ¿De verdad no lo sabes? -
preguntó extrañada y sorprendida ¡Si que era inocente como una lechuga!
- Si lo supiera no lo preguntaría
- contestó molesto Kan mientras la mujer notaba que sus músculos se tensaban
incómodos.
- Relájate - ordenó ella, él se
destensó y una sonrisa cruzó la cara de la bella muchacha - No sabes nada de
mujeres - era una afirmación, no una pregunta, después de pensarlo un momento
continuó. - a las mujeres nos molesta que los hombres nos vean desnudas - dijo
al fin.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué? - la sencilla
pregunta alarmó a la joven que interrumpió su masaje... pero continuó después
de un leve gimoteo del joven - Bueno, supongo que nos hace sentir inseguras.
Además un hombre no suele mirar a una mujer desnuda con muy buenos
pensamientos.
- ¡Yo no tengo malos
pensamientos! - exclamó Kan no del todo seguro de que eran "malos
pensamientos" - además no tienes porque sentirte insegura porque te mire
¿Acaso no te miro cuando estás vestida? - La muchacha no sabía si le acababa de
gustar que Kan "la mirase" cuando estaba vestida... pero decidió que
lo decía con buena intención - Eres preciosa, no deberías avergonzarte de ti
misma. Ninguna mujer es tan hermosa como tú.
La sencilla afirmación encantó a
la joven que reaccionó impulsivamente poniéndose de puntillas y lanzando un
beso a la mejilla de Kan desde la espalda. Al ver que este giraba un poco la
cabeza se la sujetó con ambas manos para que mirase otra vez hacia la puerta.
- No soy tan hermosa! - contestó
medio en serio medio en broma Rosana - ¿No crees que Escila es más guapa que
yo?
Kan lo meditó y momento y
rápidamente contestó.
- Sois distintas, Escila es Rubia
y de ojos azules, tú pelo es... - dudó un momento - como la noche iluminada por
las estrellas - la descripción encantó a la joven - y tus ojos son como puntos
negros en los que me hundo cada vez que los miro - Kan sentía algo de vergüenza
al decir lo que sentía, pero sencillamente no encontraba otra forma de
expersarlo - Escila está algo morena por el sol, tú eres blanca como la leche -
y después de dudar un momento añadió - además Escila es demasiado... ¿Cómo se
dice?
- Boluptuosa? - Le ayudó al
joven.
- Sí eso, Bolptosa - contestó
incapaz de pronunciar correctamente la palabra.
- Yo creía que eso era algo que
gustaba a los hombres - dijo interesada la joven sin darse cuenta de que se
había abrazado a la espalda de Kan para susurrarle al oído y escucharle mejor.
- Normalmente sí - contestó él -
suelo escuchar muchos comentarios sobre los distintos tamaños de.. las
boltposas mujeres. - la palabra se le seguía atragantando, lo cual causaba un
visible agrado a la joven - pero yo no le veo un por qué, quizás sea porque soy
aún joven y eso son cosas "de mayores" pero creo que una Samurai es
mejor si no es tan... eso, que si lo es. Debe de estorbar mucho en la lucha!
Rosana no pudo reprimir una
carcajada y le propinó otro beso en la mejilla al joven antes de separarse e
ir, al fin, a vestirse sin poder reprimir un pensamiento "Depende del tipo
de lucha".
Rosana y Kan entraron de la mano
en el gran salón, la madre del muchacho los miraba entre con pena y alegría y
los invitó a sentarse a la mesa. Kazo presidía la mesa y los dos jóvenes se
sentaron en el medio de la larga mesa uno al lado del otro.
- Padre - dijo Kan mientras se
servía una taza de zumo - he estado pensando esta noche - dijo enigmáticamente
- he decidido que sólo hay una forma de acabar con esto - y mirando fijamente
al general de generales añadió - He de ir a luchar contra el asesino
personalmente.
Kazo meditó un momento, había
previsto una acción similar y contestó:
- Eso sería inútil - al ver la
cara del muchacho añadió - cuando acabases con el asesino, otro vendría en su
lugar. Como reza el dicho "Para prender a los bandidos captura al que los
manda." - Kan asintió pues lo conocía - Hay que acabar con el padre de tu
otra... falsa prometida. - después de un segundo añadió - con "Chang, El
Samurai Oscuro"
Rosana se atragantó, no le
gustaba como sonaba eso. Ya había visto las habilidades de Kan y sólo era un
muchacho, un poder similar mal utilizado sería horrible!
- Bien, lucharé contra ese Chang
en combate singular, le venceré y volveré - dijo simplemente Kan mientras
acababa de desayunar - ¿Dónde puedo encontrarlo?
Kazo miró a su hijo, el joven
Samurai creía que todo el mundo cumplía su palabra y su honor, no se daba
cuenta de que algunos seres como Chang hacían uso de las más torcidas artimañas
para conseguir lo que deseaban. Un lijero temor por su hijo recorrió el cuerpo
del anciano Samurai, no sabía si Kan estaría ya preparado para enfrentarse a la
realidad por su cuenta.
- Chang está exiliado en una
pequeña Isla muy al sur. Una zona volcánica muy peligrosa donde él mismo se ha
refugiado. - explicó el anciano Samurai - nunca la hemos atacado pues sería una
perdida inútil de vidas, ningún ejército puede recorrer la zona sin sufrir
graves pérdidas por los nocivos gases y la lava ardiente... eso sin contar que
habría que hacer frente a un ejército de renegados que no tienen sentido del
honor, dispuestos a hacer lo que sea para conseguir la victoria.
- Pero eso es horrible! - saltó
la joven
Kazo asintió con la cabeza, para
él se había guardado que esos renegados eran, en su mayoría, gente engañada y
utilizada, que temía día a día por su vida, pues si fracasaban en una misión
serían ejecutados sin contemplaciones... tanto ellos como sus familias.
- Por desgracia no es posible
erradicar la maldad de la tierra, siempre habrá gente malvada... - Kazo suspiró
- lo único y lo mejor que se puede hacer es enseñar el camino correcto a
cuantas más personas mejor, pues de esta forma los salvarás del camino de las
desgracias, la envidia, el fracaso, la estafa, el asesinato y la deprabación.
Kan continuó pensativo, lo había
decidido, esa misma mañana se reuniría con sus Samurais y formarían una tropa
de élite con la que atacarían el reducto de Chang para terminar con sus
maldades y así se lo dijo a su padre.
- Si tan decidido estás yo mismo
te acompañaré - Rumiko y Rosana temblaron visiblemente - Triplicaré la guardia
de palacio para que cuiden de tu madre y tu prometida, mis mejores Samurais
quedarán aquí junto con Gui para guardarlas, y marcharemos Siete Samurais para
cortar el tema de raíz.
Kan asintió y se iba a levantar
cuando Rosana le tomó la mano "quiero hablar contigo a solas" le
susurró al oído. El joven asintió y después de disculparlos se dirigieron a la
puerta. En el último momento Rosana volvió sobre sus pasos y susurró unas
palabras al oído de Rumiko, la cual asintió e hizo un gesto con la mano, cuando
los dos jóvenes prometidos salían por la puerta principal Gui partía presto a
cumplir las órdenes de la Gran Dama.
Kan y Rosana se dirigieron a los
jardines interiores del palacio. Kan podía sentir la presencia de varios
Samurais de la guardia de palacio escondidos en las sombras. Sin embargo su
entrenamiento incluía la discrección, nada de lo que se dijeran los jóvenes
prometidos sería nunca repetido.
- Temo por ti - dijo al fin la
joven - se que eres poderoso y capaz, pero te vas a adentrar en un terreno
desconocido para ti, donde estarás en desventaja y donde cabe la posibilidad de
que fracases.
Kan sonrió tranquilamente, ese
era un buen resumen de la vida del Samurai. Meses atrás - ¡Parecían años! -
había decidido hacer frente a la vida del Samurai, ya su primer día venció a
los fantasmas del miedo y del fracaso. El sabía que siempre estaban ahí, al borde
del camino, intentando capturarlo para que se rindiera, ahora hacían uso de su
bella amada para que dejara de intentarlo.
- Si no lo intento ya habré
fracasado ¿Lo entiendes? - La joven asintió reconociéndolo - es cierto, siempre
puedo fracasar, nada en esta vida es seguro. Pero nunca me entregaré sin antes
haber luchado con todas mis fuerzas. - Kan hizo una pausa para dejar que la
joven comprendiera - Me hice una promesa a mi mismo hace mucho tiempo de que
así actuaría siempre. - después de otra pausa añadió - Se que arriesgo mucho,
mi apuesta es muy alta amor mío - La joven quedó paralizada por las palabras y
escuchó atentamente - me juego mi propia vida, si fracaso la perderé... si
obtengo el éxito te ganaré a ti. Y contigo la felicidad de toda una vida - El
Comandante Samurai la miró directamente a los ojos - Sin riesgo no hay
beneficio. - ella asintió calladamente - La recompensa vale la pena - él sonrió
ligeramente - me arriesgaré y triunfaré.
Rosana entendió muchas cosas en
ese momento. Sólo gracias a un continuo arriesgar Kan había conseguido llegar a
ser lo que era actualmente. En un principio se habría arriesgado a triunfar y a
cambiar. Seguramente habría sufrido desprecios y burlas por trabajar para
cumplir sus sueños. Poco a poco había ido consiguiendo pequeños logros que le
habían forjado como hombre y como Samurai.
La joven, por un momemto, volvió
a ver al hombre escondido en el niño y supo que estaba ahí, esperando a aflorar
cada vez más poderoso y seguro de si mismo.
- Entonces te ayudaré - contestó
ella al fin posando sus labios suavemente sobre los de él.
Poco después se encontraban en
las habitaciones donde habían pasado la noche, sin darle ninguna explicación la
joven le había arrastrado corriendo hasta ellas. Al llegar había mirado a su
alrededor y sonreído. Después cerró la puerta detrás de ellos y atrancó la
puerta con el cerrojo. Kan estaba anodadado y no sabía como reaccionar. Ella
tomó una toalla de encima de la cama y se la arrojó al pecho, el joven la tomó
en el último momento y la miró extrañado.
- Desnúdate - dijo ella riéndose
pícaramente.
El joven Samurai quedó pasmado
por la insólita petición. Sin embargo, acostumbrado a obedecer y a actuar
empezó a desabrocharse la parte superior de su kimono. En el último momento
sonrió como si se acordara de una antigua broma y dijo:
- De acuerdo, pero date la vuelta
Ella sonrió, medio indignada
medio divertida, pero cumplió su petición, aunque Rosana, más astuta por
naturaleza miró al joven utilizando para ello el reflejo de uno de los dorados
adornos de las paredes mientras su sonrisa pícara aumentaba por momentos. Lo
que más le sorprendió fue la gran cantidad de armas que el joven guardaba entre
los plieges de su Kimono Samurai. Cuando acabó le dijo sencillamente.
- Tápate con la toalla
El joven tomó la toalla y se la
enroscó en la cintura. Un segundo después extrañado por el detalle de que la
mujer supiera exactamente en que momento había terminado la miró y buscó con la
mirada por la habitación. Poco tardó en darse cuenta del engaño de la mujer y
se rió ante su astucia haciéndole una seña por medio del reflejo.
Rosana se rió abiertamente y puso
una sonrisa de "te gané" a la par que se daba la vuelta.
- Ahora métete en la bañera -
ordenó señalando.
Kan miró una gran bañera de
bronce que había sido situada en una esquina de la habitación junto a una
mesita repleta de hierbas, se fustigó mentalmente por no haberla advertido, de
haber sido un enemigo los habría matado a los dos. Sólo entonces se dio cuenta
de lo mucho que había relajado su defensa en los últimos minutos.
Kan tanteó el agua con su mano
¡Estaba ardiendo! miró de reojo a su prometida pero su postura no admitía
replicas. Suspiró y metió una pierna en el agua, después de dudar un segundo
dejó que la toalla deslizase entre sus piernas y se posara en el seco suelo, él
no tenía los mismos prejuicios de la joven, sólo había querido darle a probar
una muestra de su propia medicina. Arggg ¡El agua estaba realmente ardiendo!
- ¿Prentendes guisarme? -
Preguntó el joven
Rosana sonrió como única
respuesta, a la par que tomaba una pequeña esponja marina y la untaba con una
pastilla de un agradable jabón. Después empezó a frotar al joven con la esponja
para limpiarle y masajearle al mismo tiempo.
- Te has pasado toda la noche
despierto - susurró ella - tus músculos están tensos y resentidos, necesitan un
poco de descanso si vas a afrontar una batalla - razonó ella - necesitarás
estar al tope de tus posiblidades ¿Verdad?
- Tienes razón - contestó él
relajándose - pero podías haber esperado a que se enfriase un poco el agua no
crees?
- No! - contestó ella
enérgicamente - este calor ayudará a relajarse a tus músculos, mira - señaló -
tú piel ya está roja, eso indica que tu sangre está fluyendo con más libertad,
limpiando tu cuerpo por dentro y nutriéndolo - explicó ella - yo que estaba
segura que un fornido samurai como tú no tendría problemas en aguantar un
poquito de agua caliente - se burló
- Y no lo tengo! - se defendió
ofendido - Sólo había sido un comentario. - refunfuñó.
- Además - siguió como si él no
hubiera dicho nada - en esa isla habrá mucho calor, necesitas tener los poros
muy limpios para poder sudar adecuadamente y no desmayarte por el calor. - dijo
mientras le frotaba la espalda.
- ¿Cómo sabes tanto de medicina?
- preguntó él directamente.
- Desciendo de una larga familia
de médicos y herbalistas - ante la mueca del joven ella aclaró - mi padre es
"la obeja negra de la familia" - en vez de utilizar las plantas para
curar... ¡Prefiere cocinarlas y comérselas! - una carcajada surgió de la joven
como si fuera una vieja broma familiar. - si hicieras un poco de memoria
recordarías que mi madre es la que se encarga de efectuar los primeros auxilios
a los samurais en la batalla.
- No lo sabía - contestó
honestamente Kan - nunca he acudido a una batalla con el ejército - calló un
momento para tragar saliva - hasta hoy.
Rosana se preocupó por este
hecho, pero ahora ya nada podía hacer para cambiar la decisión de Kan... menos
apoyarle y ayudarle en todo lo posible.
- No importa - le dijo ella
besándole la mejilla - seguro que lo harás de maravilla - y antes de que el
pudiera contestar hundió su cabeza en el agua de un tirón!
Kan pataleó y tiró hasta que al
final sacó la cabeza del agua, no había podido tomar aire e instintivamente
había tragado un buen bocado de agua.
- ¡No te entiendo! - dijo al fin
- primero me besas y luego me intentas matar - añadió ofendido - ¿Me quieres o
me odias?
Rosana quedó fría ante la directa
pregunta del joven, no pensaba que fuera a hacerle esa pregunta tan
directamente, avergonzada metió otra vez la cabeza de Kan bajo el agua, pero
esta vez el estaba preparado y pudo aguantar la respiración durante el minuto
que la joven, distraída en sus propios pensamientos, lo mantuvo en esa
posición.
- No te odio - le dijo al fin sacándolo
del agua - y si me comporto así... - dijo seductora - es sencillamente porque
soy una mujer. - Le había dado una respuesta lo suficientemente buena, razonó
ella, no decía nada ¡Y decía mucho!
Kan quedó pensativo unos momentos
recostado relajado contra la bañera mientras Rosana le lavaba el pelo con un
suave masaje en la cabeza que hacía sus más gratas delicias. Por lo que sabía
podía ser que el minuto siguiente estuviera otra vez bajo el agua, así que
decidió que lo mejor era disfrutar cada segundo agradable y procurar no salir
mal herido de los ataques de genio de la mujer. Estaba decidido a disfrutar
todo lo posible esos momentos. Después de todo cabía la posiblidad de que estos
fueran sus últimos momentos juntos. Kan era inocente, pero no iluso, como
samurai entrenado tenía plena conciencia de que podía morir en sólo unas pocas
horas bajo el filo de una Katana enemiga. No permitiría que pequeños detalles
sin importancia estropeasen ningún momento de su vida.
No tanto lo era la joven Rosana
que, quizás por su juventud, creía que aún le quedaban largos años de vida, de
no haber sido así quizás se hubiera entregado a disfrutar esos instantes con la
misma intensidad del joven y sabio samurai.
Después del baño caliente, la
joven tumbó a Kan boca abajo en la cama y, sentándose sobre él con suavidad,
empezó a masajearle primero la espalda, seguido de la cabeza, los brazos y los
músculos. Al principio de una forma suave, casi acariciándolo, para a
continuación ir aumentando la presión hasta relajar y destensar todos los
músculos del joven.
- Estoy en la gloria - logró
balbucear el joven.
- Cuando acabe - dijo sonriendo
la chica - te encontrarás totalmente descansado y sin tensiones, como si fueras
un "nuevo Kan" recién sacado de su envoltorio.
- Eres maravillosa - balbuceó por
respuesta Kan
- Gracias - contestó ella
sencillamente - sólo quiero que vayas a la batalla al máximo de tus
posibilidades, ya que yo no voy a poder estar a tu lado para curarte las
heridas y.. - después de tragar saliva nerviosamente añadió - como no puedo
parar las Katanas por ti. Al menos puedo ayudarte para que ningún músculo te
falle y a que no sufras fatiga mientras peleas.
- Eres maravillosa - repitió
sencillamente el joven guerrero.
- Si tanto me lo repites me lo
voy a creer! - replicó ella contenta. Después venciendo su timidez se tumbó
como una ligera pluma sobre la espalda de su protector y lo acarició
suavemente... quizás no volviera a verle vivo nunca más pensó y cerró los ojos
disfrutando del suave aroma del joven.
Tres bruscos golpes sonaron en la
puerta. Antes de que el primero acabase de sonar, Kan ya había abierto los
ojos, se había despertado y había analizado la situación. Estaba en la
habitación más profunda de palacio, se había quedado dormido durante el masaje
que Rosana le había dado. La joven estaba tumbada sobre él, aún dormida. La
habitación, a parte de ellos, estaba vacía, había alguien detrás de la puerta y
sus armas estaban a más de 3 metros de él.
Kan se reprendió cuando sonó el
segundo golpe. Podía ser un enemigo, de un movimiento se libró de Rosana, la
cual se despertó de su duermevela, y dando una voltereta saltó hacia sus armas
agarrando su espada Katana. Con el tercer golpe se puso en posición delante de
la puerta, listo y apuntó con su arma preparada en situación de lucha y...
según se dio cuenta en ese momento ¡Totalmente desnudo!
Descartó este último pensamiento
de su mente y lo centró en lo importante ¿Sería un ataque?
- Kan - gritó una voz detrás de
la puerta - tu hora ya ha llegado.
El joven Comandante se relajó,
sólo era Gui, el servicial Samurai, que le avisaba de algo... intentó rebuscar
en su mente para saber que era pero su memoria aún estaba nublada por el sueño.
- ¿Para qué? - preguntó
directamente el joven.
- Para partir hacia la isla de
Chang. - contestó detrás de la puerta la voz - en 30 minutos partís. - dijo
directamente - y luego desapareció por el pasillo para no molestar más a los
jóvenes.
Kan relajado se dio la vuelta con
la Katana en su mano derecha apuntando hacia el suelo.
- ¿Me vas a atacar? - Sonrió
pícaramente la muchacha mirando al comandante desnudo con su katana en la mano.
Kan se miró de arriba a abajo y
estalló en carcajadas.
- Vuelve sano - dijo simplemente
Rosana posando un beso en la mejilla del joven.
Él se volvió y la besó, esta vez
en los labios. No sabría decir que le impulsó a hacerlo pero Rosana le devolvió
el beso con amor.
- Lo haré - afirmó él soltándola,
aunque no pudo aplacar la sensación de tristeza que anidaba en su corazón.
Cierta sensación de temor por su vida... y un gran descontento por estar lejos
de quien amaba.
- ¿Me lo prometes? - preguntó
ella dudando
- Te prometo que haré todo lo que
pueda por conseguirlo - respondió con sinceridad, ella sonrió y le dejó partir.
Kan miró al frente, su padre
estaba en su cuádriga esperándole sobre el camino, debajo de los escalones las
huellas de su padre se veían claramente sobre la tierra batida. A su espalda
estaba Rosana y a su izquierda, protegiéndola, Gui, el más experto Samurai en
camuflaje y hombre de confianza de su padre.
Kan se lanzó al aire para cruzar
de un salto los escalones, tal y como tenía por costumbre, para ir a aterrizar
directamente sobre la tierra batida al pie de los mismos.
En ese mismo momento Kan supo que
algo iba mal. Esa tierra Nunca había estado batida, siempre había estado
aplastada por el frecuente tráfico de palacio. Un segundo antes de caer torció
la cabeza en el aire y gritó:
- Gui ¡Actúa! - eso fue todo lo
que pudo decir antes de tocar el suelo. Instantáneamente una red le redeó surgiendo
del mismo suelo.
Gui reaccionó como el rayo,
instantáneamente alzó su capa tapando a la joven... un parpadeo después el
lugar ya estaba vacío. Kan sabía que Rosana ya estaba a salvo, miró para arriba
y vio como dos Samurais Oscuros tiraban de unas cuerdas casi invisibles
acercándole a una velocidad increíble.
Kan no podía mover las manos ¡Ni
el cuerpo! La red le tenía cogido con fuerza y nada podía hacer para defenderse
en ese momento. Kan escuchó un grito detrás de él. Su padre ya estaba en plena
acción, de un increíble salto se lanzó contra los renegados que estaban
raptando a su hijo... para quedar incrustado a medio camino entre unas cuerdas
invisibles estrategicamente colocadas.
Kan sintió como tiraban de él
entre los dos. Cargado como un saco de patatas se debatió inútilmente mientras
sus raptores corrían sobre el techo del palacio.
Kazo, de un solo movimiento de su
Katana, se libró de las cuerdas que lo sujetaban y corrió detrás de los
captores, no se atrevió a lanzar ninguna estrella Shuriken por miedo a herir a
su hijo así que intentó alcanzar a los perseguidores.
Quizás de haber sido un recorrido
más largo habrían sido alcanzados, pero sólo necesitaban correr unos metros
hasta el rápido río que cruzaba por el ala este del palacio. Los dos asesinos
se lanzaron hacia el río y nadaron, aún con el joven cazado en la red, hacia
una rápida barca situada en la orilla.
Kan creyó haberse roto la columna
cuando un tablero le golpeó la espalda al ser descargado en el suelo de la
balsa. Al momento siguiente los dos samurais renegados y su presa ya estaban a
cientos de metros río abajo gracias a su rápida corriente.
Kazo, abatido, sólo pudo
contemplar como dos rufianes se alejaban en el horizonte con su hijo. Su única
satisfacción fue pensar que, aunque podían correr más que él, sabía
perfectamente hacia donde se dirigían.
Kan agradeció estar boca arriba,
desde su posición podía contemplar a sus dos guardianes, y aunque nada podía
sacar de sus caras pues estaban tapadas con horribles máscaras sangrientas, si
pudo ver que estaban totalmente concentrados en dirigir la rápida y frágil
barca a través de los peligrosos rápidos del río. Kan deslizó sus brazos a su
espalda buscando algún saliente en la madera, al no encontrarlo intentó
deslizar un shuriken de su manga, sus esfuerzos le llevaron casi cinco minutos
de intentos, pero al fin pudo tomar la afilada estrella y utilizarla para ir
cortando, una a una, las miles de finísimas cuerdas que formaban la red que le
inmovilizaba.
El trabajo no tenía nada de fácil
pues el arma estaba diseñada para penetrar y aunque tenía una punta fina y
penetrante, su filo era casi inexistente, el joven se recriminó por no haber
escogido otro tipo de estrella, pues las había que si eran cortantes, pero
esas, por ser más difíciles de utilizar, las había dejado de lado en sus
entrenamientos y a la larga no se había acordado más de ellas.
Ya habían salido a mar abierto
cuando uno de sus captores se dio cuenta de que la red cada vez estaba más
floja en ciertas zonas del cuerpo del joven. Sin ninguna piedad agarró el remo
y golpeó con fuerza la cabeza de su rehén. Kan se sumió en las profundidades de
la inconsciencia sin que nada pudiera hacer.
Cuando despertó una bellísima
joven le limpiaba cuidadosamente la herida de su frente. Kan intentó aclarar su
vista y vio una faz blanca remarcada por unos ojos verdes penetrantes. Sus
cabellos eran rubios como la arena y toda ella estaba cubierta con una túnica
de seda semitransparente.
- ¿Cómo estais mi Señor? - la voz
suave como la cálida arena surgía de unos labios sugerentes y estaban
acompañados por una mirada que decía muchas cosas... por desgracia Kan aún no
era capaz de leer correctamente lo que esos ojos querían decirle.
Kan recordó lo acahecido, su
primer pensamiento fue que había sido rescatado y asignado a los cuidados de la
bella joven.
- ¿Me han rescatado mientras
estaba incosciente? - preguntó
- Sí, le hemos rescatado mi Señor
- contestó la joven beldad - pero temo que no de lo que Usted piensa - mientras
esto decía acababa de curar la fea herida del joven.
Kan reaccionó y apartando
suavemente la mano de la joven se sentó y miró a su alrededor.
Ante sí tenía una bella playa de
finísima arena, las palmeras lucían hermosas dejando entrever un cielo azul y
un sol reluciente. Daba la impresión de ser un paraíso sin límites... pero algo
no encajaba en la escena.
El Comandante Samurai se fijó
entonces en la figura de un hombre maduro de rubios cabellos que estaba apoyado
contra una palmera. Su porte era seguro y orgulloso, vestía un Kimono negro
adornado con unas tiras rojas transversales. Sus ojos eran verdes y miraban
profundamente, su cara lucía una sonrisa amistosa... que no engañó al joven
samurai, pues vio que la sonrisa no se reflejaba en sus ojos, al acecho,
vigilantes.
En la cintura del hombre lucía
una Katana lujosamente adornada, su vaina estaba recubierta de todo tipo de
piedras preciosas como si de galardones se trataran, sin embargo Kan no fue
capaz de identificar ninguno de los galardones y pensó que estaba en exceso
adornada, como si pretendiera impresionar a alguien.
El hombre lanzó una mirada rápida
a la joven, la cual se acercó más al joven Samurai y, arrodillándose a sus
pies, le ofreció una copa con algún tipo de caldo. En un acto reflejo Kan tomó
la copa para beberla, sin embargo antes la olió, identificando algún tipo de
licor disuelto en el mismo, por lo que mojó los labios sin llegar a tomarse el
contenido ni a meterlo en su boca, tal y como le había enseñado a hacer Omius
en cierta ocasión. Después alargó la mano para devolver el recipiente a la
joven chocando "por accidente" con sus manos y tirándolo al suelo de
tal forma que todo el contenido cayó en la arena sin que nadie pudiera saber si
había bebido realmente.
La reacción de la muchacha le
impresionó, la seguridad en si mismo se disipó en un instante y como si fuera
culpable del peor de los delitos se arrojó al suelo intentando inútilmente
rescatar la bebida del suelo repitiendo "perdóneme, perdóneme"
Kan escrutó al hombre, el cual
estaba dirijiendo una mirada fulminante a la joven, más cuando advirtió que Kan
lo miraba retornó a su mueca anterior. Esto confirmó las sospechas de Kan quien
decidió arriesgarse lanzando un golpe al aire.
- Ha sido culpa mía Chang, no
regañes a tu hija por ello - y estudiando la reacción de ambos añadió - después
de todo mi verdadera - recalcó la palabra - prometida es la más hermosa de las
mujeres - dijo ayudando a levantarse del suelo a la joven.
Kan guardó hasta el último
vestigio de información que la cara del hombre le ofreció, primero lució
increíblemente sorprendido, después una máscara de increíble astucia y maldad
cubrió su rostro, finalmente la victoria y el orgullo de saberse en una
posición de ventaja cubrió su cara. Sin embargo aún no dijo nada, obviamente
estudiando al joven.
La chica estaba visiblemente
complacida por el comentario, era obvio que realmente era la hija del hombre,
sus ojos le habían hecho sospechar, igual que el color del pelo y la forma de
la mandíbula. Parecía un ser bello y malvado, sin embargo también su alma
estaba totalmente atemorizada, Kan se sabía observado, sabía que su reacción
podría costarle la vida o la muerte y decidió seguir el juego para hacer
confiar al hombre, esperó no haberlo juzgado mal y decidió "cruzar el mar
confundiendo al cielo", era una estrategia arriesgada, tendría que crear
una ilusión para poder encontrar el momento de escapar. Así que cogió a la hija
de Chang por los hombros y la contempló profundamente, su pelo dorado era largo
y suave, comprobó el joven acariciándolo. También era suave su tez, toda una
beldad como diría Gr'anSan, el viejo Sabio. "Ningún hombre puede cruzar el
desfiladero de las beldades" le habían dicho en cierta ocasión ¿Había sido
el anciando clérigo? No importaba, en unos segundos ya se había fraguado un arriesgado
plan en la mente del joven, quizás lograse salir con vida de la situación, sino
se libraría para siempre de la amenaza de Chang aunque le costase la vida!
- Sí señor, es muy bella tu hija
Chang - contestó Kan con sinceridad contento de no tener que mentir.
- ¿Te parece una buena esposa? -
contestó el aludido al fin, las cosas estaban saliendo mejor de lo que había
pensado, pero después de todo estaba seguro de que la belleza de su hija sería
aliciente suficiente para cualquier hombre, igual que el poder y las riquezas
que tendría quien se casara con ella.
- Sin duda - replicó el joven -
el hombre que se case con ella será muy afortunado - contestó de forma
disimuladamente evasiba - es bella, servicial, delicada y sin duda tendrá una
extensa dote ¿Verdad? - dijo mirando a su enemigo directamente.
- Sin duda - replicó este animado
- estaba seguro de que reaccionarías así. Siempre pensé que el hijo de Kazo
habría de ser un muchacho inteligente. ¿Quién rechazaría poder, riquezas y
placer sólo por unas tontas normas morales?
- Sí ¿Quién lo haría? - contestó
inteligentemente Kan, por supuesto que él no lo haría! Pero el joven samurai
sabía que el Ladrón siempre cree que todos son de su condición y se limitó a
dejar que Chang se engañase a si mismo.
- Perfecto, perfecto - rumió
Chang - Esto es lo que te ofrezco Kan, mis dominios - dijo abarcando el terreno
con el brazo - mi fortuna - pronunció lanzando una bolsa llena de diamantes al
muchacho que la abrió y miró asombrado, cosa que complació al Samurai Oscuro
pues creyó ver codicia donde sólo había sorpresa - y mi hija... - dijo
señalándola - para que hagas con estas tres cosas lo que te plazca.
El joven miró a la muchacha para
ver como reaccionaba, la cual le respondió con un gesto sugerente.
- Sabía que por tu edad sería
esto último lo que más te interesaría - después de un momento añadió - no te
preocupes, sólo tendrás que tomarla por esposa y podrás disponer de ella como
te plazca, igual que de todas las mujeres de la isla. Incluso podrás matarla si
lo deseas - el malvado ser asqueaba al puro Kan que intentaba darle la espalda
aparentando mirar a la joven para que el despreciable ser no pudiera ver su
rostro - La verdad Kan. Creí que sería más difícil convencerte, pero veo que
eres inteligente. Si yo estuviera en tu lugar sin duda haría lo mismo que tú -
dijo apoyando su mano en su hombro.
Kan estuvo a punto de tirar de
esa mano y acuchillar a ese despreciable hombre con su puñal, pero no le
pasaban desapercibidos la docena de arqueros apostados sobre las palmeras y
decidió que ese no era un buen momento para morir.
- ¿Qué es lo que tendré que
hacer? - Pronunció al fin Kan
- Sígueme, te lo enseñaré -
contestó Chang partiendo.
El joven comandante siguió sus
pasos, pero una pequeña duda surgió en la mente del Samurai Oscuro, había sido
muy fácil, estaba convencido de que le conseguiría pero... había sido demasiado
fácil. Podía ser un engaño. Por supuesto no quería mostrar sus dudas en voz
alta, esto podría causar la pérdida del joven pero sí pedir un pequeño gesto,
un gesto insignificante que mostrara la corrupción del alma de Kan. Se frenó en
seco, sacó una daga de entre su ropa y se la tendió al joven que miraba el arma
sorprendido.
- Mata a mi hija - dijo
sencillamente y para reforzar la orden añadió - o yo te mataré a ti primero y
luego a ella.
Kan palideció, la maldad de ese
hombre era impensable, su alma parecía formada por retazos de porquería, en ese
momento el joven comprendió que el "Samurai Oscuro" estaba totalmente
loco... pero era increíblemente inteligente. Si ahora se negaba sin duda
moriría, pero no podía matar a la chica aunque de haberlo hecho habría sido
liberada de su loco padre.
Kan tomó el puñal con aparente
decisión, tenía que pensar una salida a esta situación. Manejó las opciones:
Si mataba a la joven, ya no
podría ser un Samurai nunca más, seguiría vivo pero perdería su honor y no
podría mirar a la cara a los seres que amaba.
Si no la mataba sin duda el
moriría, y luego ella también moriría! Su negativa sería en vano.
También podía intentar atacar a
Chang, quizás pudiera herirle, aunque dudaba poder matarle antes de caer
abatido por el sin número de flechas que dispararían contra él. Chang conocía
esta baza y por eso se sentía tan seguro, quizás incluso portase una armadura
debajo del kimono, una cota de mallas que le protegería de Shurikens, puñales y
flechas.
La tensión era horrible, cuatro
pasos más tarde ya había llegado a la chica, esta estaba horriblemente pálida
de puro terror, sus ojos estaban casi desencajados de sus órbitas, quizás si
hubiera huído habría podido salvar la vida... no, está claro que entonces sería
abatida por los arqueros. Kan notó la horrible tensión en los músculos de su
espalda, la misma espalda que horas antes había masajeado Rosana, ansiaba estar
allí a kilómetros de distancia, seguro en el palacio cuando de repente...
Antes de pensar más Kan actuó,
pasó rápidamente el puñal a la mano izquierda e imitando a un bandido que había
visto en cierta ocasión agarró a la muchacha por el pelo. Odiaba tener que
hacer esto pero era la única forma de salvar sus vidas y era un mal menor
comparado con la muerte. Tirando del pelo de la joven y apoyando su puñal
contra su estómago le retorció la cara para que no pudiera mirarle a los ojos y
la besó en un amago de brutalidad fingida que esperó pareciese lo más real
posible, después la tiró sobre la misma sábana sobre la que minutos antes ella
le había curado la herida e intentando no vomitar por el horror que sentía
empezo a deslizar el puñal debajo de las ropas de la joven.
- ¡MÁTALA! - Gruñó Chang
entusiasmado - ¡MÁTALA Y TODO ESTO SERÁ TUYO!
Ante la sorpresa del samurai
oscuro, Kan no hundió el puñal en la joven, sino que lo levantó rasgando sus
vestiduras y mostrando su desnudez.
- ¿QUÉ HACES? - Gritó Chang - No
te demores ¡MÁTALA!
- TE QUIERES CALLAR VIEJO LOCO -
Gritó Kan indignado por la cólera, rápidamente rectificó intentando sonar lo
más amenazador posible, cosa que le fue fácil gracias al odio que sentía contra
ese ser inmundo - ESTÁS LOCO SI CREES QUE MATARÉ A ESTE MANJAR ANTES DE HABERLO
DISFRUTADO UN BUEN RATO ¡¡¡IDIOTA!!! - Lágrimas de cólera e indignación
recorrían la cara del joven, sin embargo el silencio que surgió detrás de él le
hizo pensar que su plan había dado resultado.
A su espalda Chang estaba
complacido y horrorizado al mismo tiempo. Él mismo había sugerido que lo que
más tentaba al joven de su oferta era la posibilidad de poseer a la hermosa
beldad, esta había sido su primer y más importante baza y en un descuido casi
la había perdido! Si Kan cumplía su orden y la mataba podía ser que perdiese su
baza más importante y al chico. El aparente intento de violación del joven le
había convencido de que tenía que conservar a su hija viva, además si moría no
habría matrimonio legal y las posesiones heredadas de Kan no serían suyas tal y
como había planeado! Chang no era capaz de comprender el ataque de locura que
le había estado a punto de costar su mejor baza. Hechó a correr hacia la pareja
y agarró al joven.
Kan ya no podía seguir fingiendo,
la cólera era mayor de lo que podía aguantar, cuando sintió que Chang le tocaba
lanzó un empujón hacia atrás con su puñal que golpeó en un brazo a su
contrincante, este saltó hacia atrás aparentemente indemne y dijo:
- Tranquilo muchaho, no tienes
que matarla, no hace falta, has superado la prueba - aseguró - puedes quedarte
con ella y podrás tomarla todas las veces que quieras, pero ahora tranquilízate
y marchémonos de aquí.
Kan quedó paralizado, ya estaba
dispuesto a morir y la situación había cambiado completamente, una zona de su
cerebro le dijo que su estrategia había dado resultado y otra parte le informó
que la cara de terror de la joven debajo de él le asaltaría en sus peores
pesadillas durante la noche. Lo único que le tranquilizaba era el saber que
había logrado salvar la vida de la hija de ese loco.
Chang dejó que el joven, a cuatro
patas sobre la arena se tranquilizara. Pensó que tenía una gran debilidad por
las mujeres si había decidido arriesgar su vida sólo por tomar una vez a una
mujer. Chang en la oscuridad de su corazón, hundido en su propia deprabación no
podía entender que las lágrimas de Kan eran de indignación y no de cólera, y
que su acto había sido una muestra de pureza y valor, pues se había jugado su
propia vida para salvar la de una total desconocida que, sin duda, no habría
dudado en apuñalarle sin parpadear.
- ¿Por qué me quieres a mi? -
Preguntó más tarde el joven comandante al ser perverso llamado Chang.
- Eres mi medio para salir de
esta isla - explicó - tu padre ha sido para mi el carcelero perpetuo, si
saliese de mis dominios me abatiría con sus ejércitos. Por su culpa no puedo
dejar que mis ejércitos arrasen libremente los pueblos, no puedo gobernar a mi
placer las tierras y no puedo ofrecer nuevas mujeres a mis hombres para
pagarles su lealtad.
Kan estaba asqueado al escuchar
las palabras de su adversario, pero escuchó atentamente, debía conocer el mal
para poder combatirlo igual que había hecho su padre durante toda su vida.
- Cuando te cases con mi hija -
continuó Chang - uniremos legalmente el impero de tu padre con mis dominios.
Entonces, tarde o temprano, tomarás el mando sobre todas las tierras y yo
reinaré en tu nombre
Kan le miró asombrado, su plan
era de locos, irrealizable! Los Samurais seguían a su padre por lealtad y amor.
Nunca acatarían las órdenes de un ser despreciable como Chang. El honor es el
principio de todo Samurai!
- Por tu mirada veo que ves la
inteligencia de mi plan - comentó el loco que vivía en su propio mundo de
ilusiones mentales - si algún samurai se niega a seguirme lo mataré igual que
hago con los que fracasan en mi ejército. Y aquel que exprese la más mínima
duda será expulsado de mi ejército y todas sus posesiones pasarán a formar
parte de mi tesoro personal - y en un alarde de cordura añadió - pero no te
creas que te seré desagradecido Kan, por tus servicios llevarás una vida
cómoda, llena de riqueza y sin responsabilidades. Te sobornaré con las más
hermosas mujeres y tendrás increíbles tesoros, sólo comerás los más deliciosos
manjares y no tendrás que preocuparte por nada.
- Si alguna mujer tiene un
embarazo que no es de tu agrado sólo habrás que hacer como yo - dijo
macabramente - mandarla matar o, por el contrario, abortar, para poder
disfrutarla otra vez hasta que te canses de ella. - despues miró con una
asquerosa mueca al joven que estaba asqueado a punto de vomitar - Todo en este mundo
está para que lo utilices, mujeres, dinero, placer, sólo está ahí para
satisfacerte, serás más poderoso si lo tomas - y riéndose histéricamete cayó al
suelo presa de un ataque de locura.
Kan no sabía que hacer, Chang
estaba tirado a sus pies, loco, retorciéndose en extraños movimientos hasta que
al fin se levantó.
- Mira y aprende como organizo yo
a mi ejército joven yerno.
El campo de entrenamiento era un
enorme círculo de piedra natural por el que corrían pequeños ríos de lava. Los
Samurais Renegados luchaban salvajemente entre ellos con un salvajismo
antinatural. Kan impresionado pensó que una reyerta se estaba produciendo,
quizás sería su momento de escapar. Después de mirar al desalmado que tenía a
su lado se dio cuenta de que era algo normal, quizás una sesión de
entrenamiento común y corriente.
- Como ves son todos novatos -
proclamó Chang - están intentado sobrevivir para alistarse en mi ejército - El
joven le miró impresionado y escandalizado, tal y como él había pretendido -
mis técnicas no son tan blandas como las de tu padre, querido yerno. Yo sólo
admito a los mejores entre mis filas - rió - todos los que se alistan en mi
ejército lo hacen bajo promesas de riquezas y mujeres sin paragón. - después de
un momento continuó - sin embargo para ello primero han de entregarme todas sus
posesiones - afirmó categóricamente - después lucharán a vida o muerte entre
ellos, sólo uno de cada veinte tiene éxito y pasa a formar parte de mis
exquisitas filas, el resto - dijo quitándole importancia con un gesto - muere o
como poco queda desfigurado o mutilado. Sólo a cambio de un rescate pagado por
sus familiares permitimos que retorne vivo a su región.
Kan le miraba con los ojos
totalmente abiertos, no podía creer lo que oía, ese hombre arruinaba la vida de
todos los que tomaban contacto con él, los que así lo hacían perdían sus
posesiones, su honor y en muchos casos, la vida.
Era más peligroso aún de lo que
había creído en un primer momento.
- ¿Qué haces con el dinero que
recaudas? - preguntó Kan
- Oh! No creas que lo tiro
ayudando a otros como hace tu padre - comentó - lo utilizo para aumentar mis
posesiones y cubrir de oro a aquellos que regresan con éxito de las misiones
que les mando. - después de un momento de duda añadió un ejemplo - De los dos
hombres que te trageron hasta mí, a uno le pagué su peso en oro y ahora tiene
una fortuna suficiente para vivir cinco vidas opulentamente... si no lo
desperdicia como seguramente hará.
- ¿Y el otro? - Preguntó
inocentemente el joven
- El otro fue ejecutado - dijo
como si no tuviera importancia - mis órdenes eran claras, traerte ileso. El muy
imbécil te irió con el remo incumpliendo mis órdenes y pagó el error con su
vida - después sonriendo añadió - también todas sus posesiones han sido
confiscadas, incluidas sus mujeres jóvenes. Las que eran demasiado viejas, como
su madre, han sido pasadas por la cuchilla - y reafirmó sus palabras
gesticulando como el mismo degollaría a una persona.
Kan estaba horrorizado, ese
hombre despreciable estafaba y asesinaba a sus propios soldados. Gobernaba por
el miedo, no comprendía como nadie podía seguirlo... pero después de mirar
atentamente la escena que se desarrollaba debajo de él comprendió que todos los
miembros de su ejército eran tan despreciables como él, deseaban poder y riquezas,
sin importarles los medios para conseguirlos. El camino del robo, la estafa y
la rapiña era un camino rápido... pero acabaría trayendo la desgracia del que
lo siguiera. Hasta ahora Chang había conseguido sacrificar a otros para
salvarse a si mismo pero su suerte estaba a punto de terminar.
- ¿Nunca se ha revelado ningún
soldado? - preguntó el joven
- Sí, en muchas ocasiones -
reconoció Chang sin importarle - de vez en cuando algún comandante se sentía
engañado, antes trabajaba más en las sombras - explicó - predicaba buena
voluntad y con el tiempo iba, poco a poco, corrompiendo a mis soldados. Eso me
permitía actuar en terrenos abiertos sin tener necesidad de estar escondido
como estoy ahora - después de un silencio dramático añadió - tu padre fue uno de
esos soldados, el creyó todas las paparruchas que le dije sobre el honor,
parece que ya las llevaba dentro, pero cuando quise corromperle creó una
rebelión, me traicionó en nombre de ese estúpido honor y - comentó con una
mueca de desagrado - creó el imperio que ahora regenta expulsándome a esta
isla, el único lugar seguro que existe para mi. Ahora actuo directamente,
escojo sólo a los seres más deprabados para enseñarles una parte de las artes
samurais.
Kan miró extrañado al hombre
-¿Por qué sólo una parte? -
preguntó el joven
- Así me es más facil
controlarlos - explicó el estúpido ser - me conservo más poderoso que ellos
para que me teman.
- Pero si les enseñas todo lo que
sabes tu ejército sería mucho más poderoso - replicó el Comandante Samurai -
¿No te beneficiaría eso más aún? ¡Así es como trabajamos en el campamento! Lo
enseñamos todo, de esta forma al crecer el poder del individuo crece el poder
del equipo!
- Eres imbécil - le espetó Chan
directamente - si les enseñas todo lo que sabes podrán volverse contra ti y
matarte para tomar el mando. Aún eres muy joven para comprender.
El verdaderamente idiota era el
maligno Chang, no comprendía que la lealtad de los hombres se conseguía por
medio de unos actos justos y un honor increbrantable. No era capaz de
comprender que para recibir primero hay que dar. En su egoísmo sólo se
debilitaba y eso causaría su caída.
- Ahora serás tú quien ha de
pelear - dijo de repente el retorcido ser
- ¿Qué? - preguntó atónito Kan
- Sí, has de pelear contra 20 de
mis comandantes, si matas a alguno tomarás su puesto en mi ejército. - despues
añadió - Si mueres mis planes se verán frustrados, tendré que matar a mi hija,
pues ya no me será de utilidad y planear alguna otra forma de conquistar el
imperio de tu padre - dijo resignado - pero no permitiré que un débil forme
parte de mi ejército.
Kan tragó saliva, el viaje había
sido algo horrible y las últimas horas habían sido agotadoras para él. Intentó
despejar su mente y midió el estado de sus músculos. En ese momento agradeció
infinitamente los cuidados de Rosana, gracias a ellos tenía los músculos
totalmente descansados y en forma, su agotamiento sólo era mental, con tres
minutos de relajación estaría perfecto.
- Sígueme, te espera el triunfo o
la muerte en mi casa de reposo, ahí te batirás en duelo. - A una orden del
oscuro sus veinte comandantes formaron guardia detrás del joven, estaban
nerviosos pues uno de ellos moriría hoy, el corto trecho hasta la casa serían
los últimos momentos de uno de ellos.
- ¿Por qué veinte comandantes? -
Preguntó extrañado Kan
- Yo no tengo en cuenta las
idioteces del trabajo en equipo como tu padre - replicó Chang mientras andaba -
mi número de comandantes es infinito, todo aquel que consiga sobrevivir hasta
llegar a ese puesto será bienvenido.
Kan no respondió, cada vez veía
con más claridad que el ejército de renegados era mucho más frágil de lo que
parecía, relajó su mente para aprovechar el corto trayecto para descansar y
prepararse para la batalla. Era una sencilla técnica Samurai de nublar su vista
privándola de los detalles más relevantes limitándolo a simples formas para
aumentar su percepción en movimientos, lo cual le otorgaba un relajamiento
completo, una forma de lucha mecánica y una percepción infinitamente mejor para
la lucha.
A medio camino paró, había
sentido algo familiar en las cercanías, no era capaz de explicarlo pero antes
de que Chang pudiera invitarle a continuar se dobló hacia un lado aplicando una
terrible patada lateral contra el oscuro ser.
Los veinte comandantes tardaron
sólo un segundo en reaccionar, desenfundaron sus espadas dispuestos a lanzarse
sobre el joven. Sin embargo temiendo represarias por su amo y señor esperaron a
que la orden fuera dada.
Entonces ya era tarde, seis
samurais salieron de la maleza y de un salto se colocaron entre las filas
enemigas. Kan en su estado actual no era capaz de ver más que formas, sin
embargo reconoció los destellos arcoiris de la Katana doble diamante de su
padre ¡Había esperanza!
Entusiasmado el joven intentó
aclarar su vista lo suficiente para ver a su primer Samurai, Omius, apodado
"el Invencible" portando su enorme espada bastarda de doble puño, era
un arma terrible que de un solo tajo desgarró a dos de sus contrincantes.
También luchaba la bella Escila, portaba una elegante armadura que dejaba al
descubierto más piel de lo que Kan habría considerado óptimo para una prenda de
ese estilo, sin embargo la sutil técnica parecía tener su razón de ser, en ese
momento su contrincante bajo su mirada un poco más abajo del rostro de la joven
para admirar sus formas en un mero acto reflejo. Eso era todo lo que necesitaba
la joven que aprovechó el despiste de su contrincante para hundir su espada
Katana en un golpe mortal... técnicamente no muy bueno, pero mortal de
necesidad.
Poco más pudo ver Kan pues sintió
un movimiento a su espalda. Se reprendió por haberse distraído y se arrojó al
suelo rodando imprebisiblemente para un lado, eso le salvó la vida pues dos
Shurikens pasaron por donde, momentos antes, había estado su cuerpo. Los dos
Shurikens siguieron su camino hasta enterrarse en la espalda de uno de los
comandates de Chang, sin duda las armas debían estar envenenadas, pensó, pues
el comandante cayó muerto en el sitio.
El joven comandante Samurai se
levantó de un salto y miró fijamente a su contrincante. Este lucía una perversa
mueca en su cara seguro de su victoria sobre el joven.
Kan recordó las palabras de Omius
"Al enfrentarse a la muerte, el que está listo para morir sobrevivirá,
mientras que el que quiere vivir a toda costa morirá", se tranquilizó y se
mostró lo más seguro que podía. Entrecerró sus ojos y sonriendo alegremente se
lanzó al ataque con la misma alegría que se lanzaría en un ensayo.
Chang quedó consternado, la
seguridad del joven era increíble, en vez de temer por su vida, como él había
supuesto, se mostraba feliz igual que si esto sólo fuera un juego para él. El
Samurai Oscuro había oído grandes azañas sobre el muchacho los últimos días,
como había vencido a su asesino... ¿Podrían ser verdad? Un pésimo presagio
recorrió su columna vertebral e incapaz de defenderse de puro miedo cruzó los
brazos sobre su cara en un patético intento de defenderse.
Kan no creía lo que veía, su
sonrisa aumento más aún, en vez de parar el golpe su contrincante se cubría
como una niña. El joven impulsó aún con más fuerza su katana lanzando un tajo
transversal directamente al estómago de su oponente. Su espada dio en el
blanco, cortando el kimono alegremente y... ¡Chocando con algo duro!
Kan retrocedió para fijarse
mejor. El villano tenía una cota de mallas protegiéndole debajo del kimono,
esto no lo había previsto Kan y era muy grave, la cota ni siquiera había sido
arañada por la afilada espada Katana del joven. Y era normal, la Katana era un
arma cortante, una cota de mallas sólo era vulnerable a las armas penetradoras,
con punta como una espada corta o un estilete. Sin embargo la Katana de Kan no
tenía ninguna punta, contaba con un maravilloso filo... totalmente inútil
contra la armadura de su enemigo.
Incapaz de rendirse Kan atacó a
las piernas del enemigo y lanzó varios tajos rápidos en todas direcciones. Como
resultado de su rápido ataque el Kimono del enemigo quedo completamente
destrozado, sin embargo una extraña cota de mallas cubría todo su cuerpo. Sin
duda era de una exquisita calidad pues no había sufrido ni un arañazo, si
contase con algún arma penetradora... pero no, el puñal lo había abandonado en
la playa ¡Sería estúpido! Chang estaba allí delante de él lloriqueando como una
niña y él era incapaz de herirle.
En ese momento el Samruai Oscuro
se dio cuenta de que aún estaba vivo, miró hacia abajo y recordó la armadura
que cubría su cuerpo, le había costado dos bolsas de los más puros diamantes
pero había válido la pena. Recuperando la confianza miró a Kan y vio que sólo
contaba con una Katana, un arma terrible... pero totalmente inútil contra la
cara cota de mallas que le cubría el cuerpo, de haber sido de menor calidad
seguramente habría muerto, pero ahora se sentía casi invulnerable.
- Parece que hoy moriras tú -
dijo sonriendo, miró a la batalla a su izquierda y vio que sus guerreros
estaban cayendo, estaban en clara desventaja contra los verdaderos Samurais.
Estos eran un equipo mucho más organizado y los comandantes oscuros, a pesar de
estar en mayoría caían como moscas. Sin embargo la distracción sería suficiente
para acabar con el joven y huir rápidamente. En su huída disfrutaría del dolor
causado a Kazo, su ancestral enemigo.
Chang se deshizo de los pocos
girones del Kimono que cubrían su cuerpo y tranquilamente tomó su Katana y atacó
al joven. Kan paró el ataque con facilidad. Un ataque siguió al otro, cada vez
más rápido, cada vez más preciso. El joven contaba con la rapidez de la
juventud y una energía sin tacha, el anciano con la experiencia de mil batallas
y la precisión de años de entrenamiento. Pero encima Kan no podía hacer otra
cosa que parar los ataques de su adversario, contraatacar sería inútil pues su
armadura era totalmente impenetrable.
Chang aumentó poco a poco la
velocidad de sus golpes, hasta ahora el joven le había frenado cada golpe con
habilidad, pero conocía su ventaja y sólo tenía que esperar a que un pequeño
error por parte del joven fuera su perdición.
Kan viendo que las cosas iban
cada vez peor dejó que su mente inconsciente buscara una solución. Todo ataque
hacia su armadura sería inútil, razonó, y de seguir frenando sus golpes moriría
al primer fallo. Una gota de sudor bajó por su frente acercándose
peligrosamente a uno de sus ojos, de dejar de ver no podría frenar los ataques
de su enemigo y estaría a su merced. Parpadeó enérgicamente y se libró de la
gota... dando, sin querer, una idea a su enemigo. Kan en el último momento, en
vez de frenar un ataque giró su cuerpo hacia un lado esquivando el tajo, era un
movimiento muy arriesgado, la Katana le pasó a menos de un centímetro de su
cuerpo cortando el aire con una precisión aterradora, sin embargo el joven no
se dejó distraer, aprovechando su oportunidad lanzó un ataque... ¡Hacia la
empuñadura de la Katana!
Chang reaccionó tarde, pensó que
el joven se había vuelto loco y pretendía romper de un golpe su espada por la
empuñadura ¡Iluso!, pensó. Pero cuando entendió el verdadero motivo ya era
demasiado tarde para el Samurai Oscuro. Un dolor frío como el hielo recorrió su
mano derecha.
Chang no pudo reprimir mirar la
fuente de su dolor y donde debía estar su dolorida mano sólo había un muñón
sangrante. El Samurai Oscuro miró en un repentino reflejo al suelo, donde vio
su propia mano, aún temblante, recostada patéticamente sobre la tierra. Un
chorro de una sustancia roja, ¿sería sangre?, caía sobre ella. Un segundo
después comprendió que era su propia sangre brotando a borbotones de su brazo
herido.
En un acceso de pánico soltó su
Katana dejando sorprendido al joven
- ¡Me rindo! - Gritó.
Kan, hombre de honor, bajó su propia
espada aceptando la rendición del hombre, el cual se arrojó hacia el suelo. En
un principio el joven temió que fuera a recoger la espada caída y de una patada
la alejó. Pero las intenciones del perverso samurai eran otras, agarró su mano
e intentó colocársela como si sólo con juntar ambos lados se fuera a regenerar.
Obviamente no ocurrió nada y
Chang seguía sangrando.
Los comandantes oscuros pararon
de luchar al unísono como si fueran marionetas cuyo titiritero hubiese muerto.
Kan sonrió, contento por haber
salvado la vida y haber vencido.
El joven comandante se agachó y
alargó su brazo libre hacia la herida de su adversario, debía vendarle la
herida si no quería que se muriera desangrado. A pesar de ser el ser más
despreciable que había conocido, Kan no podía desearle la muerte como no podía
deseársela a nadie. Incluso el malvado Samurai podría cambiar y pagar sus
errores.
Chang se revolvió rápido como el
viento, soltó su mano herida, agarró un puñado de tierra con su mano ilesa y lo
lanzó hacia los ojos del joven.
Kan quedó paralizado, no podía
ver nada y los ojos le escocían. A punto estuvo de soltar su espada pero un
ruido le informó que el oscuro samurai había recogido la suya del suelo.
A su izquierda la lucha retomó su
caliz cobrándose el grito de una joven. Kan temió que su joven Aprendiz, la
bella Escila, hubiera perecido distraída.
Sabiéndose un blanco fácil el
joven se arrojó al suelo y rodó sobre si mismo para levantarse, aun sin ver,
sobre un lugar desconocido. Al borde del pánico analizó la situación. Estaba
ciego, desamparado, a la merced de los golpes de un enemigo furioso que era
invulnerable a su espada. Un nudo se solidificó en el estómago del joven, la
cosa no podía ir peor, deseó tener otra vez sus problemas cotidianos, el miedo
al fracaso, los entrenamientos diarios... todo le pareció poco comparados con
la certeza de su muerte. Estaba a punto de rendirse a la muerte cuando recordó
sus propias palabras "Quien no lo intenta, fracasa aún antes de
empezar!" no estaba dispuesto a dar su vida sin antes luchar con todos sus
recursos, reconoció que sus posibilidades eran pocas pero las exprimiría una a
una hasta la última ¡Seguiría luchando!
No supo por qué pero su instinto
le empujó a levantar su Katana, el movimiento fue torpe e inseguro pero logró
parar un golpe mortal lanzado contra su cabeza, ¡La cabeza! pensó entusiasmado
¿Cómo no se había dado cuenta antes? De haber sido así, podría haber cortado la
cabeza de Chang de un solo tajo de igual forma que había hecho con sus dedos.
Ahora no veía y sería más difícil pero... Dando una doble voltereta mortal
sobre donde creía que estaba su enemigo Kan aterrizó en el suelo y lanzó un
tajo hacia donde calculaba que estaría aún quieto el Samurai Oscuro, justo a la
altura de su cabeza.
Sin embargo la espada sólo cortó
aire.
Sin que Kan pudiera saberlo Chang
había retrocedido después de que el joven parase su ataque temiendo que hubiera
recobrado su vista. El Smaurai Oscuro había temido por su vida al ver la
acrobacia del joven, pero después de ver hacia donde había atacado se dio
cuenta de que aún estaba ciego. La oportunidad era única, Kan estaba delante
del él, su cuello ofrecía una diana perfecta y muy muy fácil. Sin pensarlo otra
vez lanzó un tajo mortal de necesidad, el que sería el último golpe que
lanzaría en el duelo.
Kan actuó por instinto, si Chang
no estaba delante suyo... sólo podía estar en un sitio. No supo que es lo que
le llevó a tomar la decisión pero el momento no era para pensar, era su vida lo
que estaba en juego, todo su futuro, sus sueños, sus ilusiones, sus viviencias,
sus futuros hijos ¡Nada de eso tendría si moría! En un rápido movimiento se
agachó medio cuerpo haciendo descender sus piernas a la par que rotaba sobre si
mismo y lanzaba un arco cortante hasta donde le permitieron estirar sus brazos.
De los dos golpes sólo el de Kan
llegó a su destino. Aún teniéndolo todo en su contra, el arrojo del muchacho le
había impulsado a continuar luchando hasta vencer.
De la cabeza del pérfido Chang,
el Samurai Oscuro brotó un extraño ruido al chocar contra el suelo. La sangre
salpicó al joven y le manchó el Kimono de una forma muy desgradable, pero ni
eso fue capaz de apaciguar la sonrisa que brotaba en su cara. ¿Su motivo? No
eran la victoria ni el ansia de sangre satisfecho, sonreía por un motivo más
importante que todos esos, sonreía porque era feliz. Era feliz, simplemente,
porque vivía.
Cuando recobró la vista Kan vio a
su padre sentado al lado de la Bella Escila tapando su cuerpo desde su postura.
Omius retenía el sólo a los tres samurais Oscuros que aun quedaban vivos y
entre los otros Verdaderos Samurais reconoció al anciano mercader, al viejo
sabio y a Aki, que ahora mismo se acercaba hacia el joven preocupado.
- ¿Estás herido? - preguntó
directamente con cierto temor en la voz.
- ¡Estoy perfectamente! -
contestó alegremente dejando anonadado al General, sin perder un momento se
acercó a comprobar como estaba Escila - ¿Cómo está? - preguntó a su padre.
- Sobreviviré - contestó la misma
Escila - uno de esos cabrones me pegó un buen corte en la pierna. - dijo con
furia mientras reprimía un chillido de dolor
- No es muy grave - comentó Kazo
- pero cortó algo importante, sangra mucho, ya le he aplicado un torniquete y
estoy acabando de vendarla. - sobrevivirá... ¡Pero sólo si nos damos prisa!
Kan quedó paralizado, el corte no
parecía muy profundo, pero la sangre fluía inundando los vendajes. Él mismo
apretó un poco más el torniquete y pareció que la sangre dejaba de manar. Aún
así reconoció la urgencia, habrían de llevarla al campamento donde podrían
curarla mejor.
- Marchemos ya! - exclamó
alarmado - si vienen refuerzos nos entretendremos y podría costarle la vida a
Escila - su padre asintió e hizo amago de cogerla en brazos.
- Si me permite el honor -
escuchó una voz grave detrás de él.
El general de generales miró
hacia atrás y asintiendo con la cabeza se apartó. Omius, mucho más joven y
cuyos brazos tenían la fuerza de varios hombres era mucho más apropiado para el
trabajo. Así podrían moverse más deprisa.
- Señorita - dijo medio burlándose
el guerrero mientras la tomaba en brazos - espero que se encuentre cómoda.
- Mucho - replicó Escila
sonriente - pero esas manitas quietas - añadió con un guiño - que te conozco.
Por toda respuesta Omius le lanzó
una pretendida mirada ofendida y hechó a correr sin notar su peso en la
carrera, como si la samurai fuera una niña recién nacida ligera como una pluma.
El resto del grupo siguió al
guerrero que iba en cabeza, Kan se orientó ligeramente y reconoció que iban
hacia la playa donde había despertado.
- En esa playa hay arqueros! -
exclamó alarmado - nos abatirán!
- Ya nos hemos encargado de ellos
- dijo Aki al joven con un guiño.
- No estoy para estos trotes -
exclamó el viejo sabio, a Kan le pareció sorprendente como un poco de
entrenamiento Samurai había hecho posible que el achacoso clérigo hubiese
vencido a unos jóvenes y pletóricos samurais oscuros... igual que el anciano
exMercader que poca menos edad tendría.
- No te quejes - contestó Omius -
al menos tú no tienes que cargar con una mujer a cuestas - rió alegre por haber
recuperado sano y salvo a su joven comandante.
- ¡Ni que estuvieramos casados! -
replicó jubilosa la joven siguiendo la broma.
En poco tiempo llegaron a la
playa, sin embargo la carrera había supuesto demasiado para la Bella Samurai.
Escila había perdido la conciencia y Omius temía lo peor.
- No sé si aguantará el viaje por
mar - dijo
Kazo asintió penosamente y el
antiguo clérigo empezó a recitar una salmodia por lo bajo.
Kan frenó en seco, no podía creer
que se rindiesen. ¡Era Escila! él no permitiría que la joven diese la vida en
su lugar.
Mientras cruzaban la playa aún a
la carrera, el joven empezó a recordar algo que le pareció muy importante...
¿qué era?
Un rayo de luz acalaró su mente.
- Seguirme! - gritó y cambió de
dirección.
Los Seis Samurais restantes se
miraron unos a otros y por fin siguieron al joven. Este los condujo hasta una
manta tendida en el suelo donde les ordenó tumbar a la Samurai.
Kan oteaba nervioso los
alrededores, había estado seguro de que aún estaría allí, era su única
posibilidad. ¡Tienes que estar! gritó mentalmente.
Como conjurado por su mensamiento
pudo divisar un leve movimiento entre dos arbustos no muy lejanos, sin pensarlo
saltó hacia ellos y agarró a la joven situada entre ellos para que no pudiese
escapar.
- Te necesito - Dijo Kan a la
bella hija de Chang - ¡Ahora! - y sin mayores delicadezas la arrastró hasta la
rica sábana tendida en el suelo que ya estaba tiñéndose por la sangre de la
mujer.
Por un momento la muchacha dudó,
luego miró a los samurais y en una repentina decisión escrutó la herida de la
joven.
- Hacer un fuego - ordenó
sencillamente.
Omius fue el primero en
reaccionar, corrió hacia el bosque y en menos de dos minutos ya había montado
un pequeño montón de ramas al que añadió un trozo de seda blanca que encontró
tendida en el suelo. Prendió el conjunto con su yesquera y avivó el fuego para
crear una llama fuerte.
- ¿Para qué lo quieres? -
preguntó Kan inocente
- Dadme una daga - ordenó la
joven sin contestar a la pregunta.
Kazo dudó un momento, había
reconocido en la joven los rasgos de su malvado padre, pero viendo que no tenía
otra opción que confiar en ella le tendió una exquisita daga adornada de oro y
piedras preciosas, la muchacha pensó que era una pena estropear una belleza así
pero hundió su hoja en lo más caliente del fuego encendido. Cuando la hoja se
había tornado totalmente roja retiró los vendajes de la pierna de la hermosa
samurai, con lo que la sangre brotó fuertemente.
Con precisión la rubia beldad de
ojos verdes tomó la daga del fuego y posó la parte plana, al rojo, sobre la
herida, cauterizándola automáticamente, quemando piel, músculo y venas.
Formando una costra que seguramente nunca se iría. Pensó que a la mujer no le
gustaría contar con esa herida en sus, hasta ahora, perfectas piernas. Pero de
nada le servirían sus bellas piernas si moría.
Aplicó otra vez la daga, por la
otra cara, contra la herida, esta vez más rápidamente y la herida cortante
había desaparecido, en su lugar había una fea quemadura que duraría mucho
tiempo y le causaría graves dolores a la bella Samurai, pero sin duda viviría..
- Vivirá - dijo sencillamente la
joven. - teneis que dejar reposar la quemadura durante dos minutos exactos,
después habréis de calmarla con agua de mar. Eso la desinfectará - dijo
poniendo una desgradable mueca - pero también le dolerá en extremo. Antes de
que acabe el día renegará por no haberse muerto y tener que soportar ese dolor.
- Mucha gracias - dijo al fin Kan
tranquilizado.
- No me las des - contestó la
joven mirándolo curiosamente, seguramente porque tenía todo el rostro teñido de
rojo por la sangre - Soy yo la que te he de dar las gracias.
- ¿Por qué? - preguntó Kan -
después de lo que te hice... - fue incapaz de acabar la frase recordando como
hacía sólo unas horas había intentado forzar a la muchacha.
La joven sonrió y le miró
dulcemente.
- No soy tonta - dijo al fin - me
salvaste la vida - y mirándolo cariñosamente añadió - ningún hombre llora de
rabia cuando fuerza a una mujer, estoy acostumbrada a ver la mirada de los
hombres de mi padre mientras hacen cosas similares - dijo restándole
importancia - arriesgaste tu vida para salvar la mia - después de una breve
pausa sacó la duda que la corroía - ¿Por qué lo hiciste? Sólo tenías que
matarme y tu salvarías tu propia vida ¿Tanto te he gustado? - preguntó
intrigada.
- No es eso - contestó
sencillamente Kan - no eres fea en absoluto. Simplemente no dejaría que muriese
ningún inocente.
- Es un Samurai - dijo Omius como
si eso lo explicara todo - Un Verdadero Samurai - recalcó
La muchacha quedó pensativa, toda
la vida había pensado que los Samurais eran como su padre, seres temibles que
sólo buscaban su propio beneficio, pero delante de sus ojos tenía la prueba de
lo contrario, lo que es más, el acto de Kan había sido el acto más hermoso y
desinteresado que ella nunca había contemplado. Quizás a otra mujer le
resultara una experiencia traumática la situación, pero ella había sabido
durante toda su vida que su padre bien podía entergarla en recompensa a algún
vasallo que le satisfaciera, además enseguida había comprendido que aquello era
una farsa destinada a salvarle la vida, en ningún momento Kan la había tocado
más que los hombros, la había tirado del pelo sí, pero muy suavemente, y el
beso había sido totalmente finguido ni siquiera había acertado en la boca,
estaba muy claro que todo había sido una interpretación... ¡Y muy mala! Lo que
más le había extrañado a la joven habían sido las lágrimas de cólera e
indignación que recorrían la cara de Kan mientras interpretaba la farsa, aunque
en realidad nada había hecho, el solo pensar en la escena le había indignado
aun sabiendo que era la única forma de que ambos conservasen la vida.
En ese momento la hija de Chang
descubrió que no todo el mundo era como su horrible padre, descubrió que en el
corazón de todo Verdadero Samurai había una bondad y una pureza que la
extrañaban y la entusiasmaban a la par. Ella nunca podría llegar a guardar tal
bondad pues toda la vida había crecido entre la más pura maldad y perversión.
Sin embargo decidió que quería salir de
aquella maldita isla y descubrir
el mundo, con sus defectos y sus virtudes. Sin duda lo que le esperaba ahí
fuera sería un paraíso de bondad comparado a la vida que había llevado hasta el
momento. Los que vivían en un mundo normal no sabían que tesoro poseían.
Por fin despertó la bella Escila,
según despertó gritó de dolor y miró extrañada a los alrededores.
- ¿Estamos esperando al enemigo?
- preguntó - lo digo porque aquí tumbada me voy a perder la diversión.
La tensión acumulada en las
últimas horas hizo que todos estallaran en sonoras carcajadas. Omius agarró a
la Samurai enrollándola en la sábana y todos partieron hacia la barca que les
esperaba.
Al llegar Kan se fijó en que dos
Samurais más les estaban esperando con los remos listos. Todos montaron uno a
uno en la barca, incluida la hija de Chang a la que nadie replicó nada porque
subiera por propia iniciativa.
- ¿Qué harás ahora? - Preguntó
Kazo a la joven.
- Iré a recorrer mundo - contestó
ella - deseo explorar todo lo que me negó mi padre.
- ¿Por qué no te haces Samurai? -
replicó la herida Escila desde el fondo de la barca pues tenía la costumbre de
no perder ni una sola oportunidad de reclutamiento.
- No es lo que deseo - replicó
sonriendo la joven ante la idea de que ella fuera una Samurai - tengo mucho que
aprender del mundo y deseo hacerlo por mi propio pie.
- Te enfrentarás a muchos
peligros - aseveró el Viejo Sabio
- ¿Te crees que mi padre era un
payaso de circo? - contestó ella indignada - Se defenderme tan bien como
cualquier guerrero y he vivido situaciones mucho más peligrosas que ninguno de
vosotros - aseveró, y después de mirar a su salvador rectificó - sin contar a
Kan, claro.
El joven se sintió alagado por el
comentario, pero dudó que tanto su padre como Omius o el propio Aki no hubiesen
vivido situaciones igualmente peligrosas, pero nadie replicó nada. Por toda
respuesta Kazo lanzó una bolsa llena de monedas de oro a la joven.
- Toma - ordenó - con ese dinero
podrás vivir una vida cómoda sin pasar jamás necesidad - aseguró - compra unas
tierras y adminístralas bien y podrás doblarlo.
- Gracias - dijo ella - pero no
quiero caridad - contestó orgullosa tendiendo la bolsa - ya me las arreglaré -
aseveró, aunque no tenía ni idea de cómo.
- No es caridad - contestó
inteligentemente el general de generales acostumbrado a esas muestras de
orgullo - considéralo un pago justo por salvar la vida de mi compañera samurai
- añadió señalando a Escila en el suelo, la cual respondió calladamente con una
media sonrisa.
La joven se lo pensó mejor y
sujetó la bolsa al fino cinturón de cuero que lucía en su cintura.
Kan dándose cuenta de que la
muchacha casi no llevaba ropa se quitó su propia chaqueta y se la tendió a la
joven, esta la cogió agradecida, empezaba a tener frío por la brisa marina.
Contenta vio que la parte superior del Kimono de su salvador le llegaba hasta
un punto entre su cadera y sus piernas, como si fuera una especie de sexi
vestido Samurai. Se ciñó un poco más la tela a la cintura y sonrió al ver la
tierra ya en el horizonte.
Poco después estaban ya entrando
en la playa. La hija de Kan, temerosa de que la retenieran saltó a tierra y se
despidió de todos con una mano mientras corría. Su pelo ondeando al viento fue
lo último que Kan vio de su falsa prometida.
Después montaron de regreso al
palacio en las rápidas cuádrigas Samurai que les habían traído, por tierra,
hasta el mar.
El viaje de ida había sido de
sólo unas horas, o eso pensaba Kan que había estado inconsciente la mitad del
trayecto. Pero el viaje de vuelta les llevó el resto de la tarde y toda la
noche.
Los Samurais se turnaron en
conducir las cuádrigas, a paso ligero para no agotar a los caballos que
llegaron al límite de sus fuerzas al despuntar la madrugada, por suerte para
entonces ya habían llegado al palacio, donde un alegre Gui y una preocupada
Rumiko acompañaban a una espectante Rosana vestida con una bellísima seda azul
cielo, un poco más pálida que el cielo y también algo más brillante.
Kan saltó impaciente de la
cuádriga aún en marcha, a causa del cansancio y la falta de sueño casi se
torció un tobillo al aterrizar en falso, ignorando el tropiezo se levantó y se
echó a la carrera hacia su prometida, la cual ya corría hacia él.
Ambos se abrazaron temiendo
volver a separarse. Estaban vivos y juntos, lágrimas de felicidad cubrieron la
cara de los jóvenes amantes.
- Estás asqueroso - dijo entre
risas la joven después de besarle.
El Comandante Samurai quedó
paralizado, se había esperado cualquier cosa... !menos eso¡ Se miró de arriba a
abajo sin soltar a la joven y pensó que "asqueroso" era un
calificativo muy amable. Tenía el pelo pringoso por el sudor y la sangre, la
cara estaba cubierta de negros coágulos, tenía el pecho desnudo y cubierto de
sudor y polvo del camino, incluso sus pantalones estaban embarrados y
endurecidos.
Entre risas escuchó a su madre
decir muy seria y ofendida al general de generales "No, no, tú a mi no me
tocas hasta que te pegues un buen baño!" "Pero cariño, acabo de venir
de una batalla, he salvado a nuestro hijo" replicaba el general "Sí,
sí, todo eso y además lo que quieras" contestó Rumiko "Pero eres un
guarro indecente General Samurai!" Kan miró de reojo a sus padres y no se
sorprendió al ver como, a pesar de sus palabras, su madre se lanzaba sobre su
padre para abrazarlo posesivamente... justo antes de decir por lo bajo "Ya
me puedes ir comprando un vestido para enmendar que tenga que tirar este"
Una sonrisa cruzó la cara del General y de su hijo, ya comandante, conocedores
del amor de su madre por la ropa. "Por cierto, me han recomendado un
tratante de telas buenísimo..." aprovechaba a comentar Rumiko a su esposo
mientras entraban en la casa.
- ¡Que bonita escena! - replicó
Escila irónicamente - y a la herida que le parta un rayo! - añadió ofendida.
- Si quieres que alguien te
abrace yo me ofrezco voluntario - tronó contento Omius
- Si te acercas te cerceno un
brazo - amenazó la bella samurai - conozco perfectamente tu fama, algunas de
mis samurais aseguran que debes de tener, como poco, cuatro o cinco.
- En ese caso, por uno tampoco me
pasará nada - replicó sonriente el guerrero, que sin embargo no se acercó.
- ¿Qué te paso? - preguntó Rosana
preocupada
- Un indeseable me lanzó un tajo
en la pierna - dijo señalando la herida - y estos bestias acabaron su trabajo
tostándomela como si fuera un trozo de pan y dejándome una marca que estropeará
mi figura para toda la vida - añadió sinceramente enfadada - eso si no me mata
de dolor la puñetera.
Kan pensó que debía dolerle
horrores para que Escila, famosa por su dulzura, tuviera el lenguaje de un
borracho de taberna. Después recordó que durante mucho tiempo la Samurai había
sido camarera en tabernas algo dudosas.
- Sí que es fea - reconoció
Rosana
- Tú para encima recálcalo -
replicó la Samurai más triste que ofendida.
- Pero tiene solución - siguió la
joven - unas compresas de Sabila te calmarán el dolor.
- ¿De qué? - Preguntó la samurai
interesada
- Sabila, Aloe Vera. - explicó la
joven - es una planta medicinal muy utilizada en el lejano Egipto. Mi padre me
llevó allí cuando tenía apenas seis años y recuerdo como la usaban para que los
soldados se recuperaran de las peores mordeduras del Sol - ante la insólita
mirada de la Bella Escila, añadió - En esas tierras el Sol es mortal, si te
descuidas acabas tostado como si te hubieras tendido en una hogera.
- Pero seguro que será muy
difícil conseguirla - tanteó Escila
- ¡Qué Va! - contestó - en casa
tenemos a montones, según creo el Aloe crece en casi todo el mundo sólo que hay
que saber diferenciar cual es la especie que se necesita. Kan, crees que podrás
conducirnos en la cuádriga hasta casa de mis padres? Allí me será muy fácil
curar a tu aprendiz.
Por toda respuesta el joven saltó
a la cuádriga donde estaba Escila tendida y después de ayudar a subir a su
prometida azoró a los caballos hasta que llegaron a la misma puerta de la casa
del cocinero. Rosana saltó corriendo de la cuádriga y, después de desaparecer
en la casa unos minutos, regresó con una hoja de cactus de una braza de tamaño.
También tenía un limón en su mano dentro de un cazo y unas vendas.
Cuidadosamente posó el cazo en la
tierra, exprimió un poco la hoja, de la que brotó una savia transparente y
brillante. Después metiendo los dedos dentro de la hoja extrajo la pulpa,
brillante y pastosa pero de una sola pieza, la arrojó en el tarro y exprimió el
limón encima de la mezcla, revolviéndola cuidadosamente con su mano.
Debido a la sensibilidad de la
herida Rosana decidió aplicar primero parte del líquido utilizando su propia
mano. Escila, según sintió el néctar en su piel vio las estrellas, aquello
dolía increíblemente.
- Es el primer efecto - explicó
la joven - primero escuece porque está limpiando la herida, en cuanto penetre
un poco notarás que se calma el dolor.
Y así fue, unos segundos después
el dolor fue mitigándose y Rosana limpió la herida dos veces más, estas fueron
totalmente indoloras. Escila no acababa de creérselo cuando la joven levantó un
poco la pierna de la Samurai pidiéndole que la mantuviese en esa postura. Kan
la ayudó sujetando el peso de la pierna por el pie mientras la joven sanadora
tomaba la pulpa, aún de una sola gelatinosa pieza, y la colocó suavemente en
contacto con la herida. Después impregnó las vendas con el líquido que quedaba
y realizó un vendaje de tal forma que mantenía apretada la pulpa contra la
herida.
Satisfecha se secó las manos y
ordenó bajar la pierna cuidadosamente.
- Ahora te llevaremos a tu
tienda, hasta mañana por la tarde no debes andar, haz que te atienda alguna de
las samurais de tu equipo - al ver que la mujer fruncía el ceño añadió - es muy
importante, si lo haces como te digo cabe la esperanza de que el Aloe haga
desaparecer la herida como si nunca hubiese existido, sino tendrás una pierna
horrible para toda la vida.
La Bella Escila, atemorizada,
asintió con la cabeza.
- Mandaré a buscar a mi madre, te
repetirá el tratamiento cada seis horas durante una semana. Pero recuerda que
hasta que pase todo un día no debes caminar.
- Te lo prometo - aseguró
totalmente convencida la Samurai.
Después de dejar a la Samurai en
su tienda, los dos prometidos fueron a dar un paseo por el bosque siguiendo el
riachuelo cercano al comedor Samurai.
- Estás muy hermosa - dijo al fin
Kan
- Gracias, no se puede decir lo
mismo de ti - contestó ella jugetona. Kan rió sonoramente ella continuó diciendo
- es la tela que me regalaste.
El asintió la había reconocido,
pensó que Huno, el mercader que le había vendido la pieza, conocía
verdaderamente su trabajo. Aquel color le quedaba maravillosamente.
Kan, en un impulso se arrojó al
riachuelo, el agua estaba fresca y el Sol ya calentaba lo suficiente en el
cielo como para secarle cuando saliera.
- Así no estaré más asqueroso -
gritó él
- Con toda esa sangre, dudo que
se te quite sólo por el agua - contestó ella desde la orilla divertida.
- Ven pues a ayudarme - gritó
desde el agua.
La joven dudó un momento, no
quería estropear la seda con el agua y no tenía ningún bañador cerca.
- Date la vuelta - Ordenó ella
Kan obedeció, le resultaba
curioso esa costumbre de la chica, pero no le importaba. Sólo le importaba que
estaban juntos, que los dos estaban vivos y que la vida era preciosa. Miró al
Sol deslumbrante en el cielo azul feliz de disfrutar cada momento de su vida.
Se había ganado esa felicidad y estaba dispuesto a disfrutarla sanamente.
Escuchó un ligero chapoteo a su
espalda.
- Ya puedes mirar - dijo Rosana.
Kan obedeció dándose la vuelta...
¡Pero no había nadie! Escrutó el bosque sopesando la posiblidad de otro ataque
sorpresa ¿Acaso no podría descansar nunca?
De repente se vio impulsado hacia
abajo, con la sorpresa tragó agua y casi se queda sin aire. Abrió los ojos para
ver a una bella ninfa bajo el agua, su negro pelo ondulaba como si tuviera vida
propia, la palidez de su piel rosada hacía un hermoso contraste con las piedras
del fondo y sus negros ojos le invitaban a perderse en sus profundidades. Si no
fuera por su sonrisa, pícara y jugetona habría asegurado encontrarse ante una
de las leyendas más famosas y mortales de su tiempo, una verdadera ninfa.
El joven, sin darse cuenta, como
si estuviera poseído por un hechizo, había estado largo rato mirando a la
joven, bajo el agua, sin respirar. En ese momento sus pulmones se agitaron
pidiendo aire. Kan no contaba con ningún punto de apoyo para impulsarse hacia
arriba, el fondo estaba aún a un metro, la superficie a metro y medio y Rosana
le mantenía agarrado suave pero posesivamente por la mano. Kan intentó nadar
hacia la superficie, pero la joven, dándose cuenta de su problema le frenó y le
atrajo hacia ella.
Kan pensó que ya era demasiado
alargar así la broma, pero antes de poder moverse se encontró con los labios de
la muchacha en su boca. "¿Qué mejor forma de morir?" Pensó y juntó
sus labios a los suyos. Cuando ya empezaba a desmayarse percibió la verdadera
intención de la muchacha y, agradecido, tomó aquellas burbujas de aire que le
ofrecía. Sólo fue un pequeño bocado de aire, pero fue suficiente para que la
cordura retornara a la mente del Comandante Samurai, que lejos de soltarse
abrazó con más fuerza a la joven y correspondió su beso vital.
Momentos después estaban ambos en
la superficie. Kan respiró profundamente, sin embargo ella no dio muestras de
sentirse fatigada, parecía que habría podido pasar toda la vida debajo de las
aguas.
- ¿Eres una mujer o una ninfa? -
preguntó sinceramente Kan impresionado por la belleza y la soltura de la joven.
- No sé - contestó ella
enigmática - quizás lo sea - añadió sellando los labios del joven con otro
suave beso.
- Ya es hora de comer - replicó
él después de jugar un poco más en el agua - no tengo ganas, pero si no
acudimos al palacio se preocuparán.
Rosana asintió con la cabeza de
mala gana. Había estado pensando ir a ayudar a las cocinas a su padre, como
tenía costumbre, pero parecía que en su nuevo "cargo" de prometida de
Kan su vida iba a cambiar en más de una cuestión. La joven ya se dirigía a la
orilla cuando se dio cuenta de un pequeño detalle que cada vez parecía tener
menos en cuenta cuando estaba con el muchacho.
- Sal tu primero - ordenó la
joven.
Por toda respuesta Kan se acercó
a la orilla y alargó la mano para ayudar a la muchacha, la cual le respondió
con una significativa mirada que ya empezaba a serle familiar a Kan. Soltando
un suspiro de resignación se dio la vuelta sin que ella se lo pidiese ¡Vaya
manía más tonta! pensó él ¿Por qué sería?
- No te entiendo - expresó en voz
alta
Mientras tanto la mujer salió del
agua y escurrió su larga cabellera para secarla un poco. Esto presentaba un
problema añadido, estaban en un claro y el sol secaría rápidamente sus cabellos
si se recostaba sobre la hierba, pero hasta entonces no podía vestirse, a
riesgo de estropear sin remedio la fina seda que tanto apreciaba.
- ¿Qué no entiendes? - preguntó
la muchacha sin atender demasiado la conversación.
- Tu manía porque me de la vuelta
- estas palabras dejaron fría a la joven, que recordó con una sonrisa que
estaba prometida a "una lechuga Samurai" - sé que me lo has explicado
varias veces, pero no acabo de comprender por qué algunas veces me mandas que
me de la vuelta y otras no.
-¿Otras no? - se extrañó intrigada
la joven mientras se recostaba sobre una larga piedra boca abajo con su larga
cabellera estirada en la espalda para que secara - ¿A qué te refieres con otras
no? Cada vez que me he desnudado delante tuyo te he mandado que te des la
vuelta - la joven no pudo menos que sentirse avergonzada por como habían sonado
las palabras.
- Sí claro! - contestó
directamente el joven - pero bajo el agua no me mandaste que me diera la vuelta
- como la muchacha no respondía pareciendo no entender continuó - y allí te veía
con tanta claridad como te puedo ver ahora si me diese la vuelta.
Por toda respuesta, el joven Kan,
recibió una pedrada en el hombro derecho. Rosana la había lanzado por puro
impulso y un segundo después ya se había arrepentido. No había pensado que el
chico pudiera verla con tanta claridad, pensó que la vería como a través de una
nube o algo similar... estaba roja como un tomate y hundió su cara entre sus
brazos llorando de rabia y pudor.
Kan se agarró el hombro con la
mano izquierda, realmente la muchacha le había mancado, tendría un buen moratón
en esa zona, iba a replicar indignado cuando la escuchó llorar.
Aquello resultó para él como una
patada en el estómago, rápidamente se dio la vuelta y se sentó junto a ella sin
saber que hacer, por fin tocó su hombro y agachándose intentó captar su mirada.
- Lo siento - dijo él - no
pretendía hacerte daño con mis palabras - se disculpó - no estaba ofendido de
verdad - añadió incapaz de comprender porque lloraba la joven.
Ella lo miró de reojo, estaba
sentado junto a ella intentando consolarala, era obvio que él no entendía nada
pero aún así siguió llorando un par de minutos hasta que se calmó sintiéndose
maravillosamente renovada.
- Mi lechugita! - dijo en voz
alta contenta
Kan no sabía a que se refería
pero estaba feliz de que ella riese de nuevo, aquellos minutos habían sido los
más tristes de su vida.
- ¿De verdad no entiendes nada? -
preguntó ella curiosa aunque era obvio que no. Sin embargo la respuesta la tomó
por sorpresa.
- No, además mi otra prometida - al
ver una amenazadora mirada en los ojos de la joven aclaró - mi falsa prometida,
no tenía ningún impedimento en estar desnuda o casi desnuda delante mío, y
también era hermosa.
Aquello acabó por sacar de quicio
a la joven que se lanzó sobre su prometido una tigresa olvidando todos sus
pudores por la rabia.
- ¿Cómo que otra prometida? -
dijo tirándolo en el suelo - ¿Cómo que otra mujer? - replicó enfadada mientras
se sentaba sobre él y le apretaba el pecho - ¿Cómo que desnuda eh? - y después
de pegarle un buen golpe en el pecho que le costaría un buen renegrón de varios
días al joven y cogiendo una piedra con la obvia intención de pegarle con ella
añadió - ¿Qué hacías tú con otra mujer desnuda? ¡A VER! ¡Explícate!
Kan tuvo el tiempo suficiente
para agarrar las muñecas de la joven y explicar rápidamente.
- Fue cuando le corté el vestido
para forzarla - y viendo que aquello no mejoraba las cosas sino que la chica
intentaba soltarse para cometer una locura explicó a toda prisa- Chang quiso
que matara a su propia hija, si no lo hacía me mataría a mi, yo para engañarle
finjí que pretendía abusar de ella antes de matarla, de esta forma se convenció
de que yo era malvado y salvamos la vida los dos.
La muchacha, no muy convencida
por la explicación preguntó tanteando:
- ¿Y sigue viva esa muchacha?
- Sí, - después de un momento
preguntó - ¿Por qué lo preguntas?
- ¡Para matarla yo misma! -
estalló ciega de celos Rosana - ¿Y con quién más estuviste mocoso sinvergüenza?
- dijo amenazándolo con la piedra.
- Con unos Samurais y con Chang
con quien me batí a muerte - explicó rápidamente
- ¿Y ninguna chica más? ¿Ninguna
chica desnuda más? - insistió la celosa prometida
- Menos tú no - contestó
sinceramente Kan
En ese momento ella se dio cuenta
de que estaba totalmente desnuda sentada sobre el joven a punto de
"matarlo inocentemente" con una piedra, se puso completamente roja de
vergüenza y saltó de encima de él corriendo hacia el vestido.
Kan atontado por la situación se
levantó... justo antes de darse la vuelta. La piedra que le había lanzado la
chica antes de coger el vestido le había convencido completamente.
- Ya estoy más calmada - y
acercándose por detrás añadió - a ver, explícame lentamente porque no debo
matarte por haber estado con otras mujeres ¡y desnudas!
- No fueron mujeres - replicó el
- fue una mujer, de hecho ni eso, aún era una chica.
- Sí, pero tú mismo reconociste
que era hermosa ¡Y que estaba desnuda!
- ¿No estás demasiado obsesionada
con el tema de la desnudez? - ¡Ay! Kan reprimió un gritito, la mujer había
agarrado un pequeño músculo de su espalda y lo giraba suavemente en un sentido
muy doloroso... sin duda adviertiéndolo de que midiese sus palabras.
- De acuerdo, de acuerdo, es
cierto - reoncoció el joven - era una muchacha hermosa - y sintiendo la punzada
más dolorosa añadió - pero no tanto como tú - esto pareció calmar a la joven
que relajó la presión y se acercó más amistosamente.
- ¿De veras fue totalmente
necesario? - preguntó ella sintiéndose culpable de hacerle tantos reproches al
joven, al fin y al cabo había vuelto vivo que era lo que importaba, pensó ahora
más fría.
- Sí - contestó sencillamente -
además le entregué la parte superior de mi Kimono para que se tapara cuando
acabó todo - a lo que añadió resentido - ¿Te crees que voy medio desnudo por
puro placer?
- Pues no lo había pensado - se
rió la joven ahora risueña como de costumbre abrazándolo desde la espalda - te
favorece y pensé que era una nueva moda entre los Samurais - se burló de él -
enseñar tu "pecho de lobo" igual que hace Omius - esto era,
obviamente, una pulla humillante e injusta, el joven no tenía ni un sólo pelo
en el pecho ¡Pero no era justo compararlo con el fornido guerrero! Temiendo
haberlo herido demasiado le dio la vuelta y se abrazó a él.
- De verdad te parezco más hermosa
que ella - preguntó
- Sin duda - contestó Kan - ¡Y
mucho más peligrosa!
La mujer se hizo la ofendida.
- ¿Peligrosa yo? - puso poniendo
cara buena - Si sólo soy una niñita buena y sumisa.
Kan la miró atentamente, ahora si
parecía buena... lo de sumisa habría que discutirlo. Pero Kan no se dejaba
convencer tan fácilmente.
- ¡Qué genio tienes! - dijo
rascándose el hombro - por unas palabritas y casi me matas. ¡Asesina! - rió
La joven se plantó frente a él
moviendo los puños de arriba a abajo como si fuera una adorable boxeadora. Una
carcajada surgió de la garganta de Kan.
- Temo preguntarte... - dijo con
un susurro de voz.
- Pregunta - sonrió ella contenta
- ¿No me pegarás? - dijo el
acariciándose el hombro.
- No cariño - dijo abrazándolo,
contenta de estar en privado y poder llamarlo como deseara.
- ¿Por qué te molesta tanto el
tema? - insistió Kan - Yo no le veo ni pies ni cabeza.
Ella se quedó pensativa durante
un momento:
- No está bien que un hombre vea
desnuda a una mujer que no es su esposa - dijo al fin - puede ser que este le
pierda el respeto, la deshonre y la abandone - explicó - al menos así me lo
explicó mi madre.
Kan quedó con la boca abierta.
- Yo nunca haría eso! - se
defendió - ¿Me crees capaz de hacer algo así?
Rosana iba a responder automáticamente
que TODOS los hombres eran así, pero después de un momento cambió de idea y
contestó:
- No, a tí no te creo capaz de
hacer algo así - y sincerándose añadió - pero no puedo dejar de tener un poco
de cuidado, es parte de mi ¿Comprendes?
- Supongo que sí - admitió Kan -
Pero estamos prometidos! - exclamó como si eso lo aclarase todo. - nos vamos a
casar, con lo que no tienes porque temer nada.
La joven quedó anonada por la
facilidad con la que él había asimilado que se iban a casar, ella aún no se
hacía a la idea, aunque si es cierto que le gustaba mucho. Pero en el fondo
ella seguía siendo la hija de un cocinero y él el hijo del hombre más poderoso
del reino, si la abandonase por cualquier razón nadie diría nada en su contra.
Sólo en ese momento se dio cuenta de que eso era lo que temía, no que la
abandonase deshonrada, sino perderlo. Amaba mucho más a Kan de lo que quería
reconocerse a si misma.
- Eso tampoco es una seguridad
completa - dijo ella eludiendo el tema que ya le estaba siendo incómodo -
además, por eso mismo te he permitido estar delante de mi cuando me he
desnudado, aún estando de espaldas me parece que ya son bastantes libertades.
No creo que mi madre aprobase mucho mi conducta ¡Y menos mi padre! - esto era
una escusa y ella la sabía, ella era dueña de si misma y poco le importaba lo
que pensasen sus padres, nunca dejaría de hacer algo que ella consideraba que
estaba bien. Rosana no encontraba nada mailicioso en los momentos que habían
pasado a solas, ni en el baño que habían tomado, mucho menos en los besos que
se habían dado. Eran acciones naturales y totalmente puras e inocentes. Es
cierto que había cierto jugueteo entre ellos, pero era normal entre dos
prometidos, lo malo habría sido que no existiese nada de amor en la pareja como
sabía que pasaba entre parejas mucho más mayores, e incluso, casadas. Eso si lo
consideraba algo malo y antinatural.
Kan había estado pensando durante
un momento a la par que la joven. Al fin dijo sencillamente.
- Entonces nos casaremos.
- Ya sé que nos casaremos -
contestó la joven que aún no había interpretado correctamente la afirmación del
joven - algún día, cuando nuestros padres lo consideren oportuno y tú no te
sientas forzado por el compromiso lo haremos - y rápidamente aclaró - sé que a
los hombres no os gusta comprometeros, pero yo... - su voz templó un momento -
yo te Amo Kan - dijo al fin haciendo al Comandante el hombre más feliz de la
tierra - lo supe desde el momento en que te vi hace meses sentado como aprendiz
en la mesa de tu padre - y después de mirarlo añadió - pero no quiero que te
cases conmigo sólo porque tu madre lo tramase todo para encontrar una esposa a
su hijo. Sé que tú no tenías ni idea de que era así y temo haberme aprovechado
de el neviosismo y el ímpetu de tu madre. - y sintiéndose por fin descargada de
lo que tanto tiempo había retenido en su pecho añadió - tú eres el hijo del
hombre más importante del imperio, tienes una gran carrera ante ti y yo no soy
más que la hija de un humilde cocinero, no quiero ser una carga para ti y que
en el futuro me guardes rencor por no haberte dejado cumplir tus sueños. Te
quiero demasiado para hacerte eso. - después añadió - Además estoy segura de
que siendo quien eres tendrás miles de mujeres dispuestas a casarse con alguien
con tu fortuna. ¡Pero a mi eso no me importa! - aseguró - Te quiero porque eres
bueno y valiente... porque eres tú. Si fueras pobre te querría igualmente -
Rosana se calló porque si fuera pobre quizás lo querría aún más pues no tendría
estas dudas que la atormentaban.
Kan estaba paralizado, apenas
había podido seguir el razonamiento expresado a toda prisa por la joven.
- Yo ... - dijo al fin - lo que
quería decir es que nos casaríamos hoy mismo - añadió al fin - así me ahorraré
más pedradas - explicó
Rosana, nerviosa como estaba, no
pudo reprimir una estruendosa carcajada, tumbó al chico en la hierba y se rió
feliz mientras lágrimas de felicidad caían por su rostro bañando al joven. Kan
se unió también al momento de felicidad sin acabar de comprender del todo que
le pasaba a la joven, pero ya estaba empezando a acostumbrarse a aquella
extraña doble personalidad que Rosana parecía hacer gala con él.
- Te quiero - dijo él
sencillamente, no esperaba la gran sonrisa de felicidad que cubrió el rostro de
la joven, decidió que si esa era la reacción que causaban en ella esas simples
palabras... se las repetiría una y otra vez durante toda su vida.
La joven pareja quedó allí,
tumbados en el claro sobre la hierba horas y horas hasta bien pasado el medio
día, no dijeron una palabra, sus ojos hablaban por ellos. Y eso fue lo único
que hicieron durante todas esas horas. Disfrutar de su mutua compañía, sólo
aquello parecía encerrar la máxima de las felicidades.
Otra vez la vida le eneñaba que
la máxima felicidad se alcanza de la forma más senilla, estando sencillamente
tumbado sobre la hierba con la persona amada.
Cuando por fin regresaron a
palacio Rosana le preguntó si les reñirían por llegar tarde, después de todo
sus padres tenían que estar preocupados al no saber de ellos durante tanto
tiempo.
- ¡Qué va! - aseguró el joven -
Gui nos encontró justo cuando el sol estaba en su cénit, nos miró un momento
para ver si estabamos bien y después partió para avisar a mi madre de que nos
encontrabamos sanos y a salvo.
- ¿Me dormí en algún momento? -
preguntó la joven extrañada, no recordaba haber visto al alto Samurai en toda
la mañana.
- No que yo sepa - contestó el
joven y viendo la mirada extrañada de su futura esposa añadió - Gui estaba
perfectamente camuflado entre unos árboles a nuestra derecha. Era imposible
verlo aunque estubieses a medio metro de él.
Rosana le miró sorprendida, de
sus ojos prendía una pregunta que el joven no acababa de leer.
- ¿Cómo lo viste? - dijo al fin
- Ah! - contestó alarmado -
Bueno... realmente no lo vi.
- Y entonces como sabes que
estaba allí ¿Acaso te lo imaginas?
- No no! - aclaró el joven -
¡Nunca haría esto! Sencillamente lo sabía. - al ver que Rosana quería saber más
añadió - es como un sexto sentido. Estos días he aprendido muchas cosas, entre
otras a no fiarme de las apariencias - dijo recordando la faz de Chang que
supuestamente era totalmente amable y que en realidad ocultaba la más profunda
de las locuras - Estos días he aprendido a fiarme mucho más de mi
"instinto", ignoro mis inseguridades y mis miedos y me guio por mi
intuición. Eso fue lo que me salvó la vida cuando me enfrente a Chang - recordó
amargamente - me había cegado con tierra suelta y no le veía - explicó a la
joven - así que tuve que fiarme de mi intuición para salvar la vida.
""Últimamente he
aprendido más lecciones de las que te imaginas. Sólo en estos dos días he
aprendido que siempre existe una salida honesta a una situación, por muy
difícil que sea.
""Aún cuando parecía
que sólo tenía dos opciones, matar a mi falsa prometida o morir, descubrí que
realmente SIEMPRE - dijo resaltando la palabra - siempre existe una opción
honrosa que conduce al éxito.
""Cuando me enfrente a
Chang al principio pareció que tenía ganada la batalla, después se inclinaron
las tornas, con lo que aprendí que nunca uno puede estar seguro completamente
de nada hasta que ya lo ha conseguido.
""También se aplica
esto a lo malo igual que a lo bueno. Cuando parecía que ya era hombre muerto
pude encontrar una salida que me salvo la vida.
""Siempre existe una
salida honrosa que te dará el éxito.
""También tu me has
enseñado algo - dijo contento de aclarar sus ideas pues hacía tiempo que no
podía hacerlo - Tanto tú como la hija de Chang me habeis enseñado que no
siempre lo que se cree por 'prejuicio" que es malo, ha de ser malo por
necesidad.
""Por ejemplo yo me
quería morir porque me consideraba un infame mientras fingía violentar a la
hija de Chang, esta me hizo ver que incluso aquel acto deprabado, en aquellas
circustancias fue para ella como una bendición, sospechó que aún cuando mis
actos no hubieran sido lastimeramente fingidos, la chica lo habría aceptado con
gusto para poder conservar la vida, sin duda algo mucho más importante que una
simple actuación.
""También tú me has
enseñado que una misma cosa vista por dos personas puede ser considerado bien
por una y mal por otra. Yo consideraba que estar juntos desnudos, era algo
bueno e inocente. Quizás sea por mi juventud, pero yo no veo distinción alguna
entre que estemos paseando ahora vestidos a que estuviesemos paseando desnudos.
- La mujer quedó ensimismada por la sencillez de los pensamientos del joven -
Quizás porque soy práctico por naturaleza comprendo la necesidad de la ropa
cuando hace frío, o de la armadura en la batalla... pero no entiendo la
necesidad de ropa por eso que llaman 'pudor' - después de hacer una pausa
añadió - sin embargo tú me has mostrado lo importante que es para tiº, tú lo
consideras algo malo o sencillamente impensable.
""Sospecho que ambas
formas de pensar, tanto la tuya como la mía son totalmente correctas pues sólo
dependen de quien esgrima el argumento a su favor o en contra para que esté
convencido de su necesidad. Unos considerarán más importantes unos puntos que
otros considerarán simples detalles y... viceversa.
""Esto me ha enseñado a
respetar más las formas de pensar de cada persona. Lo importante es la bondad
del corazón de la persona en si. Aparte de eso sus costumbres poca importancia
tienen, pues estas son cambiantes de un lugar a otro y al fin y al cabo no son
realmente importantes... mientras no se haga daño o perjucio a otra persona -
aclaró el joven - pues la base de la bondad está en no dañar a nadie y respetar
sus ideas.
""Hemos de respetar aun
lo que nos puede parecer ridículo a nosotros mismos pues de no hacerlo podemos
herir los sentimientos de otra persona.
""También he
aprendido... de nuevo - sonrió - que la máxima felicidad se consigue con
cuestiones que desechamos en el día a día.
""Ayer he visto la
muerte de cerca... varias veces - resaltó - eso me ha permitido darme cuenta de
que muchas veces nos preocupamos por detalles que no tienen importancia y
olvidamos disfrutar de cada segundo.
Después de mirar fijamente a los
ojos de su futura esposa continuó:
""No hay nada que haga
tan feliz como estar al lado de la persona amada. Eso tiene un valor
infinitamente más grande que las riquezas, el poder o cualquiera de los
placeres que nadie pueda ofrecerme, incluido Chang.
""Cuando estuve con la
hija del Samurai Oscuro tenía delante de mi a una muchacha muy hermosa,
dispuesta a satisfacer todos mis desesos. Tenía ante mi tesoros de infinito
valor a lo que había que sumar tierras y todos los placeres que puedan llegarse
a imaginar. - después de una pausa añadió - sólo un completo imbécil cambiaría
un solo segundo con el Amor de su vida por esos placeres sin importancia.
""Nada hay tan
imporante en la vida como el Amor. Sin embargo el amor sólo puede disfrutarse
al máximo con corazón puro que no desee más que estar cercano a la persona
amada.
Sólo ahora conocía Rosana a todo
lo que Kan había renunciado por estar a su lado. No sólo casi había muerto en
la lucha, también había renunciado a todos los sueños mundanos del hombre
normal. La increíblemente hermosa mujer se maravilló de la bondad y la pureza
del joven. Supo instintivamente que eso ya lo hacía superior a todos los
hombres.
Esa pureza se le tornó
irresistible y quizás, sólo quizás, fuera la causante de que lo amase con una
intensidad tal con la que ninguna mujer había amado antes.
...
...
ATENCION!!!
Ahora
has de realizar el Resto del Capítulo Una Vez SIN REALIZAR LOS EJERCICIOS.
Después
de que leas el Capítulo una Vez, descarga el CD que se te indica, escuchalo Y
SOLO ENTONCES, lee de nuevo este capítulo Desde este Punto REALIZANDO LOS
EJERCICIOS.
...
...
¿Qué
tal te sientes?
¿Verdad
que después de esta "ducha Mental" de leer el Manual Samurai te
sientes Fresco y Renovado?
La
Lectura del Manual Samurai es la Estrategia Mental MÁS EFICAZ que conozco para "limpiar
nuestras mentes" y "recargar las baterías".
La
Mayor Desventaja de esta Estrategia Mental es que es MUY LENTA. Es decir,
tardamos varias horas en leer todo el Manual Samurai.
Yo
lo comparo con darnos un baño de varias horas en una bañera de agua caliente,
es algo relajante y magnífico para nuestro cuerpo PERO OCUPA MUCHO DE NUESTRO
TIEMPO.
Yo
suelo bañarme en una bañera de agua caliente (físicamente hablando) al
menos una vez al mes, quizás una vez a la semana. PERO NO LO HAGO TODOS LOS DÍAS
porque eso me ocuparía MUCHO TIEMPO.
Por
eso, cada día, según me despierto cada mañana, lo que hago es darme una
"ducha rápida". Eso me permite permanecer límpio cada día.
Además,
me labo las manos todas las veces que sea necesario.
Muchas
personas hacen como yo. Se laban las manos antes de comer, se duchan cada día y
luego cada semana, o cada mes, se dan un buen baño caliente y relajante en el
que permiten que sus poros se dilaten y así se limpien profundamente.
Esta
forma de actuar es MUY EFICAZ para nuestros cuerpos físicos. Así que ¿Por qué
no tener una Estrategia Mental que nos permita hacer algo semejante con
nuestras Mentes?
Así
llegamos a la Estrategia Mental del "Renacimiento Rápido", la LIMPIEZA
DE LAS PANTALLAS MENTALES.
EM LIMPIEZA DE LAS PANTALLAS MENTALES
EM BAJADA A 8HZ CEREBRALES, ONDAS ALFA
Así
pues, la pregunta sería ¿Qué necesitamos para poder Limpiar nuestras Pantallas
Mentales Internas?
Lo
primero que necesitamos para poder Limpiar Nuestras Pantallas Mentales, es una
Estrategia Mental que nos permita AUMENTAR EL PREDOMINIO PARASIMPATICO.
¿Recuerdas
el Curso Básico de BioProgramación?
Durante
ese curso, aprendiste que el predominio "simpático" llena de
adrenalina nuestro cuerpo, reduciendo la cantidad de sangre que llega al
cerebro y "desconectando" muchas zonas del Cerebro.
Cuando
tratamos, cada día, con "ogros", subpersonalidades y similares, esas
pequeñas "preocupaciones" son Manchas, Negruras que van
"ensuciando" la Cabina de Control. Esas pequeñisimas preocupaciones
van haciendo que aumente el Predominio Simpático.
En
el Curso Básico de BioProgramación, tú aprendiste una Estrategia Mental
para aumentar tu Predominio PARASIMPÁTICO. Es decir, para ordenar a tu
cuerpo que dejara de producir adrenalina, que comenzar a producir
NORadrenalina, que enviara más sangre al Cerebro y a los Organos Internos, y
que actibara más y más zonas de tu Cerebro ¿Te acuerdas?
Esa
Estrategia Mental era algo Tan Simple como la Estrategia Natural de
"llevar Saliva a la Boca" ¿Verdad?
¿Recuerdas
como estaba extructurado el Cerebro?
El
Hemisferio Izquierdo está Expecializado en las Operaciones Lógicas. Con este hemisferio es con el que
Sumas, Restas, Multiplicas, Piensas de forma "Lógica" y
"razonas".
El
Hemisferio Derecho está Expecializado en Operaciones "Analógicas"
(Creativas). Con este
hemisferio es con el que Visualizas, "Sientes", Imaginas,
"Sueñas", etc.
Bajando desde el Craneo por toda la
Espalda, tenemos la Columna Vertebral, en cuyo interior está la "Medula Espinal"que es una especie de "Piloto
Automático" que ejecuta tareas sencillas (PERO MUY IMPORTANTES!!!)
Automáticamente. (Tareas como el Latido del Corazón, la Respiración, la Tensión
Arterial y otra serie de tareas que te explicaré más adelante.) Para realizar esas taeras la
Medula Espinal se apoya en el Sistema Nervioso Vegetativo, que se divide en el
Sistema Simpático y el Sistema Parasimpático.
Además,
habíamos aprendido que el Cerebro funcina a una serie de "Hercios"
(Hz.), es decir, a una Velocidad Determinada.
¿Recuerdas
como funcionaba esto de los Hercios?
- Entre 14 y 40 Hz, mantenemos lo que
se llama un estado BETA.
Este es el estado normal de vigília (despiertos y activos).
En 14 Hz empezamos a estar Atentos, y cuanto más aceleramos, más "atentos
y alerta" estamos.
Si superamos los 18 Hz, empezamos a sentir Sorpresa, Miedo y Estres.
Si superamos los 21, empezamos a sentir Ansiedad.
Y si vamos muy para arriba, podemos sufrir ataques de Pánico, e incluso la
Muerte.
- Entre los 8 y los 13 Hz, estamos en
un estado de "Relajación".
A 13 Hz estamos "Tranquilos".
A 10 Hz estamos "Relajados".
A 8 Hz estamos "Meditando", o en un estado de "Trance Leve"
(los 8Hz son las Ondas Alfa propiamente dichas).
- Entre 4 y 7 Hz, estamos en un estado
de Hipnosis Media, "Meditación Media", o "Sueño Ligero",
aquí "Visualizamos Fácilmente".
¿Sabes cuando estás cada noche a punto de dormir? Ese "punto" en el
que dejas de pensar y empiezas a "Visualizar", ¿En el que
"empiezas a Soñar"? Es este.
- Entre los 0,5 Hz y los 3 Hz, estamos
en "Trance Profundo", Sueño Profundo o "Meditación
Profunda".
¿Cómo
interactuan las Manchas, las Negruras y las Preocupaciones con el Cerebro?
Cuando
los Ogros comienzan a plantar sus Zarzas en nuestro Subconsciente, y se
comienza a sentir preocupaciones, el Cerebro COMIENZA A IR MÁS RÁPIDAMENTE. Esa
sensación de que hay que "apurarse", literalmente aumenta los Hz del
Cerebro.
Así,
si por ejemplo los Hz normales en estado Beta de una persona son de 15 Hz,
cuando la persona comienza a preocuparse, entonces comienza a subir sus Hz: 16,
17, 18, etc.
Si
supera los 18Hz, entonces siente miedo.
Si
supera los 21 Hz sentirá Ansiedad y puede entrar en un "Ataque de
Pánico".
Si
se supera una barrera entre 30 y 40 Hz tendrá un "derrame cerebral" y
esa persona posiblemente morirá.
¿Te
das cuenta?
El
Eficiente-Perfeccionismo, el Estado Mental Agresivo, las preocupaciones del
Pasivo-Dependiente, todos esos Estados Mentales se producen en ESTADO BETA.
¿Cuantas
veces has visto a un Eficiente-Perfeccionista metiendo prisa a otra persona
para que acabe antes?
Al
"meterle prisa" está Acelerando el Cerebro de la Otra Persona,
aumentando su predominio Simpático y entrando en una zona de la mente que produce
Miedos, Ansiedad, Estres y que puede causar la muerte.
De
igual manera ocurre cuando un Pasivo-Dependiente intenta "preocupar"
a otra persona, esas preocupaciones que causan que las personas "den
bueltas a los asuntos en la cabeza", aumenta los Hz cerebrales y hace que
la mente entre en peligro.
De
igual forma, los insultos de un Agresivo, hacen que el que los recibe sienta
"miedo" porque la mente de quien los recibe se Acelera y entra en esa
zona Peligrosa.
¿Comprendes?
Esas
NEGRURAS, causan que la mente del Emprendedor aumente sus Hz, aumente su
predominio simpático. ¿Y recuerdas que ocurre cuando la mente de una persona
Acelera sus Hz? Al aumentar el predominio simpático, se aumenta la producción
de Adrenalina Y ESO DESCONECTA MUCHAS PARTES DEL CEREBRO DEL EMPRENDEDOR.
Como
resultado de tener la mayoría de su cerebro desconetado, el Emprendedor NO
RAZONA BIEN. Los "miedos" pasan a ser lo único que hay en su mente,
porque las partes de la mente donde está la Luz ESTÁN DESCONECTADAS.
Como
resultado, hasta es posible que el Emprendedor caiga presa de una
"Frustración Temporal" y Abandone.
¡A
no ser que Sepa como LIMPIAR su Subconsciente de Negruras!
¿Te
das cuenta porque es Necesario aprender la EM de la Limpieza de las Pantallas Mentales?
Cuando aumentar
los Hz, las zonas del cerebro donde estaban las MOTIVACIONES ORIGINALES del
Emprendedor SE DESCONECTAN. Entonces el Emprendedor deja de recordar (momentaneamente) datos sumamente
importantes. Durante unos instantes deja de ver esas imagenes Gigantes de Exito
y Objetivos. Y pasa a ver sólo imagenes de Subpersonalidades y Fracasos. Su
Testosterona baja en picado, al no tener en cuenta sus motivaciones, ya no está
dispuesto a correr riesgos y él sólo ve los datos negativos.
Si
el Emprendedor estubiera en un Predominio PARASIMPÁTICO, de pocos Hz, entonces
la cosa cambiaría, PODRÍA VER CLARAMENTE, de nuevo, sus Objetivos, su
Testosterona aumentaría, y comprendería de nuevo que los datos positivos
son más importantes que esas sombras negativas.
Pero
como la zona del cerebro donde están los positivos está DESCONECTADA, entonces
él no puede verlos, no los recuerda, y acaba tomando la Equivocada Decisión de
Abandonar.
¿Te
das cuenta?
Si
un Emprendedor deja que su mente se "ensucie" demasiado. Eso causa
que sus Hz aumenten, que se genere Adrenalina, que las partes de su cerebro
donde están guardados esos Objetivos y esos Exitos se DESCONECTEN. Y eso puede
causar que el emprendedor Abandone. Una decisión de la que se arrepentiría
toda su vida.
Además,
ocurre que el Cerebro, en estado BETA no puede ejecutar anclajes correctamente.
A esos Hz tan elevados, hay tantas partes del Cerebro "Desconectadas"
que las células cerebrares que se encargan de activar ciertas Estrategias
Mentales están SIMPLEMENTE DESCONECTADAS. Con lo que ese Cerebro no puede
ejecutar ciertos "Poderes" (Estrategias Mentales).
¿Recuerdas
por qué antes de usar el Poder del Faquir, tú llevas Saliba a la Boca?
Lo haces porque llevas
Saliva a la Boca, es un Anclaje Natural que hace que tu Cerebro comience a
disminuir sus Hz y empiece a producir Ondas Alfa (entre 7 y 14 Hz).
Cuando
el Cerebro comienza a producir esas Ondas Alfa, eso significa (naturalmente)
que está trabajando a unos Hz más tranquilos que los Hz del estado Beta. Como
el cerebro trabaja a menos Hz, entonces aumenta el predominio PARASIMPÁTICO, se
comienza a producir NORadrenalina, se comienzan a ACTIVAR MUCHAS ZONAS DEL
CEREBRO porque se está enviando más SANGRE a esas zonas y entonces el cerebro comienza
a recuperar su capacidad para utilizar todos esos "Poderes de la
Mente" (Estrategias Mentales).
¿Comprendes?
Esta
es la razón de que los "Excepticos", las personas que están en un
Estado Mental 1, 2 y 3, no puedan (normalmente) hacer uso de esos "Poderes
Mentales". Las zonas de su cerebro que se Encargan de llevar a cabo esos
"Poderes" (Estrategias Mentales) estan DESCONECTADAS debido a LO
ACELERADOS que están sus Cerebros.
Todas
esas preocupaciones, dudas y "excepticimos", producen que los Hz a
los que trabaja su cerebro soprepase los 17Hz (y más), con lo que la parte de
su cerebro que está activa, es PEQUEÑISIMA. Lo que causa que para esas personas
SEA IMPOSIBLE el usar esos "Poderes".
Sin
embargo, si les hacemos reducir momentaneamente esos Hz, y les proporcionamos
la EM adecuada, entonces podrán utilizar sus Poderes con Total Facilidad. Tal y
como ocurría con el "Poder del Faquir".
¿Recuerdas
como antes de enviar el Pensamiento Activador "Mi brazo está anestesiado,
desde la el codo hasta la punta de los dedos no siento absolutamente, está
totalmente anestesiado", les hacíamos "Llevar Saliva a la
Boca"?
Al
levar esa Saliva a la Boca, estabamos haciendo que los Hz de su Cerebro se
redujeran, y entraran, aunque sólo fuera LEVEMENTE, en un estado más Alfa.
¿Te
das cuenta?
El Estado Mental Eficaz, es un Estado
Mental en el que la persona está emitiendo una cierta cantidad de ONDAS ALFA en
forma CONTINUADA.
Eso
causa que esa persona pueda utilizar sus "poderes", sus Estrategias Mentales,
EN CUALQUIER MOMENTO.
Es
importante comprender, que si una persona está en estado BETA e intenta usar
sus "Poderes", pueden ocurrir dos cosas. Si está trabajando a unos Hz
MUY ACELERADOS, entonces NO PODRÁ USARLOS.
Si,
está emitiendo unos Hz, moderadamente acelerados, entonces ES POSIBLE que pueda
llegar a usarlos. PERO LA TAREA LE
DEJARÁ TOTALMENTE AGOTADO.
Estará
usando una parte de su cerebro a la que casi no llega sangre, lo que le causará
agotamiento.
Sin
embargo, si esa persona ANTES se tranquiliza, y baja a un estado ALFA. Entonces
podrá usar sus Poderes y sus Estrategias Mentales CON TODA FACILIDAD. Es más ¡Al
utilizarlos se sentirá con Más Energía y Vitalidad!
¿Te
das cuenta?
Es
MUY IMPORTANTE COMPRENDER que en Estado Alfa los sentimientos Negativos NO
EXISTEN. Eso es lo que causa que estos "poderes" no puedan ser usados
para el "mal".
¿Comprendes
porqué en Estado Alfa no existen los sentimientos Negativos?
Para
emitir Ondas Alfa, es IMPRESCINDIBLE estar en un Predominio Parasimpático
¿Cierto?
Para
alcanzar un Predominio Parasimpático, necesitamos que nuestra mente esté
Totalmente Activada, y tenemos que estar emitiendo sentimientos de Salud, Amor
y Fe ¿Te das cuenta?
Eso es lo que causa,
que en ese estado Alfa, los sentimientos Negativos NO EXISTAN. Al no existir,
las "malas intenciones" desaparecen. Como en esos momentos esa
persona está LLENA DE AMOR, solamente puede hacer cosas Buenas con esas
Estrategias Mentales. ¿Comprendes?
Si
miramos la tabla de los Estados de Consciencia, vemos que cosas como el
"Miedo", la "Ansiedad" y todos los sentimientos Negativos
se producen en las estapas Altas del Beta. Es decir, cuando HAY MUY POCO
CEREBRO ACTIVO.
Es
sólo en esos momentos de "mal funcionamiento", cuando los seres
humanos se sienten "egoistas", "agresivos", o con
"odio".
Así
podemos comprobar de nuevo, que los Muros de
Negruras son la causa de Todos los Males de la Tierra (tal y como ya
sabíamos de la Teoría Galáctica).
Entonces
¿Qué ocurre si una persona que está en Estado Alfa, se pusiera a pensar
sentimientos de Odio o similares? ¡Que su mente sería disparada a Beta
INSTANTANEAMENTE, a los Hz en que se produce ese sentimiento (cerca de los
20Hz).
¿Comprendes?
De
igual manera, una persona que sienta Miedo (unos 17Hz), si se pone a pensar en
situaciones que le causen Amor y Fe, entonces empezará a emitir menos Hz.
Quizás logre bajar hasta los 12 Hz y "recuperar el control".
De
ahí la importancia de la Oración, y que tantos Maestros, como Jesucristo, dijeran
que hay que "Amar a tu prógimo como a ti mismo" y "Amar a Dios
con tod tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con toda tus
Fuerza".
¿Te
das cuenta?
Al
emitir esos sentimientos de Amor y Fe, las personas bajan al Estado Alfa, lo
que aumenta la cantidad de Cerebro que tienen Activo. Lo que aumenta sus
probabilidades de Exito en la Vida.
Seguramente
ahora comprendas mejor afirmaciones como "Tened Fe en Dios, en verdad os
digo que quien diga a este monte: 'Quitate de ahí, y arrojate al mar', no
dudando en su corazón, sino creyendo que se hará lo que dice, lo
alcanzará".
Cuando
una persona está en Predominio Parasimpático de ALFA, usa una Mucha Mayor parte
de su Cerebro. Eso le permitiría idear un plan para quitar por medio
"mecánicos" el monte de ese lugar. O LITERALMENTE, si esa persona
conoce la Telekinesis, en Estado Alfa podría usar la Telekinesis para
LITERALMENTE levantar el monte con el poder de su mente y arrojarlo al mar.
Así
pues, lo que es IMPOSIBLE para una persona en Estado Beta. ES LO MÁS FÁCIL DEL
MUNDO, para una persona en Estado Alfa.
Todos
los Grandes Genios, como Tomas Edison, tenían un ritual para entrar en Estado
Alfa (muchos lo llamaban
"conectar con la Inteligencia Infinita" o nombres similares). Al entrar en Alfa,
tenían una Mucha Mayor Parte de su Cerebro Activado, y por tanto eran capaces
de encontrar soluciones e inventar cosas, que a nadie en estado Beta se le
habría ocurrido JAMÁS
(Nota.-
Puedes encontrar muchos ejemplos sobre los métodos que los Millonarios usan
para entrar en Alfa, en el libro "Piense y Hágase Rico" de Napoleon
Hill)
Así
pues, vemos que EL PRIMER PASO para poder "limpiar las negruras de los
Ogros de nuestras Pantallas Mentales", será poseer ALGÚNA ESTRATEGIA
MENTAL que nos permita ENTRAR EN ESTADO ALFA.
Al
entrar en Estado Alfa, podremos REACTIVAR todas las zonas de nuestro cerebro
que las "Zarzas" hubieran desconectado al aumentar los Hz de nuestro
Cerebro.
Al
entrar en Estado Alfa, recuperaremos la Relajación, la Tranquilidad y el
Optimismo necesario, para luego tomar las
Medidas que nos permitirán limpiar esas Negruras.
En
el Curso Básico, habías aprendido una Estrategia Mental MUY BÁSICA para entrar
en Alfa. Cada vez que has llevado Saliva a la Boca para aumentar tu Predominio
Parasimpático has estado Entrando en Estado Alfa ¡Pero tú no lo sabías!
La
Mente Humana, está continuamente Subiendo y Bajando sus Hz. Puede cambiar de
unos Hz a otros rápidamente y sin problemas. Por ejemplo, cada noche, tu mente
baja hasta los 4 Hz, y luego cuando despiertas "en un instante" sube
a 8Hz, se mantiene ahí, y luego según las personas van pensando en sus
Negruras, los Hz comienzan a aumentar.
Hoy
voy a darte una Estrategia Mental que te permitirá BAJAR A ALFA (8Hz) SIEMPRE QUE
QUIERAS.
PODRAS BAJAR A ALFA 8 HZ CEREBRALES
EN CUALQUIER SITUACIÓN Y MUY RÁPIDAMENTE.
Y
lo más importante, podrás hacerlo de una forma Mucho Más Profesional (y Eficaz) que simplemente
"llevando saliva a la boca".
USAR
ESTA ESTRATEGIA MENTAL te permitirá mantenerte TODO EL DÍA en un Estado Mental
Eficaz.
Y
si llegas a perder ese Estado Mental EFICAZ, con esta Estrategia Mental podrás
recuperarlo de forma tan sencilla como cerrar los ojos, llevar saliva a la
boca y decir "Mi mente está funcionando a 8Hz, estoy
en estado Alfa".
Sencillo
¿Verdad?
Durante
los primeros meses, esta Estrategia Mental te servirá para "frenar" a
tu mente e impedir que se lance al "Peligroso" Estado Beta.
Con
el tiempo, tu mente se acostumbrará a estar en Alfa, y podrás estar en ese
estado Todo el Día sin esfuerzo.
¿Recuerdas
lo que ocurría las primeras veces que usabas la Anestesia Psicológica?
Quizás
te hacías daño, un golpe, un corte o algo similar. Entonces llebavas saliva a
la boca y anestesiabas esa parte ¡El Dolor Desaparecía!
Después,
con el tiempo, un día te hiciste una Herida ¡Y el cuerpo se anestesió solo! No
tubiste que hacer nada! Tu Subconsciente ya
había "aprendido" a Anestesiarse sólo, en cuanto te haces
una herida es tu propio subconsciente quien te anestesia de forma automática
¿Verdad?
Lo
mismo ocurrirá con esta Estrategia Mental. Primero te bajarás varias veces al
día a estado Alfa. Un mínimo de Tres Veces (siempre antes de
realizar tu VOR). Y quizás muchas más veces, pues la
usarás como substituto de entrada en predominio parasimpático. Siempre que
antes "llevabas saliva a la boca", ahora, en su lugar, bajarás a
Alfa.
Un
día, te encontrarás con que tu Subconsciente a aprendido a mantenerse en Alfa,
y que tu cerebro se mantendrá en una frecuencia cercana a los 8Hz.
Ese
día, TODOS LOS SENTIMIENTOS
NEGATIVOS habrán desaparecido de tu vida PARA SIEMPRE.
(Porque
los sentimientos negativos se producen sólo en los altos Hercios del
estado Beta, y como tú te estarás mantiendo en Alfa, entre 8 y 14 Hz,
entonces todas las zarzas desaparecerán de tu vida ¡Para siempre! Magnifico
¿Verdad?^_^)
Entonces
¿Cómo puedes aprender a bajar a los 8Hz?
Simplemente
descarga este CD de esta dirección Web, escuchalo con unos Auriculares, y sigue
sus instrucciones como harías con la BioRelajación.
Una
vez que escuches el CD, ya podrás bajar a Alfa SIEMPRE QUE QUIERAS, con sólo
cerrar los ojos, llevar saliva a la boca y pensar "Mi cerebro está
funcionando a 8 Hz, estoy en Estado Alfa"
Si lo prefieres, puedes descargar el CD
comprimido en formato .zip
Nota.-
Si no consigues descargarte el CD a la primera, espera un par de horas y vuelbe
a intentarlo.
Y
RECUERDA, si quieres descargar el CD Más Rapidamente, te aconsejo usar el
programa "Orbit Downloader" que puedes
descargar GRATUITAMENTE en la web: http://www.orbitdownloader.com/es/index.htm
Te
ayudará a descargar el CD MUCHO MÁS RÁPIDAMENTE y más fácilmente.
UNA ACLARACIÓN.
Algunas
personas tienen la "negrura" de creer que en estado Alfa No se posee
"capacidad de discrenimiento" (creen que No se puede
pensar con Lógica, o que no puedes tomar decisiones por ti mismo) ¡ESo es
totalmente Falso!
¡JUSTAMENTE
ES TODO LO CONTRARIO! Una persona en Estado Alfa, tiene MUCHAS MÁS PARTES DE SU
CEREBRO ACTIVADAS! Así que piensa con MUCHISIMA MAYOR CLARIDAD! Su Inteligencia
Aumenta, y su Memoria también Aumenta! De hecho, su Memoria aumenta hasta
niveles INCREIBLES (como se verá más adelante).
El
problema, es que esas personas están tan acostumbradas a vivir en Beta, que su
SRA ya no admite otra forma de vivir, así que si entran en Alfa su SRA les
"Desconecta", así que sólo pueden estar en Alfa si están
Incoscientes, Dormidos o bajo Hipnosis.
Sin
embargo, tu SRA ya está MUY
ACOSTUMBRADO a que emitas ondas Alfa estando tú "despierto". ¿Recuerdas todas las
veces que te he hecho llevar saliva a la boca mientras seguías el Curso Básico
de BioProgramación?
Lo
hice con la Intención de hacer que tu SRA se fuera acostumbrando a emitir Ondas
Alfa mientras tu mente consciente estaba despierta ^_^
Por
eso siempre insisto en que todos los Aprendices de Técnico en BioProgramación
sigan un mínimo de 2 veces el Curso Básico de BioProgramación, para asegurarme
de que su SRA está "acostumbrado" a emitir Ondas Alfa mientras sus
mentes están conscientes y despiertas ^_^
Así
que durante todo este tiempo, tu SRA ya se ha acostumbrado. Y como ya está
acostumbrado, tú ya puedes entrar en Estado Alfa manteniendo toda la
Consciencia que mantienes en Beta. ¡ES MAS! Tú mismo comprobarás que estando en
Estado Alfa PIENSAS MUCHO MÁS
CLARAMENTE y posees más Inteligenica y Creatividad que en el estado
"normal" de Beta.
¡Y
es lógico que pienses más claramente! En esos momentos tu Cerebro RECIBE MÁS
SANGRE, RECIBE MÁS OXIGENO y tiene Más Partes Activadas. Siendo así ¿Como no
vas a pensar con Más Claridad?
Estar
en Estado Alfa, es toda una Experiencia. Todos los Poderes y Estrategias
Mentales que obtendrás en el Curso de Experto en BioProgramación, tienen su
base en el Estado Alfa, y consisten en APRENDER A UTILIZAR todas esas Partes
del Cerebro que SE ACTIBAN al entrar en Estado Alfa debido al Predominio
Parasimpático!
...
...
No
continues leyendo, hasta que no hayas escuchado el CD y puedas bajar a 8Hz.
...
...
¿Ya has escuchado el CD de los 8Hz?
Si
la respuesta es "Si", entonces puedes seguir leyendo ^_^
Ahora
que ya puedes bajar a 8H, PRUEBA tu Nueva
Estrategia Mental.
Simplemente
cierra los ojos, lleva saliva a la boca, visualiza la Nube Blanca que baja del
cielo y te rodea y piensa "Mi cerebro está funcionando a 8Hz, estoy en
Estado Alfa".
¿Notas
como te sientes Instantaneamente Relajado?
Ahora
intenta Abrir los Ojos ¿Verdad que no puedes hacerlo?
La
"CATALEPSIA DE LOS PARPADOS" es la forma que tiene tu Subconsciente
de indicarte que estás en 8Hz. En ese estado es Imposible abrir los ojos USANDO
EL CAMINO NORMAL, la Orden "habitual" que das en estado
"beta".
Naturalmente, se pueden abrir los
ojos SI USAS TUS CONOCIMIENTOS EN BIOPROGRAMACION. ¿Cómo?
Un
método es "esperar" hasta que salgas de 8Hz, así podrás abrirlos
normalmente ^_^
La
otra forma es simplemente pensar LA ORDEN "Mis parpados están
abiertos". ¡Y tus parpados se abrirán con fuerza! (mientras mantienes tu
mente a 8Hz cerebrales, estado Alfa ^_^)
Este
es EL MISMO PRINCIPIO de la "Anestesia Psicológica". Si puedes decir
"Mi brazo está anestesiado" y tu brazo se anestesia, también podrás
decir "Mis parpados están abiertos" y tus parpados se abrirán ^_^ Sencillo
¿Verdad?
Durante
la próxima semana, tienes que hacer este Ejercicio para Ayudar a tu Mente a
suvir al Estado Eficaz.
¿Qué
tienes que hacer?
Durante
7 días, entra en Alfa una vez cada hora. Mientras estés en Alfa
CONCENTRATE EN LO QUE SIENTES.
Cuando
estés fuera de Alfa, en Beta, concentrate en lo que Sientes.
Haciendolo
así, podrás IDENTIFICAR la BioEnergía que te hace ENTRAR EN ALFA ¡Eso te será
muy útil en el futuro!
Es
importante que comprendas, que sólo necesitas escuchar el CD 1 única vez, y que
el anclaje de cerrar los ojos, llevar saliva a la boca, visualizar la Nube
Blanca que baja del cielo y te rodea y pensar "Mi cerebro está funcionando
a 8Hz, estoy en Estado Alfa". FUNCIONARÁ DURANTE TODA TU VIDA.
Además,
cuando más uses el Anclaje, MÁS FACIL TE SERÁ ENTRAR EN ALFA!!!
Es
Muy Importante que realices el ejercicio de entrar en Alfa a cada hora durante
7 días, porque eso Anclará a tu mente a mantenerse a 8Hz durante todo el día.
...
...
Descansa
unos instantes antes de continuar.
...
...
Antes
habíamos dicho que Entrar en Alfa era sólo un PRIMER PASO para aprender una
Estrategia Mental que nos permita LIMPIAR LAS PANTALLAS MENTALES.
Ahora
comenzaremos a aprender esa Estrategia Mental que nos permitirá limpiar las
negruras de los ogros mientras estemos en Estado Alfa.
Para
poder conseguir eso, primero debemos fijar un Preanclaje:
PREANCLAJE DE LA
ESPIRAL.
Fijate
en la Espiral Violeta, concentrate en ella durante un minuto entero, hasta que
seas capaz de Visualizarla Claramente con los ojos cerrados:
Ahora
tienes que realizar un VOR PLUS tal y como haces cada día.
Antes
de realizar tu VOR PLUS, siempre llebabas Saliva a la Boca para aumentar tu
Predominio Parasimpático ¿Verdad?
Ahora,
en vez de hacer eso, "Baja a 8Hz" tal y como se te ancló en el CD de
8 Hz. Verás como el Predominio Parasimpático que obtienes ES MUY SUPERIOR al
que eras capaz de alcanzar hasta ahora.
Así
pues, cierras los ojos, miras hacia tu "tercer ojo", visualizas
que muerdes un limón y que su acido jugo inunda la parte de debajo
de tu lengua, piensas "Mi boca se llena de saliba, fluida,
abundante", visualizas la nube blanca que cae sobre ti y repites
mentalmente "Mi cerebro está funcionando a 8Hz, estoy en estado
Alfa".
Instantaneamente
te sentirás Muy Relajado, en enorme Predominio Parasimpático, tu Cerebro estará
funcionando a 8 Hz y prueba de ello será que "no podrás abrir los
ojos".
Estando
así, realiza tu VOR PLUS en forma COMPLETA.
Cuando
llegues a la parte de la Oración. Después de Rezar la Primera Vez para aumentar
tu Propio Violeta, EN EL MOMENTO QUE SIENTAS FUERTE TU VIOLETA, VISUALIZA LA
ESPIRAL VIOLETA y manten la visualización durante 20 segundos para crear un
"Anclaje Visual" de esa Imagen de la Espiral Violeta hacia esa
Emisión de BioEnergía Violeta.
Mientras
Visualizas la Espiral Violeta, piensa la palabra FE, para crear un "Anclaje Auditivo" de esa
Palabra "FE" hacia la Emisión de BioEnergía Violeta.
Al
mismo tiempo, concentrate en tu la parte superior de tu craneo, fijate en que ahora
lo sientes más relajado, memoriza esa Sensación para anclarla hacia la Emisión
de esa BioEnergía Violeta.
Después
de realizar ese Anclaje, conecta con el Equipo.
Una
vez hayas conectado y sientas la BioEnergía del Equipo, refuerza los Anclajes.
Es decir. EN EL MOMENTO QUE
SIENTAS MAS FUERTE EL VIOLETA DEL EQUIPO VIOLETA, VISUALIZA LA ESPIRAL
VIOLETA y manten la
visualización durante 20 segundos para crear un "Anclaje Visual" de
esa Imagen de la Espiral Violeta hacia esa Emisión de BioEnergía Violeta.
Mientras
Visualizas la Espiral Violeta, piensa la palabra FE, para crear un "Anclaje Auditivo" de esa
Palabra "FE" hacia la Emisión de BioEnergía Violeta.
Al
mismo tiempo, concentrate en tu la parte superior de tu craneo, fijate en que estás
sintiendolo relajado y con algunos puntos "llenos de luz", memoriza
esa Sensación para anclarla hacia la Emisión de esa BioEnergía Violeta.
Después
de realizar ese Anclaje, repite la oración para sentir LA MANO DE DIOS.
EN
CUANTO LA SIENTAS CLARAMENTE, refuerza los Anclajes. Es decir. EN CUANTO SIENTAS LA
MANO DE DIOS SOBRE TU CABEZA, VISUALIZA LA ESPIRAL VIOLETA y manten la
visualización durante 20 segundos para crear un "Anclaje Visual" de
esa Imagen de la Espiral Violeta hacia esa Emisión de BioEnergía Violeta.
Mientras
Visualizas la Espiral Violeta, piensa la palabra FE, para crear un "Anclaje Auditivo" de esa
Palabra "FE" hacia la Emisión de BioEnergía Violeta.
Al
mismo tiempo, concentrate en tu la parte superior de tu craneo, fijate en lo que
sientes allí en esos instantes, memoriza esa Sensación para anclarla hacia la
Emisión de esa BioEnergía Violeta.
...
...
Realiza
el Ejercicio y descansa unos instantes antes de continuar.
...
...
Ahora
comprueba que el Anclaje está bien Realizado. ¿Cómo? Simplemente mira esta Espiral Violeta, mientras la mira piensa la palabra FE y concentrate en la parte superior de tu craneo.
¿Ves
como notas que tu Craneo se Relaja y como sientes de nuevo La Mano de Dios
en tu Cabeza?
Eso
significa que la Espiral Violeta ya está CORRECTAMENTE ANCLADA hacia la
BioEnergía Violeta.
A
partir de ahora, y para siempre, podrás sentir la Mano de Dios con sólo
Visualizar esa Espiral Violeta.
Además
¿Recuerdas que habíamos anclado las Leyes de Dirección de Anclajes de las
Parabolas del Manual Samurai a esa misma Espiral Violeta?
Antes
habíamos hecho eso, para que nuestra Mente Lógica comprendiera que es lo que
tiene que hacer para "limpiar" el Subconsciente (es decir, eliminar
negruras y reestrablecer esas leyes de dirección de Anclajes).
Como
resultado, AHORA TIENES UN ANCLAJE PODEROSISIMO PARA LIMPIAR TU MENTE. ¿Te das
cuenta de lo Poderoso que es?
Cada
vez que Visualices esa Espiral Violeta, tu Mente aplicará las Leyes de
Dirección de Anclaje Y LO HARÁ CON LA FUERZA DE LA MANO DE DIOS ¡LA MAYOR
FUERZA POSIBLE!
Con
esa Fuerza, toda la "Basura", "Negruras" y
"Zarzas" que pudieran haberte lanzado otros SERAN ELIMINADOS, las
Subpersonalidades serán Fusionadas y tu mente se "Limpiará" ¡Que es
exactamente lo que buscabamos obtener con esta Estrategia Mental!
¿Te
das cuenta de lo Importante que es esta Estrategia Mental?
¿Y
cómo tenemos que Utilizarla?
¡La
forma es Muy Fácil!
Visualiza
Ahora la Cabina de Control de tu Subconsciente ¿Recuerdas como es? El Cilindro
Azul, las Pantallas Mentales Internas, los Altavoces, etc. Si no tienes una
imagen clara, acude al Capítulo 4 del Curso de Técnico en BioProgramación donde
podrás encontrar esta Descripción.
Estás en la cabina de control de tu Nave
Espacial. Dentro del Cilindro Azul que está lleno de un líquido acuoso. Delante
de ti están, a la Izquierda los Monitores de PC que son la parte lógica. A la
derecha los Televisores que son la parte Creativa.
En el Suelo,
están esos botones que actibas usando los "poderes mentales" de tu
Cuerpo Astral, es decir, por medio de la BioEnergía. Tú sabes que esos botones
controlan las Estrategias Naturales.
Ya sabemos lo
que hay delante, y abajo. ¿Y qué hay a la Izquierda y a la Derecha?
Tuerces la
cabeza, y ves que a la Izquierda hay un Enorme Computador con unos Ennormes
Altavoces. Este computador se encarga de todas las funciones de
"sonoras".
Por ejemplo,
cuando escuchas palabras, él es quien transforma esas palabras en Imagenes y
sentimientos que comprendes.
Como sabes
por el Curso Básico, las Palabras son Anclajes ¿Verdad? "Amor" es
sólo una palabra. Pero tú cuando escuchas la palabra "Amor" sientes
dentro de ti que sabes lo que significa, es el Sentimiento del Amor.
Ese
Computador Sonoro de la Izquierda, es quien "transforma" esa palabra
que escuchas, en una imagen, o en un sentimiento, para que tu cuerpo Astral
pueda comprender el significado de esa palabra.
¿Entiendes?
Este
computador sonoro de la Izquierda tiene también otra funciones. Si miras a la
Izquierda e intentas recordar la Voz de tu Madre, verás que puedes recordarla
perfectamente porqué ese Computador Sonoro "grava" en su disco duro
"todo lo que escuchas en tu vida".
¿Nunca te ha
pasado que has escuchado una melodía, y que luego no te la podías quitar de la
cabeza en todo el día?
Lo que
ocurrió es que ese Computador Sonoro gravó la melodía, y tu cuerpo Astral, por
error, le dio la orden de que repitiera esa canción indefinidamente. Esa orden
fue un sentimiento que tubiste subconscientemente, sin darte cuenta,
mientras oías la canción.
La Nabe
Espacial está captando muchas sensaciones de tu alrededor durante TODO EL
TIEMPO. Ahora mismo tú estás sentado en una silla leyendo estas líneas ¿Verdad?
El aire que toca tu piel ¿Es frio o es caliente?
¿Tienes algún
músculo tenso o te sientes relajado?
¿Qué sabor
hay en tu boca?
¿Qué es lo
que huele tu nariz?¿A que huele el aire?
¿Cómo sientes
tus pies?
¿Y el cuero
cabelludo de tu cabeza?
¿Cómo es tu
respiración? ¿Rápida, tranquila?
Como ves, hay
"mucha información" y normalmente tu cuerpo Astral, no hace caso de
toda. Así que es "normal" que se le pasen "desapercibidos"
ciertas sensaciones que, en realidad, SON ORDENES al Subconsciente. Ordenes como
esa de que repita la canción indefinidamente, u otras muchas.
¿Comprendes?
Entonces
decíamos que a tu Izquierda está el Computador Sonoro que "transforma lo
que escucha" en sentimientos o imagenes. Y que puede
"reproducir" cualquier cosa que haya escuchado anteriormente.
Para probar
tu Computador Sonoro, simplemente intenta recordar como sonaba la voz de tu
madre, hazlo con tus OJOS FÍSICOS mirando al centro de altura y
completamente hacia la Izquierda. Verás que te es fácil escucharla.
¿Y qué hay a
la Derecha?
A la derecha
hay un simple Altavoz Enorme.
Ese Altavoz
es Creativo. Tódo lo que tú quieras, él lo tranformará en sonido.
Con él puedes
componer nuevas melodías, o puedes "pensar" en palabras.
Cuando
piensas en palabras, está usando ese altavoz de la derecha para transformar
imagenes y sentimientos en sonidos.
Palabras que
pueden sonar dentro de tu cabeza, o que por medio de tu Cilindro Azul de
Realidad Virtual podrás rediriguir a tu garganta, a las Cuerdas Vocales de tu
Nabe Espacial para que esas palabras sean sonidos en el exterior. Sonidos que
usarás para comunicarte con "otras Naves Espaciales" de la misma
forma que las naves de la Nasa usan Ondas de Radio para comunicarse entre sí.
Sólo que en vez de ondas de radio, tú usarás Ondas Sonoras (pero ondas al fin y
al cabo ^_^).
Si
desde que leiste el Capítulo 4 has ido a menudo a tu Cabina de Control, habrás
comprobado que cuando estás "cansado", la luz dentro de la cabina de
control es tenue, y el suelo se llena de "porquería".
Sin
embargo, cuando estás Lleno de Entusiasmo y de Fe, la Cabina de Control está
llena de Luz y totalmente Limpia.
Si
desde que leiste el Capítulo 4, has hecho alguna Bio-Fusión, es Muy
Posible que encontrarás que esa subpersonalidad estaba dentro de la cabina de
Control, quizás poniendose delante de un monitor para que no pudieras verlo, o
quizás incluso Dentro de ese monitor, ocupando ese trozo de la pantalla.
También
es posible que sintieras como esa subpersonalidad apretada el Cilindro Azul,
produciendo cierta Negrura en su Textura y haciendote sentir "tenso"
en alguna parte de tu cuerpo.
Si
después de tratar con un Ogro, miras dentro de tu Cabina de Control, te puedes
encontrar con que esa Cabina de Control esta algo "sucia". Algunas veces
esa suciedad son "mocos" que están pegados en las Pantallas Mentales
Internas (PCs y TVs).
Otras,
esa suciedad es Polvo que hay en el Suelo, o una sustancia "negruzca"
puesta sobre el Cilindro Azul.
Cuando
"Limpiamos nuestra Mente", literalmente estamos Limpiando nuestra
Cabina de Control. Gracias a Limpiarla
podemos "ver mejor" lo que hay en las Pantallas Mentales, tenemos un
Mayor Dominio sobre nuestra BioEnergía y nos sentimos más Tranquilos.
Ya
te habrás dado cuenta, de que cuando se ponen Subpersonalidades delante de las
Pantallas Mentales, o cuando se acumulan Negruras, o Mocos en las Pantallas
Mentales, eso es lo que hace que "lo veas todo Negro".
¿Te
das cuenta?
Si
esas Negruras se aposentan sobre el Cilindro Azul, quizás en forma de mocos,
sustancia negra o incluso con forma de Subpersonalidades (algunas del tamaño de
insectos) que "aprietan" o "muerden" el Cilindro Azul,
entonces sientes "Tensiónes" en el Cuerpo, o como Sensaciones
Negativas como Desanimo, Frustración, Dolor, Cansancio, etc.
Si
esas Negruras, se aposentan sobre los Botones del Suelo, entonces tiendes a
sentir "Furia" y te es dificil controlar tus sentimientos.
Si
las Subpersonalidades se instalan cerca de los Altavoces, entonces es posible
que esas negruras tengan la forma de "Voces" que critican.
¿Comprendes?
Cuando
leemos el Manual Samurai, sentimos como todas esas Negruras desaparecen (la
Suciedad), y cuando Fusionamos desaparecen las Subpersonalidades.
Algunas
veces, las Subpersonalidades van "ensuciando" la Cabina de Control.
Es por eso que cuando hablas con personas que viven en estados 1, 2 y
3, tu Cabina de Control se va ensuciando.
Naturalmente,
que alguien deposite un poco de "basura" en tu Cabina de Control, es
algo indiferente. Pero si una persona tras otra van depositando basura, y esta
se va amontonando ¿Qué ocurrirá si no Limpias la Cabina de Control (tu mente)?
¡Exacto!
Tu Energía se irá disminuyendo, lo irías viendo todo cada vez más
"negro", irías Sintiendote Peor, con Menos Energía, irías escuchando
voces de desanimo e iría creciendo dentro de ti la Frustración Temporal.
Naturalmente,
esto ya lo sabías! De hecho, también eres consciente de que si se amontona
"Demasiada" basura, y se le une a esa Basura una Situación de Dolor
Extremo, hay un 35% de posibilidades de que esa Basura se
"Diferencie" y entonces se transforme en una Subpersonalidad.
¿Comprendes?
Entonces
¿Qué hay que hacer?
¡LIMPIAR
LA MENTE! ¡REALIZAR UN RENACIMIENTO! Eliminar esa Basura DIARIAMENTE para que
no se balla acumulando.
La
Basura dentro de la Cabina de Control se acumula, de forma parecida, a como se
acumula sobre el cuerpo.
Imaginate
que hoy sales a la calle y te cae un poco de barro encima ¿Qué ocurre? Bueno,
realmente no ocurre nada, estás un poco sucio, tampoco es nada del otro mundo.
Pero
¿Qué ocurre si no te labas? ¿Que ocurre si día tras día, mes tras mes, se va
acumulando "un poco de barro" sobre tu cuerpo sin que nunca lo
limpies?
Después
de unos cuantos meses ¡No se te podrá ver debajo de tanto barro! Tu piel
parecerá una costra asquerosa, las moscas te estarían rodeando continuamente,
puede ser que varios tipos de gusanos y arañas vivieran dentro de esa capa de
barro que es tu "segunda piel". Toda la comida te sabría a "porquería",
el unico olor que percibirías sería el de "mierda", te sentirías
fatal, te verías fatal, olerías fatal ¿Te das cuenta?
Lo
mismo ocurre con la Mente y la Cabina de Control. Si hoy biene un Ogro y te
hecha un puñado de barro encima, no es muy importante. Incluso aunque lo hagan
varios no importa. El problema surge si eso curre día tras día, semana tras
semana ¡Més tras Mes!
¿Te
das cuenta? A LA MAYORÍA DE LAS PERSONAS, los Ogros les van arrojando Barro
Encima, y estas personas NO SABEN COMO LABARSE, así que sus mentes acaban
teniendo el mismo aspecto que tendrían sus cuerpos después de varios meses sin
labarse.
Así
pues, necesitamos UNA FORMA RÁPIDA de Limpiar Nuestras Mentes. Tiene que ser el
Equivalente a como te "labas las manos" antes de comer, o como te
duchas.
Si
leer el Manual Samurai sería "pegarse un buen Baño", esta Estrategia
Mental del RENACIMENTO RÁPIDO, para LIMIPIAR LA CABINA DE CONTROL sería el
Equivalente a una Ducha o Labarse las Manos. Quizás no nos limpie tanto como
"un buen baño", pero si nos va a permitir eliminar la gran mayoría de
la porquería y mantenernos con una buena higiene.
CREANDO LA PAPELERA DE
RECICLAJE
Si
vamos a Labar la Porquería, lo primero que necesitaremos dentro de la Cabina de
Control ¡Será algo donde arrojar esa porquería!
Como
esto es un Anclaje que vamos nosotros a crear, podríamos darle CUALQUIER FORMA
QUE DESEEMOS.
En
el Pasado, para esta EM utilicé la forma de "duchas", de
"lababos", incluso de "cubos" como los que se usan para
fregar. Sin embargo, con la llegada de la Informática, diseñe una nueva forma,
una MUCHO MÁS EFICAZ ¿Cuál? ¡La Papelera de Reciclaje!
¿Qué
es la Papelera de Reciclaje?
Si
utilizas el sistema operativo "WINDOWS 98" de Microsoft (o superior),
puedes dejar de leer este e-mail durante unos momentos e ir al
"escritorio".
Dentro
del Escritorio, verás que hay un icono que dice "Papelera de
Reciclaje".
Este
Icono puede estar en cualquier parte del Escritorio, a mi personalmente me
gusta ponerlo en la parte inferior derecha de la pantalla.
¿Para
que sirve ese Icono?
Si
"arrastras" cualquier archivo "viejo" que ya no te siva, y
lo introduces en su interior, el archivo se Borra. Es como si cogieras un papel
y lo metieras en una "papelera" para tirarlo a la basura.
Sin
embargo, con la Papelera de Reciclaje el archivo que introduces en él NO SE
BORRA INSTANTANEAMENTE, sino que se queda "dentro de la Papelera" por
si te arrepientes y lo quieres recuperar de nuevo.
¿Y
qué ocurre si NO quieres recuperar el archivo? ¿Qué haces si quieres eliminarlo
de forma definitiva?
Pues
simplemente, lo "tiras" a la papelera de reciclaje y luego haces lo
siguiente: Haces Click CON EL BOTÓN DERECHO sobre la Papelera de Reciclaje,
entonces te sale un pequeño "menú", entre las opciones que te muestra
ese menú aparece "Vaciar la Papelera de Reciclaje". Haces
"Click" sobre "Vaciar la Papelera de Reciclaje" y
entonces te aparece un "pop up", una "ventana", donde te
dice "¿Confirma que desea Eliminar el contenido de la Papelera de Reciclaje?",
dentro de la ventana aparecen dos opciones "Si" y "No".
Entonces haces "Click" sobre "Si" y ¿Sabes que ocurre? ¡Que
esos Archivos DESAPARECEN COMPLETAMENTE?
...
...
Hazlo
AHORA
Vete
al Escritorio de tu PC, mueve un archivo viejo a la Papelera de Reciclaje.
Luego pulsa botón derecho sobre papelera de Reciclaje, escoje "Vaciar
Papelera de Reciclaje" con otro Click, en la pantalla que te surje,
selecciona "Si", memoriza todo el proceso.
NOTA.-
Para algunas personas, sobre todo para quienes No saben manejar mucho su PC,
mejor que visualizar una Papelera de Reciclaje les biene el Visualizar un
Water.
Simplemente
visualizas un Water, y hechas la porquería en él. Luego, tiras de la cadena y
la porquería se va por la tubería con el agua.
...
...
¿Te
das cuenta de la Importancia de esta Parabola?
En
nuestra Cabina de Control, podemos "crear" una "Papelera de
Reciclaje" y usarla para ELIMINAR TODA LA BASURA QUE NOS TIREN LOS OGROS
EN NUESTRA CABINA DE CONTROL!
Así,
simplemente tendremos que "recoger" la basura que hay por el Suelo,
tirarla dentro de la Papelera, y luego hacer "click" sobre ella para
"Eliminar" todo su Contenido.
¿Qué
ocurrirá con esa Basura? ¡Simplemente DESAPARECERÁ!
Recuerda
que, en Realidad, LAS NEGRURAS NO EXISTEN, la Obscuridad es sólo LA FALTA DE
LUZ, así que la Papelera de Reciclaje de la Cabina de Control puede
"Desintegrar" esa "Basura" simplemente pegandole un
"fogonazo" de "Luz".
¿Comprendes
el Concepto?
Para
crear la Papelera de Reciclaje, simpelemte ENTRA EN TU INTERIOR igual que haces
para Fusionar Subpersonalidades.
Visualizate
a ti mismo DENTRO DE LA CABINA DE CONTROL. Como acabas de leer el Manual
Samurai estará MUY LIMPIA.
Mira
dentro de uno de los TV que tienes enfrente del Cilindro Azul. Visualiza como
dentro de esa pantalla de TV aparece una "Papelera de Reciclaje" muy
parecida a la de tu PC.
Toma
el simbolo de la Espiral Violeta y aplicalo sobre la pantalla de la TV. Al
hacer eso, tu Subconsciente comprenderá que quieres crear una "Papelera de
Reciclaje" DENTRO de tu Cabina de Control.
Transforma
la Visualización de TV en una visualización de CINE en la que tu
"Coges" esa "Papelera de Reciclaje" mientras aplicas la
Espiral Violeta.
Entra
dentro de la Visualización CINE, y transformate en el Protagonista, cuando
cojas la "Papelera de Reciclaje" transformalo en ASOCIADO
mientras aplicas la Espiral Violeta y verás como la "Papelera de
Reciclaje" toma "Forma Física" y es una papelera
"real" entre tus manos.
Mira
la Papelera de Reciclaje. Por fuera es IGUAL que la de tu PC, pero por dentro,
puedes ver que tiene una Luz Blanca (es Blanca, porque tiene los 7 colores).
Cuando la miras, sientes que cualquier NEGRURA que caiga "dentro" de
esa Luz, será ELIMINADA, porque la Obscuridad se Disipa con la Luz.
Toma
la Papelera de Reciclaje y ponla en el sitio de tu Cabina de Control que Más te
Guste. Yo la suelo poner adelante a la derecha, en el suelo, cerca de los TV.
...
...
HAZLO
AHORA
Entra
en tu Interior y Crea la Papelera de Reciclaje.
...
...
Ahora
te voy a enseñar como se puede utilizar la Espiral Violeta para literalmente
"limpiar" tu Mente.
Visualiza
la Espiral Violeta:
Si
te das cuenta, esa Espiral Violeta, en realidad ES UN REMOLINO que se está
viendo desde Arriba. ¿Te das cuenta?
Mira
esta Espiral que está dibujada en 3 Dimensiones:
[Imagen
Remolino]
¿Te
das cuenta como toda Espiral, en realidad, es un Remolino?
Ahora,
visualiza la Espiral Violeta y, dentro de tu mente, transformala en un
"remolino" en algo así como un "Tornado Violeta".
¿Notas
como al Asociarla, y transformarla en un Tornado Violeta SIENTES MUCHISIMA MÁS
FE?
Es
la Ley de Asociación de Anclajes, cuando se Asocia un Anclaje el Sentimiento
AUMENTA en forma Extraordinaria.
Bien,
esa FE es la que usarás para "limpiar" las Negruras.
...
...
Haz
ahora la Visualización de Espiral Violeta, a Tornado Violeta.
...
...
Como
sabes, el Mayor Problema de la "Frustración Temporal" que surge
cuando las personas van Acumulando en su mente las manchas de los Ogros, es que
las personas Pierden la Esperanza de poder alcanzar el Exito. Poco a poco las
Negruras de los Ogros les van convenciendo de que "no hay esperanza"
y que es "imposible". Esas Negruras son sólo Basura tapando el
Cristal de la Ventana, detrás de la ventana sigue existiendo un Dorado Sol,
pero la Basura, los Muros de Negruras, los Muros de Basuras, No lo permite
ver ver el Sol.
¿Comprendes?
Lo
que vamos a hacer, es utilizar la Espiral "como si fuera una Esponja"
capaz de limpiarlo todo.
Cuando
tú friegas el suelo de una habitación, utilizas un paño, o una esponja, o algo
similar, para "frotar" la suciedad y limpiarla ¿Verdad?
Pues
de igual manera vas a utilizar la "esponja" que es la "Espiral
de Violeta".
Lo
que pasa, es que esta "esponja" que es la Espiral Violeta ES MUY ESPECIAL,
porque AL MISMO TIEMPO QUE ES ESPONJA, También es "aspiradora".
¿Podrías
imaginarte una Aspiradora, cuya superficie de contacto es una ESPONJA empapada
de un limpiador "violeta" SUPER EFICAZ?
La
cosa sería algo así, quizás podrías imaguinar una Esponja Violeta, con forma de
Espiral. Esa Esponja, de alguna manera, se las arregla para estar siempre
impregnada de una sustancia violeta que es un "quitamanchas
milagroso". Al mismo tiempo que la esponja frota y limpia la suciedad, el "agua
sucia" es absorvida por un "tubo" que llega hasta la bolsa de la
aspiradora.
¿Comprendes
el Concepto?
Pues
esto es "más o menos" lo que vamos a construir.
Imaginate
que la Espiral Violeta es una "esponja" que con la Fuerza de su
BioEnergía Violeta es capaz de disipar cualquier obscuridad ¿De acuerdo?
Ahora,
transforma la "Esponja Espiral Violeta" en el Tornado Violeta. ¿Tú
sabes cuanta Fuerza tienen los Tornados? ¡Son MILLONES DE VECES MÁS POTENTES
QUE LAS ASPIRADORAS! ¿Verdad? Un Tornado puede levantar Autobuses y destruir
Casas ¿Cierto? Pues ahí tienes tu "Tornado Esponja Violeta" que es
capaz de Limpiarlo TODO.
La
parte SUPERIOR del Tornado, es la que Aspira. Esa parte es la que "más
forma de Esponja Violeta tiene". ¿Y qué ocurre con la Parte Inferior del
Tornado? ¡Que va directamente a la Papelera de Reciclaje!
¿Captas
el Concepto?
Para
limpiar tu Mente por Dentro, tu Cabina de Control, simplemente saldría un
Tornado Violeta de dentro de la Papelera de Reciclaje. La parte Superior de ese
tornado Violeta iría dirigido por el poder de tu mente, directamente hacia la
suciedad. Podrías pasar la parte Superior del Tornado Violeta, por ejemplo, por
el Suelo. ¿Y qué ocurriría? Toda mota de polvo, suciedad, negruras y
"basurillas" serían limpiados y "absorvidos" por la Fuerza
del Tornado, e irían a para DIRECTAMENTE dentro de la "Papelera de
Reciclaje".
Así,
podrías usar el Tornado Violeta para "pasar el Aspirador" por el
Suelo, las Pantallas Mentales, las Paredes de la Izquierda y Derecha, el Techo,
la Pared de detras del Cilintro y hasta por el Cilindro Azul!
Al
hacer eso, TODA LA BASURA que hay dentro de la Cabina de Control iría
DIRECTAMENTE a la Papelera de Reciclaje.
Luego,
simplemente tendrías que pulsar "boton derecho" sobre la Papelera de
Reciclaje. Pulsar en "Vaciar Papelera de Reciclaje" y en la Ventaja
que surje preguntando "¿Eliminar contenido de la Papelera de
Reciclaje?" Pulsar "Si".
Después
de pulsar ese Si, verías como te sientes realmente "liberdado",
limpio y con una Gran Sensación de Paz.
¡Programemos
la Estrategia Mental!
E.M. LIMPIEZA DE
LAS PANTALLAS MENTALES
Limpienado la Cabina
de Control.
TV.-
Estás
en el Salón de tu Casa, dentro de la TV testás viendo la siguiente Película:
Dentro
de la TV se ve tu Cabina de Control. Dentro de ti mismo tu SABES que es TU
CABINA DE CONTROL , piensas que quizás dentro de tu Cabina de Control hay una
Camara que está gravando y emitiendo directamente a la TV. Te concentras y
compruebas que con tu Voluntad puedes mover la Camara hacia el lado que deseas.
Ahora
estás moviendo la camara hacia la Izquierda, y ves tus PCs en la pantalla
Mental Interna. Ahora la mueves hacia la Derecha y ver los TV. Giras la cámara
y ver el Cilindro Azul.
Enfocas
la camara de forma que capte una "toma panoramica", es decir, que se
vea en la TV CASI TODA la Cabina de Control. Ves que cerca de la Pantalla
Mental Interna, Derecha, cerca de los TV, en el Suelo, está la Papelera de
Reciclaje.
Ahora,
simiplemente con desearlo, aparece en el centro de la Cabina de Control la Runa
de la Fe, la Espiral Violeta:
Al
verla, sientes esa Enorme Cantidad de Fe que te inunda en forma de BioEnergía
Violeta, la Más Poderosa de las BioEnergías.
La
Espiral Violeta CRECE aumentando de tamaño hasta ser casi tan grande como las
paredes de la habitación, y toma la apariencia de una "esponja" de
color violeta con forma de Espiral Violeta. Automáticamente, surje de la
esponja un Tornado Violeta. La Base de ese Tornado se mete dentro de la
Papelera de Reciclaje. La parte superior del Tornado encaja PERFECTAMENTE con
la Esponja Violeta. Tú sabes dentro de ti mismo que cualquier negrura que
"atrape" la esponja, será "aspirado" por el Tornado y
conducido a la Papelera de Reiclaje.
Ahora
apollas la Esponja Violeta contra la Pared de Enfrente, donde están las
Pantallas Mentales Internas, los PCs y los Televisores. Cuando la esponja hace
contacto con la Pared, esta queda INSTANTANEAMENTE LIMPIA, pues las Negruras
son sólo "Obscuridad", y la Obscuridad desaparece en cuanto llega la
Luz.
De
esta forma Limpias la Pared de Enfrente que contiene los PCs y los Televisores.
Ahora,
usas la Esponja Violeta para limpiar la Pared Izquierda, ves como algunas
"porquerías" son "arrancadas" de la pared e introducidas
dentro de la Papelera de Reciclaje por el Tornado Violeta.
Ahora,
usas la Esponja Violeta para limpiar la Pared Derecha, mientras lo haces, te
fijas en el Tornado Violeta.
Ahora
limpias el Techo.
Ahora
limpias el Suelo.
Ahora
limpias la Pared que está Detras del Cilindro Azul.
Por
último, limpias el Cilindro Azul en toda su superficie.
Ahora,
pulsas "Botón Derecho" sobre la Papelera de Reciclaje y seleccionas
la Opción "Vaciar la Papelera de Reciclaje". Entonces, en medio de la
Habitación te surje una Ventana que dice "¿Eliminar contenido de la
Papelera de Reciclaje? ¿Si o no?" Aprietas el Botón "Si".
Al
apretar el SI, sientes como una Enorme Sensación de Paz Interior te inunda, al
mismo tiempo, sientes como muchos de tus músculos se relajan y como comienzas a
emitir Más BioEnergía. Ahora tienes un Mayor Control de tu Cuerpo porque
hacabas de "Labar" tu Cabina de Control, y por tanto acabas
de Limpiar tu Mente.
...
...
Haz
Ahora la Visualización en formato TV.
...
...
A
partir de ahora, a la "Esponja Violeta con el Tornado Violeta que aspira
las negruras hacia la Papelera de Reciclaje" lo vamos a llamar,
simplemente "El LimpiaCristales Gigante" (por hacerlo Más Breve) ^_^
Así que antes de programar muchas Estrategias Mentales te diré: "Ahora entra
en Alfa y usa el LimpiaCristales Gigante para limpiar tu Cabina de Control,
recuerda hechar toda la basura dentro de la Papelera de Reciclaje y Eliminar su
contenido".
Eso
significará que tienes que Primero tienes que entrar en Alfa, luego tienes que
realizar Visualizar la "Esponja Violeta con el Tornado Violeta que aspira
las negruras hacia la Papelera de Reciclaje" limpiando la pared de
enfrente (PCs, y TVs), la Pared Izquierda, la Derecha, el Techo, el
Suelo, la Pared de Detras del Cilindro Azul y el Cilindro Azul.
Mientras
Visualizas COMO LA ESPONJA VIOLETA GIGANTE está limpiando esas
Paredes, tienes que acordarte de Visualizar EL TORNADO VIOLETA que conduce
ciertas basuras "muy sólidas" a la Papelera de Reciclaje (a eso
me refiero cuando te digo "Recuerda hechar toda la basura dentro
de la Papelera de Reciclaje"). Al terminar de limpiar las paredes,
acuerdate de "tocar" la Papelera de Reciclaje, seleccionar
"Vaciar Papelera de Reciclaje" y en la ventana que surje
preguntando "¿Eliminar contenido de la Papelera de Reciclaje?" Pulsar
"Si".
Durante
todo el tiempo que vallas limpiando las Paredes, comprobarás por ti mismo que
te sientes mucho mejor, más tranquilo, con mayor Paz y en Mayor Predominio
Parasimpático.
También
comprobarás, que cuando eliminas el contenido de la Papelera de Reciclaje, te
sentirás REALMENTE BIEN, casi como si acabarás de leer el Manual Samurai.
A
esta sesación es a la que llamamos "Limpieza Mental", y por eso
decimos que es del Equivalente de "Darnos una Ducha" ^_^
Ahora
hagamos la Visualización en formato CINE.
CINE.-
Estás
en un CINE que te resulta Familiar, dentro de la Pantalla ves lo siguiente:
Dentro
de la Pantalla de CINE se ve tu Cabina de Control. Dentro de ti mismo tu
SABES QUE ES TU CABINA DE CONTROL. Piensas que quizás dentro de tu Cabina de
Control hay una Camara que está gravando y emitiendo directamente a la pantalla
de CINE, te das cuenta de que es posible que sean tus "ojos
Astrales" las que están viendolo (Tus ojos Astrales son
los ojos de tu Cuerpo Astral que conduce tu Nave Espacial que es el Cuerpo
Humano). Para comprobarlo, te concentras y compruebas
que con tu Voluntad puedes mover lo que estás Viendo hacia el lado que deseas.
Ahora
miras hacia la Izquierda, y ves tus PCs en la pantalla Mental Interna. Ahora
miras un poco hacia la Derecha y ver los TV. Miras hacia detras y ves el
Cilindro Azul.
Como
el Cuerpo Astral no está limitado por cuestiones Físicas, colocas esos
"ojos" que son tu "cámara" de forma que en la pantalla de
CINE se capte una "toma panoramica", es decir, que se vea en la
Pantalla de CINE CASI TODA la Cabina de Control. Ves que cerca de la Pantalla
Mental Interna, Derecha, cerca de los TVs, en el Suelo, está la Papelera de
Reciclaje.
Ahora,
simiplemente con desearlo, aparece en el centro de la Cabina de Control la Runa
de la Fe, la Espiral Violeta:
Al
verla, sientes esa Enorme Cantidad de Fe que te inunda en forma de BioEnergía
Violeta, la Más Poderosa de las BioEnergías.
La
Espiral Violeta CRECE aumentando de tamaño hasta ser casi tan grande como las
paredes de la habitación, y se transforma en el "LimpiaCristales
Gigante". Tú sabes dentro de ti mismo que cualquier negrura que
"atrape" el LimpiaCristales Gigante irá conducido a la Papelera
de Reiclaje por el Tornado.
Ahora
usas el LimpiaCristales Gigante contra la pared de Enfrente y limpias los PCs y
los Televisores. Como el LimpiaCristales Gigante es TAN GRANDE COMO LA PARED,
sólo necesitas una pasada para ver que los TVs y los PCs se han quedado
TOTALMENTE LIMPIOS Y BRILLANDO.
Ahora,
usas el LimpiaCristales Gigante para limpiar la Pared Izquierda.
Ahora,
lo usas para limpiar la Pared Derecha. Te das cuenta que cuanto más Limpias la
Habitación ¡Mejor te Sientes! Y tu Predominio Parasimpático Aumenta.
Ahora
limpias el Techo.
Ahora
limpias el Suelo.
Ahora
limpias la Pared que está Detras del Cilindro Azul.
Por
último, limpias el Cilindro Azul en toda su superficie.
Ahora,
pulsas "Botón Derecho" sobre la Papelera de Reciclaje y seleccionas
la Opción "Vaciar la Papelera de Reciclaje". Entonces, en medio de la
Habitación te surje una Ventana que dice "¿Eliminar contenido de la
Papelera de Reciclaje? ¿Si o no?" Aprietas el Botón "Si".
Al
apretar el SI, sientes como una Enorme Sensación de Paz Interior te inunda, al
mismo tiempo, sientes como muchos de tus músculos se relajan y como comienzas a
emitir Más BioEnergía. Ahora tienes un Mayor Control de tu Cuerpo porque
hacabas de "Labar" tu Cabina de Control, y por tanto acabas
de Limpiar tu Mente.
...
...
Haz
Ahora la Visualización en formato CINE.
...
...
Ahora
hagamos la Visualización en formato ASOCIADO.
CINE.-
Te
das cuenta de que, en realidad, TU ESTÁS DENTRO DE LA CABINA DE CONTROL,
de hecho estás DENTRO DEL CILINDRO AZUL.
Sales
un momento del Cilindro Azul y miras un poco hacia la Izquierda para
contemplar, sorprendido, los PCs con una enorme Claridad.
Ahora
miras un poco hacia la Derecha y ver los TV.
Mirás
detrás de ti y contemplas el Cilindro Azul. Alargas tu mano y tocas el
Cilindro Azul, notas esa "sustancia" como gomosa que lo forma.
Te
das cuenta de que ahora mismo estás controlando tu Cuerpo Astral dentro de la
Cabina de Control, te acercas a la Papelera de Reciclaje y la Tocas, sientes su
metal en tus manos. Tocas uno de los TVs que están cerca de ti y sientes el
tacto del Vidrio que forma su Pantalla.
Recuerdas
que estás haciendo esto para Limpiar tu Cabina de control, así que te situas de
tal forma que puedas ver vastante de la Cabina de Control y, justo en medio de
ella, conbocas la Runa de la Fe, la Espiral Violeta, con sólo desearlo:
Al
verla, sientes esa Enorme Cantidad de Fe que te inunda en forma de BioEnergía
Violeta, la Más Poderosa de las BioEnergías.
Para
comprobar que la Espiral Violeta está bajo el control de tu Voluntad, tiendes
la Mano Derecha de tu Cuerpo Astral y señalas con tu Pulgar hacia Arriba,
haciendo el mismo simbolo que los Romanos hacían para perdonar la vida.
Sorprendido, te das cuenta de que ese es un Anclaje Natural que hace que la
Espiral Violeta CREZCA DE TAMAÑO. Cuando Crece de Tamaño ¡Tu Fe También
Aumenta!, eso te hace sentir DE MARAVILLA.
Sólo
por probar, Señalas hacia Abajo con tu Pulgar y compruebas como la Espiral
Violeta se hace más Pequeña.
Naturlamente,
paras en seguida, porque tú quieres que tu BioEnergía sea lo Mayor Posible.
Así
que señalas de nuevo hacia arriba con tu pulgar y Aumentas la Espiral Violeta
hasta el tamaño de una Pared. Eso significa que esta Espiral Violeta es EL
DOBLE DE GRANDE QUE TU CUERPO ATRAL, así que la estás viendo REALMENTE GIGANTE!
¡TE SIENTES LLENO DE FE! Sientes La Mano de Dios sobre tu Cabeza en una forma
Expectacular.
Ahora,
a una orden de tu voluntad, la Espiral Violeta se transforma en el
"LimpiaCristales Gigante" (toma forma de Esponja Violeta y surje de
ella el Tornado Violeta hasta la Papelera de Reciclaje).
Te
sientes realmente SobreCogido, pues ves que su Poder es INMENSO, y sabes que
cualquier negrura que "atrape" el LimpiaCristales Gigante será
instantaneamente eliminada o conducida a la Papelera de Reiclaje por el
Tornado.
Al
mismo tiempo que sabes eso, también sabes que esa "esponja-tornado"
sólo puede hacerte cosas buenas, para comprobarlo, acercas tu Cuerpo Astral al
LimpiaCristales Gigante y te sientes REALMENTE BIEN cuando su BioEnergía
Violeta te inunda.
Ahora
ya has comprobado que el LimpiaCritales Gigante está a tu servicio, existe para
ayudarte a Mejorar tu Vida ¡Sólo con verlo ya mejora tu vida!
Ahora
usas el LimpiaCristales Gigante contra la pared de Enfrente y limpias los PCs y
los Televisores. Como el LimpiaCristales Gigante es TAN GRANDE COMO LA PARED,
sólo necesitas una pasada para ver que los TVs y los PCs se han quedado
TOTALMENTE LIMPIOS Y BRILLANDO.
Al
limpiar esa pared en forma Asociada, te das cuenta de que esa Pantalla Mental
Interna que contiene los PCs y los Televisores, en realidad corresponde con la
parte "interior" de tu cabeza del Cuerpo Físico que está en la zona
de tus ojos. Te das cuenta de ello porque cuando apoyas el LimpiaCristales
Gigante contra esa Pared, los músculos de tu cara y tus ojos se Relajan.
Ahora,
usas el LimpiaCristales Gigante para limpiar la Pared Izquierda. En cuanto
tocas la Pared Izquierda, te das cuenta como la parte Izquierda de tu Cabeza se
Relaja. Te estás dando cuenta de que visualizandolo en forma Asociada, la
Cabina De Control corresponde LITERALMENTE con tu Cuerpo Físico, y que cuando
"limpias negruras" tus Músculos se Relajan.
Ahora,
lo usas para limpiar la Pared Derecha. Como ya parece lógico, los Musculos que
hay en la Derecha de tu Cara se Relajan, es más, sientes en ellos la BioEnergía
Violeta de la Fe.
Te
das cuenta que cuanto más Limpias la Habitación en forma Asociada ¡Mejor te
Sientes! Y tu Predominio Parasimpático Aumenta EN FORMA INCREIBLE ¡La
BioEnergía de tu Cuerpo Aumenta en forma Increible!
Ahora
limpias el Techo. Al limpiarlo, sientes como la parte superior de tu cabeza SE
RELAJA COMPLETAMENTE, y sientes de nuevo LA MANO DE DIOS sobre tu craneo.
Te
das cuenta de que el ESTADO NATURAL de tu Cuerpo es estar RADIANTE DE BIOENERGÍA
y Sintiendo La Mano de Dios. Comprendes que normalmente las Negruras y la
Basura que hay en la Cabina de Control (en la Mente) te impiden Sentirlo. Y así
te das cuenta de LA ENORME IMPORTANCIA que posee la Estrategia Mental de
Limpiar la Cabina de Control.
Ahora
limpias el Suelo, mientras lo limpias te das cuenta de que el Suelo no
"termina". En tus visualizaciones de TV y CINE el suelo parecía
"sólido", pero al vivirlo en forma Asociada te das cuenta de el
Suelo, EN REALIDAD, es TODO TU CUERPO. Así que introduces el LimpiaCristales
Gigante y compruebas como limpia primero tu "Cuello Físico", sólo que
desde dentro. Luego lo introduces por tu brazo Izquierdo, luego por el Brazo
Derecho, luego limpias tu Pecho, tu Espalda, tu Estomago, tu Barriga. Limpias
tu Pierna Izquierda, el Pie Izquierdo. Luego la Pierna Derecha, el Pie Derecho.
Después
de hacerlo TE SIENTES REALMENTE LIMPIO y Lleno de Fe, es una Sensación
Increible!
Ahora
limpias la Pared que está Detras del Cilindro Azul. Al limpiarla te das cuenta
de que la parte Trasera de tu Cabeza, tu Nunca y los músculos del cuello, se
Relajan y comienzan a emitir BioEnergía Violeta.
Por
último, limpias el Cilindro Azul en toda su superficie. Primero lo limpias como
estás acostumbrado, pero luego te das cuenta de que en la parte inferior el
Cilindro Azul CONTINUA, lo sigues limpiando hacia abajo y te das cuenta de que
el Cilindro Azul continua hasta transformarse en tu Columna Bertebral.
Bertebra a Beretebra vás limpiando tu Columna Beretbral y te vas sintiendo CADA
VEZ MEJOR.
Ahora
tu Cabina de Control está TOTALMENTE LIMPIA, de hecho ¡Todo tu Cuerpo está
Limpio! Te sientes REALMENTE BIEN.
Ahora,
pulsas "Botón Derecho" sobre la Papelera de Reciclaje y seleccionas
la Opción "Vaciar la Papelera de Reciclaje". Entonces, en medio de la
Habitación te surje una Ventana que dice "¿Eliminar contenido de la
Papelera de Reciclaje? ¿Si o no?" Aprietas el Botón "Si".
Al
apretar el SI, sientes como una Enorme Sensación de Paz Interior te inunda, es
una sensación Muy Parecida a la de la Fusión. Al mismo tiempo, sientes tus
músculos se relajan AUN MÁS y como comienzas a emitir AUN Más BioEnergía.
Ahora
posees un Verdadero Predominio Parasimpático. Eres consciente de que este es el
Verdadero Estado Interno de Paz Interior. Eres consciente de que te sientes
así, porque al "Labar" tu Cabina de Control, acabas de Limpiar tu
Cuerpo y tu Mente.
...
...
Haz
Ahora la Visualización en formato ASOCIADO
...
...
¿Cómo usar esta
Estrategia Mental?
La
EM de Limpiar las Pantallas Mentales (también llamada EM de
Limpieza de la Cabina de Control), ha de utilizarse
Antes de Cualquier operación de BioProgramación. Es decir, antes de programar
una Estrategia Mental, es bueno Limpiar la Cabina de Control para que nos sea
Más Fácil realizar la Programación (nos será más fácil,
porque tendremos Más BioEnergía y estaremos en Estado de Poder)
Esta
EM la podemos usar DE DOS FORMAS.
Imaginate
que te acabas de Reunir con un Ogro y que notas que tu Energía ha Disminuido,
quizás estás enfadado o te sientes frustrado. Te gustaría poder hacer una
Limpieza Asociada, pero NO TIENES TIEMPO porque dentro de 3 minutos tienes otra
Reunión. ¿Qué hacer?
Simplemente
CIERRAS LOS OJOS, visualizas la neblina blanca que te rodea, llevas Saliva a la
Boca y piensas "Mi cerebro está funcionando a 8 Hz, estoy en Estado
Alfa". (tal y como te enseñaba el CD) Comprobarás que estás en estado Alfa
por la Catalepisa de los Parpados (es decir, que no
podrás abrir los ojos). Hacer eso te llevará sólo 5 segundos.
Entonces,
estando en Alfa, Limpias la Cabina de Control EN FORMATO CINE.
Así
que creas el LimpiaCristales Gigante, y lo usas para limpiar la Pared Delantera
(PCs y TVs), la Pared Izquierda, la Pared Derecha, el Techo, el Suelo, la Pare
de Detras del Cilindro Azul y Finalmente el Cilindro Azul. Entonces vacías la
Papelera de Reciclaje.
Después
de vaciar la Papelera de Reciclaje te sentirás MUCHO MEJOR.
Yo
comparo esto con "labarse las manos". Pues si leer el Manual Samurai
sería pegarse un Baño. Hacer la Limpieza de la Cabina de Control en forma
Asociada sería "darse una ducha" y hacer la Limpieza de la Cabina de
Control en formato CINE sería "labarse las manos".
(Por cierto, un dia tienes que probar a Limpiar la Cabina de Control en
forma Asociada y luego a leer el Manual Samurai ¡Ya verás que cantidad de
Fuerza Interior desarrollas!)
UN
COMENTARIO. Cuando estés en Alfa, NO PUEDES ABRIR LOS OJOS. Así que imaginate
que acabas de limpiar la cabina de control en formato CINE y que tienes que
entrar en la Reunión ¡Y no puedes abrir los ojos! ¿Qué hacer?
Algunas
personas se han visto en este problema.
¿Qué
hacer?
Simplemente
concentrate en la Saliva de tu Boca y piensa la Orden Hipnótica "¡Mis ojos
están Abiertos!" ¡Tus ojos se abrirán Instantaneamente! (Y con
Fuerza ^_^)
Así
usarás el mismo Principio que usabas para la Anestesia Psicológica, sólo que
para Abrir los Ojos.
Al
hacerlo de este modo, notarás que durante unos minutos tu cerebro seguirá
estando en Alfa, tu boca estará llena de Saliba y podrás utilizar más
fácilmente poderes como el "Poder del Faquir" y similares. En este
momento tu Rendimiento Cerebral será Mucho Mayor, por lo que si tienes que
reailizar una Prueba Escrita o algo que requiera de Grandes Reflejos, en este
estado tendrás una Mayor Capacidad de ti Mismo. Recuerda que LITERALMENTE
tendrás Más Zonas de tu Cerebro Actibadas.
Quizás
la Utilización MÁS IMPORTANTE de esta EM, sea el usará TRES VECES AL DÍA, JUSTO
ANTES DE REALIZAR TU VOR PLUS.
Tú
ya realizas tu VOR PLUS Tres Veces al día ¿Verdad?
Pues
puedes aprovechar ese tiempo, para LIMPIAR TU CABINA DE CONTROL. ¿Cómo?
Normalmente
llevas Saliva a tu Voca y comienzas a visualizar tu VOR ¿Verdad? Después
realizas la Conexión con el Equipo y la Mano de Dios ¿Cierto?
Entonces,
simplemente, ANTES DE COMENZAR A VISUALIZAR TU VOR, limpias tu Cabina de
Control.
Es
decir, las cosas ocurrirían así: Cierras los Ojos, visualizas como la Nube
Blanca cae sobre ti, llevas Saliva a tu Boca, piensas "Mi cerebro está
funcionando a 8 Hz, estoy en estado Alfa". Te sientes Relajado, intentas
abrir tus ojos y ves que no puedes, eso te confirma que estás en Alfa.
Visualizas
en formato CINE tu Cabina de Control, creas el LimpiaCristales Gigante y
limpias tu cabina de control, primero la pare de los PCs y los TVs, luego la
Pared Izquierda, luego la Derecha, luego el Techo, luego el Suelo, luego la de
Detras del Cilindro Azul, luego el Cilindro Azul. Finalmente eliminas el
contenido de la Papelera de Reciclaje.
En
este momento te sientes MEJOR, más "limpio", con mayor Predominio
Parasimpático y compruebas que puedes hacer las Visualizaciones MUCHO MÁS
CLARAMENTE.
Entonces
limpias la Cabina de Control EN FORMATO ASOCIADO.
Después
de haberla limpado en formato Asociado ¡Estás EN ESTADO DE PODER! Aquí ya
puedes realizar las Visualizaciones con una Fuerza Increible. Así que comienzas
a realizar tu VOR. Comprobarás que puedes Visualizarlo todo MUCHO MÁS
CLARAMENTE, eso es Gracias a que estás en ESTADO DE PODER.
En
algunas ocasiones, te encontrarás que DE REPENTE estás visualizando tu VOR como
si realmente estubieras allí. Es decir, LITERALMENTE TU VOR SE HABRÁ
TRANSFORMADO EN ALGO REAL Y SÓLIDO. No tendrás forma de distinguir eso con la
"Realidad" pues será igual de Sólido que la pared de tu Habitación.
En ese momento estarás en el ESTADO 6.
Después
de realizar el VOR, te pondrás a conectar con el Equipo ¡Notarás que conectas
Mucho Más Fácilmente! Eso es gracias a que al haber limpiado tu Cabina de
Control en forma Asociada, empezaste el Ejercicio en un Estado Mental MUCHISIMO
MAYOR.
Conectarás
entonces con LA MANO DE DIOS en forma Muchisimo Más Fuerte. Estarás totalmente
en Estado 7, el Estado de la ILUMINACION.
Al
Abrir los ojos, te encontrarás TOTALMENTE RENOVADO, con unas FUERZAS
INCREIBLES. Entonces comprenderás lo que es estar en ESTADO DE PODER.
Te
mantendrás en este estado un cierto tiempo, dependiendo de la persona serán
desde 15 minutos, hasta 6 horas. Luego "bajarás" al Estado Mental
Eficaz y te mantendrás en este estado MUCHO TIEMPO.
Ese
es el Objetivo del Curso de Técnico en BioProgramación, que las personas
aprendan a mantenerse DURANTE TODO EL DÍA en Estado Mental Eficaz.
Realizando
el la Limpieza de la Cabina de Control y el VOR PLUS, TRES VECES CADA DÍA la
persona se mantiene en Estado Menal Eficaz durante todo el día, y en algunos
momentos alcanza Estados Mentales Superiores (Estado de Poder, Estado 6 e
incluso estado 7 de Iluminación.
...
...
Realiza
ahora una sesión de VOR PLUS tal y como las realizarás de ahora en adelante.
Entra
en Estado Alfa, 8 Hz.
Limpia
tu Cabina de Control en formato CINE.
Limpia
tu Cabina de Control en formato ASOCIADO.
Sigue
realizando el VOR PLUS con la Conexión al Equipo y la Mano de Dios normalmente.
...
...
Haciendolo
así ¿Verdad que te es Mucho Más Fácil realizar el VOR PLUS y la Conexión con el
Equipo y la Mano de Dios?
¿Verdad
que ahora te Sientes MUCHISIMO MEJOR?
Muy Bien Hecho!!!
Hoy has aprendido mucho. Tu Subconsciente
ha aprendido mucho. Por esta razón, hoy no haré más comentarios sobre "Los
7 Pasos del Exito".
Mañana, en el día 16, comenzarás a
estudiar lo que yo llamo la "Verdadera BioProgramación". Pues
comenzaremos ya a estudiar temás Profundos. Eso significa que mañana comenzarás
a estudiar "La Mente Sobre la Materia".
O, hablando más Técnicamente, como la
BioEnergía altera eso que llamamos "materia" y que, como bien sabemos
es, en realidad, energía.
Los próximos dos días. El día 16, y el
día 17, van a ser Muy "Intensos" y Muy Especiales para ti. Después de
estudiarlos tu Concepción sobre lo que es la Realidad dará un Cambio Increible.
Será como si toda tu vida hubieras estado viviendo en una casa pequeñita, y
derepente abrieras la puerta de la casa y vieras que existe un Mundo Inmenso
ahí fuera.
Para que te hagas una Idea. Tú SABES que
lo único que te separa de la Riqueza es un "Muro de Negruras".
Por eso, con tu Libreta KaiZen vas
Quemando y Fusionando los ladrillos "uno a uno".
Sin embargo, cuando termines el día 17,
tú vas a poder ENTRAR EN TU SUBCONSCIENTE, enfrentarte Cara a Cara con ese Muro
de Negruras Y DERRIVARLO.
Y no te estoy hablando con metaforas. En
los próximos 2 días te voy a dar el Poder de que entres en tu Subconsciente CON
LA MISMA REALIDAD QUE AHORA MISMO VES TU MANO, O PUEDES SENTIR UNA PARED. Así,
con ese mismo nivel de realidad, tú podrás entrar en tu Subconsciente, ver
la Programación que hay ahí almacenada, y modificarla.
Como te estarás dando cuenta,
en los días 16 y 17, vas a Aprender a Manejar tu Subconsciente en un Nivel
más Profundo, que ningún "Maestro" o "Gurú" que exista.
Para crear una comparación. Si lo que
aprendiste en el Seminario Básico fue el Equivalente a unos 80 años de
experiencia. Lo que vas a aprender en estos dos próximos días, será el
Equivalente a 300 Años de Experiencia.
¿Te sientes Preparado?
Recuerda!
Solicitame el día 16 SOLAMENTE cuando ya hayas escuchado el CD de los 8 Hz, y
poseas el Anclaje de los 8 Hz correctamente programado, pues para realizar el
día 16 Necesitas poseer el anclaje de los 8Hz.
Un Fuerte Abrazo!!! Fenix