El viejo labrador miro con tristeza a sus pies, allí estaba ese joven
desconocido que había visto desde el pie del acantilado arrodillado y con
aquella espada entre sus manos. Sólo era apenas un niño y había decidido
quitarse la vida. ¿Qué malignas fuerzas podrían provocar tal cosa? ¿Qué extraño
impulso humano podría causar que tantos se rindiesen cuando apenas habían
empezado a luchar?
Tales preguntas cruzaron por la mente del anciano
mientras se limpiaba la sangre con que se había manchado la camisa al agarrar el
cuerpo del muchacho para llevarlo al cementerio de sus tierras.
El lugar era siniestro y bello al mismo tiempo, las lápidas de otros
muertos hace mucho plagaban el lugar concediéndole una santidad inigualable. Una
luz blanca y clara cruzaba por todo el lugar, y bellas figuras, blancas, de gran
porte, parecían disfrutar entre aquel lugar.
Un gélido frío golpeaba el
espíritu de Kan, este se miro a si mismo, su "cuerpo" estaba blanco como la más
pura leche y un extraño aroma a podredumbre le cubría. Había despertado sentado
sobre un blanco sofá de mármol, y a su lado había un cuerpo igual de blanco que
el suyo, sólo que este era sólo huesos apenas cubierto de un poco de carne entre
la que se veían unas cuerdas que parecían imitar toscamente a unos
músculos.
Sorprendido vio que ese ser poseía una sonriente y espantosa boca
llena de dispares dientes y unos ojos hundidos en lo más profundo de sus
cuencas.
- ¿Estoy muerto? - Preguntó al fin después de intentar tragar saliva y
sorprenderse al ver que su boca estaba tan seca como una piedra, de una forma
totalmente antinatural.
- ¿Es necesario que te responda o es que eres
estúpido? - Espeto el saco de huesos.
- No, veo que estoy muerto, pero lo
imaginaba de otra forma - dudo unos instantes - quizás un lugar más feliz, o
quizás un sueño eterno.
- Jajaja!!! - Rió irónicamente la figura - eso
imbécil es para los seres felices que mueren por causas naturales, no para los
idiotas que se rinden y toman la salida fácil.
Kan no contestó nada a este
insulto, sentía que era verdad. Hubiera querido llorar, pero sus ojos estaban
secos como el mármol y nada salía de ellos. Finalmente un inmenso grito de dolor
surgió de su garganta, un triste llanto que resonó como surgido de las entrañas
de la tierra.
-¿Qué te indujo a tomar esa decisión a tu tierna edad? - Preguntó
después de casi una hora de silencio el fantasma de huesos. - Ya que nos ha
tocado pasar la eternidad juntos, al menos podremos hablar un poco.
Kan le
miró extrañado, ¿qué le importaba a él?, aunque en el fondo necesitaba hablar
con alguien.
- Fracase en mi misión en la vida. - dijo sencillamente.
El
viejo saco de huesos rió estrepitosamente, su risa era como una cuchilla que
cortaba uno a uno los hilos del espíritu de Kan. El joven, enloquecido, se llevó
las manos a sus oídos, pero la risa seguía estando ahí, la sentía con toda su
alma.
- Imbécil, - espeto el fantasma - ¿Habías fracasado siendo sólo un
niño? ¡Anda! ¡Di la Verdad! ¡Te rendiste como un Cobarde y tomaste la salida
fácil!
Kan sostuvo la gélida mirada del saco de huesos con odio... al
principio, luego bajo la mirada y reconoció.
- Sí... - y excusándose añadió -
no tenía otra salida.
- ¿No tenías otra Salida? - La horrible risa brotó de
nuevo - ¡¡¡IMBÉCIL!!! ¡¡¡COBARDE!!! Siempre hay una salida! Pero no tuviste el
VALOR y la CONSTANCIA para tomarla, así que optaste por la solución más fácil,
rendirte y dejar de luchar.
Kan asintió, sabía que era verdad.
- Pero dime, de que te rendiste exactamente tú???
El espíritu de kan ya
se había doblegado completamente y habló como si nada le importase... cosa que
así era.
- Yo era un Joven y Prometedor Aprendiz de Samurai - dijo recordando
su época de vivo - mi padre era el señor más poderoso del imperio, y yo su mayor
promesa y esperanza.
"" Un buen día me concedió el mayor de los dones, me dio
una maravillosa espada Katana, una espada de aprendiz - Kan abría dado todo lo
que tenía por poder tener unos ojos vivos con los que llorar, pero no tenía nada
que dar y ni aún pudo tener ese alivio - Ese fue el día más feliz de mi vida.
Tenía toda la vida por delante y un gran Futuro pero...
- Pero qué muchacho -
urgió el siempre cortante saco de huesos con forma de viejo.
- ... pero mis
ilusiones fueron destruidas - Kan cerró los ojos para continuar, quizás no
pudiera llorar pero si podía dejar de ver ese espantoso lugar - Ya mi primer día
mi padre me advirtió que mis mayores enemigos serían los Ladrones de Sueños, los
fantasmas del miedo y del fracaso...
Una cortante, áspera y dolorosa risa
corto su narración - ¡¡¡IMBECIL!!! FUISTE ADVERTIDO Y FINALMENTE HAS ACABADO EN
LOS TERRITORIOS DE LOS FANTASMAS DEL FRACASO ¡¡¡NO VALES PARA NADA!!! Hoy sólo
eres un Fantasma del Fracaso más.
¡Como habría deseado poder tragar saliva! O simplemente sentir miedo, pero
ya sólo el dolor era el poseedor del alma del antiguo joven samurai. Un dolor
profundo y frío como la noche, no mucho más aún.
Kan decidió continuar su historia, al menos se la contaría a si mismo. Para
su sorpresa, cuando volvio a hablar, las risas se callaron automáticamente.
-
Sí, mi padre me había advertido, y ese mismo día me llené de energía y decisión,
de ilusión y entusiasmo, y caminé fuerte para luchar.
- Veo que no lo
bastante - contestó ridiculizando el horrible viejo
- Cierto saco de huesos,
no lo bastante - rió esta vez Kan - Después de aquel día yo empecé a trabajar,
empecé a transformarme como un Samurai. Mi padre me había avisado que eso sería
un trabajo de muchos años, sin embargo yo, internamente me fijé una fecha, mi
orgullo me dictaminó que para conseguir lo que otros necesitan años, o un mínimo
de un año, yo lo conseguiría en un mes. Porque yo era especial, yo era el hijo
de Kazo, tenía la sangre y la carne del mejor de los Samurais y para mi sería
todo mucho más sencillo.
- Eso sí que es una imbecilidad - dijo el viejo,
aunque esta vez de una forma casi comprensiva - pero no fuiste tú quien plantó
esa idea en tu cabeza, fue un fantasma del miedo y del fracaso, el fantasma del
orgullo que nos destierra de la manera más sutil al fracaso total, al hacernos
creer que como somos especiales conseguiremos en unos días lo que los demás
necesitan años de dedicación y trabajo. - Esta vez el apenado parecía el pobre
saco de huesos.
- Cuando pasó el mes - continuó Kan lleno de dolor - resultó
que yo no era un Samurai cualificado.
- Normal - replicó el anciano - para
eso se necesita haber aprendido mucho y una gran experiencia, fue tu orgullo lo
que te mató.
- Sí, - respondió Kan - parece una obviedad y es que es así como
fue, fue mi orgullo y mi... avaricia por querer ser el mejor rápidamente lo que
acabó conmigo.
- Bueno exmozuelo - dijo riéndose el saco de huesos - la
avaricia, el orgullo, el querer ganar más y más rápido sin seguir su orden
natural, el pensar que la vida tiene que darle a uno lo que no se merece cuando
no se merece y cuando no lo consigue rápidamente abandonar, es lo que define a
los cobardes, a los chaqueteros que van de un lado a otro sin pasar más que unos
pocos días o meses en un mismo lugar. Son los traidores que cambian de bando
continuamente con tal de intentar conseguir rápidamente lo que desean. Son seres
horribles y despreciables que nunca consiguen lo que quieren y que siempre se
enfadan, se frustran y fracasan.
- ¡Pero yo no era así! - Replico Kan
La
voz se rió esta vez más fuerte que nunca, su horrible sonido rompió los hilos
del espíritu de Kan haciéndole sufrir el mayor de los dolores.
- No hables
tan alto jovencito!!! - Rió el viejo sarcásticamente - no me digas tan rápido
como no eras que no me dejas ver tus obras!!! - Y después de mirarle fijamente
dijo - Todos somos así jovencito, esa asquerosa cualidad de querer recibir sin
dar, de querer tener ya sin merecerlo, esa porquería esta presente en el alma de
todos y cada uno de los mortales, y han de limpiarla muy bien antes de poder
decir que no son así... y al fin y al cabo, tú abandonaste ¿No es así? ¿Acaso no
fracasaste, moriste y estás aquí con migo? Si en verdad no hubieras sido así,
entonces no estarías aquí.
- Tienes razón saco de huesos - dijo al fin el joven - yo no era así cuando
empecé, pero si cuando finalicé fracasando y abandonando. Me convertí en un ser
despreciable y al fin acabé aquí. - Después de pensar un poco añadió - Lo que
pasó es que me hicieron así.
La risa volvio a romper sus tímpanos, esta vez
era, si puede ser, más desagradable, rastrera y dañina que las anteriores
veces.
- SERÁS CÍNICO IMBÉCIL!!! Nunca nadie te hará de otra manera que no
sea la que tú quieras. SI DE ALGO ES LIBRE TODA PERSONA, ES DE DECIDIR COMO
PENSAR Y COMO SENTIR.
Kan reconoció la verdad, había abandonado presa de una frustración
temporal, de una muy profunda que le había hecho sentirse muy muy mal. Sus
temores habían crecido, se había entregado a los Fantasmas del Miedo y del
Fracaso, les había escuchado y eso le había conducido al peor de los
sufrimientos... aún sabiendo que podía ocurrir, se había entregado a
ellos.
En ese momento el viejo se levantó, estaba totalmente desnudo, y en ese
momento Kan se dio cuenta que él también estaba totalmente desnudo y blanco como
el propio mármol.
- Ven hijo, tenemos que cultivar nuestros campos
eternos.
Kan no sabía de que hablaba el viejo, pero decidió seguirlo, eso
sería mejor que seguir allí sufriendo.
La tierra era negra como la oscuridad y el cielo tenía también un color
negro. Sólo una extraña luz blanca iluminaba los contornos, una luz que no podía
identificar de donde surgía.
El viejo señaló dos campos y dijo al joven:
-
Aquellos dos campos juntos son el tuyo y el mio. Como ves yo apenas tengo ya
carne y soy puro hueso, pero mi sabiduría es grande, si tú con tu fuerza me
ayudas labrando mi campo, luego yo te ayudaré enseñándote como labrar el
tuyo.
Kan asintió con la cabeza pues le pareció un trato justo, además,
después de todo ¿Qué más podía hacer? ¿Aburrirse eternamente?
- Unos de estos
cestos contienen semillas de trigo sano y otros de cardos y espinas. Los cestos
dorados y bellos contienen las semillas de trigo sano - dijo tomando un puñado -
y los mugrientos cestos los de las espinas.
"" Ese campo - continuó - es tu
alma, tal y como era cuando estabas vivo. Sólo que ahora ha sido limpiada, arada
de nuevo. Acompáñame para que veas como trabajan los vivos los fértiles campos
de sus almas.
Kan quedó sumamente impresionado por esta última afirmación y
le siguió ligeramente esperanzado.
Después de caminar en silencio por un tortuoso camino donde los guijarros
se clavaban en sus pies creándole un sufrimiento inmenso, llegaron a un pequeño
monte desde el que podían ver a coloridos espíritus paseando y labrando sus
propios campos.
Kan, desde lo lejos, podía ver a estos seres vivos y veía que
a cada lado portaban un fajo dorado y otro del color de la podredumbre. La
mayoría arrojaba un puñado de dorado trigo primero y luego otro de negras
semillas de zarzas.
Kan quedó enormemente impresionado por esta actitud y
continuó andando con el viejo, que no pronunciaba una sola palabra. Después,
llegaron a otro campo que estaba medio lleno de trigo y medio lleno de espinas.
El propietario vivo, parte del tiempo estaba feliz retozando entre los dorados
brotes de trigo, y la otra parte, estaba sufriendo pinchándose y sangrando al
caminar entre las espinas de los cardos y las zarzas.
Sorprendido vio como el
viejo tomaba un puñado de semillas de zarza y lo arrojaba hacia los campos de
los vivos.
Después, sin decir una sola palabra, retornaron a sus propios
campos.
- Ahora mozuelo, quiero que tomes ese podrido cesto de zarzas y lo plantes
por todo mi campo - ordenó el viejo, y al ver que Kan iba a protestar, remarcó
su orden con una funesta mirada.
Kan tomó el pesado fardo y fue repartiendo
las pegajosas semillas por el campo del anciano. ¿Por qué haría tal cosa?
Finalmente, después de dos horas de duro trabajo, Kan acabó. Parecía que
estar muerto tenía sus ventajas, el cansancio no era nada comparado con ese
enorme dolor de su espíritu que parecía ser toda su existencia.
- Dime anciano - preguntó al fin Kan - ¿Por qué me has mandado plantar
zarzas? ¿Deseas sufrir?
- Todo lo contrario joven - contestó
sorprendentemente el saco de huesos - lo que más deseo es ser feliz y
triunfar.
- ¿Pero acaso las zarzas no son sufrimiento y el trigo no es la
felicidad? - Dijo sorprendido Kan - ¿Y acaso por cada semilla que siembras no
recoges un ciento de lo sembrado?
- Así es - contestó el anciano.
-
Entonces... - dijo el joven samurai - ¿Por qué no plantas hermoso trigo y
recoges felicidad? ¡No es lógico plantar zarzas y esperar recoger trigo!
El
anciano parecía turbado.
- Sí, tiene lógica lo que dices joven - dijo al fin - pero dime, yo miro a
todos esos seres vivos y presupongo que serán más sabios que yo... pues ellos
están vivos. ¿Tú crees que ellos quieren ser felices o que quieren sufrir?
-
Estoy seguro que quieren ser felices - contestó rápidamente Kan.
-
Entonces... - dijo el anciano - ¿Por qué crees que plantan zarzas junto al
trigo? ¿Por qué crees que utilizan un puñado de trigo y otro de zarzas? ¿Por qué
crees que son algunas veces felices y otras sufren? ¿Por qué crees que no
plantan siempre Trigo para ser siempre felices?
Kan meditó durante un rato con lentitud, después de todo estaba muerto y el
tiempo le era indiferente.
- Porque no son tan sabios como creen - dijo al
fin totalmente seguro de si mismo - porque su orgullo por hacerles creer que son
mejores les hace ser - sonrió al decirlo - IMBECILES!!!
"" Si fueran
inteligentes, plantarían solo trigo y serían siempre felices - después aseguró -
si yo estuviera vivo, no desaprovecharía la oportunidad y sembraría siempre
trigo en mi alma, para recibir siempre felicidad y ser siempre feliz.
Kan
estaba a punto de prometer que siempre plantaría felicidad en su alma... cuando
se dio cuenta de que ya era tarde para hacerlo porque ya había abandonado.
- Dime jovencito - Preguntó curioso el saco de huesos - si es verdad lo que
me dices... ¿Por qué no plantaste ese trigo cuando estabas a tiempo? - y curioso
continuó - ¿Sabes? Yo te observé durante mucho tiempo, al principio plantaste un
buen puñado de trigo, un muy buen trigo que brotó y te hizo feliz. Luego vi como
otros plantaban un puñado de zarzas en tu alma y como tu alma se cortaba
internamente con estas zarzas.
"" También vi como tu padre, el Samurai,
arrojaba de su propio trigo en tu campo para hacerte feliz y como este
prosperaba. Pero a la par vi otra cosa aún más curiosa.
"" Cuando tu padre
estaba cerca, tú arrojabas un puñado de trigo junto al suyo, sin embargo, cuando
tu padre se alejaba a sembrar su propio campo o a luchar sus propias batallas,
tu arrojabas a escondidas pequeñas semillas de zarzas sobre tu alma.
"" Era
extraño ver como disimuladamente tropezabas para que se cayeran "como por
casualidad" algunas semillas de podres zarzas al principio, y luego cuando te
cortabas, arrojabas con rabia otro puñado de semillas podres de zarza contra las
zarzas, con lo que cada vez se hacían más fuertes en tu alma.
"" Finalmente
decidiste abandonar, arrojabas semillas de zarzas a puñados sobre toda tu alma y
te sumías en el dolor, la frustración y la autocompasión. Incluso empezabas a
arrojar puñados de semillas podres de zarza a otros para que ellos también
sufrieran.
Kan tenía la cabeza gacha, reconocía su error, al principio había
sido como un descuido de sus obligaciones, el sembrar siempre trigo de Samurai
en su alma, después le había tomado el gusto y tomando cada vez menos
importancia, había arrojado puñados y puñados de dolor, sufrimientos y miedo en
su alma de una forma totalmente consciente.
Primero sin saberlo, después
siendo consciente, había plantado las semillas de lo que causaría el fracaso, el
abandono, su propia muerte y un sufrimiento eterno.
Kan respiró profundo, era una de las pocas cosas que podía seguir
haciendo, no sabía si realmente respiraba o si era sólo un hábito adquirido,
pero lo cierto es que era relajante.
- Es cierto anciano - así lo hice -
Tienes toda la razón, actué como un Imbécil y reconozco mi error.
El anciano
frunció el ceño.
- ¿Reconoces tu error? ¿Qué error? - pregunto
extrañado.
- Mi deber - explico - mi deber supremo como Samurai, era sembrar
las semillas del trigo en mi alma, si así lo hubiera hecho, nunca habría
abandonado, y justamente todo lo contrario, habría triunfado.
"" Ese fue mi
error.
- Ese, jovenzuelo, es el error de todos los seres humanos vivos, el
plantar en su alma las semillas de las zarzas del sufrimiento.
- Explícamelo
- dijo simplemente el exjoven samurai.
- Todos los humanos somos totalmente dueños de una sola cosa, de decidir
que sembramos en nuestra alma. Sólo de eso somos dueños.
- Y sin embargo,
también otros pueden plantar cosas - replicó Kan
- Eso es cierto mozuelo. -
rió el viejo acordándose de como el mismo había arrojado un puñado de zarzas en
el alma de un vivo - los Fantasmas del Miedo y del Fracaso, arrojamos puñados
enteros de Zarzas en las almas de los vivos. También las encarnaciones de
nosotros, los llamados "Ogros" realizan lo mismo, por medio de sus palabras y
sus gestos, por medio de su odio, de su ira y de su rechazo siembran pequeños
puñados de podres semillas de zarza en los campos de los demás hombres y
mujeres.
"" Sin embargo - continuó - en verdad eso es irrelevante, los
campos del alma son inmensos como has visto, y un sólo puñadito no hace nada, ni
siquiera diez o cien pueden conseguir nada... porque las zarzas nacen, crecen,
dañan, y mueren. En cuanto una zarza ha producido daño, se muere inmediatamente,
igual que cuando un trigo crecido produce una sensación de felicidad, se muere
instantáneamente. Para que un campo esté bien proliferado, ha de ser continua y
diariamente sembrado con aquello que cada hombre decide.
"" El mayor problema
de los hombres es que cada vez que una zarza le manca, entonces arroja con ira y
odio otro puñado de semillas de zarza, sin saber que esas semillas proliferarán
en cien zarzas que le harán muchísimo más daño todavía.
- Anciano - cortó
curioso Kan - ¿La actitud correcta sería arrojar un puñado de trigo cada vez que
hemos sentido el dolor de una zarza?
- Así es muchacho, de esa forma el dolor
plantado por otros sería pasajero y nuestra felicidad iría en aumento.
Kan
meditó la importancia de estas palabras... ¡Si lo hubiera sabido en vida!
Hubiera sido un hombre feliz!!!
- También muchos confían en la felicidad que otros les siembran - y
explicando el fantasma añadió - hay hombres muy buenos en el mundo, pocos pero
los hay, hombres y mujeres que se dedican a arrojar sus propias semillas de
trigo en los campos de los demás para que estos sean felices.
"" Son
especialmente sabios y se dedican a sembrar una gran cantidad de trigo en sus
propios campos, pero siempre guardan una gran parte de su propio trigo y lo
arrojan en los campos de los demás, aún cuando esas mismas personas les estén
arrojando zarzas. Porque eso no les preocupa, saben que ellos son dueños de su
propia felicidad y lo que les arrojen los demás les es indiferentes. Aunque
también les hace enormemente felices cuando los demás les arrojan parte de su
trigo.
"" Los hombres que así actúan, pronto aprenden que cuando el campo
entero está dedicado al cultivo del trigo, entonces es posible cosechar trigo,
cosecharlo en un ciento por cada puñado sembrado, y guardan para si mismos sólo
una parte de cada cien, lo suficiente para poder seguir cultivando, y arrojan a
los campos de los demás la casi totalidad de su cosecha de felicidad sólo para
ayudar a que los demás sean tan felices como ellos.
"" Estos hombres son
enseguida reconocidos como hombres totalmente especiales y son llamados
"Samurais", amados y queridos por millares de personas.
Kan meditó durante unos momentos como reconocía la actuación de su propio
padre en esa descripción, como le levantaba la moral con sus palabras, como
plantaba una y otra vez el dorado trigo de la felicidad en su alma.
- Luego hay muchos estúpidos - dijo el anciano - que como yo siembran
zarzas podres en sus propias almas.
"" Estos ilusos desean recoger trigo, es
lo que más desean en la vida, ser felices y alcanzar el éxito. Y son tan
sumamente idiotas que creen que plantando preocupaciones, ira, odio, criticas,
inseguridades, miedo, pensando en que pueden fracasar, en cómo o por qué podrán
fracasar o podrán ocurrirles desgracias... son tan sumamente imbéciles que creen
que sembrando esas podres semillas de zarzas... podrán recoger trigo alguna
vez.
"" El problema está en que la zarza crece rápida y fácilmente, el trigo
hay que cuidarlo y cultivarlo con delicadeza. Así que dado que algo tienen que
plantar, siembran lo que están seguros de que crecerá fácilmente, su propio
fracaso y sufrimiento... y en casos extremos la enfermedad más terrible
acompañada de dolor y una muerte miserable.
"" Quizás el problema es que
nadie les ha dicho que si siguen sembrando zarzas, acabarán por matarse de
sufrimiento.
Kan reconoció que el viejo tenía toda la razón.
- Otros, también imbéciles - continuó el anciano saco de huesos - plantan
en sus tierras un puñado del dorado trigo de la felicidad... y otro de podres
zarzas del sufrimiento y de la muerte.
"" Estos imbéciles lo hacen por puro
miedo, desean la felicidad y el éxito, por lo que de vez en cuando son felices y
hacen lo que tienen que hacer, pero sus miedos a que esta no se cumpla, el miedo
a que su cosecha no de nada, les hacen arrepentirse de sus actos, abandonar o
hablar y pensar mal, negativamente, de lo que están haciendo, frenando su éxito
y causando su fracaso y su sufrimiento.
"" Naturalmente los que hacen esto,
luego siempre suelen tender a culpar a otros de su fracaso.
- Sólo quienes son lo suficientemente inteligentes - Esta vez fue Kan
quien continuó - y plantan siempre el dorado trigo en su alma con constancia,
siembran amor, bondad, generosidad, esperanza, Fe, comprensión, felicidad...
sólo ellos son los que llegan a ser realmente felices y alcanzan el éxito
total.
"" Sólo los que son tan Valerosos como para hacer lo que no hace la
mayoría, son felices. Esto les es difícil de hacer pues temen que sean los
Imbéciles los que están en razón, perdón, la mayoría que planta sufrimiento en
su alma cuando desean en verdad felicidad... cuando están equivocados. ¡Pero que
difícil resulta para una persona el hacer lo que tiene que hacer! ¡Qué difícil
resulta el plantar sólo trigo! Es tan sumamente difícil que sólo hay que meter
la mano en un bolsillo en vez de en otro, es tan sumamente difícil que sólo hay
que atajar de raíz todos los pensamientos negativos o de odio, temor o ira y
cortarlos en el mismo momento en que surgen para reemplazarlos por un puñado más
de pensamientos y sentimientos de amor, bondad y generosidad que nos conduzcan
al éxito y la felicidad que deseamos.
- Así es muchacho - verificó el
fantasma de piel y huesos - en realidad si los vivos supieran esto, nosotros los
Fantasmas del Miedo y del Fracaso nos quedaríamos sin trabajo, los Ogros
desaparecerían pues no son más que hombres sumamente desangrados por sus propias
zarzas, las que ellos mismos plantaron como pensamientos de desconfianza, ira y
odio contra otros. Si los humanos vivos supiera esto y lo aplicasen en sus vidas
eliminando todos los pensamientos negativos de sus mentes, dejando morir a las
zarzas, arrancándolas de raíz y substituyéndolas por semillas del dorado trigo
del amor, la esperanza y la generosidad... entonces serían felices.
"" Y
nosotros también, porque no existiríamos.
Kan meditó durante mucho tiempo estas palabras ¡Cómo habría deseado estar
vivo para poder contarlo a los cuatro vientos!
- ¿No es posible que algún
humano aprenda esto por si mismo y se lo comunique a los demás? - Preguntó Kan
- No - dijo el anciano - nadie que no se muera puede acceder a esta
dimensión y aprender esto que te estoy enseñando. Algunos lo siguen por
instinto, pero no pueden explicarlo con palabras a los demás.
"" Inclusive
muchos lo han descubierto a lo largo de la humanidad, grandes sabios que lo han
proclamado a los cuatro vientos. Pero al faltarles la exactitud de cómo
explicarlo, no han logrado todo lo que deseaban.
"" Sólo uno que estuviese
muerto y renaciera, tendría el poder de comunicar con total claridad esto que te
he enseñado. ¿Y puede existir alguien con la capacidad de renacer de la propia
muerte?
Kan no tenía la respuesta a esta pregunta, pero si tenía otra
pregunta.
- ¿Alguna vez alguien ha renacido? - después de dudar un momento
aclaro - No es eso lo que me importa, lo que quiero saber es si alguna vez ha
existido un período en el que las personas siguieran estos consejos, plantaran
sólo trigo, felicidad, en sus almas y fueran todos realmente felices.
El
viejo fantasma de huesos dudo un rato antes de contestar.
- No es bueno que
un Fantasma piense en esas cosas, pero sí, en verdad ha existido ese período que
me preguntas. De hecho han sido varios los períodos. Se han sucedido una y otra
vez como ciclos de una rueda, ha pasado... y durante miles de años, sin embargo
muchos lo consideran sólo leyendas debido a que sienten pura envidia. Como
comprenderás uno que está agonizando en las zarzas que el mismo ha plantado no
quiere reconocer que si hubiera plantado trigo, sería feliz. Y si no quiere
reconocer eso, mucho menos querrá reconocer que otros muchos fueron
felices.
"" Sin embargo si han existido muchas eras en las que la humanidad
ha sido totalmente feliz, eras que ya están casi en el olvido... y otras que
vendrán. De hecho, predigo que no está muy lejos una era semejante.
Kan se sentó a meditar sobre lo que había escuchado, era algo sumamente
importante, el propio destino, la felicidad, el sentido de la propia vida se
reflejaba en lo que había aprendido. Casi agradeció el haber muerto para poder
escuchar lo aprendido. ¡Si sólo estubiera Vivo para poder aplicarlo! ¡Sembraría
siempre dorado trigo en su alma! ¡Sólo pensaría en Felicidad, Amor y Bondad! Y
comunicaría lo aprendido a millones de personas para difundir la nueva era de
felicidad.
- Tu campo - dijo el saco de huesos - debes sembrarlo - añadió
tendiéndole un asqueroso cesto repleto de zarzas.
- ¿Por qué me das ese
cesto? - Pregunto Kan
- Porque eres un Fantasma del Miedo y el Fracaso, un
Fantasma de lo que podías haber llegado ha ser... exactamente igual que yo. Y
nuestro deber es sembrar y cultivar las zarzas para sufrir durante toda la
eternidad. - y haciendo una mueca de dolor añadió - esa es la triste
realidad.
- Sólo eres un fantasma del miedo y del fracaso que intenta
arrastarme hacia el sufrimiento - dijo Kan, a lo cual el fantasma sonrió y
afirmó con la cabeza afirmando la obviedad.
Kan rechazó el cesto que le tendía. No cometería el mismo fallo dos veces.
Ante la estupefacción del fantasma, el joven tomó un dorado cesto de trigo,
el cual parecía arder entre sus manos... no, eran sus manos las que ardían al
contacto del cesto.
- Esa es una razón más por la que no tocamos el trigo
mozuelo - dijo el saco de huesos - somos propiedad de las zarzas, el trigo nos
corroe como el ácido corroería nuestros cuerpos vivos. Si estuvieras vivo
podrías, pero una vez ya muerto... no hay oportunidad.
- ¿Y que va ha
pasarme? - Rió el joven extrañamente jovial - ¿Acaso voy a morirme?
Y riendo
corrió hacia su campo con ese enorme cesto de trigo que le corroía como fuego
ácido su ser.
Y con grandes puñados esparció trigo y más trigo sobre su
campo, sus manos le dolían y le quemaban pero continuaba sembrando y sembrando,
aún cuando no sintiera ninguna diferencia. Dos horas después, dos horas de dolor
en sus manos y una extraña felicidad, acabó, miró su campo y esté seguía
yermo.
Una sutil desesperanza empezó a surgir en su corazón, y al mirar vio
como el anciano saco de huesos estaba arrojando un puñado de zarzas
podridas.
Su primer reacción habría sido el arrojar otro puñado de zarzas
contra el campo del anciano para que sufriera su propia medicina... pero cambió
de idea y tomando el cesto de trigo arrojó, no un puñado, sino kilos y kilos de
trigo en el campo del anciano, el cual no sabía que hacer pues se había quedado
paralizado.
Cuando acabó el cesto, tomó otro e hizo lo mismo en su campo,
plantando tanto trigo que al final el campo quedó repleto de una enorme capa de
trigo que quemaba a Kan al contacto con su piel.
El dolor era inmenso... y al final, perdió el conocimiento, feliz de haber
reparado su error... aunque ya fuera cuando era demasiado tarde.
Un Estruendo, parecido a un poderoso Trueno, despertó violentamente al
Joven Kan. Lo primero que vieron sus ojos fue un techo formado por esqueletos
danzando.
Sus ojos se adaptaron un poco más y pudo distinguir una oscura
cúpula con relieves tallados de esqueletos y calaveras. Estaba acostado sobre
una especie de altar, a su derecha una cara familiar le despertó una sonrisa.
Era el viejo saco de huesos, sólo que totalmente vestido y un poco más...
vivo!
Kan se levantó de un salto, se miró de arriba a abajo y sí! Una oleada
de Entusiasmo le invadió.
-¡¡¡¡Estoy Vivo!!!! - Gritó a los cuatro vientos
mientras las lágrimas de la más absoluta felicidad recorrían su cara. - Es todo
tan hermoso! El cielo del exterior, el aire, el dorado de mis manos, ese resecor
de mi boca... ¡Incluso este inmenso dolor de cabeza!!! Porque estoy vivo!!!
-
Eso si que son ganas de vivir - dijo el viejo sonriendo - ¿Qué te ha cambiado
tanto?
Kan le miró atentamente e impulsado por su instinto le dio un fuerte y
largo abrazo al viejo a la par que le decía "Me parece que serás tú quien tendrá
que explicármelo"
Cinco minutos después la extraña pareja estaba situada en el exterior del
templo. El anciano le había contado que él era un clérigo de la muerte, que esta
mañana había visto llorando, desesperado, al joven Kan en el precipicio y
temeroso de que hiciera alguna idiotez le había asestado una pedrada en la nuca
con su onda. Por desgracia el tiro había sido demasiado certero y casi había
matado al joven, cuando le tomó para llevarlo a su altar e intentar curarle, la
sangre que brotaba de la cabeza del joven había ensuciado su mejor
camisa.
Después las horas habían pasado y el anciano habría jurado que el
joven estaba totalmente muerto, no era capaz de encontrar el pulso ni la
respiración en su cuerpo, pero había sentido un enraizado y básico deseo de
vivir que había evitado que su espíritu se hubiera separado totalmente de su
cuerpo. Así que se había limitado a esperar a ver que era lo que ocurría.
- Y así fue todo más o menos - acabó de explicar el viejo - Como ves soy un
anciano dedicado a un culto ya casi extinto, hace muchas décadas que soy el
único adorador de mi culto.
- ¿En que consistía? - preguntó curioso Kan
-
Era una adoración antinatural a la muerte y al sufrimiento. - explicó el anciano
- unos cuantos seres desgraciados decidieron adorar al propio sufrimiento
esperando que eso les aportase alguna ventaja egoísta.
- ¿Y que
consiguieron?
- Bueno, a parte de vivir en la más absoluta de las desgracias
y los sufrimientos, consiguieron llegar a separar el espíritu, la esperanza, de
nuestros cuerpos, de tal forma que llegamos a ser una especie de podredumbre
viva. - El viejo hablaba como si todo aquello hubiese sido una locura sin
sentido - Siempre enfermos, no acabamos de alcanzar el descanso de la muerte
(pues eso hubiera sido un alivio) hasta que conseguimos separar nuestros
espíritus de nuestros cuerpos para conseguir que estos sufrieran por separado. -
el viejo recapacitó un momento al ver que el joven no acababa de entender -
verás mozuelo, cuando un hombre pasa su vida preocupándose, viendo todo lo
negativo, sufriendo e instando a los demás a que hagan lo mismo, a que se
preocupen y sufran, se convierte en un Ogro, una persona que siembra el
descontento y la infelicidad en si mismo y en los demás, condenándose al
fracaso, la enfermedad y la muerte.
"" Todos podemos ser Ogros, es una
capacidad latente en todo ser humano. Todos podemos escoger entre la luz y la
oscuridad, entre la felicidad y el sufrimiento, el camino sólo depende de
nosotros.
""De nuestras decisiones y nuestras acciones. Si nos preocupamos,
sufrimos, dejamos que nuestros miedos florezcan y los compartimos con los demás
haciéndoles sufrir, aún cuando sea inocentemente... entonces somos Ogros y aún
cuando aseveremos que somos positivos y que somos seres de la luz, estamos del
lado de la Oscuridad...
"" Sin embargo, si nunca un pensamiento negativo
surge de nuestra boca, si nunca desanimamos a nadie, si siempre somos positivos
y vemos la semilla que está plantada en cada desgracia, la que guarda una
oportunidad aún mayor que la desgracia que estamos viviendo... y si siempre
elegimos controlar nuestros pensamientos para que sean felices, positivos y
productivos, entonces somos seres de la luz.
"" Muchos empiezan siendo seres
de luz, pero se rinden a las circunstancias irrelevantes y se hacen seres de la
oscuridad aún sin saberlo, se inundan de inseguridad, miedos, ira y odio. Dejan
de pensar positivamente y pasan a tener miedos, a acumular rencor y reaccionar
con ira y sufrimiento. Pretenden, sin saberlo, dar pena para que otros hagan las
cosas por ellos o les den regalos, en realidad lo que están haciendo es causarse
daño a si mismos, a sus mentes y a sus cuerpos, y a los demás que sufren por
verlos, metiéndose cada vez más en el pozo de los sufrimientos, la enfermedad y
la muerte, donde finalmente acaban siendo atrapados.
""Todo por su propia
voluntad y sus propios actos. Aunque naturalmente, nunca encontrarás a un Ogro
que lo reconozca, siempre le verás bajando el pozo a la par que exclama que él
es un ser positivo de la luz... aún cuando la verdad es que se está hundiendo
cada vez más en las inseguridades, la duda, la ira, el odio y el sufrimiento. Lo
que le acaba aportando sufrimiento y fracaso.
Kan meditó durante unos momentos la enorme sabiduría y verdad contenida en
estas palabras, incluso las repasó mentalmente para evitar tropezar en un futuro
en la misma piedra.
- Pues bien amiguito - continuó el viejo - unos cuantos Ogros nos reunimos
y creamos este culto a la muerte y al sufrimiento, nos reconocimos como
verdaderos Ogros y empezamos a infundir el sufrimiento en nosotros y en los
demás de forma deliberada, creyendo que eso nos daría la felicidad. Estábamos
equivocados pues aunque la ira y la venganza dan, en un principio, una gran
satisfacción, la del Orgullo que te sabe a ser superior, con el tiempo cada vez
estábamos más hundidos, hasta que al final logramos que nuestras almas se
convirtieran en verdaderos Fantasmas del Miedo y del Fracaso. A la par que
nuestros cuerpos se convertían en sacos de huesos, como de muertos que caminaban
con una falsa vida.
Kan se estremeció ante estas palabras pues aquellos hombres habían sido
todo lo contrario al ideal de un Samurai.
- ¿Y por qué me salvaste? -
preguntó inocentemente Kan
- No creas que fue por piedad - dijo el anciano
saco de huesos - mi intención era traerte a mi altar vivo, entonces humillarte
por el acto que ibas a realizar, hacerte sufrir hasta lo indescriptible y luego
convertirte en mi aprendiz y sucesos pues yo ya estoy viejo y soy el último de
los míos... - su voz acalló de forma súbita.
- ¿Y por qué no lo has hecho? -
contestó el joven cauteloso - ¿Por qué en vez de hacer eso, me has sacado del
templo traído a este descampado y me estás abriendo tu corazón?
- Bueno... -
dijo el anciano - un poco antes de que despertaras sentí un cambio en mi
interior, una felicidad... un calor... que jamás había sentido desde mi
infancia, yo... - dudó el viejo - he cambiado - dijo al fin mirando sinceramente
los ojos del joven - y creo que te lo debo a ti.
Kan asintió con la cabeza,
recordaba perfectamente su vivencia, no sabía ni comprendía como había sido
posible... o por qué, pero le desveló palabra por palabra toda su experiencia.
Mientras lo hacía hubo más de un momento en el que lloró, unas veces de
felicidad por estar vivo, otras de tristeza... no sabía por qué, pero algo
dentro de él le dijo que era por aquel último puñado de zarzas que había
arrojado el anciano en su alma. Sabiendo que una vez que el sufrimiento pasara,
lo haría para siempre, en vez de resistirse o enfadarse, dejó que las lágrimas
cubrieran su cara y se sintió maravillosamente renovado y feliz cuando
terminó.
- Ahora comprendo - dijo el anciano - hay una gran sabiduría en lo que me
acabas de contar, una Ley de Felicidad y Éxito que siempre he intuido y se que
todo aquel que realmente la siga, sembrando a cada hora pensamientos de
felicidad y éxito en su mente, alcanzará todo aquello bondadoso y bueno que
desee, sin excepciones, en su totalidad.
- Así es - confirmó Kan - El gran problema de la humanidad, del fracaso,
del no conseguir algo. Reside en la falta de responsabilidad que demuestran
todas las personas para con su alma.
"" Deberían alimentar sus sentimientos
con semillas positivas como Amor, bondad, generosidad, seguridad y Fe.
"" De
hacerlo así, simplemente conseguirían todo lo que deseasen.
"" De hecho, toda
persona que actúa así, siempre consigue lo que desea.
- En cambio - completó el anciano solemnemente - la irresponsabilidad que
demuestran reside en alimentar los pensamientos negativos, en rendirse, en dejar
que la inseguridad penetre en sus almas, en dejar que esa inseguridad fructere
como miedo, ira, odio y les genere el mayor de los sufrimientos.
""
Simplemente habría que pedir a una persona normal que analizase sus sentimientos
de una forma sincera y abierta ¿Qué encontrarías en ellos? Seguramente una gran
abundancia de sombras obscuras, la convivencia con un gran número de miedos
habituales, una serie de iras reprimidas, reproches y sobre todo, faltas de Fe.
Unas faltas, y unos sentimientos que le hacen sentir mal, sentirse impotente,
fracasado, inseguro, con miedo... que le causan reacciones de enfado e ira. Que
le hacen Fracasar, enfermarse y morir.
""¿Alguna vez has visitado un centro
méico joven Kan? - el joven negó con la cabeza - Yo lo he hecho muchas veces, he
hablado con sus miembros y siempre he encontrado un nexo común entre todos los
enfermos. Preocupaciones, temores, miedos, odio e ira.
"" En cambio las
personas sanas siempre poseen una gran Fe, una Fe increbrantable y tranquila,
porque saben que en su camino habrá dificultades, algunas incluso inmensas, pero
no pierden el sentido de la realidad y saben que el sufrimiento o la mala suerte
nunca durará para siempre y que acabarán triunfando.
"" ¿Y sabes lo más
curioso?
- Que siempre acaban triunfando - afirmó el joven con la cabeza al
reconocer en estas últimas palabras la vida de su padre y la de los otros
verdaderos Samurais.
- Anciano - dijo Kan después de meditar unos momentos sobre lo hablado
- Quiero darte las Gracias. Porque me has enseñado lo que es Realmente el Camino
del Samurai.
"" Yo, aún con mi instrucción y el apoyo de mi padre el General
de Generales, había abandonado este camino, momentáneamente, introduciéndome en
el bosque del miedo y la desesperación. No sé que es lo que he vivido, tampoco
me importa, lo que me queda es lo importante, este sentimiento de que sé que yo
soy el único que domina mi vida.
"" Por esto quiero darte las Gracias, porque
me has devuelto la alegría de vivir, me has dado el medio de decidir mi destino,
de saber controlar mis emociones, mis sentimientos y poder alcanzar todo aquello
que deseo... simplemente sembrando siempre trigo de Felicidad en mi alma!
El anciano medito, gracias a Kan había dejado de ser un Fantasma del
Miedo y del Fracaso y era feliz, él también quería demostrarle su agradecimiento
a Kan y decidió hacerlo desvelándole los secretos del trabajo, de las
herramientas que utilizan los propios Fantasmas para plantar el miedo y la
desgracia en las almas de los hombres, para que el Joven Samurai pudiera
utilizar ese secreto en su beneficio dándole la vuelta y aprendiendo a sembrar
feliz trigo dorado en su alma desde esta dimensión.
- Kan - pronunció
solemnemente - voy a desvelarte el mayor de los secretos, aquel que te permitirá
sembrar siempre la felicidad en tu alma y no plantar jamás las terribles zarzas
del sufrimiento que podrían atraparte igual que pueden atrapar a cualquier
persona. Es más, voy a enseñarte a poder eliminarlas completamente de tu alma
para que puedas alcanzar la máxima felicidad y cumplir el destino que tú mismo
te marques.
El Joven Samurai sentía que este secreto sería el más importante
de toda su vida, por lo que presto atención en un grado sumo como nunca antes lo
había hecho, intentando memorizar palabra a palabra lo que el anciano iba a
decirle a continuación.
- Amigo, eres dueño de tu destino, así como yo soy dueño de tu destino y
absolutamente todas las personas son las únicas dueñas de tu destino.
"" Esa
es la gran verdad de la Libertad Suprema que todos poseemos, algunos tienen
miedo de esta libertad porque no comprenden que este es su mayor poder, pues
todo, absolutamente todo lo que puedas desear tener o ser, lo tendrás si lo
haces parte de ti y lo siembras en tu alma como voy a explicarte a
continuación.
"" Lo primero de todo, has de comprender, que somos todo
aquello que nosotros decidimos ser. Este es un poder que todo el mundo utiliza,
porque es la base misma del alma y la naturaleza humana, es la base misma por la
que estás constituido y si no lo estás utilizando, es porque otros lo están
utilizando por ti induciéndote a ser lo que ellos quieren. Tus personas
cercanas, los que te cruzas por la calle y los Ogros, sobre todo los Ogros y los
Fantasmas, están esperando a que dejes de utilizar este poder y les permitas
utilizarlo a ellos, si lo haces, estarás condenándote, y lo estarás haciendo
sólo bajo tu responsabilidad, pues también eres tú quien lo habrá escogido, así
que te recomiendo que empieces a utilizar este poder, tal y como ahora te voy a
describir, para empezar a ser todo aquello que deseas.
"" Lo segundo, es
necesario que comprendas que tu alma, tu mente y tu corazón son literalmente
campos fértiles que funcionan con aquellas semillas que les aportas. Si les
aportas inseguridad, miedo, ira u odio, será eso lo que recojas al convertirte
en una persona totalmente despreciable, en un completo Ogro.
"" Sin embargo,
si los abonas con Amor, Bondad, Generosidad, Confianza, Seguridad, Fe, Esperanza
y pensamientos siempre positivos, entonces siempre recogerás éxito y
riquezas.
"" Así de sencilla es la vida.
"" Veamos ahora como puedes
utilizar este poder, te sorprenderás de su simplicidad.
"" Cuando fracasas...
¿Qué has estado haciendo antes? Has estado teniendo sentimientos de inseguridad,
sentimientos de miedo que has alimentado. Te has planteado la posibilidad del
fracaso, primero desde lejos con escepticismo, después has pensado que es una
posibilidad, a continuación lo has visto como algo probable y has acabado
fracasando porque ya era una realidad. Durante todo ese tiempo tus pensamientos
no han sido "Estoy completamente seguro de que triunfaré, lo siento desde lo más
profundo de mi ser. Estoy feliz porque se que triunfaré, porque tengo la total
Fe que el éxito es mi destino, porque así lo siento, porque así es."
"" En
cambio has estado pensando "¿Y si fracaso? ¿Qué pasaría? No puedo fracasar
porque tengo que triunfar... ¡es necesario! Porque sino habré fracasado, pero...
¿ si está fuera de mi control? ¿Y si ocurre? ¿Quizás llegue a ocurrir? Tengo que
empezar a planear una salida por si ocurre.... ¡Tengo que hacerlo ahora porque
es probable que suceda!" Y al final acabas fracasando, enfermo, tirado en el
arrollo y muerto.
"" Sin embargo, tú mismo te lo has causado, porque de igual
forma que te condenas al fracaso, podrías "condenarte al éxito"
"" Esto es el
mayor poder con el que has sido bendecido, lo tienes desde tu nacimiento, pero
quizás tengas miedo de utilizarlo por si fracasas - el anciano sonrió - así es,
hasta aquí nuestro miedo nos frenará. Porque si el hombre comprendiera que este
su máximo poder, es tan simple como es, entonces obtendría toda la felicidad y
todo lo que desea... dejando a los Fantasmas del Miedo y del Fracaso sin
trabajo, con lo que por fin podrían ser liberados y descansarían en paz y
felicidad.
"" El secreto es este:
"" Arroja un puñado de pensamientos
positivos en tu mente cada media hora.
Kan se quedo mirando fijamente al anciano, lo que decía tenía un gran
sentido y el samurai sabía que aquello era verdad, pero necesitaba una
explicación mayor.
- Kan, cuando un hombre o una mujer desea
ser feliz, lo primero que debe hacer es pensar que es lo que desea - insistió
sobre ello - especificar exactamente que es lo que desea. Ha de hacerse con
dibujos de ello, mirarlos cada poco, sentir que son suyos por derecho y que los
obtendrá, ha de imaginarse poseyéndolos... ya sea objetos materiales, o
felicidad, amor... cualquier cosa que se desee!!!
"" Entonces ha de inculcar
esas imágenes en su mente, ha de hacerlo con una total sensación de Fe, de
Felicidad, de Amor, Bondad y Generosidad.
"" Es muy importante que
Emocionalice esos sentimientos. Muy muy importante.
"" Cuando una persona
fracasa, es porque ha pensado "Fracasaré" muchas veces, pero sobre todo, porque
lo ha pensado uniéndolo a una sensación, a un sentimiento de miedo, a una
emoción negativa, lo que hace que ese pensamiento se siembre en su alma como una
zarza de sufrimiento que le hará sufrir y fracasar.
"" De igual forma, cuando
una persona alcanza el éxito y la felicidad, es porque ha pensado cada media
hora (como poco) "¡¡¡TRIUNFARÉ!!! ¡Tendré éxito! Lo haré porque estoy
predestinado al éxito!" Este pensamiento, emocionalizado con una total Fe, Amor,
Bondad y Esperanza, es lo que hace que se plante una semilla del dorado trigo de
la felicidad y el éxito. Con lo que recoge éxito y felicidad.
"" El mayor
problema que tienen las personas es que ven realizar una acción a otra y ven
como esa persona alcanza el éxito por medio de esa acción. Entonces ellos
realizan esa misma acción y no lo consiguen, fracasan. Y lo hacen porque no
acaban de comprender que la acción es irrelevante, lo importante es que aquella
primera persona, realizo esa acción con la total seguridad de que conseguiría el
éxito.... mientras que la segunda lo hizo con miedo en su corazón, con lo que
fracaso.
"" Me acuerdo - dijo avergonzándose - que cuando era un Fantasma
solía acudir a los locales donde los jóvenes se conocen, entonces yo buscaba a
mi presa. Veía como mi presa observaba a un chico normal y corriente que se
acercaba a una chica hermosa y le decía "Eres preciosa, ¿quieres bailar con
migo?" y triunfaba.
"" Mi pobre víctima no podía ver todo lo que yo veía,
sin embargo yo veía un alma segura, sembrada de trigo dorado que estaba segura
de alcanzar el éxito. Y por eso triunfaba.
"" Después escuchaba como mi
víctima se decía que haría lo mismo para conseguir a una chica con la que
bailar. Entonces yo sembraba un manojo de zarzas de miedo que hacían que este
empezase a temblar, su inseguridad crecía y ni siquiera era capaz de acercarse a
la joven, con lo que perdía todas las oportunidades y fracasaba, otros pocos lo
intentaban tímidamente, no sabían que sus acciones eran inútiles al ir cargadas
de miedo y entonces fracasaban, con lo que su inseguridad crecía aún mas, ellos
mismos arrojaban manojos de ira y odio a su alma culpando a la muchacha de
orgullosa y pécora. Un poco de trabajo más y ese chico ya era un ogro a mi
servicio.
"" De igual forma actuaba con los vendedores o los emprendedores,
cuando estos deseaban hacer algo, primero les inculcaba miedo, un miedo que les
impedía moverse, actuar, ponerse en acción... con lo que fracasaban
irremediablemente!!!
"" Otros, unos pocos, tomaban un manojo de trigo y lo
arrojaban contra mis zarzas... con lo que estas morían y ellos empezaban su
negocio con éxito.
"" Pero todos los comienzos son difíciles, y yo
aprovechaba cada dificultad para arrojar un puñado de zarzas a su alma. Cada
"No" de un cliente, yo lo acompañaba con una semilla de zarza, y siempre venían
Ogros en mi ayuda, seres de Ira y Odio que descargaban su Ira, sus zarzas,
contra mis víctimas, que finalmente se iban apagando hasta que se convertían
también en unos Ogros.
"" Esto, lo hacía también con los Samurais. ¡Ahh!!! Su
pureza es como una tentación, su trigo es aún débil y nuestras zarzas pueden
florecer bien. Medita Kan, medita que es lo que hacías en las reuniones con tu
padre.
- Yo... - dudó el joven - bueno, escuchaba sus enseñanzas.
- Esas
enseñanzas - dijo el viejo - eran trigo que tu padre te arrojaba a tu
alma.
El muchacho asintió, y el anciano le invitó a continuar hablando con un
gesto de su mano.
- Después, cuando la enseñanza acababa, yo me prometía
solemnemente que lo haría tal y como mi padre me había dicho. Con un gran
sentimiento de Fe, Seguridad y Esperanza, me prometía a mi mismo que triunfaría,
que trabajaría para ser el mejor.
- Esas promesas, amplificadas con los
sentimientos de Fe, Seguridad y Esperanza, constituían tu mayor arma, tu mayor
sabiduría, constituían los manojos de dorado trigo que arrojabas en tu
alma.
"" ¿Y verdad Kan que después de cada promesa te sentías feliz y
alcanzabas los mayores éxitos? Aún cuando fueran poco a poco.
- Es cierto, - reconoció el joven - entonces... ¿Es eso un manojo de
trigo?
- Así es - confirmo el anciano
- Entonces!!! - completó
entusiasmado Kan - Si repito ese tipo de promesas habitualmente, si cada media
hora repito unas palabras positivas cargadas de amor, unas simples frases
cargadas de emoción y entusiasmo...
"" ¡¡¡ ENTONCES CONSEGUIRÉ TODO LO QUE
QUIERA!!!
El muchacho ya no podía estar sentado, se levantó porque su emoción
ya era un entusiasmo tan fuerte que le gritaba que se pusiera en acción fuera
como fuese.
- Entonces sólo he de hacer eso cada media hora, sólo he de
repetirme cada media hora frases de estímulo, pronunciadas con emoción, con Fé,
con Seguridad y tendré todo lo que quiera!!! - Kan estaba entusiasmado por el
descubrimiento ¡Era tan simple, lógico y real!
- Así es Kan, - confirmó el viejo - sólo has de repetirte constantemente
frases como "Lo Conseguiré!!!", "Soy Entusiasmo!!!" "Soy Amor!!! Soy Bondad!!!
Soy Generosidad!!!", "Me Siento Feliz!!! Me Siento Estupendo!!! Me Siento
Entusiasmado!!!" y estarás arrojando puñados de trigo en tu alma que te darán
todo lo que quieras.
Kan estaba entusiasmado, sabía que un Ogro rechazaría
totalmente esta verdad, la ridiculizaría, pero él ya sabía la verdad y la
utilizaría para poseer el alma de Samurai que deseaba.
- Kan, haz una prueba - dijo el anciano - repite mentalmente, con
entusiasmo"Me Siento Sano!!! Me Siento Feliz!!! ¡¡¡¡¡ ME SIENTO ENTUSIASMADO!!!"
y hazlo cinco veces.
Kan lo hizo así:
"Me Siento Sano!!! Me Siento Feliz!!! ¡¡¡¡¡ ME SIENTO
ENTUSIASMADO!!!"
La frase creó un buen sentimiento en Kan, conscientemente, Sonrió.
"Me Siento Sano!!! Me Siento Feliz!!! ¡¡¡¡¡ ME SIENTO
ENTUSIASMADO!!!"
Esta vez sintió una mejora en su interior su cuerpo le pedía movimiento y
así lo hizo. A la par que repetía: "Me Siento Sano!!! Me Siento Feliz!!! ¡¡¡¡¡
ME SIENTO ENTUSIASMADO!!!" Alzó los brazos en símbolo de victoria moviéndolos y
mirando al cielo.
Una gran felicidad corría por Kan, inundó su corazón de amor, de Fe, creyó
totalmente en la frase y proclamó a los cuatro vientos: "Me Siento Sano!!! Me
Siento Feliz!!! ¡¡¡¡¡ ME SIENTO ENTUSIASMADO!!!"
Pensó en su padre, en su madre, en todos aquellos a los que amaba para
potenciar su sentimiento de amor y repitió en voz alta a la par que daba un
salto: "Me Siento Sano!!! Me Siento Feliz!!! Me SIENTO ESTUPENDAMENTE!!! ¡¡¡¡¡
ME SIENTO ENTUSIASMADO!!!"
- Sí!!! - Declaró inmensamente feliz y entusiasmado - ¡¡Es Verdad!!!
"Me Siento Sano!!! Me Siento Feliz!!! Me SIENTO ESTUPENDAMENTE!!! ¡¡¡¡¡ ME
SIENTO ENTUSIASMADO!!!"
Kan casi no podía sentarse, su mente hervía frenéticamente, había
comprendido que con sólo repetir este pequeño ritual cada media hora, aquellos
sentimientos formarían parte de su ser y le otorgarían la Fama, el éxito y todo
lo que pudiera desear. También requería constancia, pero el premio lo merecía
¿Cuál era el premio? ¡Todo lo que desease en la vida!
- Recuerda joven Kan, - acabó el clérigo - que has de acompañar a este
ritual las imágenes de todo aquello bueno que desees, que has de erradicar la
ira, el miedo y el sufrimiento de tu alma. Simplemente cuando aparezcan, deja
que se mueran, si tienes que llorar, llora para sacarlo de ti. Pero bajo ninguna
circunstancia pronuncies jamás una palabra pesarosa, no potencies un sólo
sentimiento de miedo o de infelicidad, pues te quedarías atrapado entre las
zarzas. Aunque estés atrapado en ellas, inunda tu alma de sentimientos de Amor,
Amistad, Bondad, Generosidad.
"" Piensa bien siempre de los demás, aún cuando
todo parezca apuntar a lo contrario, piensa siempre en lo bueno... y acertarás.
Mantén esta filosofía en tu vida y verás como toda esa felicidad que vas
plantando semilla a semilla, dará unos frutos maravillosos e increíbles que te
otorgarán mayor felicidad y éxito del que jamás puedas haber imaginado hasta
ahora.
Kan, pletórico, prometió hacerlo siempre de esta forma, prometió seguir
adelante, olvidar las palabras de los Ogros, de hecho no los escucharía nunca
más, y si los escuchaba alguna vez, sembraría enseguida un buen puñado de
Esperanza, Fe, Amor y Bondad allí donde había caído la amargura para ser el
dueño de su destino, de su alma y de su felicidad.
Kan sabía que gracias a este secreto que hoy había aprendido, llegaría a
ser el más grande de los Samurais. Una total Fe inundó su corazón sobre este
hecho. Y juró sobre lo más sagrado, que a partir de ese mismo momento, sólo
cultivaría el dorado trigo de la felicidad en su alma.
Eso es justamente lo que has de hacer tú,
sembrar sólo el dorado trigo de la felicidad en tu alma ¡El Trigo del
Entusiasmo!
Y separar de ti a los Ogros, a los Negativos, a
los Ladrones de Sueños que quieren robarte tu trigo y arrojarte zarzas en tu
alma.
Por eso, también cuando Contestamos, Pescamos
Perlas, vamos desechando a los que claramente son Ogros, borrando sus e-mails,
porque no deseamos que ellos entren como compañeros, no deseamos a esos
"caballos cojos" que frenan a todo el Equipo. Porque nuestro Deseo es Ayudar a
los que Desean Ser Ayudados, a los que hacen lo que tienen que hacer para Tomar
el Control de su Propia Vida...
EMPEZANDO POR CUIDAR SU
ENTUSIASMO!
Y es, por tanto, a esos a los que Contestamos,
y en los que nos centramos en Contestar con todo Nuestro Entusiasmo y Toda
nuestra Empatía! Porque son Las Perlas que estamos Buscando. Los Samurais en
Potencia a los que ayudaremos a ser unos Verdaderos
Samurais.
Aquí es donde Aplicamos la Empatía que has
aprendido en la Entrega 5 del Curso Market 2000, y en el libro "Como Ganar
Amigos e influir sobre las personas" de Dale Carnegie (si no tienes una copia de
este libro, sólo dimelo y te mandaré una por correo para que la
leas).
¿Entiences ahora como Maneja el
Co un Maestro Samurai?
La Eficacia es centrarnos en
aquellos que comprarán y serán Buenos Compañeros de Equipo, por eso Pescamos
Perlas mientras miramos que e-mails contestamos. A los que vemos que
claramente son ostras vacías, les borramos los e-mails sin contestarlos.
A los que vemos que posiblemente
tengan Perla, les contestamos con Toda Nuestra Empatía y todo Nuestro
Entusiasmo.
Es decir:
Primero Pescamos Perlas, para que no
entre trigo de camino en el equipo, para proteger nuestro Entusiasmo y para
ahorrar tiempo.
De esta forma podemos centrarnos en
aplicar todo Nuestro Entusiasmo y toda nuestra Empatía en las
Perlas.
Así ahorramos tiempo, producimos
más, tenemos más éxito, ayudamos a más personas de forma eficaz, y tenemos más
tiempo para disfrutar de nuestro éxito con nuestra
familia.
En los Próximos días te enseñaré a
como reconocer a las Ostras vacías y a las llenas con sólo leer unas pocas
líneas, porque lo que te enseñaré será el propio Funcionamiento de la Mente
Humana, "Los Metaprogramas".
Hoy, lo que deseo es que comprendas
bien el Co del Maestro Samurai concepto. Haz un Resumen de este Día, y
enviaselo a tu Patrocinador, o Maestro.
Un Fuerte Abrazo! Fenix