EL PASADO SE RENUEVA

Digame, ¿Entiende Usted la Teoría Básica de los Negocios en Internet?

Pora comprenderlo, puede Usted fijarse en nuestro hombre, el Señor Wolf.

John Wolf era un gran emprendedor. Su máximo deseo era ganar un Millón de Dólares pues esa era la cantidad de Dinero que creía necesitaría para ser feliz.

Nuestro Emprendedor deseaba tener una Gran casa, tener un lujoso coche, un yate donde descansar los fines de semana y alcanzar una libertad económica completa.

Seguramente Usted mantiene sueños parecidos a los de nuestro hombre ¿Verdad?

Pues resulta que John siempre había sido un hombre de acción, así que un día decidió hacer realidad su sueño, tuvo una idea revolucionaria, dejó su trabajo y se dedicó día y noche a encontrar la forma de ganar el Millón de Dólares que deseaba.

Su Plan era bien sencillo. Había ideado una golosina totalmente distinta de las demás, fabricaría un caramelo sin azúcar, lleno de vitaminas y minerales que vendería a los niños. Este caramelo le haría rico a la par que mejoraba la salud de miles de niños. Así que tomó todos sus ahorros y preguntó a unos cuantos laboratorios cuanto costaría cada caramelo.

Se entrevistó con cientos de personas en sólo dos meses hasta que su persistencia le entregó el primer fruto de su trabajo. Por fin encontró una empresa que le fabricaría el caramelo tal y como deseaba, sólo había un problema, su fabricación era cara ¡Un dolar por Unidad!. "No importa" se dijo, escribiré un gran discurso de ventas y venderé el caramelo a todos los padres preocupados por la salud de sus hijos, venderé cada caramelo por 2 dólares, de esta forma ganaré un dólar por caramelo y sólo tendré que vender un millón de caramelos para ganar un Millón de dólares", y así lo hizo! Tardó dos días en encontrar las palabras precisas, pero escribió un discurso de ventas que haría que todo padre desease comprar uno de sus caramelos para sus hijos.

Nuestro hombre era un gran vendedor por naturaleza, abierto y sincero escribió un discurso que le haría conseguir muchas ventas en poco tiempo. Así que gastó todos sus ahorros en encargar el primer lote de caramelos y llenando una gran bolsa salió directamente a la calle.

Poco después encontró a sus primeros clientes potenciales, un matrimonio de mediana edad paseaba junto con su hijo de 10 años de camino al parque. Jhon, nervioso, se acercó a ellos y haciendo de tripas corazón soltó su rápido discurso. La mujer pronto quedó encantada con la idea y le compró un caramelo ¡Su primer venta!

John animado siguió caminando y sopesando a sus clientes. Si veía que estaban demasiado enfadados no se acercaba, pero si estaban de buen humor se lanzaba al ataque ¡ Y conseguía un gran número de ventas!

Ya de noche fue a su casa contento he hizo balance. "Hoy he conseguido 20 ventas ¡Todo un éxito!" pensó, aunque después de hechar cuentas se dio cuenta que sólo había ganado 20$ ese día. "No importa" pensó "mañana trabajaré más, mejoraré y aumentaré las ventas"

Y así fue! Al día siguiente se acercó a las zonas repletas de niños, escuelas y parques fueron sus primeros objetivos. Ese día duplicó sus ventas a 40. Contento fue a casa "¡Cuarenta ventas en un día ¡Qué maravilla!" aunque después de hechas las cuentas fue consciente de que sus ganancias habían sido exactamente 40$ después de un durísimo día de trabajo. "¡Mañana mejoraré!" Se prometió.

Durante toda una semana John Wolf estuvo mejorando su técnica, trabajaba más, descansaba menos... pero la cifra de 50 ventas diarias era muy difícil de superar. Así que un día decidió que necesitaba cambiar algo, pues en el mejor de los casos ganaría sólo sobre 1.500 dólares al mes, a ese ritmo tardaría 20.000 días, 54 años en ganar un Millón de Dólares! No disponía de tanto tiempo, el quería ganar ese dinero en, a lo sumo, cinco o diez años para poder disfrutar el resto de su vida.

Tuvo que cambiar de táctica.

Ese mismo día puso un anuncio en el periódico, necesitaba vendedores callejeros para la venta de golosinas. Estableció un plan de comisiones, hizo una reunión y convenció a una docena de vendedores para que trabajaran para él. Eso reducía sus ganancias por cada caramelo a casi la mitad, pero le permitiría aumentar sus ingresos al conseguir más ventas así que enseñó a cada uno de sus vendedores a vender sus caramelos.

Pronto sufrió el primer mordisco de la responsabilidad, es cierto que las ventas habían aumentado ¡Pero también los problemas! Todos los días tenía que motivar a los vendedores, enseñarles, atender al teléfono, llevar cuentas detalladas y afrontar los impuestos.

Después de un mes sus ganancias habían subido, eran casi 5.000$ no estaba nada mal! ¡Nunca había ganado tanto! Es cierto que tenía que afrontar muchos problemas diariamente y que casi no tenía tiempo para vender personalmente sus caramelos, pero la empresa iba tomando forma.

Dos meses después se dio cuenta de que su negocio no crecía, estaba estancado en los 5.000$ mensuales. Estaba muy bien ¡Pero el deseaba más! Hizo cuentas y tardaría 200 meses, 17 años en ganar Un Millón de Dólares. Su objetivo aún estaba demasiado lejos, así que decidió ampliar su negocio.

Al día siguiente tomó la decisión de reunirse con los principales puestos de golosinas de la ciudad, pronto comprendió que este era el camino que tenía que haber seguido desde el principio, así que hizo que sus vendedores dejaran la calle para dedicarse a vender lotes de caramelos a las tiendas de venta especializadas. El único problema es que eso menguaba aún más sus beneficios por caramelo, tenía que dejar un margen a la tienda, otro al vendedor, además estaban los impuestos. Lo que quedaba era para él, mucho menos de 1 dólar por caramelo, sólo unos pocos centavos. Sin embargo las ventas eran muchas, por lo que los negocios mejoraron.

Esta vez decidió ir más lejos aún, formó varios equipos comerciales más, y les envió a otras ciudades, invirtió dinero en publicidad e imagen, pegó carteles a la puerta de los colegios y entró en el mercado de una forma agresiva ¡Enseguida se impuso! Pronto anuncios de Televisión hacían que miles de niños desearan consumir sus caramelos. Mejoró el diseño de los caramelos y les dio la forma de muñecos, unos eran los buenos y otros los malos. ¡Los niños podían jugar con los caramelos antes de comérselos! ¡Eso incrementó las ventas aún más!

Mas siempre había un problema, las ventas aumentaban, pero los beneficios por caramelo cada vez eran menores, el costo de fabricación que en un pricipio había bajado por la gran producción, subió increíblemente por la forma del caramelo, era importante mantener la calidad asi que asumió los gastos, además estaban los impuestos ¡Pagaba un dineral a sus vendedores! Los comerciantes cada vez querían un margen mayor en la venta de cada caramelo. Estas aumentaban ¡Pero sus ganancias disminuían con cada caramelo!

Su nivel de vida subió, ya no sabía cuánto ganaba porque no tenía tiempo para enterarse, tuvo que construir un edificio para tener un gran almacén donde guardar los caramelos, contratar a camioneros que condujeran los camiones de reparto que servían los pedidos, montar una oficina para llevar todo el papeleo. Todo el día era trabajo, trabajo y trabajo. Parecía que los problemas no acababan nunca.

Pronto se compró una gran casa, pero no podía disfrutar de ella pues casi todo el tiempo estaba en la oficina. Además sus primeros vendedores se fueron a otras empresas donde les ofrecieron mejores puestos, tenía que formar a nuevos equipos, aumentar sueldos, incluso tuvo que contratar a todo un equipo de programadores para que construyeran una gran base de datos que llevara la contabilidad ¡Cada vez era mayor el papeleo! Hacía años que no tomaba uno de sus caramelos.

Los años pasaron como el rayo entre papeles de trabajo, un buen día se acordó de su objetivo, fue a su contable y le preguntó "¿Cuánto gano mensualmente?" El contable meditó unos momentos, hizo unos cálculos y dijo: "Bueno, hay que pagar sueldos, impuestos, camiones, mantenimientos, los inventarios de oficina... y muchas cosas más! Sin embargo las ventas aumentan, así que podríamos decir que su fortuna personal son Tres Millones de Dólares. Uno en metálico y el resto en recursos y propiedades"

John Wolf quedó anonadado, no pensaba que fuera tanto. Una sonrisa cruzó su cara ¡Por fín había alcanzado su objetivo! Comunicó a su secretaria que no le pasaran llamadas y se encerró en su despacho a pensar sobre su vida.

Nuestro hombre miró el calendario que estaba sobre su mesa, había trabajado tanto que no sabía en que año estaba!

Rápidamente lo soltó asustado ¡Habían pasado Diez Años! ¿Cómo podía haber pasado tanto tiempo? Su objetivo diez años atrás había sido ganar un Millón de Dólares para ser feliz y retirarse, hoy ya tenía ese dinero ¡Seguramente lo había ganado y gastado muchas veces sin darse cuenta!

Lentamente repaso su vida.

¿Qué había pasado en estos 10 años? Realmente no había nada en ellos, todo había sido su trabajo. Su vida personal había tenido que dejarla a un lado, al principio había sido un poco, después se había entregado más y más al trabajo hasta que este le había absorbido por completo! Se había convertido en una rutina: Despertarse a las 7:00 am, ir a la oficina, desayunar mientras tomaba sus primeras decisiones, atender mil y un problemas hasta el medio día, comer rápidamente en la cafetería, trabajar toda la tarde hasta la noche, como poco hasta las 10:00 pm, eso si no había complicaciones, en cuyo caso trabajaba hasta tan altas horas de la madrugada que no era raro que su secretaria le despertara en su despacho después de haberse dormido de puro agotamiento. ¡No era fácil levantar un imperio! Nadie sabía tan bien como él lo mucho que había que luchar para llegar a su posición desde la nada.

Un frío temor empezó a recorrer su espalda ¿Qué había sido de su vida? Había pasado tanto tiempo trabajando que no existía para él nada que no fueran caramelos. ¿Qué habría sido de su familia? Hacía años que no los veía ¡Ni en Navidad! Es cierto, cuando su hermano había tenido problemas económicos John le había ayudado, generoso por naturaleza, apenas había conocido sus problemas le había extendido un cheque, le había dado un abrazo y se había despedido de él para atender una reunión urgente ¿Cuándo había sido eso? ¡Hacía ya cinco años! Desde entonces no le había vuelto a ver ¿Qué sería de él?

Naturalmente no se había casado ¡La única mujer que conocía era su secretaria!.

Siempre había pensado que más adelante tendría tiempo, que podía posponerlo, estaba tan embuído en la rutina que de no haber preguntado a su contable podrían haber pasado 10 años más!

Después de pensarlo un momento detenidamente se dio cuenta. Había fracasado rotundamente!

Era cierto, había ganado su Millón de Dólares ¡Aún más! Tenía dinero suficiente como para para vivir holgadamente de rentas toda su vida, siempre que no lo desperdiciara, pues sabía perfectamente que el dinero tal como viene, se va. Para alcanzar su sueño de la Libertad Económica Completa seguramente necesitaría 10 veces más ese dinero. Un Millón de Dólares era mucho más cuando empezó hace 10 años que hoy en día. ¿Tendría que seguir trabajando?

En ese momento se dio cuenta ¡Había caído en una trampa!

John Wolf, con su emprendimiento había dedicado su vida al "Dios Caramelo". De no haberse dado cuenta habría vivido todos los días en una rutina de problemas que le envolverían sin cesar ¡Sin él su imperio caería de la noche a la mañana!

En verdad se había hecho Millonario, sin embargo ¿Por qué había deseado hacerse millonario?

Había pasado tanto tiempo que ya casi no se acordaba de sus esperanzas, de sus sueños, de sus ilusiones. Recordaba vagamente que siempre había deseado una gran casa, hoy tenía una gran mansión ¡Aunque casi no vivía en ella! Su verdadero "hogar" era su despacho.

También había querido un lujoso coche, en verdad tenía muchos coches ¡Desgravaban impuestos! Pero nunca había conducido ninguno ¡No había tenido tiempo!

¿Y su yate soñado? Sonrió. En realidad no se había acordado de comprarlo pero no había problema, llamaría a su secretaria y esa misma tarde tendría uno.

No tocó el teléfono.

Había algo, algo mucho más importante que tenía que recordar, pero no era capaz de saber qué era.

"La Felicidad" susurró una parte de su mente que no había utilizado hace mucho, muchísimo tiempo.

¡Era cierto! El había deseado hacer fortuna para vivir feliz! Sin tensiones! ¿Y qué había conseguido? ¡Todo lo contrario!

Sí, es cierto, era rico, sin embargo su vida era un cúmulo de problemas, la ascensión en el comercio había sido agotadora, las reuniones, los clientes, los empleados ¡Todo requería su atención! Estas eran sus primeras horas de descanso en muchísimos años.

En ese momento John Wolf se dio cuenta que mucho más importante que su dinero lo era su felicidad¿Cómo había cometido ese error?

Él lo sabía, él mejor que nadie lo sabía. Las leyes del comercio estaban bien claras, no había forma de hacer fortuna si no las respetabas: "Si deseas hacer fortuna has de crear un imperio, has de contar con empleados, realizar reuniones, crecer continuamente y trabajar duro sin descanso" ¿Cómo sino habría podido hacer llegar Un Millón de Caramelos a Un Millón de Niños? Habría sido una tarea físicamente irrealizable para un simple humano.

Estaba claro, si se quería tener un gran nivel de ventas se necesitaba una infraestructura que había que crear. Vendedores, Almacenes, Oficinas, Encargados de Reparto y cientos de empleados más, que aún no sabía muy bien lo que hacían, pero que parecían totalmente imprescindibles para organizar todos los distintos papeles!

"¡Ojalá hubiera podido vender y repartir yo mismo ese Millón de Caramelos!" Deseó desde lo más profundo de su corazón. Habría ganado mi Millón de dólares, habría sido mi fortuna, y habría sido feliz disfrutando de cada momento de mi vida. Pero él sabía que eso era totalmente imposible ¿Cómo podía haberlo hecho?

Quizás si hubiera tenido super poderes como los héroes de película podría haber repartido los caramelos a Super velocidad. No, eso era muy bonito de soñar, pero totalmente irreal. Después de años de trabajo su mente era totalmente práctica, nunca tomaba en cuenta una idea irreal.

Igual podría haberme hecho cien clones y haber trabajado con mis cien copias a la vez. No, otra tontería, aunque habría sido bonito... quizás algo de la idea era válido.

Quizás podría haber diseñado una especie de Robots que vendiesen sus caramelos en parques y colegios. Unas máquinas con un discurso de ventas grabado o escrito que invitara a los padres a comprar sus caramelos de dos dólares para dárselos a sus hijos ¡Eso si habría sido real!

John se sentó pensativo sopesando la idea, podía haber sido viable pero cuando empezó no disponía del suficiente dinero para mandar construir esas máquinas ¡Había tenido suficiente sólo para encargar su primer lote de caramelos!

Justo en ese momento entró un joven genio en su despacho, era el encargado de la sección de ordenadores. John no sabía como funcionaban esas máquinas, pero sabía que eran totalmente imprescindibles para que su empresa funcionara. El joven había logrado colarse en su despacho como solía hacer todas las mañanas para explicarle algo que, seguramente, parecería sonar a Chino!

- Señor - le dice - he notado que su Imperio de caramelos no tiene pagina Web.

- ¿Qué es eso? - preguntó John extrañado, había estado los últimos años dedicado a la venta de caramelos y se había perdido muchas cosas que habían ocurrido a su alrededor.

- Pues... - duda un momento el informático pensando en una forma de explicarlo de forma que nuestro hombre pudiera entenderlo - Una pagina Web sería como un Robot, un Robot Virtual - explica - este Robot sería capaz de explicar las ventajas de sus caramelos a millones de personas al mismo tiempo, sería un discurso de ventas escrito por Usted que haría que millones de personas comprarán sus caramelos. - sigue explicando - La gente podría comprar sus caramelos estando sentada en el salón de sus casas, sólo meterían su número de tarjeta de crédito, harían su pedido y los caramelos les llegarían a su casa por correo. Su Robot sería incansable, podría atender a millones de personas al mismo tiempo con la misma eficacia: vender, cobrar y enviar los productos automáticamente como si fuera un ejército de vendedores. Además sus costos son muy bajos, de muy pocos dólares ¡Y Usted podría descansar mientras su Robot vende y cobra!

En ese momento John Wolf se dio cuenta ¡Aquello es lo que había deseado toda su vida! Había desperdiciado años y años de su vida repitiendo las mismas palabras, el mismo discurso de ventas a cientos, miles de personas ¡Igual que sus vendedores! Había desperdiciado su vida dedicándola a un trabajo que le había robado años de felicidad ¡Había despreciado su propia felicidad!

Un deseo nació de su corazón: "Ojalá pudiera ir atrás en el tiempo, daría toda mi fortuna por poder retroceder unos años y empezar a trabajar de nuevo. Si así lo hiciera utilizaría un Robot-Web para comercializar mis productos, dejaría que fuera el quien trabajase y me hiciese rico mientras yo disfrutaba de cada segundo de mi vida, sería feliz disfrutando de mi tiempo pues he aprendido que el trabajo sólo es bueno cuando te permite vivir. Vivir para trabajar, dedicar tu vida a un trabajo sin sentido, esclavizarse a un Falso Dios del Trabajo es un crimen. Se ha de trabajar para vivir, realizarse y ser Feliz!"