¡¡¡Por fin llegó el Día DEFINITIVO!!!

¡¡¡FELICIDADES MAESTRO SAMURAI!!!

Al haber seguido, estudiado y resumido todo el CMS 3000, y al haber aplicado todos los ejercicios que en él se exponen (y seguir aplicandolos) TU YA ESTÁS HECHO UN MAESTRO SAMURAI!!!

Al menos, en potencia, ¿Qué te falta por aprender?

 

EL NIÑO DIOS

Ese día el cielo tenía un color especial, el azul rojizo presagiaba un día lleno de descubrimientos fascinantes, el suave y calido mecer del viento contra la piel de Kan le hacía sentirse emocionado y feliz, tanto como el hermoso y Radiante Sol que estaba naciendo en el horizonte.

Por un momento cerro los ojos y aspiró la suave y salada brisa del mar, al expulsar lentamente el aire de sus pulmones una gran sonrisa ilumino su cara. Sus ojos, al abrirse, brillaban con una fascinante intensidad, más aún de lo aconstumbrado para este joven heroe samurai.

Khan escucho los latidos de su corazón acompañando armoniosamente al romper de las olas sobre las rocas a sólo unos veinte mentros al fondo del barranco. Él estaba allí subido, como todas las mañanas, en su rincón especial, ese hermoso rincón del mundo que había heredado de su padre como su "rincón secreto".

Mentalmente repasó lo ocurrido en los últimos meses, había comenzado su andadura como Samurai, había aprendido una infinidad de cosas, se había descubierto a si mismo como muy pocos hombres llegan a conseguirlo. También había sufrido disgustos y había estado al vorde de la muerte en más de una ocasión, pero el destino había querido que siguiera vivo y que, además, consiguiera el mayor de los prémios, la felicidad y el amor.

Una alegre luz de esperanza se encendía en su corazón cada vez que recordaba a esa joven de sedosos cabellos. Ea an hermosa, tan... no, no podía describirlo, era algo que no podía ser rebajado a ser calificado con palabras, era necesario sentir la tremenda fuerza de ese amor para poder comprenderlo.

Y él se sentía felíz y agradecido de haber vivido esa sensación, sólo con eso su vida ya había tenido sentido.

 

El amanecer terminó, y el Sol siguió su dorado curso por el cielo azul. Khan, igual que el Sol, se levantó también y amaneció en su propio día adentrandose en las maravillosas vivencias que, sin duda, ocurrirían ese día.

Apenas unos minutos después pasó por delante de la vieja hermita del viejo Sabio, ahora era llevada por el que fuera su aprendiz durante años, un clérigo de mediana edad que intentaba hacer su función lo mejor posible. Justo ahora estaba reunido con su anciano maestro, ahora discipulo samurai del joven Khan, charlando amigablemente.

El anciano Clérigo vio a su joven maestro bajar de su ritual diario de autodescubrimiento y le saludó con un afable gesto de su mano y una mirada llena de amor y sincera admiración.

- Khan, - dijo el anciano - ¿Qué tal el amanecer de hoy?

- Hermoso, muy hermoso - sus ojos brillaban intentando describirlo - era como mirar mi propia alma, sentía que podía mirar fuera de mi y ver mi propio interior al mismo tiempo.

El sabio asintió, pues podía comprender la pureza del alma del joven. Sin embargo el otro clérigo meneó la cabeza y retornó apresuradamente a su hermita para asistir los servicios religiosos matutinos.

 

 

- Se fija demasiado en lo externo, - comentó el anciano al verle alejarse - y demasiado poco en lo interno, que es lo único que importa - dijo mirando profundamente a su comandante Samurai.

- Es demasiado joven - le excusó Khan - con los años aprenderá.

- Jajaja! - el anciano no pudo reprimir una curiosa carcajada - Perdoname - dijo al fín - en realidad tienes toda la razón, - y posando su mano sobre el hombro del joven añadió - pero me es gracioso que alguien que aún es casi un niño, pueda decir tal cosa... ¡Y la cuestión es que tienes toda la razón!

Un sentimiento repleto de un calido amor comunicó las almas de los dos Samurais. No necesitaba decirse nada más, el anciano aceptaba al joven como maestro porque poseía una Sabiduría innata que mejoraba cada día. Él mismo tenía ya más de noventa años, había vivido lo indecible, y estaba considerado como el más sabio de todo el reino, sin embargo había algo en ese jovenzuelo que hacía que él le reconociera como su Maestro, una sabiduría y una bondad puras que sólo podían describirse con una palabra que estaba muy por encima de la pura Sabiduría. El Amor.

 

Khan era un claro ejemplo de la superación diaria, de como los límites no existen, menos los que nosotros mismos nos creamos. Él, a su corta edad, ya había conseguido lo que muchos consideraban imposible de alcanzar.

Para ese viejo clrérigo no había ninguna duda de que las autoridades divinas habían preparado un grandioso futuro para ese jovencito, si a su temprana edad había conseguido todo lo que había conseguido ¿Qué no sería capaz de alcanzar cuando fuera un hombre totalmente maduro y capaz?

 

- ¿Sabes? - pronunció el viejo sabio después de un gran rato de silencio - ayer por la tarde tu padre, el General de Generales, vino a verme. Traía consigo al Caballero Lar. Quería que le ayudase a terminar su época de caballero y a alcazar finalmente el grado de Samurai.

Khan quedó un rato pensabido, conocía a Lar, era Caballero hacía muchos años, y a su juició, de haberse entregado más de corazón, habría sido un excelente Samurai.

Los Caballeros eran Aprendices Samurais que sobrepasaban el tiempo oportuno de aprendizaje normal, para poder darles un titulo honorífico que les distinguiera de los aprendices novatos, se les otrogaba el grado de "Caballeros", porque si bien no tenían permiso para manejar una cuadriga, si podían tomar un caballo y cabalar sobre él. Normalmente esa montura la usaban para realizar una largo viaje en el que se les encomendaba una misión, se esperaba que en el transcurso de esa misión acabasen por alcanzar el estado de Samurais por si mismos.

Aunque algunos como Lar se atascaban, e incluso abandonaban, aunque si en algo había que reconocer a Lar, era en su Persistencia. El continuaba y continuaba insistiendo, aunque sus esfuerzos estaban siempre mal enfocados, a pesar de que otros más experimentados le indicasen el camino correcto, él siempre hacía totalmente lo contrario.

- ¿Y qué ocurrió? ¿Lo tomaste como aprendiz? - Preguntó el joven comandante Samurai intersado.

- No - respondió el anciano con una sonrisa - no me gusta hechar cargas inutiles sobre mis cansados viejos... sin embargo, si me molesté en indicarle el camino a seguir, aunque naturalmente la responsabilidad de dar cada paso, es exclusivamente suya.

Khan respondió a la sonrisa del anciano con otra aún más amplia.

- El problema de Lar - prosiguió el anciano - es que se niega a aceptar su propia responsabilidad.

El joven Samurai le miró extrañado, ¿Qué querría decir con eso? El conocía a Lar y era de los Caballeros más responsables, quizás algunas veces incluso en exceso, siempre se preocupaba por todos los detalles y buscaba hacer perfecto cada movimiento, cada ataque. Para él, todo había de hacerse perfecto, o simplemente no hacerse, y siempre se había definido a si mismo como "responsable" y "perfeccionista".

El anciano adivinó la pregunta en el rosto de su superior, y acalaró.

- Lar es muy responsable con sus tareas, realiza sus ejercicios con una precisión milimétrica, siempre está preocupado por las técnicas, los horarios, la puntualidad y la perfección.... Pero es ahí justamente lo que le hace fallar, lo que le frena, porque, en realidad, lo que está buscando con tanta perfección es quitarse de encima la responsabilidad de triunfar, y hecharla sobre los hombros de otro... ya sea una técnica, un movimiento o un Samurai!

"" Cuando ayer acudió a verme, las tres primeras palabras que dijo fueron <Hazme triunfar anciano>, después me explicó que había estado con más de una docena de maestros y que ninguno "había sabido hacerle llegar a Samurai", que todos "perdían el tiempo con tonterías mentales sobre actitudes y fé" pero que ninguno le había "enseñado las verdaderas técnicas que le permitirían llegar a ser un verdadero Samurai", que "necesitaba el secreto de esas técnicas y que seguiría insistiendo y haciendo lo que hiciera falta para conseguirlas"

El anciano sonrió

-Ah! Y también me dejó muy claro que si no conseguía hacerle triunfar, se buscaría a otro que si pudiera hacerlo.

- ¡Pero menuda falta de respeto hacia su maestro! - estayó indignado Khan - ¡Tenían que expulsarlo por atreverse a decir tal cosa! Un aprendiz está para aprender, y ha de rendirle respeto y gratitud hacia su maestro, no se da cuenta que intentando presionar a su maestro sólo está deshonrandose y mostrando una estupidez y un egoismo sin límites?

- Jajaja - rió el anciano - tienes toda la razón, pero se lo perdoné porque supe rápidamente que era sólo la baladronada de un hombre inseguro que ansía algo de una manera no totalmente adecuada. - el anciano siguió caminando mientras hablaba - Así que le saqué a pasear y le traje hasta mi vieja hermita, donde le dí de comer a las palomas y le pedí que me dijera lo que veía... igual que te pedí a tí hace no tanto ¿Te acuerdas?

Khan sonrió, si que se acordaba, de hecho la historia se había hecho tan popular que corría de boca en boca, de maestro a aprendiz por todo el campamento y se había convertido en uno de las enseñanzas pilar de todo Samurai.

- ¡Claro que me acuerdo! - contestó - ese día me enseñaste lo importante que es saber decidirse por tomar aquello que se desea en la vida, y que para conseguirlo, simplemente hay que enfocar nuestros esfuerzos de una manera más adecuada, por ejemplo - sonrió - volando hacia la zona de las semillas, en vez de hacia donde no hay.

- Pues ya podía haberlo resumido yo así pillastre! - rió el anciano - me hubiera ahorrado cincuenta años de observar a las palomas. ¡Tendría que haberte preguntado a tí y me hubiera ahorrado muchisimo maiz! - bromeó - Pero claro, ¿Cómo podría haberte preguntado si aún no te habían cambiado ni el primer pañal? ¡Por mi barva! que cuando yo era un joven clérigo y empecé a dar de comer a las palomas... A tu padre aún le cambiaban los pañales!!!

El anciano y el joven rieron durante un buen rato, felices de estar juntos y de que la vida los hubiera reunido.

 

- Hace mucho tiempo, me contaron una historia - dijo el anciano - no la recuerdo muy bien porque cuando me la contaron, aún no debería de haber nacido tu padre. Y ya entonces era muy antigua, tanto que se ha olvidado muchos de los detalles.

"" Pero aún y así, su sabiduría es enorme, escucha atentamente.

"" Hace mucho tiempo, el Gran Dios poseyó a una esposa para traer a la Luz a un Hijo que fuera su felicidad, su orgullo, y la guía para los hombres.

"" Esta mujer fue escogida por su gran Sabiduría, su Humildad, su Decisión y su total entrega para Amar.

"" Aquellos sacerdotes que eran eruditos, extremadamente cultos y supieron desentrañar los sueños para poder descubrir ese hecho tan significativo, acudieron a agasajarla con hermosos regalos, pues decían que aquel que tomara en sus brazos a ese semidios, alcanzaría la total y completa iluminación instantaneamente.

"" Los que fueron a rendirle culto en su nacimiento fueron muy cultos y poderosos, por aquel entonces su fama se extendía por todo el planeta, y ni aún todos pudieron llegar con sus inmensas capacidades y conocimientos.

"" Una vez que llegaron, los sabios depositaron regalos delante del niño recien nacido para agradar a la madre, cada uno de ellos puso el objeto que más precioso había encontrado, dió una larga lista de eruditas razones de porqué ese regalo era el único digno de ese niño, y expuso un largo discurso sobre sus méritos y su sapiencia, pero uno tras otros fracasaron.

"" Al final, un humilde sirviente que les acompañaba solicitó ver al niño, pues había oido hablar de él a los sabios por el camino, los sabios se negaron en rotundo, pero la mujer era bondadosa y amaba a todos los seres por igual, por lo que le mandó pasar.

"" Cuando vio al pequeñuelo el humilde servidor calló de rodillas y lloró por la infinita belleza de la criatura, cuando pudo recuperar la compostura le pidió disculpas a la madre alegando que jamás había visto nada tan hermoso como su hijo.

"" Después miró al suelo y se avergonzó al ver que todo el que había pasado a esa instancia había entregado un regalo... menos él.

"" El pobre era un sirviente hijo de sirvientes, y nada poseía, pero aún y así quiso dar como regalo lo único que tenía, así que metió su mano entre sus ropas y sacó cuatro manzanas, dos rojas, una amarilla y otra verde.

"" Esas manzanas eran su almuerzo y su cena, y eran por si un misero regalo que habría podido ofender a la madre, así que las tomó y ofeció, como regalo, un pequeño expectaculo de juegos malavares con el que las manzanas volaban por los aires de una mano a otra formando unas hermosas líneas de colores sobre el aire.

"" Los sabios estaban escandalizados, pero el pequeñín sonrió por fín al encontrar algo de su agrado, los colores danzantes le habían entusiasmado, y movía los bracitos alegremente mientras sonreía y seguía las manzanas con ojos alegres.

"" Apenas un minuto después, el niño estaba riendo como jamás lo había escuchado reir la madre, y cuando terminó al fin el expectaculo, se quedó tiernamente dormido, sin duda soñando con manzanas danzantes en el aire.

"" Entonces aquella mujer pura tendió el niño a los brazos de sirviente malavarista que tanto había admirado lo que ella más quería y que tanta felicidad le había dado. Y ese hombre conoció entonces el secreto de la dicha infinita, y con ella la total iluminación.

 

El anciano guardó silencio durante unos minutos dejando que la esencia de esta historia penetrará en el cerebro del joven Samurai.

- Naturalmente existen muchas versiones de esta historia, pues como te digo es muy antigua y procede de un reino lejano, pero se que en muchas se olvida de contar al humilde mozo, a su regalo, y el porqué cuando los sabios partieron, seguían a un nuevo maestro iluminado que les enseño más sobre la vida de lo que podián encontrar entre las tapas de sus extraños libros.

Khan quedó pensativo durante mucho tiempo.

- Anciano, ¿Es real esta historia?

- Si, lo es, aunque como te digo muchos detalles se han perdido, y no recuerdo a que pais ni constumbre pertenece (y te puedo asegurar que por mis conocimientos podría entrar en más de un par de cientos) quien me la contó me juró solemnemente que era cierta, y él era un clérigo que jamás pronunciaría una mentira. De igual forma pasó con quién se la contó a él, y al otro, y así sucesibamente hasta sus origenes. - el anciano quedó un momento en silencio - Bien pensado no te puedo demostrar que es verdad, pues tantos años erosionan hasta los hechos pasados, pero si te puedo decir que siento que es cierta, al menos en su mayor parte, pues quien sabe, quizás me equivoqué con el color de las manzanas, ¡o quizás eran otras frutas! Pero si siento que el groso de la historia es cierta, y estoy seguro de que tú puedes sentir dentro de ti mismo que también lo es, y aprender mucho de la gran Sabiduría que encierra.

- Sabiduría... -repitió Khan atontado, realmente a él no le importaba la veracidad de la historia, lo que si le importaba, y mucho, es lo que pudiera aprender de ella.

"" ¿Qué lección encierra?, viejo Sabio, te soy sincero al decirte que algo siento dentro de mi, pero no acabo de poder determinarlo... ¿Quizás algo relacionado con la humildad y la sencillez?

- Algo así mi querido Khan, algo así, pero no del todo. - después de una picará sonrisa añadió - de hecho tiene más en común con nuestro común amigo Lar, el ya casi eterno caballero.

"" Fijate en como actuaron los Sabios.

"" Eran todos supremos eruditos cargados de orgullo, y guiados por ese orgullo pretendieron alcanzar su objetivo.

- Sostener al niño en brazos - concluyò Khan

- Si y no, lo que querían era la suprema iluminación, y para conseguirlo tenían que sostener al niño.

El joven Samurai empezaba a comprender.

- Para sostener al niño, pretendieron "sobornar" a la madre con hermosos y caros regalos - el antiguo clérigo sonrio - y aún se atrevían orgullosos a exponer las razones de porqué su regalo era el mejor.

"" Eran unos perfeccionistas que pretendían saberlo todo, cuando en realidad no sabían nada.

Khan asintió, un rasgo que había notado entre los caballeros es que siempre poseían el orgullo de atreverse a decir que era lo que estaba mal, que era lo que fallaba en el sistema Samurai y por culpa de lo cual no se posía alcanzar el grado de Samurai... ¡A pesar de que miles lo consiguieran diariamente!

- Sin embargo mira al que triunfó - añadío el viejo sabio - era una persona humilde, sencilla, que sin grandes logros dio lo poco que tenía con el corazón.

- Y esa humildad, al no juzgar a los demás ni a si mismo - añadió Khan - le hizo alcanzar el éxito!

El anciano aplaudió ese acierto.

- ¡Así es! Mi joven comandante, aún sin saberlo, el servidor le entregó a la madre el regalo que una madre más aprecia...

- ¡La felicidad de su hijo! - contestó asombrado Khan.

- Asi es! - dijo el anciano - Los grandes Sabios pecaban por materialistas, pero aquella mujer tan pura era también una mandre, y como toda madre apreciaba más una sóla sonrisa de su hijo, que todo el oro del mundo ¡O todas las piedras preciosas!

- Entiendo - dijo el joven - Los sabios erraban al escuchar demasiado a su mente, y muy poco a su corazón.

- Así es!!! Justamente esa es la clave!

"" El Gran Problema es que lo veían todo desde SU propio punto de vista, en vez de verlo desde el de los demás.

"" Por ejemplo, el Sabio que regaló oro, lo hizo porque consideraba al oro como lo más bello del mundo, por lo que consideró que era el mejor regalo posible.

"" Y por eso fracasó, porque no se paró a pensar que sería lo que la mujer apreciaría más en este mundo, lo cual era, obviamente, su hijo.

 

- Pero anciano - preguntó Khan con una enorme mueca de estrañeza en la cara - ¿Eso quiere decir que el siervo era más listo que los sabios? ¿Donde había adquirido esa inteligencia y sabiduría?

El viejo sabio rio.

- El servidor no era más sabio que los Sabios, estos habían estudiado durante decenios y podían recitar mil libros de memoria - y después de hacer una pausa dramática añadió - Pero habían olvidado escuchar a su corazón!

"" El triunfador no había preparado ningún plan, ni siquiera pretendía llegar a sostentar tan grande honor, era humilde, ¡Esa era su mayor ventaja!

"" Simplemente hizo lo que le dictó su corazón, quería agradar a la madre y al hijo, pero no por egoismo, sino por amor. Con lo que hizo algo improvisado y loco que normalmente nadie que siguiera a su mente haría jamás.

"" Y al seguir su corazón, alcanzó el éxito.

"" Ese es el Verdadero Secreto de las personas que alcanzan el Exito, que escuchan a su corazón, corren riesgos, no se preocupan por como "deberían" ser las cosas, sino que toman las cosas como son y simplemente ¡Actuan!

"" Quizás lo que hacen no es lo que se considera normalmente "perfecto", pero sin embargo, es lo que hay que hacer, es lo Eficaz, es lo que da Resultados. Y es por esos resultados por lo que alcanzan el éxito.

- Ya veo - dijo Khan - por ejemplo el Caballero Lar siempre está preocupandose por ejecutar una Técnica Perfecta, siempre se fija en la Técnica, en como deberían hacerse las cosas, tanto que si la realidad no tiene la forma que el cree que debería tener ¡No hace nada!

- Y así se condena al fracaso! - concluyó el anciano. - Porque un Verdadero Samurai, siempre actua con el Corazón, siempre está lleno de Entusiasmo Sincero, de una especie de Energía Mística, de Fe, una Fe que le conduce al Exito.

"" Porque al no haber espacio para las dudas en su mente, así se puede centrar con total presteza en el asunto que tiene entre manos, y escuchar a su corazón para poder tomar la acción más adecuada a cada momento.

- Escuchar a mi corazón... - murmuró Khan - Recuerdo que cuando luchaba contra Chang, hubo un momento en que me cegó - susurró lentamente el joven Samurai, como si el recuerdo le doliera - en ese momento yo no sabía que hacer, pero algo dentro de mi me llamó a acallar mi mente, a escuchar el sentimiento que mi corazón me dictaba, y a seguirlo...

- ¿Y qué pasó? - preguntó interesado el anciano.

- Que me moví y lance mi Katana, esquibando un golpe mortal, y ganando la batalla. - contestó meditativo el heroe Samurai.

- Dime, crees que Lar hubiera hecho lo mismo en ese momento?

- No - sonrió Khan - seguramente hubiera intentado quitarse la arena de los ojos para poder ver bien, después habría aposentado los pies según la técnica de la montaña, y finalmente habría atacado usando la técnica del dragón de fuego - y ya casi partiendose de risa, añadió - claro que habría tenido que ejecutarla con una cabeza de menos!

- Jajajaja! - rió el Viejo Sabio - ¡No lo dudo! Y sabes cual es la diferencia ¿Verdad?

- Si - contestó ahora más serio el joven - la diferencia está en que Lar es Caballero, y lo es porque no cree en los Ideales, ni en la Fe, ni en la pureza del Corazón y del Alma.

"" El sólo cree en la Técnica, y eso es lo que le frena, porque nunca está seguro de si esa técnica será la Perfecta. Y esas dudas, le atan al fracaso ¡Pues son Zarzas! E impiden que su Energía le mueva hacia el éxito.

- ¡Así es! - sonrió el Anciano, sintiendose Feliz de que, como siempre, su Joven Comandante diera un paso más hacia la Gran Sabiduría - El hombre que sólo usa su Técnica, es como el ave que intenta volar con una sola Ala. ¡Está destinado a permanecer en tierra y a perderse los calidos vientos del éxito!

"" Sin embargo, el que usa sus Conocimientos, junto con su Corazón ¡Ese es el que triunfa! Porque es como un Ave con dos Alas. ¡Y si las usa Volará Tan Alto como Desee!

"" ¿Hasta donde deseas volar tú Joven Comandante?

Khan meditó durante unos momentos, el sabía que los aprendices Samurai, los Samurais y los Caballeros, tenían todos una Formación Técnica Básica realmente elevada, así que su Ala Técnica era ya muy Fuerte.

Eso quería decir, que Khan tenía que esforzarse en fortalecer su otra Ala, la del Corazón, porque sólo así podría aprender del error del Caballero Lar, y evitar caer en su destino.

- Dime anciano, si esto es así ¿No tendríamos entonces que ejercitar nuestro Amor y nuestro Corazón diariamente, igual que hacemos con nuestras técnicas y nuestros conocimientos?

- ¡Así es Khan! Veo que has comprendido la Gran Verdad de esta Historia. Tu Entusiasmo, tu Amor, tu Fe, son tu Segunda Ala.

"" Y dado que tu Primera Ala ya está Muy Fortalecida, tu Fuerza Total, se medirá, en la Práctica, por la Fuerza que tú otorgues a tu Segunda Ala.

"" ¿Cuanto eres capaz de Amar? ¿Cuanto Entusiasmo eres capaz de Sentir? ¿Cuanta Fe eres capaz de Tener? ¡POTENCIALO! Y así podrás extener tu segunda Ala Bien Poderosa, para que te Impulse por los Cielos del Exito, y te permita surcar entre los vientos de la victoria, impulsandote directamente, hasta allí donde quieres llegar.

"" ¡Nada hay tan importante como un Samurai como el cuidar su Entusiasmo, su Amor y su Fe!

"" ¡En verdad que ahí está el Secreto de tu Exito!

"" Apuntalo, toma nota, Aplicalo Diariamente, te costará tiempo y trabajo el aplicarlo ¡Pero Ah! Sus Resultados te llenarán de Dicha, de Bondades y de Exitos ¡Y harán de ti el Mejor de los Samurais!

Khan entendio dentro de si, lo que ya había empezado a entrever desde hacía mucho tiempo. Primero había empezado a sospecharlo cuando conoció la existencia de los Fantasmas del Miedo y del Fracaso, después lo vio en el otro mundo cuando conoció las Zarzas y el Trigo de su Alma, finalmente hoy había podido, por fin, comprender porqué el Entusiasmo, el Amor y la Fe, son tan poderosas ¡O más! que la mejor de las Técnicas, porque ¿A donde puede llegar un pájaro que sólo tiene una ala? Aún cuando tuviera dos muy pequeñitas ¡Volaría mejor que un ave con una sola ala inmensa!

Como Samurai, Khan reconocía que su "ala técnica" era ya muy avanzada y poderosa, pues conocía una gran cantidad de técnicas, más de las que eran extrictamente necesarias para alcanzar el éxito.

Con todas las que conocía, un hombre podía alcanzar un éxito INIMAGINABLE! Ahora bien, ¿qué habría que hacer para aplicarlas?

Ah! Ahora lo sabía! ¡Tenía que Fortalecer su Segunda Ala! Para poder aletear a la Par, con Fuerza y así impulsarse por los calidos cielos directo al Exito, a su Objetivo.

Por eso, el Joven Comandante Samurai miro dentro su corazón, e hizo la más solemne de todas las Promesas. A partir de hoy, y durante toda su existencia, cuidaría cada día de Fortalecer su Amor, su Entusiasmo y su Fe, para poder volar por los cielos de la vida como UN VERDADERO

 

¿Has comprendido? Tú Maestro Samurai ¿Vas también a hacer aquello que debes para alcanzar tu Exito?

 

¿Cuidarás diariamente de tu Entusiasmo para estar siempre en el estado Eficaz y poder Volar Muy Alto?

¿Vas a cuidar Realmente TODOS LOS DÍAS de tu Entusiasmo?

 

Cuidar tu Entusiasmo, es algo que requiere tiempo, realmente mucho tiempo cada día, pues cada día gastamos nuestra colecta de trigo y hemos de plantarla de nuevo.

 

Además hay que preocuparse de Quemar las Zarzas de vez en cuando para tener más terreno útil, y eso es más tiempo que hay que aplicar.

 

¿Tú lo harás? ¿Es tu compromiso para con los tuyos, para con ti mismo, y para con tus Objetivos, lo suficientemente Fuerte para hacerlo?

 

Si la respuesta es Si, y realmente lo haces, entonces mi Felicitación para ti es ahora Total y Sincera. Porque en estos momentos, tú ya eres un Maestro Samurai.

 

Es decir, tú ya tienes todos los conocimientos de un Maestro Samurai.

 

Pero un Maestro Samurai, no es sólo una persona con unos conocimientos apropiados, es una persona que posee esos conocimientos Y LOS APLICA!

 

¿Te das cuenta? Dentro de ti ya están los conocimientos para hacerte Millonario ¡En todos los campos de la vida! ¡Y en cualquier Negocio!

 

Porque ya conoces cuales son los 5 Estados de la Mente, por lo que tú sabes como Funciona la Mente Humana, y en que estados hay que estar para Triunfar.

 

También conoces los Metaprogramas, con lo que ya sabes como Reacciona la mente. Y sabes como influyen los Metas en los Estados de la Mente.

 

También sabes como influye el cuerpo en los Estados de la Mente.

 

Y tienes también los conocimientos de otras muchas ramas. Por ejemplo, sabes como hacer Publicidad Eficaz, pues conoces el AIA.

Puede ser que necesites prácticar un poco esas técnicas, pero ya las conoces, así que sólo es prácticar y tomarles el "tranquillo", pero aún y así, tú ya eres un Maestro en Publicidad.

 

También tienes los conocimientos de como utilizar Robots para Vender.

 

Y más importante aún, sabes redactar poderosos Discursos de Venta, con el AICDRF + Metaprogramas. Discursos que pueden llegar a ser Hipnóticos.

Puede también que necesites algo de práctica para mejoras tu dominio de estas técnicas, pues aún el mejor de los Maestros va mejorando cada vez, pero tú ya eres un Maestro en Ventas.

Y además, sabes que esa técnica vale tanto para vender Productos, como Ideas ¡Ahí tienes un Gran Poder dentro de ti!

 

También conoces el Poder de la Empatía, de como ayudar a los demás a aumentar su Energía para que confien en ti, se acerquen así a su estado 4, y puedan ser más sensibles a mejorar sus vidas.

 

Tienes conocimientos sobre Marketing, Networking y Las Olas del Marketing, unos conocimientos que, convenientemente Aplicados, pueden hacerte ganar Millones y Millones de Dólares.

 

Tú sabes todo eso ¡Y muchas más cosas! Porque las has aprendido en el Curso a Maestro Samurai 3000, el curso que ha cambiado tu vida.

 

Así que, ahora, tú ya tienes dentro de ti, todos los conocimientos de un Maestro Samurai. ¡Ya sabes todo lo necesario para convertirte en Millonario! ¡Y para ayudar a Millones de Personas! ¡Y para conseguir hacer esas dos cosas a la vez!

 

Con los conocimientos que tienes, puedes alcanzar el Exito Total en tu vida, con sólo que hágas una cosa... ¿El qué?

 

¡¡¡ APLICARLOS !!!

 

Porque todos esos conocimientos, son tu "Ala Técnica".

Y como para volar, necesitas dos alas, de nada te servirán si no desarrollas tu segunda Ala.

El Ala del Amor, del Entusiasmo y de la Fe!

 

Porque la Primera Ala, es la herramienta que te permite Hacer.

Y la Segunda Ala, es el Medio para estar en los Estados 4 y 5. ¡Y tú ya sabes que sólo en esos Estados podrás tomar la Herramienta y Aplicarla con Resultados!

 

Así pues, a partir de este momento yo te nombro Maestro Samurai.

 

Si aplicas estos conocimientos, y ejercitas tus dos Alas, volarás alto como Maestro Samurai, y llegarás a ser, todo aquello que desees ser ¡No hay límites para un Maestro Samurai!

 

Pero si no los aplicas... bueno, te condenarás a Caballero. Eso es algo que ya sabes, y que queda bajo tu total responsabilidad.

 

Tú ya sabes que hay que hacer para que eso no suceda ¿Verdad? Dos Renacimientos Diarios, leer tus Objetivos tres veces al día, Meditar, comer adecuadamente, descansar adecuadamente, hacer ejercicio moderado, y leer libros Motivadores que te ayuden a Mejorar Cada Vez Más!

 

Puede ser que, de vez en cuando, o una vez al año, quieras repasar ciertos conocimientos técnicos como el PEP, el PRoCo, o el AICDRF, para eso, simplemente releerás los Días-Entrega y ya estará.

Sin embargo, tus Ejercicios Diarios de Samurai, son los destinados a aumentar Tu Amor, tu Entusiasmo y tu Fe. Para así elevarte, volar y "condenarte al éxito".

Esos son los más importantes. Y es su realización, lo que distingue a un caballero, de un Verdadero Maestro Samurai.

¿Tú que quieres ser?

 

Actua pues, en corcordancia.

 

¿COMO?

 

Imaginate que estás en una pradera de extensiones enormes. De vez en cuando das un paso en cualquier dirección y te mueves, pero ¿Llegarás a donde deseas?
 
¿Acaso no necesitas fijar antes a donde deseas llegar?
 
La vida es así, las posibilidades, las potencialidades, son Infinitas.
 
Tú puedes llegar, allí donde desees llegar, pero ¿A donde deseas llegar?
 
Cada persona ha de construir su camino, ha de fijar la Meta, el Objetivo hacia el que se dirige. Y una vez fijado ese objetivo, ha de ir caminando, paso a paso, hacia él.
 
 
 
Tú ya conoces los 5 Estados de la Mente, por lo que ya sabes que cuando estás en el estado 4, en el Estado Eficaz, consigues Resultados ¿Verdad?
 
Cada uno de esos Resultados, es un Paso.
 
¿Hacia donde orientas tus Pasos?
 
¿Tienen algún sentido? ¿Alguna Dirección?
 
¿O son pasos dados sin ton ni son? El problema de la mayoría de las personas, es que sus pasos son dados sin rumbo, con lo que siempre están dando bueltas a circulos caoticos ¡Y eso es lo que consiguen en sus vidas!
 
 
HAZ QUE TUS RESULTADOS, TE DEN RESULTADOS
 
¿Cómo es esto?
 
Tú ahora puedes estar ya consiguiendo Resultados a Corto Plazo, pero... ¿Se acumulan esos Resultados? ¿Cada paso se pone uno delante del otro para llevarte más lejos? ¿O se restan los Resultados entre si para mantenerte en el mismo sitio, o llevarte a Cualquier sitio?
 
Identifica donde quieres llegar, y así cada Resultado será un Paso detras del Otro, y así cada vez estarás más cerca de tu Objetivo.
 
Cada vez tus Resultados te estarán dando Resultados.
 
Y por tanto estarás más cerca de tu Meta.
 
 
 
Imaginate que cada Resultado fuera un Ladrillo.
 
Tú posees una vida, un campo de casi ilimitados kilometros cuadrados. Y cada ladrillo que consigues, lo pones sobre la tierra.
 
Si sigues así, apilandolos sin sentidos ¿Conseguirás alguna vez algo? ¡Como no sea un Montón de Ladrillos!
 
Pero, sin duda, no conseguirás una casa, o una Mansión, ni un Templo, ni un Castillo.
 
 
Porque para eso, primero necesitas saber que quieres conseguir. Has de Definir, has de Definir que es lo que quieres, por ejemplo, un Templo, el Templo de tu Exito. O.. Una Mansión ¡La Mansión de tus Sueños! La Mansión de tu Exito.
 
Recuerda, en "El Guerrero Invencible" la Katana de Kan tiene escrita "Miles de Granos de Arena, amontonados, forman una Pagoda" ¿Te das cuenta ahora de que significa eso?
 

EL GUERRERO INVENCIBLE

Kan estaba rebosante de alegría, ya era un verdadero Samurai!

Habían pasado dos meses semanas desde que su padre Kazo le entregara su espada de aprendiz.

Hoy su padre, henchido de ego, rebosante de alegría, le entregaba su reluciente espada katana de Samurai. Una preciosa y afilada espada con el mango cubierto de oro y plata que representaba su estátus, su poder y sobre todo, que por fin era un verdadero Samurai! El más joven Samurai del ejercito.

Kan, con solo doce años había sido capaz de conseguir en solo dos meses lo que otros no eran capaces de conseguir en años.

El joven samurai desenvainó por primera vez su reluciente espada de oro y plata y leyó la inscripción grabada en antiguas runas que recorría el reluciente filo "Miles de granos de arena amontonados forman una pagoda". Meditaría más tarde sobre el significado de esta inscripción, ahora era un momento de dicha y celebración.

El viejo Samurai, orgulloso levantó en volandas a su joven hijo y lo mostró a todos los Samurais allí reunidos. "¡Este es mi hijo!" proclamo orgulloso "¡Un verdadero Samurai!" y la fiesta continuó hasta altas horas de la noche.

Kan despertó temprano, estaba ansioso por comenzar este día. Por fin era un verdadero Samurai, había dejado de ser un aprendiz y ya era todo un Samurai reconocido, así lo demostraba la hermosa espada katana que colgaba en su cintura.

Como Samurai disfrutaba de su propia tienda privada en la que reunirse con su escolta personal y mantener reuniones privadas. Naturalmente todavía no tenía una gran graduación y su tienda era modesta, adornada con los regalos que sus amigos le habían entregado el día anterior. Sin embargo para el joven Samurai era tan bella como el mayor de los templos, pues la había conseguido gracias a su propio esfuerzo y sin que nadie le ayudara.

Kan escruto el cielo. El rojo sol estaba empezando a nacer en el horizonte, todavía era muy temprano y tenía tiempo para meditar. Desenvainó su plateada katana y observó los dorados reflejos del Sol en su hoja mientras meditaba en la inscripción tallada en ella.

"Miles de granos de arena amontonados forman una pagoda"

Su padre quería transmitirle algo, y esta vez tendría que descubrírlo el. Su última conversación había girado acerca de construir un templo samurai, empezando por los cimientos. Kan ya casi había logrado este objetivo, contaba con cinco Samurais fieles en su guardia personal, cerca de quince guerreros, no lo suficientemente diestros para poder considerarlos Samurais. Y toda su guardia personal contaba a su vez con tres o cuatro Samurais y algún que otro guerrero. En total sumaban cincuenta guerreros, diecisiete de ellos verdaderos Samurais!

Kan sabía que ya casi estaban formados los cimientos de su templo, y su padre le mandaba una inscripción que trataba sobre una pagoda. El joven Samurai había visto muchas pagodas en su infancia, eran enormes torretas de trece pisos de una belleza incalculable. Se situaban a los lados de los templos como una parte de los mismos para llamar la atención de los caminantes desde lejos y atraerlos al templo.

Su padre, el general de generales le estaba diciendo que esas maravillosas torres, exponentes de una belleza sin igual, eran solo miles de granos amontonados uno sobre otro, Kan empezaba a comprender...

- ¿Eres tu Kan? - Tronó una voz a su espalda.

- Si, yo soy el Samurai Kan - dijo sonriendo mientras se daba la vuelta - ¿Quien eres tú caminante?

- Soy el terrible Omius, guerrero veterano de cien batallas - pronunció rotundamente - e invicto en todas ellas. Nadie jamás a logrado superarme en la batalla y con estos antecedentes vengo a posar mi espada a tus pies y a abrazar tus rodillas para rogarte que me permitas entrar a tu servicio. Pues tu fama recorre la región como el más joven y exitoso de los Samurais. Si has logrado llegar a tu posición con solo doce años, quiero estar a tu lado cuando seas un hombre maduro y seas general de generales. - La mirada del poderoso guerrero era directa y penetrante, su musculoso cuerpo denotaba una fuerza sin igual, y sus manos parecían hechas para manejar la poderosa y terrible espada de más de dos metros que posaba a los pies de Kan mientras pronunciaba estas palabras.

El joven Kan estaba con la boca abierta como un tonto, nunca había soñado nada parecido. Antes la gente le había repudiado acusándole de mentiroso y embaucador y ahora un poderoso guerrero se postraba ante el como ante un rey!!!

Tras unos segundos de duda, el entrenamiento Samurai del joven le ayudó a salvar la situación con sabiduría y justicia.

- Por favor, Omius, levántate y recoge tu espada. Estaré encantado de que te unas a mi equipo de Samurais - una plácida sonrisa iluminaba la cara de Kan - hoy, cuando el Sol se halle en su cenit, nos reuniremos todos en frente de mi tienda, te ruego que acudas para unirte oficialmente con nosotros.

- Si señor! - Respondió efusivamente Omius y se dispuso a alejarse.

- Ah Omius! - El guerrero miró al joven mientras se alejaba - no me llames señor... que me haces sentir viejo... - La cara de Kan se torno roja de vergüenza y Omius se alejó contento y sonriente por haber encontrado no solo a un futuro general, sino también a un futuro amigo.

Era mediodía, una suave y cálida brisa soplaba del Sur alegrando los corazones de los Guerreros y los Samurais, Omius estaba sentado delante de todos, esperando su presentación oficial. Kan salió por fin de su nueva tienda, portaba en sus manos una espada katana de las que lucían los aprendices. Y en su cintura lucía su hermosa katana dorada y plateada despidiendo luminosos destellos contra el Sol de la mañana.

- Queridos amigos - Empezó Kan - Hoy tenemos el honor de incluir en nuestro equipo a un experimentado guerrero. Uno que ha participado en cientos de batallas sin ser vencido ni una sola vez - murmullos de admiración corrieron entre los aprendices - Por eso es un orgullo para mí el poder entregar su primera katana a Omius. Bienvenido Seas!

Omius miró con una extraña mueca el arma que le tendía Kan, era una espada casi totalmente recta que medía poco más del brazo de un hombre de un solo filo, él estaba acostumbrado a utilizar su gran espada bastarda de casi dos brazas, de doble filo y con muescas cerca de la empuñadura que ayudaban a desgarrar la carne del enemigo. Sin embargo cogió la espada que le tendía el joven Samurai y descubrió asombrado el increíble filo de esta, cosa que le agradó, y sonriente proclamó en voz alta.

- Kan, tu me has hecho un regalo y yo quiero hacerte otro. Esta tarde, cuando el ocaso este cerca te enseñaré como ganar siempre una batalla.

El joven Samurai quedo sorprendido y agradado por el ofrecimiento de Omius y aceptando de buen grado comenzó a enseñar a todos los nuevos, incluido Omius las bases que todo Samurai había de conocer. "Hoy habéis dado un paso muy importante. Habéis dejado de ser personas normales, habéis dejado el bosque para introduciros en el camino de la vida por el sendero de los Samurais. Habéis superado la trampa invisible que tienden los fantasmas del miedo y del fracaso..." y así continuó la tarde, como tantas otras, enseñando, a los nuevos aprendices, la misma sabiduría y repitiendo las mismas palabras que en su día, hace solamente dos meses, le había dicho su padre.

Más tarde, una vez finalizadas las clases, Kan y Omius se reunieron en un claro apartado, donde Omius se transformó en profesor y el joven Samurai en aplicado alumno.

- Lo primero que debes saber Kan, es que todo duelo se gana o se pierde en los cinco primeros segundos.

- ¿Como es eso Omius?

- Es tu presencia física, tu fortaleza mental y las primeras palabras que surjan de tu boca las que deciden el resultado de la liza, naturalmente las cosas siempre pueden cambiar, sin embargo es esta primera impresión que le causas a tu contrincante la que normalmente decidirá el resultado del combate.

Kan estaba asombrado, no tenía ni idea de que fuera así, sin embargo Omius debía de saberlo bien, pues nunca había sido derrotado.

- Joven Samurai. Si cuando te presentes a un adversario tu ropas están cuidadas, tu aspecto impoluto, tu animo es tranquilo y seguro, tu mirada es franca y directa. Vacía de odio y penetrante. Y si las primeras palabras que surgen de tu boca lo hacen con tono seguro, pausado y firme. Darás la impresión al enemigo de que tu seguridad es firme como una roca, que estás tan seguro de ganar la batalla que harás que tu contrincante se ponga nervioso, pensará que eres mucho mejor que el y tendrá miedo de perder. En ese momento, cuando consigas que tu enemigo esté en desventaja moral frente a ti, habrás ganado la batalla, pues como me dijo mi padre "Al enfrentarse a a muerte, el que está listo para morir sobrevivirá, mientras que el que quiere vivir a toda costa morirá"

Kan medito silenciosamente las palabras del veterano guerrero, por experiencia sabía que si antes de cualquier batalla, aunque solo fuera una simple pelea de niños, el que tuviera miedo sería sin duda el perdedor. Sin embargo, el que estaba seguro de si mismo y confiaba en sus convicciones y técnicas, resultaba vencedor. El joven samurai gravó en su mente las palabras de su nuevo amigo para después enseñárselas a su pequeña tropa.

- Has siempre de elegir tus armas con cuidado, cuando utilices el arco, escoge uno resistente. Cuando escojas una flecha elige una larga. Para derribar al jinete, abate antes a su corcel. Para prender a los bandidos captura al que los manda.

- En resumidas cuentas, que golpee donde duele

- Esa es otra forma de decirlo! - río alegremente Omius azotando una poderosa palmada al Joven Samurai que le arrojó de su asiento al suelo. Donde decidió quedarse, sentado a cierta distancia, por si el guerrero quería demostrarle otra vez su amistad de la misma manera.

- Siempre has de dar la imagen de tener todo bajo control Kan, así tu contrincante se sentirá inseguro y cometerá algún fallo, en ese momento es cuando debes atacar. El general que sabe cuando atacar, hace que su enemigo no sepa cuándo defenderse.

- Es cierto, siempre he pensado que el ataque tiene éxito cuando el enemigo descuida la defensa. - Dijo pensativo Kan, parecía un hombre atrapado en el cuerpo de un niño.

- Dime Kan, como atacas a tus enemigos.

Kan quedo muy sorprendido ante esta pregunta.

- Pues... atacándoles claro!

- Muy mal echo jovencito! - Se burlo el luchador - Seguro que más de una vez te has llevado una buena paliza ¿A que sí?

- Bueno... - El joven Samurai torció la cara para que Omius no pudiera ver su vergüenza - Es cierto que me han vencido unas cuantas veces en estos dos meses, pero tanto como darme una paliza... Pero siempre me he levantado, entrenado y mejorado aprendiendo de mis fallos!

Omius estaba sorprendido ante la directa respuesta del joven, otros abrían negado el hecho, sin embargo Kan no solo había reconocido su falta. Además la mayoría de los jóvenes, incluso la gran parte de los adultos se rendían ante sus errores, Kan aprendía y mejoraba con cada uno de ellos. Esto impresionó al guerrero, en ese momento a Omius no le cupo la menor duda de que ese niño que tenía delante, una vez hubiera crecido, sería el mayor líder que jamás pisara la tierra.

- Eso que has dicho demuestra que te mereces el titulo de Samurai que obstentas - El luchador miraba con admiración al niño Samurai - pero debes saber que el que conoce el arte de la aproximación directa y de la indirecta resultará victorioso. Ése es el arte de la maniobra.

- ¿Que quieres decir con eso? ¿Como puedo atacar indirectamente a alguien?

- Eso no lo puedes aprender en una sola tarde, baste por hoy que aprendas estas lecciones que hoy te enseño e intentes aplicarlas en tu vida cotidiana, para que cuando llegue el momento de la lucha, puedas utilizarlas como una parte más de ti. Solo un consejo más por hoy: si quieres hacer algo, haz que tu contrincante lo haga por ti.

- Buf! Casi eres tan enrevesado como mi padre, os encanta llenarme la cabeza de acertijos! ¿Como puedo hacer que mi contrincante haga algo por mí?

- Muy fácil, hay dos formas: La primera es pedírsela, y la segunda es engañándole para que lo haga. Te contaré una pequeña fábula:

<<Un astuto zorro atrapado por un tigre hambriento le engaño de la siguiente manera:

"No te atreverás a comerme, porque yo soy superior al resto de los animales, y si me comes enojarás a los dioses. Si no me crees, sólo tienes que seguirme y comprobar lo que pasa."

El tigre siguió al zorro dentro del bosque y todos los animales huían en cuanto les veían. El tigre, maravillado y sin caer en la cuenta de que era él el que causaba el miedo, dejó que el zorro se fuera.>>

- Ves, es muy fácil cuando aprendes como hacerlo. Por ejemplo tu eres un Samurai muy joven y todavía tienes poca experiencia en la batalla. Abra muchos que no quieran alistarse en tu ejercito, pues todavía eres poco poderoso. Conozco bien a los hombres, y a los aventureros en especial. Si quieres que engorden más rápidamente las filas de tu ejercito utiliza la imagen de tu padre.

- ¿Como? ¿Puedo hacer eso? - Kan estaba asustado y entusiasmado a la vez. - No sería engañar??

- Claro que puedes hacerlo Kan, acaso no formas parte del ejercito de tu padre?

- Si, claro, estoy directamente bajo sus ordenes...

- Entonces todo aquel que forme parte de tu ejercito lo será también del de tu padre...

- ¡Tienes razón! Muchos no quisieron alistarse con migo por que yo era muy joven... me llamaron cuentista... - Los ojos de Kan brillaban de ilusión - pero nadie se atrevería a llamar cuentista a mi padre, el general de generales!

- Realmente todavía habrá gente que considere que no es lo bastante buena, ostras sin perla como tu dices, sin embargo habrá mucha más gente que quiera probar...

- Tienes razón, cuéntame más cosas... - Kan estaba entusiasmado, estaba aprendiendo muchas cosas que utilizar en la batalla.

- Solo una ultima cosa mi joven superior, la mejor forma de solucionar los problemas es buscando su causa y actuando rápido "para librarse de las semillas, arrancar de raíz; para que una cazuela deje de hervir, retirar el combustible" - Omius bostezó, la luna ya estaba bien alta y había sido un día duro para él - Ahora hemos de retirarnos a dormir, ya es tarde y mañana serás tú el que tenga que enseñarme a mí.

- De acuerdo - Kan salto y hecho a correr asta su tienda - Asta mañana Omius!

- Bueno, bueno, parece que este chico es dicho y hecho... - Omius estaba realmente asombrado con el joven Samurai - ...muy pronto será el mayor estratega del mundo, muy pronto... - Y acostándose sobre un montón de hojas se durmió con las estrellas como su único techo.

La aurora, con sus resplandecientes dedos rojos, llego pronto. Omius era un guerrero avezado, forjado en mil batallas y la instrucción que había recibido el día anterior no había caído en terreno yermo. Se aseó rápidamente en el río y partió al camino antes aun de que finalizará el amanecer.

Después de un largo caminar, llegó a su antiguo campamento donde aun dormían sus antiguos camaradas.

- ¡Levantar haraganes! Así es como ganáis las batallas.

Cien somnolientos guerreros le miraron con cara de malos amigos, la noche anterior habían estado bebiendo hasta tarde y no tenían la cabeza para bromas.

- ¡Venga! Alegrar esas caras y tomar vuestros petates aquellos que seáis audaces y queráis obtener gloria, riquezas y poder! - El veterano luchador los miro desafiante y sacando su larga espada bastarda pronunció estas palabras - Y el resto... Podéis moriros todos, pues nunca seréis más que simples guerreros borrachos!

- Que es lo que propones tú tan airadamente - contestó un guerrero escondido entre las sombras - las promesas que nos haces ya nos las ha hecho antes nuestro capitán, el mismo al que tú has abandonado.

- Lo que yo os propongo - Respondió avezado Omius - Es uniros a un verdadero ejercito, uno que está regido por la camaradería y por la justicia, en el que cada guerrero recibe exactamente lo que bale, donde, si trabajáis para ello, podréis llegar al puesto que vosotros mismos os marquéis. Lo que os propongo es la mejor oportunidad que pueden presentaros en vuestra triste vida, la de convertiros en un verdadero Samurai!

- Yo he oído algo sobre esos Samurais - Respondió un guerrero bajito y flacucho - Dicen que son capaces de realizar verdaderas proezas, que no les importa que seas guapo o feo, que seas de uno u otro color, te aceptan como un hermano si eres justo y trabajas como debes.

- Así es, y es cierto - Respondió Omius - Uniros a mí, convertiros en Samurais y tendréis todo aquello con lo que habéis soñado. Posesiones, ejercito, amigos y sobre todo, felicidad! Si, felicidad, pues e contemplado la faz de los Samurais y solo he encontrado paz y dicha en sus corazones. ¿Tenéis eso vosotros? ¿Queréis conseguirlo? Eso es lo que yo os ofrezco ¡Uníos a mí!

- Son bonitas tus palabras Omius - Contesto un guerrero desaliñado y lleno de pulgas - ¡Oíd todos! Mi hermano se unió hace un año a esos Samurais y no consiguió nada en las dos semanas que estuvo con ellos. Ni dinero, ni poder ni sabiduría. Yo proclamo que eso es una estafa y que prefiero seguir durmiendo en las porquerizas, junto a los cerdos, que unirme a esas gentes tan extrañas. ¡No son normales!

- Tienes razón - Respondió Omius - No son gente normal, ¡son personas extraordinarias! Buenas personas que se dedican a ayudar a los demás, no ha robarles como hace tu hermano, pues por eso está en la cárcel, por ladrón. No me extraña que un cobarde como tu hermano no consiguiera llegar a ser un Samurai, pues lo primero que se necesita para ser un verdadero Samurai es un corazón puro y valeroso. Tú y todos los que sean como tú y como tu hermano podéis quedaros junto a los cerdos revolcandoos en los desechos, lo que yo busco son hombres valientes y puros, hombres que quieran ayudar a los demás y llegar a ser algo en la vida. ¿Quienes de vosotros sois valerosos y puros de corazón? Aquellos que lo seáis seguirme y cambiareis vuestras vidas! - Dicho esto, el guerrero invicto dio la espalda a sus camaradas dándose la vuelta, y sin siquiera mirar a atrás echo a andar por el camino.

De cien solo fueron veinte los que le siguieron, los demás se quedaron bien por desconfianza, bien por miedo a fracasar. Sin embargo eran esos veinte los que le interesaban a Omius, por eso paró en el camino en una agradable posada y los convidó a todos a bebida y comida para que llegaran descansados y también para contarles más acerca de los Samurais.

Cuando llegaron a la tienda de el joven Kan, este acababa de entregar sus katanas a los nuevos Samurais, al ver el Samurai a el veterano Guerrero acompañado de tanta gente en un principio se sorprendió, pero enseguida le comunicó Omius que estos eran nuevos aspirantes a Samurai.

Kan quedo gratamente sorprendido e ilusionado, sin embargo pronto descubrió que no tenía suficientes katanas en su tienda y partió presto a por más espadas para los nuevos aprendices a la tienda de su padre.

Así entró Kan, corriendo y nervioso en la tienda de su padre, el general de generales, y se lanzó sobre las katanas que este tenía guardadas en un baúl contándolas una y otra vez intentando cargar el solo con las veinte de una vez.

- Hijo mío! Ya ni siquiera saludas a tu padre? ¿Tan importante te has vuelto al hacerte Samurai que te olvidas de tu anciano padre?

- O padre, lo siento no os había visto - Respondió Kan avergonzado.

- Ya lo creo! con veinte katanas entre los brazos no vería bien ni el mismo águila! - y cogiendo la mitad de las espadas para ayudar a su hijo termino - a ver, deja que te ayude ¿Donde las llevas?

- A mi tienda Padre...

- Pues vamos, que te acompañaré para ayudarte, no quiero que te rompas la crisma contra un árbol que no puedas ver. Y cuéntame que es lo que te pasa por el camino!

- Hoy es un día feliz Padre! Ayer se unió a mi equipo un guerrero llamado Omius..

- Lo conozco, es un famoso guerrero muy diestro, dicen que es capaz de vencer a cualquiera con su espada.

- Así es padre, pues el caso es que ayer le entregué su katana de aprendiz, asistió por la tarde a su primera clase... - Kan omitió a posta que después Omius le había dado clases privadas para evitar ofender a su padre - y hoy mismo ha venido con veinte guerreros! ¡Veinte guerreros que quieren ser Samurais!

- Entonces para ellos son todas estas espadas...

- Si padre, yo no tenía suficientes, así que decidí pedirte prestadas unas pocas - la tez de Kan se estaba enrojeciendo.

- Ya, y con la emoción del momento se te olvido pedirme permiso para cogerlas y decidiste tomarlas directamente ¿No?

- Eh... bueno, la verdad es que sí.

- ¡No me estraña! ¡Yo también hice lo mismo!

- ¿Que quieres decir Padre?

- Cuando yo todavía era un joven aprendiz de Samurai - El blanco pelo de Kazo y su extraña sonrisa resaltaban que esto había pasado hace muchísimo tiempo - Un buen día me encontré por los caminos con un extraño mendigo, el pobre me dio lastima y le di todas las provisiones que llevaba encima. Eran toda la comida que tenía, pero al día siguiente yo tendría un plato lleno y el no. Así que decidí dárselo. Aquel mendigo me dio las gracias diciendo "Bendito seáis joven, y que todos vuestros sueños se vean cumplidos" tal fue la gratitud que despertó en mi corazón ese comentario que le pregunté por que se veía obligado a mendigar para sobrevivir y si podía hacer algo por él. "Mis padres murieron endeudados hace dos años" me respondió "he intentado todo lo posible para pagar las deudas, pero solo he conseguido desgracias... son tiempos difíciles y parece que yo estoy destinado para ser desgraciado" Tal coraje me causaron en el corazón tales palabras que le respondí "Los tiempos duros crean héroes" a lo que el me respondió "Dame tu espada y pelearé con tanto coraje como nunca has visto pelear a un hombre, una oportunidad necesito nada más para demostrar lo que valgo, eso es todo lo que pido a los dioses ¡Una simple oportunidad!" sus palabras hicieron solidificar una idea que se estaba forjando en mi cerebro "Aquí tienes tu oportunidad" le dije, y el me miró sorprendido "Únete a mí y podrás conseguir aquello con lo que sueñas, habrás de trabajar duro, eso no lo dudes. Sin embargo cuanto más duro trabajes, ¡mayor será tu recompensa!" No acabe de decir estas palabras y ya estábamos caminando juntos hacia el campamento. Una semana después el mendigo reunió a más de cien mendigos y les exhortó para que trabajaran para mejorar su vida, muchos fueron los que le abuchearon y despreciaron, sin embargo veinte de aquellos mendigos se alistaron inmediatamente. Cuando los vi llegar pensé que eran una panda de ladrones, aun así corrí a por las veinte katanas, como tú has echo hoy, con la diferencia de que yo casi me mato al volver corriendo contra un árbol - Kazo se reía abiertamente - Aun guardo una gran cicatriz como recuerdo de ese árbol.

Juntos rieron los dos, padre e hijo asta que por fin pudo preguntar Kan...

- ¿Y que fue de ese mendigo?

- Ese mendigo hijo, es Aki, el primero de mis Samurais y también el más poderoso y rico de todos.

Kan quedó clavado en el sitio sin poder moverse ante la impresión. ¿Había sido el ostentoso Aki un mendigo? ¡Era increíble! Hoy era el Samurai con más posesiones de todos, incluso superando al general de generales!

- Kan, nunca debes despreciar y prejuzgar a nadie por lo que es o lo que ha sido. Y mucho menos por como viste o la ropa que lleva. Juzga a las personas solo por lo que pueden llegar a ser.

- Padre si juzgo a todos por lo que pueden llegar a ser... tendré la misma estima por todos, pues todos pueden llegar a ser verdaderos Samurais, solo que unos con más esfuerzo y otros con menos.

- Así es hijo, hazlo así y sacarás lo mejor de cada persona.

Esa noche se celebraron veinte iniciaciones, fue un día de gran dicha, la fiesta se prolongó hasta tarde, fiesta en la que participó el propio Kazo, general de generales, con especial alegría, pues el futuro de su hijo estaba cada vez más claro.

Omius tardó solo dos semanas en convertirse en un verdadero Samurai, el primer verdadero Samurai del joven Kan.

 
 
 
¿Te das cuenta de COMO actuar?
 
Lo primero que haces, defines lo que quieres: Una Mansión.
 
Y lo haces lo más detalladamente posible, porque esa Mansión ha de tener una forma Determinada, un número de habitaciones,  baños, cocinas, garajes y etc, determinado. Así que lo defines.
 
Naturalmente, cuanto más lo defines, más vas viendo la imagen de esa mansión en la cabeza.
 
Así que, entonces, te pones a diseñar en un Papel, con el Máximo Detalle Posible, como es esa Mansión.
 
A eso se le llama realizar un Plano.
 
¿Puede un Arquitecto construir un edificio sin antes imaginarselo y construir un Plano?
 
De la misma forma, tú eres el Arquitecto de tu Propia Vida, si quieres construir tu Exito, antes has de Imaginartelo y constuir un Plan de Acción?
 
 
Porque el Plano del Arquitecto, irá acompañado de un Plan de Acción, un Plan de Construcción que dice que primero se necesitará excabar tanto en los cimientos, y rellenarlos con tanto cemento, y luego construir tantas bigas, en tales lugares. Para después rellenarlas con ladrillos, que luego se cubrirán de cemento, y luego se pintanarán, y luego tales tuberías serán puestas y... etc, etc, hasta que la Mansión será finalmente acabada.
 
Y una vez el Arquitecto acabe su Plano (su Plan), se pondrá en Acción, siguiendo paso a paso cada instrucción de ese Plan, para hacer ese Sueño, Realidad.
 
 
 
De igual manera, tú has de Soñar primero como va ha ser tu Exito. Primero lo Definirás con Precisión, luego lo Visualizarás detalladamente, a continuación construirás tu Plan de Acción, y finalmente lo pondrás en Acción cada día.
 
Con este simple Método, podrás hacer Realidad cualquiera de tus Sueños.
 
 
¿Cuales son tus Sueños? ¿Cuales tus Deseos? Definelos, Visualizalos, haz un Plan, y ponlo en Acción ¡Y verás como esos "Castillos en el Aire" se transforman en Castillos Reales tan sólidos como la Piedra.
 
 
¿Entiendes Ahora?
 
Aún cuando conseguirmos Resultados en el Estado 4, si nuestros Objetivos no están totalmente Definidos, estos Resultados no nos proporcionarán Resultados.
 
Sin embargo, cuando defines tus Metas y tu Misión en la Vida, entonces tus Resultados se van Amontonando unos encima de otros de forma Organizada y Estructurada, creando un efecto Sinergico, que hace que tus Resultados a Corto Plazo, te proporcionen Resultados a Largo Plazo.
 
 
Primero Define que es lo que quieres conseguir a Largo Plazo.
 
Luego Visualiza como será esa Vida, ese Exito, con Todo Detalle. ¡Imaginate viviendola ya!
 
Entonces Crea un Plan de Acción para llegar, desde donde estás hoy, hasta donde quieres llegar. ¿Cuantos Ladrillos necesitarás conseguir cada día? ¿Cómo los tendrás que apilar? Definelo todo en tareas pequeñas, que te sean fáciles de conseguir cada día, y que se puedan ir amontonando una detras de otras. ¡Así se crea toda Montaña de Exito!
 
Finalmente cumple tu pequeño Objetivo cada día, y así harás Realidad tus Sueños.
 
 
¿Tú Ya tienes Definidos tus Sueños?
 
Quizás, después de los ejercicios de estos últimos días, tú crees que ya los tienes Definidos ¿Verdad?
 
Lo cierto es que ya has empezado a Definirlos.
 
Para definirlos Totalmente, necesitas definirlos En Todos los Aspectos de tu Vida ¡No dejes Nada al Azar! O te verás teniendo mucho en algo y poco en otro ¡Cuantos son los que definen su cantidad de dinero pero no su cantidad de Amor! ¿Te imaginas lo que les sucede?
 
 
Todo lo que puedes desear en tu vida, se ve dentro de uno de estos siete Campos:
 
1.- Vida y Salud. (Estado de Salud del Cuerpo, Energía Física)
 
2.- Sexualidad y habilidades Fisicas. (Satisfacción Sexual, y habilidades como Artes Marciales, Deportes, etc)
 
3.- Dinero y Posesiones Terrenales. (Dinero, coches, casas, empresas, etc)
 
4.- Amor. (Pareja, Hijos, Familia. El Amor que les Profesas, y el Amor que Recibes)
 
5.- Expresión y Admiración. (Amigos, relaciones, capacidad de expresión, empatía, cuanto te admiran otros y cuanto admiras a otros).
 
6.- Magia Vital. (Rituales Metafisicos en los que replantas tu Trigo en ti, Meditación, Afirmaciones, Objetivos, etc)
 
7.- Fe. (Oración, Tranquilidad de Espiritú, Paz Mental, el Amor que entregas a Dios (o al Universo) y el Amor Divino que recibes)
 
 
TU VIDA SOLO ESTARÁ DEFINIDA CUANDO TODOS ESOS CAMPOS LO ESTÉN
 
 
 
Para poder Definirlos primero has de DECIDIR que deseas Tener en cada uno de esos 7 Campos. Despues, lo que darás a cambio en cada uno de esos Campos, para obtener lo que deseas.
 
A continuación, pondrás una fecha límite, para hacerlos realidad.
 
 
En este momento ya habrás Definido, lo que quieres.
 
 
Entonces pasarás a Visualizar, como será tu Vida, cuando estés teniendo y dando todo lo que deseas.
 
 
A continuación, elaborarás el Plan, El Camino, el Plano, en el que dividirás tu Gran Objetivo, en Pequeños Objetivos, fáciles de realizar y alcanzar cada día, cada semana, cada mes y cada año, hasta llegar a tu Meta.
 
 
Y luego, simplemente, aplicarás día a día tu Plan, cumpliendo tus pequeños objetivos diarios, y repasando tus visualizaciones cada día.
 
 
ESTO ES LO MÁS IMPORTANTE
 
Porque esto va ha ser tu Mayor Fuente de Trigo, lo que te hará Triunfar, lo que te dará las Energías para Triunfar.
 
Has de definirlo todo HOY, y enviarmelo.
 
Y redactarlo de tal forma QUE TE SEA POSIBLE LEERLO EN UN MINUTO.
 
Después de leerlo, habrás de realizar un ejercicio de Visualización, en el que te veas a ti mismo en el Futuro, obteniendo todo eso que deseas, y viviendolo y disfrutandolo.
 
HAS DE VISUALIZARLO COMO SI YA ESTUBIERAS EN POSESIÓN DE ELLO
 
Eso te dará el Trigo que necesitas, para poder tener Ahora el Entusiasmo Alto, y Eficaz, para poder hacerlo Realidad, tal y como has estudiado en el Curso a Maestro Samurai 3000.
 
 
¿Cada cuanto habrás de Leerlo y Visualizarlo?
 
¡Un Minimo de 9 Veces al día!
 
 
¿O acaso tus sueños no valen la pena?
 
Cada día, según te levantes, lo primero que has de hacer, en los primeros 10 minutos que estés despierto, es tomar la hoja de papel donde tienes escrito tu "Campo de Plegaria" (que es el nombre que le damos al escrito con todos los deseos de tener y dar), y leerlo en voz baja, para ti, con lentitud y Fe en que será realizado.
 
Después de leerlo, realizarás la Primera Visualización, aún sentado en tu cama.
 
 
Después desayunarás, o te ducharás, según como sea tu constumbre, y después de haber desayunado, o de haberte duchado, leerás otra vez el "Campo de Plegaria", esta vez EN VOZ ALTA, para que te puedas escuchar (esto hace que te influya de forma no sólo Meta-Interna, sino también Meta-Externo). Y entonces realizarás la Visualización (Las visualizaciones han de durar más de 3 minutos, y mejor 10)
 
 
Si has definido bien tus Objetivos, estarás tratando con todo lo que más apecias y deseas, con lo que más Trigo te Planta, con lo que ya estarás Muy Entusiasmado.
 
No es Suficiente, has de repetir esto otra vez, puedes hacerlo seguido, o puedes esperar a ponerte delante de tu ordenador y hacerlo mientras está arrancando, tú elijes. Lo importante es que antes de que pasen 3 horas de haberte despertado HAS DE HABER REALIZADO TU Lectura y Visualización, al menos 3 VECES, formando así lo que llamamos "Un Ciclo de POLARIZACIÓN de tu Campo de Plegaria"
 
 
RECUERDA!!!
 
Para Polarizar tu Campo de Plegaria con Eficacia, has de ponerte al 100% a ello, has de Visualizar con todas tus Fuerzas, has de leer con todo el Sentimiento que seas capaz, nada de leer "de carrerilla", o como quien está haciendo algo desagradable, lo que estás haciendo es PLANTAR TRIGO, es lo Más Importante que puedes hacer ESO ES MÁS EFICAZ QUE CONTESTAR TUS E-MAILS O MANDAR COMUNICADOS.
 
Porque eso es lo que te da el Poder de que puedas hacer lo otro con Eficacia.
 
De hecho, y para que veas el poder de este ejercicio, muchos maestros consiguen más de 2 Maestros Samurais Diarios, sólo con Realizar su Ejercicio de Polarización CORRECTAMENTE, y luego estar delante de su ordenador menos de una hora semanal. (Es lo que llamamos el "Estado Samurai")
 
Puedes creerlo, o no, según desees, pero el hecho es ese. Así que centrate con totalidad en la POLARIZACIÓN  de tu CAMPO DE PLEGARIA.
 
 
Bien, te has despertado, y en las 3 primeras horas has Polarizado una vez tu Campo de Plergaria. ¿Es Suficiente?
 
NO
 
Después del mediodía, o de la hora de comer (según sea tu horario), y antes de que pasen 3 horas, has de Polarizar tu Campo de Plegaria, OTRA VEZ.
 
Eso significa repetir otra vez el ejercicio 3 veces. Has de leer tres veces tu Campo de Plegaria (siempre con Fe y Sentimiento), y has de realizar las Visualizaciones otras 3 veces.
 
Naturalmente, sabes que toda Visualización y todo el Escrito del Campo de Plegaria, han de estar centrados EXCLUSIVAMENTE en lo Positivo, sólo en lo que deseas, y no han de tratar lo que no deseas, tal y como has aprendido en el Curso.
 
 
 
¿Es esto suficiente?
 
NO
 
Aún has de Polarizar tu Campo de Plegaria OTRA VEZ MÁS, justo antes de acostarte.
 
Tres horas antes de acostarte, leerás otra vez tu Campo de Plegaria, y realizarás la Visualización.
 
Una hora antes de acostarte, leerás otra vez tu Campo de Plegaria y Realizarás la Visualización.
 
Y, por último, una vez que estés metido en la cama, leerás tu Campo de Plegaria, y realizarás la Visualización, de tal forma que la POLARIZACIÓN de tu CAMPO DE PLEGARIA, será en lo primero que pienses según te despiertes, y en lo último que pienses antes de dormirte.
 
Y ESO AUMENTARÁ SU EFICACIA
 
 
Eso creará una Producción de Trigo tal, que te permitirá trabajar en un estado Enormemente Eficaz, que te traerá todos los Resultados que deseas. ¡Y alcanzarás el Exito!
 
 
Entusiasmo y Técnica, es lo único que necesitas para triunfar.
 
La Técnica ya la conoces.
 
El Entusiasmo, lo adquieres con este Ejercicio.
 
 
Sólo tú puedes Plantar el Trigo del Entusiasmo en tu Alma.
 
Y este Ejercicio es el Mejor que Existe para ello.
 
 
RECUERDA
 
SI NO HACES ESTE EJERCICIO, NO ERES UN MAESTRO SAMURAI
 
 
Por leer el curso, no te transformas en un Maestro Samurai, porque eso sólo te da la mitad, el conocimieno técnico.
 
Pero para ser un Maestro Samurai, es necesario sumar a la técnica, el Entusiasmo. Estar en el Estado 4 COMO MÍNIMO, así que realiza tu ejercicio cada día.
 
 
Si por cualquier razón o prejuicio de tu educación, no crees en él, pruebalo durante 21 días, y prueba por ti mismo. Comprobarás que tu Entusiasmo crecerá a niveles Increibles, que te Sentirás una Persona Nueva, que Verás más Colores, serás más consciente de tus Sentimientos, reaccionarás más Positivamente, y te sentirás como un Verdadero Maestro Samurai.
 
 
Si realizas algún Ejercicio de Meditación, o de Oración, asiduamente. Realiza primero una lectura y visualización, luego tu ejercicio de Metidación, u oración, y luego repite la lectura y visualización. Eso aumentará aún más el poder de la Polarización.
 
 
¿Y Bien? ¿A que estás esperando? ¡Ponte Ahora en Acción!
 
Redacta tu Campo de Plegaria, y comienza YA MISMO con tus Polarizaciones.
 
 
Recuerda eliminar toda afirmación negativa de tu vida, centrate siempre en lo positivo, usar los metas apropiados, actuar siempre con técnicas eficaces, Pescar Perlas, hablar como "el Negociante", usar el PRoCo, el PEP, y POLARIZARTE CADA DÍA.
 
Y muy pronto ALCANZARÁS EL ÉXITO!!!
 
 
Un Fuerte Abrazo Maestro Samurai!!! Fenix
 
 
Pd.- Enviame tu Campo de Plegaria, para que entre ambos podamos redactarlo de la forma más Eficaz para ti.